Buenos Amigos Parte 1
Al llegar a la puerta de su casa se detuvo sin siquiera abrir la puerta, por fuera él veía que ninguna luz estaba encendida, ningún auto en el estacionamiento. No entendía porque seguía esperando algo que tal vez nunca pasará, pero seguía sintiéndose triste cada vez que entraba a la casa, a cualquier hora, en cualquier día, en cualquier fecha.
Nunca había alguien esperandolo con los brazos abiertos, con una comida, con alguna cena o simplemente que alguien lo esperará para que el llegar significará algo. Para que no fuera en vano.
-Una, dos, tres.-Al llegar tres, introdujo las llaves y abrió la puerta, no hacía falta que se decepcionará de nada, ya sabía lo que pasaría, pero dolía cada vez más.
Una casa vacía con las luces apagadas y sin nadie viviendo allí, más que él y su soledad. Vivía simplemente por hacerlo, como si él tuviera un botón de piloto automático.
Cerro la puerta y encendido las luces de la sala, camino unos cuantos pasos y se desplomó en el sofá más cercano que tenía, al menos eso le gustaba, hacer lo que el quisiera sin rendirle cuentas a nadie.
Un leve dolor en la panza lo hizo despertarse aunque no quisiera, poco a poco fue abriendo sus ojos hasta contemplar las luces de la sala. Las había dejado prendidas toda la noche.
-Bueno, yo no pago la luz.-Se levanto del sillón para sentarse pero al apoyar sus manos en el sofá estás se resbalaron por falta de fuerza.-Auch.
Una leve comezón empezó a sentirse en sus muñecas y de una forma rápida se dió cuenta que era porque tenía unas cortadas ahí. Lo que le fastidio más que nada fue que su suéter se había manchado de sangre y no sabía cómo la iba a quitar.
-¿Que hora es?-Reviso su teléfono pero como acababa de despertar le costó ver la hora, cuando pudo ver la hora de le quito el sueño tan rápido._¿!La una de la tarde? Me lleva.
Se levantó del sillón y subió al segundo piso casi corriendo para darse un baño, no quería llegar tarde a la fiesta de su amigo. Si el no le falló él tampoco lo haría.
-¿Y ese milagro que te bañas?-Preguntó una chica al ver a su hermano con el pelo un poco húmedo.
-Es normal que me bañe, aparte de que voy a ir a una fiesta.-Respondío Víctor mientras metía algunas cosas en una pequeña mochila.
-¿Perdona? ¿De quién es y a dónde será?-Elevo las cejas por la respuesta de su hermano, ella no había recordado en que momento le había dado el permiso.
-Es de Mateo en la casa de Mateo. ¿Contenta?-Tomo su mochila para salir de su cuarto pero su hermana se interpuso en su camino recargandose en el marco de la puerta.
-Te voy a ir a dejar y si te niegas te quedas aquí y no vas.-Con una sonrisa muy remarcada reto a su hermano.
-Voy a llegar tarde Carla, voy a salir.-Pero al intentar salir nuevamente de su cuarto, su hermana se lo volvió a impedir empujándolo de una manera leve.-¿Es neta?
-Sí. Yo acepto que seas de alguna manera independiente porque dentro de lo que cabe nuestros padres están muertos. Lo que no voy a aceptar es que pases por encima de mi autoridad porque no me hablas avisado.-Dejo se recargarse y tomo una postura firme con los brazos cruzados, miro a su hermano con cierto enojo pero con unos ojos cristalizados.
-Lo están para nosotros, más para mí pero mejor cállate antes de que Benjamín te escuche.-Suspiró y cerró los ojos aceptando la condición de su hermana.-Más te vale conducir rápido.
-¡Benjamín, vamos a dejar a tu hermano a una fiesta!-Solo se escuchó una pequeña voz infantil diciendo que sí, pero el hermano de enmedio rodo los ojos y ella solo se reía.
-Es una pijamada, entonces creo que llegaría en la tarde el día de mañana.-Salió de su cuarto pasando del lado a su hermana y lo único que alcanzó a escuchar fue un suspiro
-Alejandra, por favor comportate y cuídate mucho, cualquier cosa me llamas.-Le dió un beso en el cachete a su hija y ella solo sonrió.
-Claro que sí, obvi que me voy a comportar bien.-Tomo una pequeña mochila de color rosa y salió del auto.
Al salir se dió cuenta de que había llegado a la par de su amigo Evan, entonces cerro la puerta del carro y corrió hasta él. La recibió con una sonrisa y devolviéndole el abrazo.
-Hola enana ¿Te dieron permiso hasta mañana?-Se separo de ella cuando sintió un pequeño dolor en sus muñecas.
-Claro ¿Supongo que tus papás también te dieron permiso.-Evan se quedó callado e hizo una mueca disgustada.
-Pues sí, pero me costó convencerlos, pero al final aceptaron.
-¿Seguro, Evan?-Evan cerró los ojos mientras espero que Víctor no dijera nada sobre sus padres.-Porque fui yo quien los convenció.
-Ya sabía que no eras tan valiente para pedirle permiso a tus padres.-Alejandra miro a su amigo quién tenia los ojos cerrados
-Pues ya ves.-Abrío los ojos mirando a su amiga que tenía una sonrisa que nadie le podría quitar.
-Ya pueden pasar ustedes tres.-Reconocieron esa voz tan inconfundible, el hermano de Mateo ya les había abierto la puerta para que pudieran ingresar a la casa.-Rapido, si no Mateo no dejara de llorar.
Evan y Alejandra entraron casi que corriendo aunque Víctor caminaba con cierta pena a pesar de que ya había estado en esa casa un par de veces. Tal vez la razón era porque veía demasiados carros estacionados y que habían demasiadas personas afuera de la casa.
-Ya van casi díez años que no viene ningún amigo tuyo, eres muy ridículo jajaja.-Un chico de un pelo negro se reía de su primo, aunque el solo lloraba.
-Dejame en paz.-Mateo tomo una almohada y se la lanzó a su primo haciendo que el vaso de cristal que tenía se cayera al suelo, pero por suerte no se rompió.-lass mich in ruhe
-La verdad no te entiendo.-Se dió la media vuelta pero choco con el pecho de alguien que no le permita pasar.
-Yo entendí que no te quiere ver.-Ese alguien lo tomo de la camisa y lo levanto del suelo para intimidarlo.-¿No creo que seas sordo, verdad?
-Víctor, bájalo y déjalo en paz.-Evan le pedía aquella petición al ver a Mateo llorando en su cama y no se había dado cuenta de lo que pasaba.-Por Mateo.
Víctor empujó al chico, quien solo se fue corriendo de ahí mientras ellos entraban al cuarto de Mateo, pero solo se escuchaba un llanto y unos cuantos sollozos.
-¡El cumpleañero está bien guapo!-Gritó Evan con una voz entusiasmada, eso hizo que Mateo levantará la cabeza para verlos.
-¿Que hacen los tres aquí tan temprano?-Mateo no los veía bien porque las lágrimas le estorbaban la vista.
-¿Qué hacemos aquí? Mmm, no lo sé-Alejandra cuestionó la pregunta de su amigo y le respondió con una sonrisa sentándose a su lado.-Festejando al cumpleañero ¿No?
Y eso solo aumentó las lágrimas de su amigo quien abrazó a Alejandra y pronto Evan se unió al abrazo haciendo que se cayeran en la cama mientras Víctor los veía y sonreía a medias.
-¿Quien era ese chico Mateo?-Preguntó Víctor, y se notaba que tenía un leve disgusto en su cara.
-Es un primo al que no le caigo bien... A ninguno de mis primos de hecho.-Un par de lágrimas cayeron por sus mejillas.-Todos los años se burlan de mi porque no tengo a nadie para invitar a mi cumpleaños.
-¿Y eso? ¿Por qué un niño tan dulce como tú no tendría más amigos?-Evan se recargo en el hombro de su amigo esperando una respuesta.
-Pues he tenido "amigos" pero solo se juntaban conmigo por lastima, supongo. Cada vez que les mandaba la invitación a mi cumpleaños me dejaba plantado.-Guardo silencio por un par de segundos para poder continuar hablando.-Y me daba miedo que ustedes no vendrían por eso no les dije nada aparte de que sabía que en la noche nadie vendría, entonces no iba a sentir tan mal.
-Ay, nunca haríamos algo así Mateo.-Alejandra abrazo de nuevo a su amigo al escuchar eso.-¿Pero por qué te dejaban plantado?
-No lo sé, tal vez nunca les agrade... No sé porque me hacían eso, siempre pensé que era yo.-Mateo sonrió mientras se limpiaba las lágrimas y una sonrisa aparecía al sentirse querido.-Me alegra que vinieran, pero ¿Quien les dijo se mi cumpleaños?
-Tu hermano, pero el único que sabía era Víctor.-Evan respondió la pregunta aunque su amigo se quedó un poco confundido.
-¿Víctor? Yo le dije a Víctor lo mismo que ustedes.-El susodicho no sabía a dónde mirar después de lo dicho.
-Es que... Cuando tú hermano comentó lo de tu cumpleaños pensé que todos sabían menos yo, entonces no me quise ver mal.-La explicación de Víctor aunque era verdad a los dos amigos de Mateo no les terminaba de convencer.
-B... Bueno, como sea ¿Pueden ir abajo? Es que me voy a cambiar de ropa.
Todos asistieron y salieron de la habitación dejando a Mateo solo. Aprovecho que nadie estaba para poder bañarse y arreglarse adecuadamente para su fiesta, tenia que verse bien para la primera vez que tenía invitados propios.
Al terminar de todo eso solo le quedaba rociarse de un poco de perfume, quería oler dulce, entonces tomo un pequeño perfume de un color azul claro y empezó a rociarlo por todo su cuerpo. No tardó para que el olor a morar azules empezará a oler por toda la habitación.
-Creó que me pase con el perfume...-Se puso un collar con una figura de abeja, fue su primer regalo del día por parte de su hermano menor.-Bueno, me voy.
Cerro la puerta y caminó hasta toparse con las escaleras que iban al salón principal, dónde había mucho ruido, demasiadas voces y varía gente, no entendía porque la mitad de su familia estaba allí.
Parte de su familia no les agrada, también sabe que él no es de su agrado totalmente, entonces la única razón para que se presentarán era por puro morbo e hipocresía pero, este año no se iba a dejar ningunear por nadie, así le costase lágrimas e insultos.
-¿Te ayudo a bajar, bello príncipe?-Evan se acercó a su amigo que se veía un poco apagado, sin ganas de bajar a su propia fiesta.
-No tengo nada de príncipe.-Una sonrisa a medio apareció en Mateo, solo duró un par de segundos y miro a su amigo.-La verdad es que no quiero bajar para nada.
-Ven.-Evan tomo la mano de su amigo y empezó a ayudarlo a bajar por las escaleras.-Tu tranquilo, no tienes porque tener miedo. Si alguien te hace algo, yo lo agarró a golpes.
-Jejeje, no hay que llegar a esos extremos, pero muchas gracias por defenderme.-Llegaron al final de las escaleras, el comedor y el salón principal estaba repleta de invitados, todos sin excepción eran parte de su familia.
-Oye, si alguien de tu familia intenta hacerte daño, nunca les des la oportunidad Mateo o no pararán, nunca te dejes de nadie.
-N...no sé cómo hacerlo.-Sabía que no tenía mucha confianza en sí, a pesar de haber ido a terapia, aún no conseguía esa parte del autoestima.
-Es fácil, también puedes criticarlos, y como eres rico, insultalos con clase jajaja.-Su amigo rio igual por el comentario, solo que bajo la mirada como si estuviera apenado de algo.
-Hay una tía que no soporto, es demasiado engreída, es muy molesta y nos juzga cada que puede.-Miro a su amigo quien hizo una leve mueca a señal de disgusto.
-Pues haz lo mismo, no dejes que sobrepase de tu familia, estoy seguro de que tiene muchos defectos, de verdad que sí.
-Pues es de escasos recursos, tiene hijos problemáticos y mi tío la ha engañado muchas veces.-Evan solo una risita y se quedó pensando mientras miraba hacia arriba.
-Dile que los pobres no opinan.
-¡Evan! No soy así, a mí me enseñaron a que todo se resuelve con diálogo. Si no pasa es mejor ignorarlos.-Mateo se puso rojo de la vergüenza de solo imaginarse diciendo eso frente a su familia y siendo el diciendo esas cosas.
-Esta bien, tranquilo, pero es mejor que les pongas un alto, un niño tan lindo como tú no debe soportar eso.-Puso una mano en el hombro de su amigo en forma de apoyo.
-Gracias Evan.-Le dió una pequeña sonrisa pero noto la ausencia de sus otros dos amigos.-¿Dónde están Ale y Víctor?
-No tengo ni idea.
Mateo y Evan se separaron para buscar a sus amigos. Evan al patio de arriba mientras Mateo va a ver al patio trasero si no estaba por los alrededores, estaba buscando pero solo están más mesas y los invitados de su fiesta.
Entonces fue a checar a la piscina que se encontraba en un pequeño cuarto de la casa conectado al jardín pero tampoco se encontraba nadie
Aunque de un momento una voz que conocía bien lo llamo. Él chico volteó y noto que se trataba de su primo que lo había molestado hace rato.
-¿Que quieres, Oliver?-Cuestiono Mateo al verlo de pie a unos cuantos metros de él.
-No me gustó nada como me trató tu noviecito.-Contestó Oliver con cierto enojo hacia su primo.
-¡Víctor no es mi novio!-Él chico se veía notoriamente molestó y hasta cierto punto con algo de miedo estando solo con su primo y en un cuarto donde no había nadie.
-¡Aqui nadie te va a ayudar maldito joto!-Se acercó a Mateo y lo tomo del cuello de su camisa y lanzó contra la pared lastimandolo en el acto.
-¡Por favor dejame en paz, no te hice nada!-Su primo poco a poco se iba acercando a el de una forma no tan amigable.
-¡Cállate, tu vas a pagar por lo que hizo tu noviecito!
-Él no te va a pagar nada infeliz.-Alguien separo a Oliver de su primo y lo tiró al suelo.-¿Que te va a pagar, animal?-Víctor fue quién había apartado al chico de Mateo.
-¿Eres tan pobre que necesitas que te den algo? ¿Quieres dinero, muerto de hambre?-Evan apareció de un momento a otro y empujó al chico hacia la piscina dándole una patada. Actuó por impulso u molestia. Pero le había dicho a su amigo que lo iba a cuidar y eso hizo.
-¿Evan...? Evan.-Mateo se sorprendió por lo que acabava de hacer su amigo, tanto que no sabía que hacer o que decir.
-¡Me las vas a pagar Mateo!-Oliver salió de la piscina temblando de frío y una expresión muy enojada, manteniendo la mirada fija en su primo, pero su cara cambio cuando vio que Víctor se acercó a él.
-Escuchame bien.-Víctor tomo del cabello al primo de su amigo y lo jalo hasta él para darle una advertencia.-Tu llegas a ponerle un dedo, tan siquiera lo tocas, no te la acabas conmigo.
-Víctor...-Él chico solo vió como es que su primo era lanzado otra vez a la piscina, pero no sentía pena o algún tipo de tristeza por él.
Víctor tomo del brazo a Mateo y junto con Evan se lo llevaron lejos de ahí a un lugar más íntimo para que pudiera estar más relajado. Mientras caminaba por la casa se encontraron a Alejandra que también los estaba buscando.
-¿Dónde estabas Mateo ? Te busque en todo el segundo piso y nada de que te encontrara.-Se veía un poco roja y hasta cierto punto nerviosa pero nadie sabía porque.-Es que llegaron unos chicos a tu cuarto y me preguntaron dónde estabas. Por cierto muy muy guapos ¿Son tus pretendientes?
-No, para nada jejeje, no digas eso-Se sonrojo por el comentario de su amiga, al ver a sus dos amigos solo Evan se reía, pero a Víctor no le había causado gracia alguna-¿Son tres verdad?-Su amiga asintió y entonces ya sabía de que se trataba.-Bueno, acompañenme a mi cuarto porfis.
Subió las escaleras y detrás de él venían sus amigos un poco inquietados por saber quienes eran los chicos que menciono Alejandra anteriormente.
Al llegar al cuarto de Mateo habían tres chicos esperándolo de pie cerca de su cama y cada uno sujetando bolsas de regalo. Mateo los saludo demasiado cortés a decir verdad y los otros chicos hicieron lo mismo, lo que les pareció raro a sus otros tres amigos.
-Feliz cumpleaños Mateo.-Un chico de pelo negro, con unos ojos verdes, con piel pálida se acercó a él y le entrego una bolsa de regalo de color azul rey.
-Muchas gracias Ángel.-Tomo la bolsa de regalo y estrecho la mano del chico.
-Feliz cumpleaños Mateo.-Lo felicitó otro chico, su pelo de un café oscuro, una piel trigueña, lentes redondos y casi de la misma estatura de Mateo se acercó a él, le dió la bolsa de regalo un poco grande.
-Muchas gracias Rafael.-Le dió una pequeña sonrisa al chico.
-Felicidades.-El último chico, de pelo negro, unos enormes ojos color miel, una piel semejante al color bronce, se acercó al cumpleañero para entregarle su regalo, pero este último lo abrazo.
-Gracias Diego.-Mateo le devolvió el abrazo al chico y también le dió una pequeña sonrisa.-Les agradezco por esto y antes de que se vayan les quiero presentar a mis amigos.
Los chicos saludaron y estrecharon las manos de cada uno de ellos, cuando terminaron de saludarlos salieron de su habitación dejándolo solo a él y a sus otros tres amigos ahí, a todos se les notaba una cara de sorpresa pero a Víctor una cara de "incomodidad" después de ver el abrazo.
-¿Quienes eran?-Su amiga preguntó con cierta curiosidad.-¿Amigos tuyos?
-No precisamente.-Mateo se sentó en la orilla de su cama e invito a sus amigos a qué también se sentarán con mi él.-Son como amigos postizos. Convivimos en eventos sociales pero no solo cercanos.
-¿Entonces por qué uno te abrazó?-Víctor hizo una pregunta con cierta molestia o tal vez inquietud.
-¿Diego? Él es dos años mayor que yo, es el único con el que tengo cierta cercanía pero les digo que solo nos únian los eventos sociales. Son muy diferentes a mí y tal vez un poco maduros a la edad que tienen.
-¿Y como los conociste?-Su amiga hizo otra pregunta pero con más curiosidad e interés que en la primera, quería saberlo todo.
-Hace ocho años en un evento en Guadalajara. Todos llevaron a sus familias y pues la nuestra no era la excepción, me sentaron junto a ellos en la ceremonia todos hablaban entre ellos y no se en que momento me les uni.
Todos sus amigos estaban prestando atención al relato de su amigo con un interés genuino. En especial Víctor, por alguna razón le gustaba escucharlo hablar, le parecía alguien interesante y sobretodo alguien lindo.
-Mis padres y los de ellos se juntaron por negocios y entonces convivimos los cuatro en cada evento, pero nunca fuimos cercanos porque a ellos no se les permitía ser niños. Actuaban como adultos a una edad muy joven.-Mateo hizo una mueca mientras su expresión era triste.-Todos cargan enormes responsabilidades en sus hombros y yo al ser el menor de cuatro hermanos pues era muy infantil.
-¿Entonces, ellos fueron obligados a tener responsabilidades que no querían?-Evan finalmente había hecho una pregunta, después de permanecer callado durante la mayor parte del relato.
-Sí, desde que los conocí ellos se comportaban como señores ya. Aparte de que sus padres son muy conservadores y estrictos. Entonces eso de las redes o juegos lo tienen prohibido hasta cierto punto.
-Wow, debe ser demasiada presión en ellos.-Víctor vio las bolsas de regalo que sostenía su amigo, de colores fríos y un poco pequeñas.
-Sí.-Mateo abrió la primera bolsa que fue de Ángel, tenía adentro una caja pequeña de color negro, cuando la abrió se encontró con un reloj con unos diamantes incrustados.
-Es hermoso, póntelo.-Evan agarró la muñeca de Mateo y le puso el reloj mientras su amigo soltaba una risita.-Quien fuera novio tuyo se habría ganado la lotería, te vez hermoso.
-G...Gracias.-Su cara se empezó a tornar roja por el cumplido de su amigo. Abrió la bolsa de Rafael que era la más grande y pesada de todas. Tenía una caja de buen tamaño y al destaparla el contenido era un poco formal.
Tenía dentro una agenda forrada en cuero, un par de lapiceros, una cartera de piel y al final un vaso de vidrio grabado con el nombre de Mateo.
-Wow, eso sí es demasiado formal.-Víctor hecho un pequeño vistazo al regalo y se sintió apenado por el regalo que le había comprado, no había punto de comparación a pesar de ponerle otra suma de dinero.
-Me esperaba algo así.-Mateo se levantó de su cama y llevo la caja hasta su escritorio donde la dejó en uno de los cajones.
Al abrir el regalo de Diego también era una pequeña caja de un color negro con detalles dorados. Al destaparla era un perfume con una forma circular y de los mismos colores que la caja.
-También me lo esperaba de cierto modo.-Fue a dejar el perfume hasta el tocador de su baño para volver con sus amigos.-Vamos abajo.
Ya había pasado un cierto tiempo en la fiesta de Mateo que lo único que quedaba hacer era abrir cada uno de los regalos que le habían dado sus amigos y familiares. Entonces se paró al lado de una mesa grande donde se encontraban todos los regalos, todos los invitados se sentaron enfrente para ver los regalos.
Mateo abrió una pequeña bolsa donde tenía una pequeña nota que decía "de Mary", se trataba de su tía menos preferida, cuando abrió el regalo era un par de calcetines negros que supuestamente eran de marca pero eran pirateados.
-¡Minimo trajo regalo!-Uno de los invitados grito escondiéndose de los demás. Pero la voz era su hermano Marshal, no sabía en qué momento había llegado.
-¡Marshal!-Grito la mamá de Mateo a modo de regaño, pero parte de los invitados y en especial sus hermanos se empezaron a reír.
-Que descortés eres sobrino.-Pero lo único que recibió fue un "que la próxima vez sean originales" cosa que la hizo enojar aún más.
Mateo abrió otro regalo, el cual era una caja grande de color azul cielo y tenía como nombre "de Meyer para el pequeñito hermano" sonrió al ver que era de su tercer hermano mayor. La caja estaba llena de libros de portada gruesa.
-Todos están firmados por el autor.-Mayer se levantó de su asiento para ir a darle un abrazo a su hermano.
-¿Viniste solo por mi?-Unas cuántas lágrimas bajaron por sus mejillas pero su hermano se las limpio.
-Es obvio, es lo que hacemos todos los hermanos mayores.
Meyer le pasó otra caja a Mateo y la dejo cerca de su hermano, al verlo tenía otra nota que decía "de Marshal para Mati" al abrir la caja se encontró con que eran discos de vinilo, todos de su artista favorito y con firma.
-¡Me encanta!-Su otro hermano también se acercó a él para darle un abrazo fuerte a su hermano.
-¡Todos son originales!-Solo escuchó que su tia se empezó a enojar y eso hizo que los tres se empezarán a reír.
Mateo siguió abriendo los regalos de sus familiares e invitados por parte de sus padres, hasta que solo quedaron tres regalos que eran de sus amigos ya que eran los más especiales para él.
-Este es de...-Leyó la nota que venía con el regalo "de tu amigo guapo y rico", sonrió un poco al recordar la frase de su amigo.-Evan.
Abrió el regalo de su amigo y brinco de la emoción al ver que era. Era una caja que tenía un suéter de tonalidades azules y de una pequeña colección reciente, también veían varias cosas para el cuidado de la piel.
-Tienes una cara tan bonita que tiene que ser cuidada, escogí la mejor marca, si te causa algún problema también se puede hacer la devolución.
-Mil gracias.-Corrió a abrasar a su amigo y este lo abrazo de vuelta, ambos se sonrieron, pero Mateo regreso a la mesa donde lo esperaban otros dos regalos .
Tomo una caja de color rosa pastel y la nota decía "de una dulce chica para un niño lindo" este era de su amiga. Cuando lo abrió era una mochila de color crema, con vários pines para decorarla, un termo del mismo color de la mochila, también había una caja de de tenis que tenian el mismo color a modo de un conjunto.
-¡Es demasiado lindo!-Se acercó a su amiga para abrazarla muy fuerte, su amiga y él saltaron de alegría.
Fue a la mesa de nuevo para abrir el último regalo que quedaba. Víctor estaba nervioso ya que el regalo que le compro no era caro, ni mucho menos algo que fuera de prestigio como los que había recibido durante el día. Pero realmente esperaba que le gustará o de verdad se sentirá culpable.
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