C51
Lo primero que hizo Evan al acercarnos a la puerta del departamento de Karen fue darme el anillo, tuve que ponérmelo porque no quería escucharlo dirigirme la palabra, a veces solo hacía lo que me pedía para mantenerlo callado; tocó la puerta y yo tuve que respirar antes de dar mi actuación, me costaba hacerlo delante de alguien a quien quería. Karen abrió la puerta y a quien abrazó primero fue a mí, pude sentir sus brazos rodeándome el cuerpo tan fuerte por la felicidad que la embargaba, hasta podía sentir recorrerme todo el cuerpo.
—¡Felicidades! —me dijo con un tono cantarín, le sonreí tan fuerte porque me encantaba verla.
Después abrazó a Evan, se le podía ver que el entusiasmo era un poco menos que cuando lo hizo conmigo, también lo felicitó pero las asperezas todavía se podían sentir entre los dos un poco. Nos invitó a pasar, Milly estaba viendo televisión en la sala y al vernos también corrió hacia mí dirección, le abracé y de inmediato me invitó a unirme y jugar MONOPOLY.
—Me encantaría pero debo primero hablar con tu mamá, cuando termine vengo a jugar contigo.
Evan y yo fuimos a la sala de estar, Karen nos estaba sirviendo limonada rosa, sabía muy buena, tenía granada y eso le daba un toque ácido muy delicioso. Ella nos veía con una sonrisita, quería empezar a preguntarnos todo lo de la "boda" y nosotros dejamos que lo hiciera.
—Hablé con William ayer —nos informó, miró sus manos un momento y luego hacia nosotros —Y le gustaría saber los detalles, por ahora no puede estar aquí pero se lo haré saber.
—¿Todo está bien con él? —preguntó Evan con bastante interés.
—Podría decirse que sí, Douglas está con él en el hospital y me mantiene al pendiente de lo que le pasa pero últimamente ha estado decayendo, a veces está bien y otras muy mal.
—¿Tan mal está? —volvió a preguntarle.
Karen hizo un gesto en disgusto, ella no nos mentiría, era bastante sincera y directa respecto a todo.
—Sí, en estos últimos días ha estado muy mal —su expresión anteriormente feliz se puso serio, a mi me desagradaba la idea de que William estuviera mucho peor, no sabía si para Evan era en verdad auténtico el sentimiento de tristeza. —Pero no quiero abrumarlos con esto, vinieron a contarme lo de su boda en Las Vegas.
Ella meneó la cabeza para quitarse del pensamiento el mal estado de William, ella lo que trataba de hacer era atraer la felicidad de hace un momento, la misma antes de que tocáramos el tema de William, Evan se reservó a no decir nada y yo lo miré como preguntándole si era yo la que tendría que decirle todo a su hermana
—Bueno...en sí no fue una boda —tartamudee un poco pues no sabía si lo que decía estaba bien, vi a Evan para buscar una clase de aprobación a lo que dije pues no quería que me echara en cara después todo, no tenía ánimos de aguantarlo.
—Fue algo sencillo —intervino él de repente, sacándome un ligero susto, creí que se iba a oponer mis palabras pero solo siguió el hilo, y ya pensándolo bien, no iba a oponerse a nada que yo dijese pues teníamos que actuar como un matrimonio esplendoroso, eso era lo que hacían los recién casados y debía ser cortés. —Y fue decisión de ambos porque queríamos hacer esto cuanto antes.
Karen alzó ambas cejas, con expresión sorprendida, le debía parecer una locura toda esta precipitación de nuestro casamiento pero al parecer lo respetó por completo, creyó que nosotros fuimos muy conscientes respecto a nuestra privacidad.
—Es algo nuevo para mí darme cuenta que en verdad están casados, hace poco le diste el anillo y ahora ya están aquí como un matrimonio. —rió entre dientes, yo intenté sonreír pero escucharla decir lo de "matrimonio" el estómago se me revolvió pero tampoco quería cambiar mi estado de humor —Respeto su decisión y esperemos que alguna vez quieran hacer una ceremonia con amigos cuando renueven sus votos. De todos modos por lo que vi en las fotos fue una boda linda.
—Sí, lo fue —sonreí e inesperadamente Evan me tomó la mano, me esforcé demasiado para no reaccionar de manera contraría, lo miré a los ojos sin quitar la sonrisa de mi rostro, debía actuar y proseguir con la farsa y la mentira.
Y ahí estábamos los dos, fingiendo una enorme cantidad de amor el uno por el otro, nos vimos a los ojos por unos segundos y yo me hundí en ellos no porque quería, sino porque prefería olvidarme de que era lo que cruzaba por mi mente en ese momento. Le dije a Evan que contara lo de la ceremonia, lo hizo con los detalles suficientes para que Karen quedara satisfecha, yo aproveche para irme con Milly y ver que hacía, solo jugaba con las piezas del MONOPOLY.
—¿Quieres a un compañero para jugar? —le pregunté con una sonrisa de oreja a oreja, me senté en el suelo, cruzando mis piernas.
Ella asintió, entusiasmada, se veía demasiado tierna acomodando las piezas y repartiendo los billetes para empezar la ronda.
—El que tenga más dinero y propiedades, gana, ¿De acuerdo?
—Claro.
Empezamos a jugar, ella era una buena competidora, muy lista, me llegó a quitar buenas propiedades y también sabía administrar el dinero falso, seguramente lo aprendió de su madre, podía asegurarlo.
—Este es juego nuevo, ¿De tu cumpleaños?
—Sí, mi padre me lo regaló, ¿Verdad que es genial? Hace dos días lo jugué con mis amigas y yo gané. —sonrió.
Yo le regresé la sonrisa.
—Te creo, debiste sacar lo buena administradora como tu mamá.
Estuvimos jugando por unos veinte minutos hasta que Karen se nos acercó, me trajo más limonada y de pasada le dio a Milly un poco más, se quedó a presenciar un poco la partida y me ayudó para intentar ganarle a Milly ya que era muy buena, al final ella terminó ganando, se quedó con todo mi dinero y la mitad de mis propiedades.
—A ella le encanta este juego ¡Se gana todo! —se carcajeó, su hija estaba más que contenta contando sus billetes y las propiedades —¿Por qué no traes el otro juego que te compró tu padre? Lo jugaremos todos, anda.
Milly corrió hacia su habitación, dejando a medio recoger el MONOPOLY, Karen aprovechó para sentarse en el piso conmigo, me agradaba que estuviéramos ella y yo solas pero igual me ponía nerviosa porque yo no quería decir más de la cuenta, no quería que algo se me escapara de la mentira.
—Su padre debe conocerla bien si sabe que su favorito es el MONOPOLY, mi padre por lo general siempre necesitaba ayuda porque no sabía que regalarme —reí bajito, aun escuchaba la conversación que tenía con mi madre sobre que darme de navidad o de cumpleaños, siempre le fallaron mis gustos pero nunca fue mal padre.
—Es lo único que tiene de buen padre —comentó, viendo hacia la habitación de Milly, esperando que ella no llegara de repente —No digo que sea tan malo pero a veces debo recordarle que tiene una hija, suele olvidarse de su cumpleaños y de que comida es alérgica.
No dije nada, simplemente dejé que ella se desahogara al respecto.
—Este cumpleaños de Milly no pudo estar aquí, hizo un viaje de negocios y no pudo cancelarlo pero si se hubiera acordado que era cumpleaños de su hija, si hubiera podido venir porque podía cambiar la maldita fecha del viaje.
Esperé en silencio porque presentía que diría más cosas pero ella solo bebió de la limonada, yo no quería decir nada pero tuve la necesidad de conocer un poco más de Karen, me llamaba la atención.
—Evan me platicó que él fue tú primer novio —le explique con voz tímida, ella dio una sonrisa torcida pero extraña, no supe interpretarla, creo que recordárselo le incomodaba.
—Sí, lo fue, quedé embarazada a los veintidós, poco después de acabar la universidad, fuimos novios por cuatro años. Nos casamos por mi embarazo pero nuestra boda fue muy bonita, con amigos, grandes arreglos...—enmudeció para reírse —Y todo para nada, una pérdida de tiempo y dinero, sabes, me hubiese gustado casarme como tú y Evan, no debí emocionarme tanto pero estando enamorada y tan locamente a como lo estaba de Martin, quería convertir la boda en nuestro cuento de hadas real. Y no digo que su boda haya estado mal, de hecho lo admiró más, solo necesitaron de ustedes dos para estar seguros que eso era todo lo que tendrían siempre.
Apenas iba a preguntarle que había pasado entre los dos porque en ciertos momentos su expresión se endurecía, no sabía que clase de recuerdos podían estar pasando por su cabeza para de repente dejarla muy ausente. Milly volvió con CandyLand, yo no conocía el juego por lo que seguro sería una tarde larga, me paré para ir a la cocina y servirme más limonada.
Evan estaba en su celular y cuando me vio pasar a la cocina, se levantó y guardó el teléfono, desee que no fuera detrás de mí pero claro que su intención era eso.
—Karen nos dijo si podíamos ir con ella en una hora más a visitar a William. Debemos ir —concluyó en tono breve.
No protesté porque él tenía que aceptar mi petición.
—De acuerdo pero yo volveré a Chicago hoy en la noche.
Sus ojos estaban sorprendidos y lentamente se fueron volviendo enfurecidos, estaban quietos en mí rostro pero no me eché para atrás, obviamente no iba a ponerse a discutir conmigo y eso fue lo que me hizo revelarme, arqueó ambas cejas y parpadeó como si se encontrara con un desconocido.
—¿Qué? —protestó en voz baja, solo yo fui capaz de escucharlo, se puso a mi lado, impidiéndome que me saliera de la cocina —¿De qué hablas?
—Debo volver a Chicago, mañana en la mañana, tengo cosas que hacer.
—¿Y porque carajos no me lo dijiste? —tenía la mandíbula apretada que entenderle era un poco más difícil. Ya estaba demasiado acostumbrada a esta clase de reacción.
—Porque no tienes por qué saberlo, si quieres puedes quedarte pero yo me iré.
Su rostro estaba demasiado cerca del mío, tanto que en lugar de intimidarme solo me concentré en lo que de repente guardaban sus ojos.
— ¿Es por ese tal Chris, cierto? Sí, la verdad es que no eres nada discreta.
Intenté mostrarme indiferente pero me molestaba mucho que se metiera en mis asuntos y que se quisiera hacer cargo de algo que no era suyo.
—No necesito decirte ni explicarte mi razón de regresar a Chicago, de todas formas yo vivo ahí y la razón sale sobrando.
—Me vale una mierda si es él o no la razón, puedes irte pero no quiero quedar como un completo imbécil delante de Karen, así que nos tendremos que ir los dos.
—Preferiría que te quedaras.
—Tú tampoco puedes decirme que hacer.
Quedamos en un silencio inmediato, estaba que no podía siquiera tragar saliva de lo enfurecida que estaba, no quería perder esta partida, yo me iría a cumplir mi compromiso con Chris, hice una mueca cuando recordé que otra vez se había salido con la suya.
—Estoy harta de esto —confesé, desesperada, pasándome los dedos por el cabello pero manteniendo compostura para no alertar a Karen.
Me miró otra vez fijamente y agregó con altanera:
—Esto es el matrimonio te guste o no.
—Nosotros no somos un matrimonio —le aclaré con rapidez, sintiendo como el calor en mi cuerpo subía cada vez más por el coraje que debí contener.
—Ahora estamos fingiendo que sí, así que actúa como tal.
Reí con amargura, era increíble que estuviera diciéndome esto cuando el maldito mentiroso aquí era él, ¿Cómo podía decirlo como si nada?
—¿Y porque no convences tu solo a Karen? Eres buen actor y buen mentiroso.
Rió sin pizca de gracia y puso esa sonrisa chiflada y estúpida que me carcomía de ira por dentro.
—Échale la culpa a ella y del cariño que te tiene, porque si ella te hubiese odiado a como lo hizo con las chicas que conoció antes de ti, yo mismo te hubiese descartado desde hace tiempo. Cuando se trata de ti, ella cree todo.
—No la culpes a ella —refuté, con tono punzante, ella era con la que menos debía meterse y yo saldría a defenderla —Porque no has visto lo que ella ha hecho por ti ya que eres un maldito desgraciado que no tiene remedio.
Lo hice a un lado para poder irme a la sala y seguir jugando con ellas, ya debían estar preguntándose porque tardaba tanto. Lo único que sentí al irme fueron sus ojos sobre mi espalda, me estremecí porque fue por todo el camino hasta que llegue a la sala y aun así después vi que se acercó para vernos juzgar desde lejos.
Lo ignoré pero difícilmente podía hacerlo cuando veía a Karen sonreír y decirme que éramos buen equipo en juegos, no quería ni imaginar su reacción en cuanto descubriera la verdad ni tampoco cuando llegara el momento de separarme de ella y Milly, por su bien mantendría la verdad escondida porque ella no merecía esto ni yo tampoco.
Perdón la tardanza pero este día he andado media rara sobre todo porque tengo un oído tapado y me siento un poco desganada pero tuve tiempo de editar el capítulo, si hay algunos errores de ortografía disculpen si no los vi, a veces se me pasan esos detalles.
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Las amo y nos leemos en la próxima
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