Mierda....

La cabeza me daba vueltas...

Y sí, se supone que esa sensación es muy agradable, y lo era hasta hace una media hora, antes de que comenzara a revolverse mi estómago actualmente lleno de sustancias alcohólicas.

Recosté la barbilla en la palma de mis manos con los codos apoyados en la mesa. La cabeza me estaba comenzando a doler pero eso era lo de menos, porque mi dolor de estómago era lo que más me molestaba en estos momentos.

- Lucy... ¿Estás bien? - sentí la mano de mi amiga Sofía apoyarse en mi hombro. Negué con la cabeza ante su pregunta. - ¿Quieres irte a casa?

Levanté  la cabeza para mirarla, hoy era su cumpleaños, y aunque ya no estaba tan arreglada como cuando llegamos al bar, aún seguía luciendo radiante en su cumple número dieciocho, yo, en cambio estaba segura de que no veía tan bien.

- Por favor.... necesito acostarme. - le dije con mi voz rasposa por un repentino dolor de garganta que sentía gracias a la gritería que había formado hace unas horas cuando estaba cantando con Sofía nuestra cancion favorita, ahora sentía las consecuencias.

- Bien... espera aquí un momento.... ¡Egan! - hice una mueca ante su grito estridente que se escuchó por encima de toda la música del bar.

- ¿Qué desea la cumpleañera? - aquella voz masculina, ronca y coqueta me llamó la atención, principalmente porque nunca la había escuchado antes y además porque me resultó muy sensual.

Sin embargo, el dolor de cabeza había aumentado y me dolía de solo moverla hacia un lado, por lo que me quedé quieta.

Nunca más voy a beber

“Sí, esta es la cuarta vez que te lo dices desde que cumpliste dieciocho años”

¡Cállate, conciencia!

- ¿Ya te vas? - preguntó mi amiga al desconocido.

- Sí... justo iba saliendo. ¿Por?

- Necesito que ayudes a llevar a mi amiga a su casa... 

- Bien, no hay problema.

Sentí pasos acercarse a mí, pero no me moví de mi lugar, sentía el vómito en la garganta y estaba segura que si hacía algún movimiento acabaría soltando todo en el suelo, y eso sería muy bochornoso.

Sorpresivamente esas náuseas se desaparecieron cuando sentí un toque en mi brazo izquierdo que me erizó la piel y me hizo estremecer.

Automáticamente giré la cabeza en esa dirección y me quedé muda al ver a la persona a mi lado.

Esa fue la primera vez que lo vi. Fue la primera vez que sus preciosas esferas color lavanda se toparon con mis ojos.

En ese momento, no sabría lo mucho que su presencia cambiaría mi vida... y la suya.

(...)

👀🍸...
Buenas por aquí.
Antes que nada y primero que todo, les quería dar una pequeña información.
Esta cuenta, como ya saben, pertenece a dos escritoras; ambas escribimos historias juntas pero también tenemos algunos proyectos individuales.
Esta historia es uno de esos proyectos, escrita por Spark y con ayuda de Airin se corrigen algunas cosas.
Airin también subirá alguna novela en algún momento.

Apoyen mucho esta interesante e innovadora historia y espero que sea de su agrado.

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