capítulo diez.
Sorpresas y más sorpresas.
—Kim Dahyun, tienes que ir a la escuela, así que déjate de mentiras, que si tuvieras diarrea te hubieras puesto los pañales que te compre—Mi madre trataba de separarme de mi cama pero me negaba a levantarme.
—No lo entiendes madre, la poca dignidad que me quedaba la acabe, no puedo ir a la escuela, mi reputación está en juego —le dije, mi madre se coloco las manos en la cintura mirándome.
—La única reputación que tienes es el no crecer, te doy 5 segundos para levantarte e irte a bañar para ir a la escuela o no te haré las galletas en forma de ardilla que me pediste —rayos, me había olvidado que le había pedido eso antes de ayer, pero ¿cómo darle eso a Sana cuándo seguro busca aniquilarme, voy hacer que las águilas se extingan.
Al final me levante, no quería hacer enojar más a mi mamá, me levante y me fui a bañar.
Ya bañada y vestida, salí de mi casa para emcontrarme a mis dos amigas.
—Entonces, ahora que besaste a tu crush, la cual siente un odio mortal hacia ti, ¿qué harás? —preguntó Tzuyu pasando su brazo en mis hombros.
—Esconderme, me iré del país, cambiaré mi identidad, ahora soy Federico y soy parte del trío de mariachi, Tupac y José—mis amigas negaron.
—No puedes ocultarte, Sana te va a cazar y pondrá tu cabeza en la pared de su sala—tragué saliva tocando mi cuello, voy a morir.
Llegamos a la escuela y aunque lo que más quisiera es irme corriendo mis amigas no me dejaron tomando cada una mi brazo y levantándome del suelo obligándome a avanzar con ellas.
—Que la fuerza de Jihyo te acompañe—Mina beso mi frente y luego se fue con Tzuyu dejándome en mi clase.
Asome la cabeza por la puerta escaneando todo el salón, no había rastro de Sana, eso era bueno. Entre al salón y corrí hacia mi asiento junto a moquito.
—¿Qué pasa Dahyun?, te veo tensa—mire a moquito.
—Puede ser que me veas por última vez, así quiero que sepas algo, en mi mente siempre te digo moquito, perdón Eunwoo —moquito empezó a reír mientras negaba con la cabeza.
—Dahyun, lo sé, ayer me dijiste, "Moquito, dime la 3", pero olvidalo, ¿por qué está será la última vez que te vea? —preguntó alzando una ceja.
—Bese a Minatozaki Sana—le respondí.
—¿¡Besaste a Minatozaki Sana!? —rápidamente cubrí su boca, todos nos miraban.
—¿En serio besaste a Minatozaki Sana?—toda mi clase se acerco a mi preguntándome aquello y otras preguntas.
—Yo, bueno...no es que la bese, fue un malentendido —trate de explicar pero la verdad es que no tenía un plan del como salir de está.
—Dahyun, bebé...—rápidamente todos miramos hacia la puerta de la clase, Sana, Minatozaki Sana, me habia dicho bebé.
—¿S-sana?—tragué saliva mirándola, San se acercaba hacia mi, la clase se hizo aún lado para que ella pudiera pasar.
Mis ojos se abrieron por completo cuando Sana agarro mi camiseta y me halo hacia ella para luego sentir sus labios sobre los míos. Unos segundos después se alejo.
Toda la clase estaba en silencio, moquito tenía la boca tan abierta como mis piernas.
—¿Esa es la manera de saludar a tu novia? —¿escuche bien?, ¿dijo novia?— ven, vamos —Sana extendió su mano, algo desorientada la tomé y ambas salimos del salón de clases, llegando al baño.
—Y-yo, no se que decir.. —no pude decir nada más, la mano de Sana golpeo mi mejilla.
—Eso fue por besarme sin permiso y meterme en este maldito lío —me queje acariciando mi mejilla.
—¿Qué lío?, ¿de qué hablas? —pregunté aún más confundida por el golpe.
—Varias personas vieron que me besaste, difundieron el chisme a unos cuantos, llegando a la conclusión de que somos novias por nuestra "cercanía" —hizo comillas con los dedos en lo último—traté de desmentir eso pero nadie me cree —¿las personas creen que somos novias?, bueno, tienen buen gusto en las parejas.
—Entonces ahora seremos novias? —pregunté sintiendo emoción, cosa que noto porque rodo los ojos.
—Si y no, saldremos por lo menos una semana luego públicamente te terminaré y todo volverá a la normalidad—no se si estar feliz o enojada.
—¿Y yo qué?, ¿simplemente seré más humillada por ti?— me crucé de brazos.
—Yo no te mandé a besarme—respondió.
—Tienes toda la razón, no necesito tu permiso para hacerlo y menos ahora —nuevamente acerque a Sana y volví a besarla, de manera lenta pero mostrando todo el coraje que tenía acumulado, sorprendentemente ella correspondió colocando sus manos en mi rostro y cuello acercándome más.
Con el mismo coraje y con los músculos que me había cambiando de canal en la televisión, baje mis manos a las piernas de Sana para cargarla a mi cintura y pegar su espalda a la pared ocasionando que de sus labios saliera un jadeo.
—Dahyun...—aquel suspiro que también salió de su boca me descoloco por completo haciendo que la adrenalina desapareciera y bajara a Sana alejandome de su cuerpo.
—Una cita, el sábado a las 8—fue todo lo que dije para luego salir corriendo del baño.
Ay Jesús, ¿qué había hecho?
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