Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5

Quería un cambio, sentirme diferente, y sin pensarlo más, fui a la peluquería. Necesitaba urgente un cambio de look.

En cuanto me vi con mi nuevo flequillo me pareció divino y sonreí al instante. Amaba el flequillo, pero había dejado de usarlo desde que Leandro y yo habíamos vuelto.

De pronto, sonó mi celular. Era él.

_ Hola, amor.

_ Hola, pequeñita ¿Cómo estás?

_ Muy bien. Adivina.

_ ¿Qué cosa?

_ Me hice un pequeño cambio de look – sonrió.

_ ¿En serio? ¿Qué te hiciste? – sonreí.

_ Me recorté el flequillo.

_ Ah. Te dejaste flequillo...

Sentí que no le pareció del todo y sin importarme, volví a sonreír. Advertí que estaba en su auto.

_ ¿Y dónde estás?

_ Estoy aquí en el auto. Voy a buscar a mi hija, que está donde mi hermana.

_ ¿Y por qué no vienes a verme un ratito, entonces?

_ Ay amor. No puedo, estoy retrasado...

_ Ah...

Me entristeció que no quisiera venir a verme. Que no tuviera tiempo para mí. Me sentí muy triste, con rabia y Leandro lo advirtió.

_ ¿Cariño?

_... Si.

_ ¿Qué pasó?

_ Nada... Es que me da tristeza que no puedas venir. Que no tengas, al menos, un tiempo para mí.

_ Porque tengo a mi hija a donde mi hermana.

_ Pero no nos hemos visto ¿Qué te cuesta pasar a verme? Andas en tu auto – frunció el ceño y dio un suspiro con pesadez.

_ ¡Ay! Bueno, voy a pasar un rato, así que arréglate y hace todas esas cosas que haces – sonreí.

_ Si. Te espero...

Corrí a retocarme un poco; no quise cambiarme la ropa, porque encontré que así me veía bien.

Sonó el celular y era él quien me avisaba que ya había llegado...

Me subí a su auto y nos saludamos con un beso.

_ ¿Cómo estás?

_ Bien, ahora mejor – le sonreí - ¿Y tú?

_ Cansado. Aún me duele la espalda. Tengo que ir a buscar a Catalina a donde mi hermana. Es que pasó el fin de semana allá.

_... Ah.

_ ¿Y tú? ¿Cómo estás?

_ Bueno, la verdad, no he estado muy bien de ánimos.

_ Pero debes hacerte el ánimo. No puedes seguir siempre así. Lo demás ya pasó.

_ ¡No ha pasado! ¡Y me da mucha tristeza que no lo entiendas! ¡No es fácil!

_ Lo sé y te entiendo, pero debes seguir adelante.

_... – me dieron ganas de llorar.

_ Debes hacerlo por ti.

_... Lo sé... pero siento que, en todos estos últimos días, tú no has estado cuando yo te he necesitado.

_ Porque estoy ocupado.

_ ¡Es que siempre estás ocupado! ¡Siempre tienes otra cosa más importante que yo!

_ Eso no es así.

_ Pues yo así lo he sentido. Cada vez que quiero salir contigo, tú no quieres.

_ ¡Porque no me gusta salir! Tú sueles siempre salir con tu amiga al centro comercial, o a cualquier parte, y yo no. No me gustan los cines, los centros comerciales, ir al Macdonals, ni compartir con tu familia.

_... Pero ¿Y qué hay con la invitación de mi madre para que vengas a almorzar? – dio otro suspiro con pesadez. No le parecía agradarle aquella idea.

_ Sabes que no me gusta estar en reuniones, fiestas y todas esas cosas familiares.

_... ¿Eso significa que no vendrás, entonces, nunca a almorzar?

_...

Me sentí aún más triste, desilusionada y con un nudo en la garganta, mi mente solo me dijo una y otra vez:

<< No, esto no es lo que realmente quiero para mi vida >>

<< Él no va a cambiar nunca >>

<< No me ama, como yo si >>

Leandro me miró.

_ No entiendo porque te preocupas tanto por ese tipo de cosas.

_ ¡Porque para mí son importantes! Nuestra relación, esto que somos, no es como las otras relaciones. Como son las de mis primos.

_ ¡¿Por qué insistes en compararnos!?

_ ¡Porque es así! Me encantaría que pudiéramos salir, ir a tomarnos un helado, o irnos de paseo, los dos solos, pero a ti no te gusta.

_...

_ Ahora me doy cuenta lo diferente que somos.

_ Claro que somos diferentes y eso tú lo sabías. Yo te lo dije y tú me dijiste que eso era lo bonito de estar con una persona.

_ Porque en ese momento no sabía que eso era imposible. Se supone que, en una relación, los dos se aman y se aceptan lo bueno y lo malo del otro. No se hacen críticas, o se burlan.

_ Yo solo te he hecho críticas buenas. Criticas que te ayudan, ahora, si te afectan...

_...

Tenía un nudo en la garganta. No podía hablar, más me sentía de lo peor.

Volví a mirarlo y esta vez lo hice con detenimiento y no me agradó lo que estaba viendo.

_ Me gusta que estés bien, que te veas bien. Por ejemplo, no me gusta ese vestido que traes puesto – más me desilusioné.

_ Creí que si te gustaba.

_ No. Esas mangas englobadas y ese color, pareces una abuela.

_...

_ Es mi gusto, además de ese flequillo. Sabes que nunca me ha agradado – me dieron ganas de llorar.

_... Bueno, a mi si me gusta...

Lo miré, pero ya no era como antes. Algo murió en mí.

<< Realmente ¿Es esto lo que quiero? >>

<< Somos muy diferentes para seguir juntos >>

Leandro me abrazó y yo tiesa, ya no era ese abrazo especial, que a mí me encantaba. Ahora era frío y sin sentimientos de nada.

Miramos, en silencio, el cielo oscuro por unos momentos y yo luego tomé el celular, para ver si tenía algún mensaje. Toqué la pantalla y Leandro miró un fondo de Barbie que yo tenía.

Sonrió con burla.

_ Tienes una Barbie de fondo.

_ Si. Es mi Barbie favorita.

_ La niña que nunca tuvo Barbies... – dijo con ironía y yo lo miré con mucha rabia y tristeza.

_ Si ahora compro Barbies es por recuerdo a mi padre. Él me compró muchas, muchas Barbies. Que te quede claro.

_...

Sentí que ya no había nada más que hablar y Leandro dio otro suspiro.

_ Bien, ya tengo que irme, pequeña.

_ Ok...

Volvió a abrazarme.

_ Te amo mucho.

_...

No me salieron las palabras y solo le di un arisco y frío abrazo. Ya no sentía nada.

Leandro notó mi distante abrazo y mi fuerte silencio frente a sus palabras.

_ Oh. Se nota que también me amas mucho...

Dijo otra vez con ironía y yo me bajé del auto. Esa vez fue diferente, porque siempre me volteaba a mirarlo para despedirme, pero ahora no. Solo abrí la puerta y me entré a la casa.

Mi madre y abuela me vieron triste y comenzamos a hablar de mi extraña y tóxica relación con Leandro, en la que rompí en llantos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro