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C42

Quise creer que nadie se había dado cuenta de mi repentino cambio de humor en toda la semana que estuve en el trabajo pero era imposible ignorarlo, llegue a estar demasiado desorientada que Nancy tuvo que irme a llamar a su oficina para preguntarme si todo estaba bien, si tenía algún problema porque estos días mi rendimiento había bajado un poco, solo le comenté que estaba preocupada por un familiar y ella pareció entender.

A la hora de la comida, Florence no fue la única que notó mi cambio de humor, veía que jugaba con mi comida y que de vez en cuando bebía de mi refresco, como ella no era tan curiosa no me preguntó los primeros días, hasta después que de verdad lucía muy mal. Le dije que Evan y yo estábamos a punto de terminar, porque yo podía decirles a mis amigos la verdad, menos a Karen o William, ese fue el trato, fingiría este noviazgo con quienes les convenía a ellos.

—Oh de verdad lo siento —apreciaba su buena actitud y su consuelo —Sé que los rompimientos no son fáciles porque le entregaste tiempo a una persona que era importante para ti, sé por lo que estás pasando, te duele mucho todo esto pero créeme que no será para siempre, aunque creas que lo será.

Fingí que sus palabras podría servir en el gran problema que tenía, si supiera la verdadera razón no creo que hubiese podido  darme un consejo para sobrellevar este problema que era el peor de toda mi vida; su intención era como siempre buena y traté de sonreírle.

—Eres muy atenta, Flo y lo aprecio —susurré, agradeciéndole el apoyo tomándole de la mano —Eres una buena amiga pero creo que solo necesito estar sola para pensar todo muy bien.

—Bueno yo...—hizo una pausa, parecía estar avergonzada —Quería invitarte a una reunión que habrá en mi fraternidad mañana, deberías venir, te hará muy bien estar fuera en lugar de en tu departamento, será modesta, solo veremos una película. ¿Te animas?

Recordé lo bien que me había pasado el día en la fraternidad, eran personas muy amables y me gustó estar ahí, aprendí mucho y siempre estaban riendo y eso a mi me gustaba mucho porque les gustaba el ruido pero en el buen sentido, no querían silencio, disfrutaban de convivir entre todos, incluso con desconocidos como yo.

Y lo que de verdad necesitaba era despejarme, no quería llegar a casa y pensar en lo que estaba pasando, en la tortura que sería tener que fingirme ahora enamorada de Evan, tener que pretender que teníamos una conexión; en mí nada de eso existía ya. No importaba ni siquiera los momentos especiales que vivimos, ni los secretos más íntimos que le confesé, eso ya no tenía valor.

—Supongo que no puedo negarme —respondí, no pude evitarlo, pensé que esto era una mala idea pero a la vez que debía aceptarlo aunque fuera difícil. —Está bien, iré, pero prométeme que no me dejarás sola.

—Claro que sí —me prometió, agarrándome la mano y dándole un apretón, se veía lo emocionada que estaba por haber logrado subirme un poco el ánimo.

(...)

—¿Qué película van a proyectar? —preguntó Florence cuando llegamos a la residencia, fuimos al jardín trasero donde habían armado un cine con una gran cortina y un proyector, me parecía tan agradable y lindo que todos estuvieran reunidos sobre el césped, repartiendo palomitas con sal.

Reconocí a Nick quien nos saludó cordialmente, me dio gusto que me recordara. El día estaba perfecto para una función al aire libre, este día no hizo tanto frío y el sol ya se estaba ocultando, dejando el cielo casi a oscuras, lo que permitía que la película se viera muy clara.

—Aún estamos votando, si no nos ponemos de acuerdo tendré que elegir una al azar.

Florence y yo reímos, se veía en el grupo que no iba a hacer fácil elegir una, discutían pero no en el mal sentido, estaban eligiendo de manera civilizada, nos dios la impresión de que sería un poco tardado. Elegimos nuestro lugar con los demás y comimos palomitas en lo que esperábamos que se decidieran a escoger una, mientras Florence trató de sacarme platica y me presentó a una de sus compañeras en la residencia, se llamaba Lydia, era solo un año mayor que Florence, era encantadora, le gustaba hacer bromas, me recordó a Emma de inmediato.

—Voy a ir por más palomitas, ¿Quieren más? —nos preguntó Florence, Lydia aceptó pero yo como quería usar el baño fui con ella a la residencia.

Entramos por la puerta de la cocina mientras Florence me explicó que el baño estaba en el piso de arriba en el fondo, me alegró que fuese fácil de encontrar; subí las escaleras tan rápido como pude y al ver la puerta en el fondo como ella me dijo, corrí y entré para no perder más tiempo. Cuando salí,  escuché que muchos allá fuera ya estaban celebrando que habían puesto la película, eso quería decir que finalmente habían elegido una.

Fui hacia las escaleras para bajar y me frené cuando vi subir a Chris, él me vio y también se detuvo, nos sonreímos en automático, no sé porque me sentía avergonzada, tal vez porque obstruía su paso.

—Hola, Amber, me da gusto verte por aquí, ¿Vienes a la proyección de hoy? —me preguntó, sin querer me concentré en los hoyuelos que se le formaron al sonreírme un poco más fuerte.

—Sí, Florence me invitó, ¿Cuál eligieron?

El pianista

Me mordí el labio.

—Ya la vi.

—Yo también —se carcajeo —Iba a subir para prestarles otra pero no creo que me hagan caso, creo que mejor preparo algo en la cocina, es una película larga.

—Creo que a mi tampoco me queda de otra que ir a la cocina —reí —Será una larga noche.

—Apuesto a que aún no has probado las galletas de coco veganas que preparo, son muy ricas, te encantarán. Las prepararé para que las pruebes.

—Me gustaría ayudar.

—Claro que sí, me vendría bien la ayuda. —sonrió.

Fuimos a la cocina en lo que me explicaba los ingredientes que necesitaba, que para sorpresa no eran tantos, también me dijo el procedimiento en lo que sacaba recipientes y la bandeja donde las pondría cuando las termináramos de preparar. Me dio el trabajo más fácil, que fue mezclar los ingredientes.

—Puedes llevarte las que quieres a tu casa, saldrá una buena cantidad de galletas —me dijo con una sonrisa amigable, me hizo sentir muy bien, bastante cómoda.

Reí.

—Oh gracias pero no es necesario, con unas cuantas bastan, vivo con una amiga pero ella no está en el departamento casi siempre, podría decirse que solo soy yo.

—Eso es genial, yo vivo solo, qué más quisiera tener a un amigo que viva conmigo pero todos están lejos.

— ¿No eres de Chicago?

—No, soy de Washington pero me crié en Oregón y vine a estudiar la universidad a Chicago. ¿Tú eres de aquí?

Lo único que estuvo en mi cabeza cuando mencionó Washington fue a mi madre, hubiese deseado en ese entonces que me quitara a Evan, debí haberla dejado seducirle todo lo que quisiera, dios estaba tan cegada, de verdad que fui una estúpida.

Sonreí algo avergonzada de contestarle después.

—Sí, yo nací aquí mismo.

—¿Y que estudiaste? —me preguntó de repente.

Comenzamos a hacer las bolitas para formar las galletas, engrasamos un poco la bandeja y colocamos el papel encerado para ir poniéndolas de poco a poco, la masa de las galletas olía tan bien que desee comérmelas a escondidas.

—Comunicación, quería ser fotógrafa y  vivir de eso,  por ahora así parece, trabajo en Chicago Journals, como fotógrafa en la sección de negocios, ¿Y tú?

Sus ojos color miel se iluminaron un poco, una clase de alegría se manifestó en su rostro y también en su voz.

—Yo soy camarógrafo en el programa Good Afternoon Chicago, ¿También te gustan mucho las cámaras como a mí?

Sonreí, no quería emocionarme tanto, era una simple coincidencia pero me agradaba la idea de que pudiéramos ser buenos amigos ya que lo necesitaba ahora que Daniel salía con Mia, no es que no se me permitiera estar con él pero la mayoría del tiempo estaban juntos.

—Sí, desde muy pequeña me ha gustado mucho la fotografía, de hecho fui a la charla de Lisa Hill que dio en la universidad hace unos días, es mi fotógrafa favorita —hablar de Lisa Hill lograba sacar mi niña interna, me ponía muy entusiasmada, recordar ese día me ponía feliz —Quise poder conocerla en persona pero supongo que tenía prisa.

—¿Lisa Hill? Ella irá al programa en dos días, escuche que la habían programado.

—¡¿Qué?! —casi se me cae la masa de las galletas que tenía en la mano, estaba con los ojos abiertos de par en par, iba a tener que pedirle que me sacudiera de los hombros, no lo podía creer —¿Vendrá a Chicago de nuevo? ¿No sabes para que?

—No estoy seguro, creo que será una sorpresa, oye, ¿Te gustaría conocerla? Puedo conseguir que te de un autógrafo antes de que entre al aire.

Me temblaron las rodillas, me sostuve de la barra de la cocina porque el aire se extinguió a mi alrededor, no pude hablar, no sabía cómo hacerlo, se me había quedado atorada la voz de la enorme felicidad, tuve que contenerme mucho para no gritar.

—¡Sí! ¡Claro que sí! —di una amplia sonrisa, respiré con tanta prisa que Chris pareció un poco sorprendido de mi sobre reacción, aunque lo entendió a la perfección. —¿A que hora?

—A la una de la tarde.

Podría salir justo en mi hora de comida hacia el canal, no tardaría mucho, vería un momento a Lisa Hill, le pediría un autógrafo y listo, podría hacerlo.

—Perfecto, tengo tiempo, espero que el tráfico no me haga llegar tarde. —seguí sonriendo, podía imaginar a Lisa frente a mí, por dios, jamás creí que podría conocerla, quise abrazar a Chris y agradecerle el gesto.

No podía quitar mi sonrisa en absoluto, comenzamos a hablar acerca de él, como porque estaba en la fraternidad, me comentó que su compañero de trabajo era un practicante (el mismo caso que conmigo y Flo) se hicieron amigos y le dijo de esta fraternidad porque era un miembro veterano y cuando le prepuso conocer a sus amigos, accedió a conocerlos a todos, así fue como se acostumbró a estar en la residencia de vez en cuando.

—¿Eres muy sociable entonces? —le pregunté.

Rió entre dientes.

—Tengo mi grupo que no es tan grande, soy selectivo a la hora de hacer amigos.

Me sentí curiosa por lo que dijo, porque era lo mismo que pasaba conmigo.

—¿En serio? Yo también.

Dio una risa más, me observó unos segundos y después volvió al trabajo, lo contemplé por un momento, parecía que le divertía la coincidencia.

—Entonces nos llevaremos muy bien.

Sonreí, la idea me gustaba.

—También lo creo.



Perdonen de nuevo la tardanza, sé que a veces no les aviso cuando subiré y es que ni yo misma lo sé jajaja

Sé que el capítulo está corto pero prometo subir el próximo sábado chicas :) ya lo edité para poder subirlo ese día, las quiero mucho por su paciencia de verdad, no saben lo importante que es.

Disfruten ese capítulo, les prometo como les puse arriba, el sábado el próximo capítulo :)

Ya el domingo 14  que viene es mi exámen lo que me hará estar libre de nuevo para ponerme al corriente 

Nos leemos guapas 

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