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C44

No quise abrir el mensaje pero lo hice, contra mi voluntad tuve que hacerlo porque en verdad no quería saber nada de él, tenía miedo de lo que podría decir en ese mensaje, estaba presa del pánico, una sensación nostálgica me embargó, quise llorar en cuanto fui leyendo el mensaje; recordar que antes me emocionaba o estaba impaciente por recibir un mensaje de Evan, ahora era lo contrario, me dolía, era una molestia y un miedo que en mi vida creí que pudiera sentir.

—Tendremos que ir Seattle este fin de semana, Emilia cumplirá años y Karen te está invitando, debemos ir juntos

No sabía que responderle, ese fin de semana sería para mí, ya tenía planes, iría a la exposición de Lisa Hill, no podía perderme la oportunidad, ¿Qué debía hacer? ¿Negarme? Mire la pantalla por largos minutos, mi cabeza estaba en blanco, no sabía como empezar a decirle que no podría ir, tenía miedo.

Tengo planes para el sábado

Segundos después respondió:

Cancélalo, ya compré los boletos para Seattle, debemos estar ahí, William cada día está empeorando más, debemos ir.

Yo sabía que el estado de salud de William no le era tan importante, lo único que de verdad le importaba era saber cuanto le quedaba de vida, eso me hizo sentir impotente, extremadamente triste, no quería recordar que era parte de un plan tan asqueroso e inhumano, solo por dinero.

¿Y si digo que no?

—Sabes como funcionan las cosas, no creo que te convenga hacer lo que tu quieres.

Me apreté los ojos, no quería tener más problemas, estaba temblando sobre la cama, quería arroparme, sentirme segura pero no había forma, el único recurso que tenia cuando un miedo de esta clase me ponía mal, era Evan, ya no tendría más sus consuelos, eso ya no iba a volver a ocurrir.

De mala gana y con un nudo en la garganta tuve que aceptar la petición de volar a Seattle este fin de semana, estaba consciente de que solo teníamos que fingir delante de Karen y William, para los demás ya no, eso podría ser más fácil, al menos eso creía y esperaba que así fuera.

(...)

En el vuelo hacia Seattle, nos sentamos lejos uno del otro, la idea de no comprar los asientos juntos me alegró, me pareció bueno que lo hubiera hecho así, que no quisiera mantener nuestra farsa en todo el camino estaba bien, prefería interpretar mi papel de novia enamorada estando delante de su familia. el tiempo con él en el avión se hizo tan largo que me ocupe en responder el mensaje de Chris, el recuerdo me vino a la mente, todavía podía verme llamándole por teléfono el día siguiente que Evan me dijo que iríamos a Seattle para la fiesta de Milly, me disculpé con él porque no iba a poder ir a recogerlos, ni tampoco ir a la exposición, claro que me preguntó porque y yo respondí que debía viajar fuera de la ciudad por cuestiones personales; se sintió mal por mí y me aseguró que no habría problema, me deseó suerte.

El vuelo terminó y al bajar estuvimos de la misma forma, distantes y cada quien prácticamente caminaba por su lado, manteniendo nuestra distancia a unos tres metros uno del otro; afuera nos esperaba un auto aparcado que seguro Evan debió haber rentado, esperé a que desactivara la alarma y me subí del lado del copiloto. En el recorrido al departamento de Karen me di los últimos retoques al maquillaje que no pude darme en el avión, el silencio se volvió incómodo que él tuvo la necesidad de encender la radio y poner lo que fuera que provocara ruido.

—Volveremos a Chicago está noche, no duraremos mucho en lo de Karen —me informó de manera muy plana, no había expresión.

Por raro que fuera, ya no me sorprendía que me hablara de esa manera ni tampoco que yo le respondiera tan indiferente, sabía que no tenía derecho de reclamarme nada.

—Yo quiero estar en la fiesta el tiempo que se me plazca, lo hago por Karen y Milly, no por ti—le asegure, sin siquiera verlo a la cara.

Vi de reojo que se tensó un poco, claro que era verdad que yo lo hacía por ellas, él ya no era de mi interés para nada.

—Puedes estar con ellas el tiempo que quieras, lo que ya sabes es que no debes decir nada —en cuanto dijo eso me estremecí, él pareció notarlo porque ya no agregó nada más.

Condujo por unos cinco minutos más y llegamos al departamento de Karen, de nueva cuenta en nuestro recorrido estuvimos distantes uno del otro, por alguna razón quería llorar, me sentía muy mal, una tristeza descomunal me apretaba el pecho, me dolía hacer esto, fingir y mentirle a todos porque yo le tenía aprecio a Karen.

Cuando ya estábamos frente a la puerta, me agarró de la mano para que al momento de que quien abriera la puerta nos viera juntos; su contacto desencadenó un millón de sentimientos más que todos inclinados hacia el desprecio y la molestia, quería soltarlo, empujarlo de mí y gritarle que no me volviera a tocar pero cuando Karen nos recibió, con el dolor de mi alma tuve que fingir una sonrisa.

—Pasen, la fiesta recién empieza —nos saludó con una sonrisa linda, como siempre, ella me saludó a mí primero y después a Evan, sentí que lo hizo con un poco menos de entusiasmo que conmigo.

Tenía entendido que podía hablar con Karen de todo, menos de lo que Evan y yo sabíamos, así que cuando nos mezclamos en la fiesta hice un gran esfuerzo para no echarme a llorar cuando saludamos a William quien se veía mal, peor que la última vez; Karen nos explicó que las quimioterapias estaban siendo más fuertes que antes, por eso ahora le era imposible respirar, necesitaba de una máscara de aire, Evan se quedó con él platicando, mientras yo iba con Karen para saludar a Emilia y entregarle su obsequio, jugué con ella y saludé a unos pocos de sus amigos y es que el departamento de Karen era muy grande, mucho más que él de Evan, había espacio para que todos corrieran y jugaran, había música y montones de dulces, pasteles y chucherías.

—¿Todo bien? —me preguntó ella cuando me fui a servir un poco de ponche rosa, el color que Milly eligió para temática de la fiesta.

Sonreí, me sentía bien no estar todo el tiempo cerca de Evan, ya era suficiente estar en el mismo lugar, me sentía vulnerable y un poco vigilada también, Evan esperaba que no cometiera un error o diera un paso equivocado.

—Sí, todo va muy bien —respondí, sonriendo.

—¿Ya no hay más mentiras? Evan se sigue comportando...¿Bien?

Trague saliva, disminuí sin querer un poco mi sonrisa, por un segundo vi a Evan charlando con Douglas y William, me repetí mil veces que no debía hacer esto, que no podía mentirles pero mi vida cruzaba por mi mente en segundos, debía haberlo, no existía otra forma.

—¿Cómo lo de nuestro padre? Él está vivo, sé que te mintió porque lo odia demasiado pero exageró mucho, ¿Le pediste alguna explicación?

Asentí, fue lo más difícil que pude haber hecho, Evan ni siquiera se sintió arrepentido de todas las mentiras que me dijo, de los juegos a los que yo caí tan inocentemente, aún seguía culpándome a mi misma por caer, por enamorarme y por entregarle todo de mí a un hombre tan despreciable como él. 

—Estamos muy bien, hemos pasado lo peor —comenté de la forma más segura que pude, sonriendo pero sin ser muy falsa —Pasamos por momentos difíciles pero los superamos.

Karen sonrió de forma sincera, de verdad se había creído la mentira y yo no pude sentirme peor, no quería lastimar a Karen como Evan lo había hecho conmigo, ¿Cómo iba a poder remediar el daño después? Quería a Karen, si lo descubría, ella me odiaría siempre.

—Sabes, hace unos días William y yo hablamos de Evan —añadió de forma casual, echando un vistazo hacia William —Y él me dijo que hace una semana, Evan le confesó que quería algo contigo más formal, sabes a lo que me refiero, le he dicho a Douglas que al parecer contigo ha conseguido lo que nadie más le ha dado, lo que hemos querido para él, lo has cambiado tanto, Amber.

Estaba a punto de protestar, de decirle que nada de esto tenía que ver conmigo pero en ese Evan se nos acercó a nosotras, me había dejado con la frase a medias, se me acercó y me pasó la mano por la cintura, yo me tensé pero rápido traté de alejar la incomodidad por el bien de los tres. Evan me sonrió cuando lo vi, era un buen mentiroso, un buen actor.

—Amber, Karen, necesito que vengan conmigo, —nos pidió de la manera más atenta, su tono era suave, extraño pues con Karen era algo más seria —Las necesito a todos reunidos.

Fuimos hacia donde Evan había reunido a la familia invitada a la fiesta a una sala de estar que estaba detrás de unas puertas corredizas, era dónde seguramente Karen tenía reuniones o citas de negocios, era un lugar privado y casi el ruido no se percibía ahí; había unas siete u ocho personas ahí dentro, el pecho me ardió y las manos me sudaron cuando le dijo a Karen que se fuera con los demás.

A este punto no procese nada porque sabía que era todo esto, estaba aterrada, muerta de pánico, acorralada, ya no iba a poder salir de lo que iba a pasar....

Una propuesta de matrimonio.


Volviendo con un nuevo capítulo :) Espero que este si les haya gustado nenas, perdon de nuevo por la tardanza. 

Estoy trabajando en escribir los capítulos así que no sabría que días volveré a subir, ya no podrán ser de dos como antes pero trataré de hacerlos largos para que puedan tener más de los capítulos 

Gracias por sus buenos deseos en mi exámen, les quiero de verdad agradecer, son muy lindas y yo sé que se podrá lograr pasar ese exámen a como dé lugar.

Besitos y nos seguimos leyendo 


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