Epílogo
Evan POV
Me ataba la corbata, justo delante de mi espejo estaba una fotografía mía y de William de cuando fuimos todos a Whistler Blackcom en Vancouver, recuerdo que fue unos cuatro años después de que mi padre nos hubiera abandonado, también recuerdo que William nos mantuvo a mi, Douglas y Karen juntos, uniéndonos, así fue como consideré a Douglas como uno de mis hermanos, ser primos nos acercaba mucho a ello.
Hoy haríamos una conmemoración a William en Pharma Bio aquí en Chicago, ya se había hecho una en Seattle, ahora tocaba aquí, esperábamos que vinieran muchas personas, socios, amigos, familia, etc. Yo sabía que lo vería, que no podría huir de tener que compartir un espacio con Michael, agradecía que al menos fuera un espacio enorme, podría fácilmente desviarlo si es que trataba de hacer las paces como en la leída del testamento.
Amber no asistiría, como en el papel todavía de mi esposa aún era obligación acompañarme pero la verdad es que no quería que ella estuviera ahí, le mande un mensaje de texto diciéndole que me dejara a mí mentirle a Karen y así lo hice, le explique que Amber tenía trabajo excesivo en Chicago Journals y que no podría estar con nosotros, para esta altura a Karen parecía que la ausencia de Amber le afectó porque Amber era como un hombro en dónde llorar.
Cuando llegué el lugar estaba ya casi llenó, había una buena cantidad de personas en todo el edificio, se suponía que era algo exclusivo pero William tenía una bondad que pocas personas podían resistirse, hizo buenos amigos, clientes y socios, todos debían estar aquí por supuesto; saludé a algunos y después traté de unirme a Douglas para ver si necesitaba de mi apoyo pero mi teléfono vibró, era llamada de Jordan.
Quería salir pero preferí nada más ponerme en un rincón y responder. Contesté a duras penas, gruñí.
—Estoy en la conmemoración —lo regañé, tenía los dientes apretados y estaba seguro de que me hablaba para lo del estúpido dinero, le había dado apenas hace dos días un cheque por una cuarta parte de lo que le debía a Brody, lo conseguí vendiendo mi auto, nadie lo sabía excepto él.
Tuve que venderlo ya que las acciones de Pharma Bio tardarían unos meses en darme al aporte que necesitaba para empezar a pagarle.
—Sí, lo sé, solo te llamo porque creo que Camille sufrió un pequeño incidente.
La verdad es que me valía una reverenda mierda que asuntos o problemas tenía Camille, si algo le sucedía era su problema pero como nosotros últimamente estábamos viéndonos solo por sexo ocasional, era la única persona que tal vez él podría creer que me importaba.
—¿Y?
—Estábamos en su departamento y creo que se pasó con la coca, ya sabes...—detuvo a media frase.
Cerré los ojos, maldiciendo cada vez más fuerte en mi cabeza.
—¿Y que esperas?
—Trajimos a un amigo que la ayudó pero quiere un pago bastante alto. ¿Crees que podrías pagarlo?
—¿Por qué tengo...? —apenas iba a responderle una infinidad de protestas cuando veo que Michael se acerca a mí, enseguida colgué el teléfono, camine para alejarme de donde venía pero no quiso dejarme atrás y corrió casi para alcanzarme.
—Evan, necesito hablar contigo.
—Yo no —protesté sin siquiera voltearlo a ver, esperaba que tono de voz abrupto lo alejara.
—Necesitas dinero.
Me frené, claro, había encontrado el punto perfecto para llamar mi atención pero lo que me sorprendió fue que lo supiera, seguro Karen debió habérselo dicho, eso era más que cierto.
—Que te importan mis necesidades, si antes no te importaban en absoluto. —mascullé, levantando solo un poco los ojos para contemplarlo con prepotencia, ¿Qué pretendía hacer? ¿Darme alguna pensión por los años que nos dejó? —Deja de intentar ser buen padre.
—Quiero darles lo que me dejó William a ti y Karen.
—¿Y que hay de Chris? —sonreí con falsedad, cierta amargura, me permití ser todo lo sarcástico posible. —¿No le dejarás nada a tu hijo prodigio? ¿Piensas comprar nuestro amor?
Se quedó quieto, sin decir nada, no redujo su amabilidad a pesar de lo que le decía, parecía que nada le afectaba, no importaba cuanto lo insultara, le daba igual.
—Sé que William te dejó algo pero me gustaría darte mi parte para que puedas en un futuro darles a tu esposa e hijos un buen...
—¡No me interesa! —le grité antes de que pudiera terminar, de tan solo recordar que no había futuro en mí y menos incluyendo a Amber me ponía furioso, incontrolable, ella no volvería, ella no era mía, no había manera de recuperarla porque la amé tanto cuando ya había sido tarde —¡Y aléjate de mí que no te quiero ver! No quiero que vengas a comprarme con tu dinero, quiero estar solo.
Salí de ahí cuanto antes, fui a una pequeña y silenciosa sala apartada de dónde todo se estaba llevando acabo, cerré las puertas y me quedé solo, hundí mi rostro entre mis manos, no podía tolerarlo más, esto estaba acabando conmigo, iba a desaparecer si alguien más mencionaba a Amber, cada vez era peor darme cuenta que la había perdido, que nada la traería de vuelta, no tenía nada para ella, lo único que podía hacer era sacarla de dónde la metí y después dejarla ir; intentar borrarla de mi cabeza, vivir todos los días haciéndome creer que ella jamás existió. Pasé alrededor de cuarenta minutos dentro de esa sala, decidí salir y fue suerte que encontré a Douglas, me acerque rápidamente a él antes de que Michael volviera.
—¿Ya se fue? —le pregunté con algo de esperanza, tenía anhelo de que ya se hubiera largado, había estado aquí todo el día.
—Sí, eso creo, se despidió de Karen, de mí y unos cuantos amigos, ¿Estás bien? —me examinó el rostro como si tuviera algo extraño, frunció el ceño.
—¿Por qué? —pregunté
—Estás pálido y estas respirando muy rápido. ¿Quieres que te traiga agua?
Ya mencionándolo sentí ganas de vomitar, la cabeza me dio un vértigo tremendo, recargué la espalda en la pared, él trató de buscarme una silla, en verdad me sentía mal y no sabía porque, tenía la necesidad de beber lo que fuera en ese momento, estaba ansioso que ni yo mismo podía tener control de nada.
—Sí, agua estaría bien. —le pedí, con voz baja, también con falta de aire.
Se fue a buscar el agua, me acerqué la silla y me sentí, estaba presionando demasiado a mi cuerpo y mi mente, no faltaría mucho para que pudiera darme un colapso, eso era mejor que todo lo que me pasaba, lo único que deseaba era ya encontrarle una solución a lo de Brody, me torturé pensando en como pude llegar tan lejos, ¿Qué había pasado conmigo? Joder, ya no podía hacer nada, esto era yo.
Me quedé sentado, esperando que se pasara el mareo pero era imposible saber si bajaba la intensidad porque no encontraba forma de saber si era más fuerte o más ligero porque todo se disparó a una escala descomunal cuando vi a Amber cruzar delante de mí, no se si habrá sido la fuerza de atracción con la que mis ojos la vieron que ella se giró y me vio, frenó y trató de procesar que era lo que ocurría conmigo, ahí alejado de todos, con una apariencia de mierda.
Douglas se la topó y en un favor involuntario, él le explicó lo que me pasaba, ella todavía hacia el papel de mi esposa así que cuando él la atrajo para que fuera a verme, ella no se pudo negar.
—¿Qué pasó? —preguntó con inocencia, se podía ver que fingía un poco respecto al interés que le daba mi estado de salud.
Douglas le explicó que había salido de una de las salas, mareado y pálido, Amber hizo como que le interesaba pero juraba que ella pensaba en otra cosa mientras mi primo le decía todo.
—Me quedaré con él —dijo ella, sonriéndole con amabilidad a Douglas, él no podía quedarse ya que estaba demasiado ocupado con la conmemoración, hubiera preferido estar solo y agonizar que tener a Amber obligada a cuidarme —Gracias por todo, no te preocupes.
Douglas le entregó la botella de agua que me trajo y él se retiró, no pude evitarlo que tuve que preguntar con que razón se había presentado si le había dicho que no lo hiciera.
—¿Qué haces aquí? —le pregunté de manera respetuosa porque a fin de cuentas no quería comenzar una pelea, no estaba de humor.
Ella suspiró, se quedó de brazos cruzados frente a mí, no se porque se veía tímida.
—Quería estar aquí por Karen, llegue tarde porque el evento ya está a punto de terminar pero al menos quiero que aquí este mi presencia.
—¿Ella lo sabe?
—Iba a buscarla cuando te vi a ti y Douglas.
Sabía lo compasiva que era, quería sonreír pero no me encontraba con el ánimo ni la fuerza necesaria, nos quedamos unos segundos ahí sin decir nada y es que se sentía incómodo todo esto, claro que me gustaba que estuviera aquí y específicamente conmigo pero veía que para ella era una tortura, todo lo contrario.
De repente un impulso estúpido que no se de dónde vino, me hizo hacerle una pregunta que juraba la iba a reservar solo para mí.
—¿No me creíste cuando te dije que te amaba, verdad?
Fije la mirada en su rostro, pasaron unos segundos y ella se puso roja como un tomate, se incomodó todavía más, podía asegurar que se estremeció, no era nada fácil la situación en la que la puse pero quería acabar con esto, quería que me hiriera y así terminar con el sentimiento que tenía por ella.
—No era en serio —concluyó, en voz baja, muy segura, se veía valiente pero aun así noté en sus ojos una pequeña decepción.
Tomé aire para hablar más fuerte.
—Lo fue, Amber, mira, se que miento con frecuencia, lo hice mucho tiempo pero me hubiese gustado que hicieras tu vida con alguien que no fuera mi medio hermano, ¿Lo sabías?
—No lo sabía —respondió a la defensiva, un poco molesta, no quería que le echara la culpa y supe que no, de hecho no tenía idea, eso quería decir que no lo hizo a propósito —Todo esto fue nuevo para mí, ¿Tú crees que no me duele querer a Chris sabiendo que son familia? Lo peor de todo que es tu hermano, es como si...
Esperé pero ella frenó.
—¿Cómo si te hubieras enamorado de mí, otra vez?
Se inmutó, pareció sumirse en sus pensamientos, se veía poco a poco la frustración naciendo por la reacción de mis palabras sobre ella, ¿Cada vez que lo besaba pensaba en mí? ¿Cada vez que estaban juntos, pensaba que yo era quien la tocaba?. Negó con la cabeza, claro que quería sacarse la idea de la mente.
—Chris es tan diferente a ti, es como tu lado opuesto, por supuesto que no lo creo.
—Nos une algo muy fuerte, Amber. El lazo de sangre es algo poderoso.
Rompió a reír entre dientes, burlándose de mí por supuesto.
—Solo intentas manipularme de nuevo, quieres confundirme, hacerme sentir mal, estás jodido si crees que mereces ser comparado con Chris, es una lástima a dónde has llegado.
—He aprendido de eso, Amber, mírame.
Esperaba que viera en que situación estaba, que ya estaba pagando suficiente, la había perdido a ella.
—Dijiste que me dejarías ir. —me recordó con voz seca.
Me apreté los labios, estaba luchando por decir que en realidad no quería hacerlo, que me dolía dejarla y que mi plan era recuperarla, claro, sin tenerla esclavizada como mi esposa, yo sabía que no tendría oportunidad pero todos podemos merecer lo que queremos.
—Y es lo que voy hacer, Amber —le prometí en tono calmado, me levanté de la silla y ella retrocedió unos dos pasos —Pero voy a decirte esto, porque necesito hacerlo, seguramente será la última vez. Sí te amé, lo que te dije acerca de que todo fue inventado, fue porque en verdad las cosas que sentía por ti me molestaban, quería hacerme una clase de juego mental pero llegue a un punto donde ya no me sirvió más. Perdóname, te hice daño y quiero que de verdad puedas ser feliz.
Su rostro no reflejó nada, fue como si simplemente se hubiera quedado petrificado por varios segundos, de repente su expresión se endureció, no importaba lo que pudiera decirle, no podía negármelo, ella jamás me creería.
—A veces las disculpas no arreglan nada, estoy harta que me digas lo mismo, ¿No te cansas de repetirme que me amas?
—No importa las veces que tenga que decírtelo, lo que importa es que lo puedas entender.
—Eso jamás va a pasar.
—Amber, ¿Quieres la verdad? Escúchame un momento, he estado con muchas mujeres pero realmente nunca me he entregado a como lo hice contigo, te lo juro.
En ese momento sus ojos se pusieron cristalinos, se podía notar que su pulso se había acelerado, respiraba con dificultad, me sentí muy mal, algo arrepentido por ahora hacerla sufrir, al extremo de provocarle el llanto pero al final no tenía sentido para mí, si no le importaban mis sentimientos, ni los creía, ¿Por qué le causaba dolor?
—Ya basta....en serio, por favor —me suplicó casi sin voz, dio un paso hacia atrás para alejarse de mí, yo ya no quería molestarla por lo que respeté su distancia.
—Lo lamento, Amber pero debo saber algo, ¿De verdad estás con Chris porque te hace feliz? ¿De verdad crees que podría ser el indicado?
Ella derramó solo una lágrima y de inmediato se limpió con el dorso de la mano para quitar rastro.
—Eso pensaba de ti y resultó la peor decisión de mi vida, solo se que estoy mejor de lo que pude estar contigo, supongo que lo mejor no lo tuve contigo.
—Eso no es cierto. —repliqué un poco alterado, yo sabía que eso no era verdad, que lo decía solo para lastimarme —Tú y yo sabemos lo que tuvimos, Amber, no te estoy obligando a que me ames de nuevo, solo quiero que sepas que de verdad lo siento.
Ella suspiró.
—¿Por qué? Ahora que salgo con tu medio hermano, ¿Quieres hacer las paces?
—Él no es mi hermano, para mí no existe, tampoco Michael, ellos no son mi familia.
—Ese es tu problema Evan, no has madurado, no puedes superar las cosas, ni siquiera le pudiste demostrar a William cuando estaba contigo que en verdad podías tener una buena vida, no quiero saber cómo vas a terminar y lo mejor es que todos lo sepan.
—¿Qué sepan qué? ¿Qué soy un maldito desastre? ¿Un drogadicto de mierda? ¿Mentiroso y manipulador? De nada servirá porque ya tengo lo que quería desde el principio pero si quieres arruinarme, está bien, hazlo.
Nos miramos sin decir nada, existía una enorme tensión entre los dos, nos recorría el cuerpo.
—Tú también querías arruinarme. —susurró.
—Todavía puedo hacerlo pero no lo haría, ya no.
—No te creo —pronunció las palabras con voz baja pero haciéndolas muy claras —Yo era la razón del porqué estás haciendo esto, porque era yo quien te iba a dar el maldito dinero, por nuestra mentira, eres capaz de todo para conseguir lo que quieres.
—Ahora la tengo, Amber, ¿Qué otra razón podría tener para seguir haciéndote daño?
—Tú eres capaz de conseguir lo que quieres, nunca hay un "no" para ti.
—La única cosa que quiero justo ahora es a ti pero conseguirte de nuevo, no será fácil. ¿Al menos me dejarás saber que estás bien?
—Seguiremos viéndonos si decides hacer las paces con Chris.
La conmoción en mi rostro fue más que evidente, suspiré profundamente, no podía hacerlo, no iba a mantener una relación con Chris solo por Amber, ni siquiera podía soportar verlo solo a él, menos juntos con Amber, era una sacrificio que no iba a poder hacer.
Apenas iba a responderle que no pero vi por encima del hombro de Amber a Karen acercándose y no venía solo, con ella venía Michael, Karen agitó la mano para que alcanzara a verla desde la distancia, no fue difícil porque ella se acercaba rápido. Se me escapó el aliento, se me aflojaron las rodillas, por un momento creí que no iba a poder sostenerme, no podía salir corriendo, maldije y Amber se giró para ver que sucedía.
—¿Evan, estás bien? Douglas me dijo que te vio mal y quería ver si todo estaba bien —yo no pude responderle, ni siquiera me pude mover así que prefirió saludar a Amber —Oh, Amber, no te esperábamos en la conmemoración, me da gusto verte aquí, la verdad es que llegaste caída del cielo.
Amber tartamudeó, quiso despistar el nervio que también la dominó, tratando de sonreír pero ella temblaba tanto como yo que apenas se le podía ver como una sonrisa simpática, las cosas empeoraron porque Michael la vio con unos ojos interrogatorios.
—¿Amber? ¿Conoces a Karen desde antes? —le preguntó Michael con sorpresa, la misma que trató de hacer muy leve pero se le notaba que en verdad le sorprendía que Karen le tuviera la suficiente confianza a la hora de dirigirse a ella. —¿Y también a Evan?
—Esperen —intervino Karen, con ambas cejas alzadas —¿Ya habías conocido a mi padre antes, Amber? ¿Si se la presentaste después de todo, Evan? Me dijiste que no...
—Cállate, Karen. —espeté, tenía la mandíbula apretada que esperaba que hubiera sido entendible, Karen lucía confundida pero mis ojos mordaces la hicieron callar.
—Claro que conozco a Amber —admitió Michael con naturalidad, él estaba a punto de decirlo y yo debía evitarlo, aunque seguro ya no se iba a poder hacer nada, joder, se nos había salido de las manos, la mentira ya se había descubierto pero al menos debía intentar mantenerla oculta mientras podía en estos pocos minutos.
—¡Tú ni siquiera deberías estar aquí —le grité a Michael antes de que pudiera terminar la frase —¡Ya te habías largado!
Karen parpadeó al ver mi repentina actitud violenta, la única que no se alteró fue Amber, estaba seguro de que nada la podría hacer volver en sí, me preocupé más en llevarme a Amber de ahí pero Michael y Karen me tenían acorralado.
—Estoy en esta conmemoración porque William es mi hermano, creo que puedo quedarme el tiempo que quiera, Evan, así que por favor guarda un poco de respeto.
—¿¡Respeto!? —me carcajee, frunciendo el ceño —Por favor, quien debería saber de respeto eres tú, abandonar a tus hijos ¿Crees que es un acto de respeto?
—Basta, ¡Evan! —Karen me puso una mano sobre el pecho porque a esta altura yo ya me estaba acercando a Michael, propinarle unos golpes era lo que me estaba tentando a hacer.
Amber poco a poco se quiso ir de la escena pero de nueva cuenta, Michael la detuvo, no iba a dejarla ir sin saber que era lo que ocurría, esperaba que Amber no pudiera cooperar con él.
—Amber, no sabía que Karen y Evan te conocían, ¿Por qué no me lo dijiste?
—¿Qué? —exclamó Karen, con los ojos levemente dilatados, viéndome a mí y luego a Amber, tan rápido que su mirada era difícil de procesar —¿De que estás hablando? Amber nos conoce porque...
—¡Karen! —le grité para hacerla callar pero fue mi error porque ella lo entendió todo, sabía que teníamos algo que ocultar.
—¡Amber! ¿Qué está pasando? —ahora se fue hacia Amber, sabía que ella no podría resistirse a mentirle por tal razón, Amber bajó la mirada, podía verla palidecer, la sangre de sus mejillas desapareció, sus ojos quedaron simplemente ausentes, temblaba tanto que se cubrió con los brazos.
—No puedo —respondió ella con voz mortecina, casi desvaneciéndose, quise estar más cerca de ella por si llegaba desplomarse, que seguro podría ocurrir.
—¿No puedes que? —le apremió a responder Karen y yo supe que ella no merecía que todos estuvieran en su contra, esto era mi problema, si debían estar molestos era conmigo, si deseaban odiarme era a mí a quien debían culpar.
—Díselo Karen, dile a Michael porque Amber nos conoce —le pedí con tono casual, despreocupado, ya no me importaba, prefería dejar que ellos me señalaran, ya era muy normal que me vieran mal.
Karen tragó saliva, vio hacia Michael un poco aterrada de tener que escuchar la respuesta.
—Papá, ¿De dónde conoces a Amber? Si Evan me dijo que nunca te la presentó.
Michael reflejaba en su rostro una incredulidad que parecía ser leve pero que le quitaba coordinación a sus palabras.
—Amber... es la novia de...Chris. Ella estaba con nosotros en el restaurante, ahora entiendo porque Evan huyó de ahí, ¿De dónde se conocen ustedes?
Karen estaba luchando contra el sentimiento que tenía en el pecho que le impidió hablar, se estaba ahogando, su mandíbula cayó cuando más tarde sus pensamientos se unieron y pudo entender que estaba sucediendo, aunque ciertamente ni siquiera sabía la cuarta parte de la mentira, porque de ser así, ni siquiera podría ser capaz de creerlo.
—Papá, Amber es esposa de Evan desde casi medio año. —confesó con el horror cruzando su rostro, robándose el aliento de su garganta, estaba paralizada, presa de la impunidad.
Todos los ojos instintivamente se clavaron sobre mí, sus ojos quedaron bien puestos en mi rostro pero yo en ese momento no tenía ojos ni concentración para ellos dos, mi preocupación estaba sobre una persona, Amber, cuidaba que ella no entrara en un colapso, quería que se fuera de ahí y se lo pedí en un grito silencioso cuando mis ojos intensos atrajeron su atención.
Ella dio pasos hacia atrás y lentamente se fue perdiendo, claro que Karen y Michael después se dieron cuenta que ella estaba huyendo pero yo insistí que la mentira era mi culpa, sobre todo porque me puse en el camino de ambos para que no tuvieran la intención de ir detrás de ella pues me había prometido una cosa, protegerla, aunque ya de nada podía servir que estuviera haciéndole un bien.
Había hecho de ella una mentirosa y le había hecho perder el cariño que Karen le tuvo, quizá la arruine sin la intención de hacerlo, pero nuestra historia al parecer no acababa con que la mentira ya fuera descubierta, ella tendría que recuperar a Karen y quizá a Chris y yo iba a tener que aprender a sobrevivir sin ella, aunque eso la verdad ya no era una opción, porque yo sabía lo que quería y Amber estaba por encima de todo.
Si ya estuve en contra del mundo una vez por dinero, ¿Por qué no hacerlo de nuevo por Amber que tiene mucho más valor? Esta vez haría mis propios sacrificios.
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