Estaba delante de la puerta de su departamento, no estaba segura de si se encontraba o no, tampoco el portero me dijo nada, da la casualidad que no estaba en la recepción, no sabía si llamaría a la puerta en vano o no. Lo hice de todos modos, toqué  la puerta con los nudillos, no presione el timbre; di tres fuertes golpes a la puerta y agudicé mi oído para ver si escuchaba algo, me hice para atrás cuando escuche pasos acercarse a la puerta.

Me preparé mentalmente para verlo después de casi una semana de evitar sus llamadas, mensajes y visitas, no sabía con que desconocido iba a encontrarme, luego de lo que pasó ya no sabía a que clase de Evan me encontraría ni que nuevas mentiras iba a darme. De forma súbita e inexplicable se frenaron los latidos de mi corazón al verlo abrirme la puerta, me dominó el terror pero también la tristeza, una sensación extraña que no era mía aunque estaba dentro de mí se manifestó, no se que era o quizá lo sabía pero quería ignorarla.

Nos quedamos mirándonos, intentando entender el pensamiento del otro, él estaba sorprendido de verme ahí, pasé por alto que intentó sonreírme pero al ver mi aspecto, borró toda expresión del otro.

—Amber, que sorpresa, no pensé verte por aquí —admitió con seriedad, pasando saliva con dificultad. —¿Quieres...

No le di oportunidad de terminar la pregunta, pasé hacia dentro del departamento, teniendo cuidado de no rozar nuestros hombros al entrar, caminé con pasos acelerados hacia la sala y me paré a un  lado del  sofá sin tomar la molestia de sentarme. Caminó hacia a mí lentamente con las manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón; el silencio era tan agudo, y molesto que no había forma de reducir la incomodidad entre los dos a menos que habláramos, yo aún procesaba lo que había pasado, lo que descubrí, lo insignificante que fui para él, lo único que quedaba saber era...

—¿Por qué? —le exigí responder, quebré el silencio pero aumentando la tensión, era claro que iba a relacionarlo con lo que supe de sus adicciones, no con lo demás.

—¿Por qué? —repitió a la defensiva —Yo...

—No me refiero a eso, lo sabes, ¿Por qué yo? ¿Cuál era tu plan desde el principio conmigo? ¿Por qué de las miles de mujeres que conociste tuviste que escogerme a mí? ¿Por qué era la más estúpida?

Transcurrió un momento para que pudiera hablar, su rostro ni sus ojos decían nada, era como si se mantuviera en un verdadero silencio, no había expresión ni mucho menos emoción en absoluto, veía una estatua viviente, solo eso.

—No se de lo que estás hablando —lo dijo sin más, con mucha exactitud pero sin reflejar nada.

A este punto solo pude verlo a la cara con los ojos húmedos, me dolía tanto todo lo que había pasado esta semana completa , mi ansiedad por no tener contacto con él, por no llamarlo y también por las veces en las que desee hacerlo, hacer un lado mi dignidad y escuchar su voz, sabía que si lo hacía todo eso yo cedería y que podría convertirme en la misma imbécil del inicio.

—¡Ya lo sé todo joder! No me mientas —grité despavorida, más que tristeza era coraje de verdad lo que me hacía reaccionar de ese modo pero él ni siquiera pareció tener un cambio de ánimo a pesar de lo que estaba haciendo —Ya sé que no trabajas en Pharma Bio, también lo de tus adicciones que no te molestaste en decirme y lo peor de todo...lo de tus padres.

Me sorprendí no verlo para nada indignado, lo único que hizo fue parpadear varias veces pero sin mover ninguna facción de su rostro, es cómo si no entendiera lo que le decía o si no lo relacionara con nada en absoluto. A este punto yo ya estaba harta y cansada de que no pudiera decirme la verdad, que fingiera o que le diera igual lo que estaba pasando, parecía que ni siquiera tenía intención de darme una explicación.

—¡Di algo maldita sea! —di dos pasos hacia él para lograr hacerlo reaccionar —¡Que mierda pensabas hacer conmigo! ¿Cuál es tu plan? Todas esas mentiras ya han sido descubiertas, tú has estado planeando algo y será mejor que me lo digas si no quieres que vaya a la policía ahora mismo.

Y en ese instante me miró, a través de sus ojos se encontró un terror que lo paralizó, dio un pequeño paso hacia a mí, me alegré que por primera vez desde que crucé la puerta lo había hecho reaccionar, ya sabía como hacerlo.

—No querrás hacerlo —me advirtió con un tono bajo pero severo, sus ojos se mantenían asustados aun pero tenían una apariencia grave, muy insistente.

—¿Por qué no? —lo desafié con los ojos bien clavados en los suyos, yo no temía a nada, tenía a Karen de mi lado, solo necesitaba hacer una llamada para acabar con su plan —No tengo nada que perder.

—No deberás hacerlo, linda —una voz iba bajando de las escaleras con un tono cantarín, casi divertido, lo reconocí, se me paró el corazón de inmediato, jamás había tenido tanto miedo a una persona, era Jordan. —Creo que no le has contado nada, Evan, ¿Verdad? Hay que hacerlo. No te convendría llamar a la policía, Amber, lo digo en serio.

Vi a Evan y luego a Jordan que ya estaba acercándose a nosotros, quería que Evan me dijera que estaba pasando pero él pareció dejarle el trabajo a su amigo y eso solo quería decirme una cosa; no era nada bueno y sobre todo peligroso.

—¿Qué quieres decir? —le pregunté a los dos para ver quien respondía, ya estaba temblando, no sé que iban a decirme o a hacerme, yo ya sabía mucho y para ellos eso claro que no les gustaba nada.

—Básicamente, Amber, eres solo un instrumento o para ser más claros una cortina de humor —me explicó Jordan con la misma actitud cínica del principio. —Claro que no ibas a saberlo, eso podría arruinarlo todo, teníamos que mantenerlo en secreto pero sí, lo eres querida y pues era tiempo de que lo supieras. Lo que buscamos aquí es la herencia de Evan, la queremos de regreso.

Yo no pude preguntar ni siquiera "porque" todo se estaba empezando a oscurecer a mi alrededor cuando lo oí decirme la primera frase, me faltó el aire poco a poco cuando una sensación me apretujó el pecho, juré que iba a entrar en un ataque de ansiedad pero eso a Jordan le dio igual, él continuó hablando.

—Por lo que oí, ya sabes lo que Evan pasó con el asunto de su adicción, las drogas y todo lo demás, seguramente te estás ya formulando ideas en tu cabeza sobre lo que pasa aquí y en efecto todo es verdad —quise retroceder cuando él dio un paso hacia a mí, no supe si quiso advertirme o asustarme pero yo no quería tenerlo a menos de seis metros de mí, no conseguiría controlarme. —Tenemos problemas y muy serios con muchas personas y la única forma de salir de eso es consiguiendo el dinero de la fortuna de Evan que William piensa dejarle cuando muera pero que eliminó del testamento cuando Evan pasó por todos esos problemas. No es tan difícil de adivinar, Amber, solo queremos de vuelta ese dinero y Evan tenía que fingir que ya había acabado con todo lo que su familia detestaba, fiestas, drogas, amigos y mala actitud. Nuestro plan era que Evan encontrara a la chica que pudiera dar la imagen de alguien normal y común, que iniciara una relación contigo y que su familia te conociera para que pudiera engañarlos de su cambio radical, que creyeran que él dejó todo en el pasado, que podía volver a la normalidad.

Eso era, al fin supe la verdadera intención de su cortejo hacia a mí, no me había equivocado, Evan buscó algo en mi desde el principio y no era mi amor, no era nada de esa mierda, solo quería engañarnos a todos, a vivir en una mentira que él nos mostró a todos desde el inicio. No pude hablar, mi silencio era lo que motivaba a Jordan a seguir contándome todo lo demás, la ira y el dolor se acumulaban en mi pecho, provocándome el peor ardor que pude sentir alguna vez, mi alma luchaba para no desintegrarse entre tanta tristeza. Repetirme una y otra vez que no me amaba que nunca me amó me hizo romper en llanto, porque además de todas sus promesas que estaban ya rotas, no podía aguantar todo lo que le había dado y entregado por ser la persona más importante en mi vida, por ser mi persona favorita en el mundo.

Me limpie las lágrimas lo más rápido que pude, odie que me vieran llorar, que vieran mi debilidad y el sufrimiento conforme él seguía hablando.

—Lo que queremos es engañar a William, principalmente a él para que vuelve a poner a Evan en el testamento y que podamos conseguir el dinero, tú eres una clave en esto, William está creyendo que Evan lleva una vida normal contigo, si todo sigue así pronto tendremos el dinero.

—¿Tendremos? —pregunté con la voz temblorosa, a lado de mi estaba el sofá y si no fuese que estaba ahí y que pude lentamente tomar asiento, fácil hubiese caído al suelo y ninguno de los dos me hubiera ayudado, eso era seguro —¿Quién tuvo esta idea? ¿Y porque crees que voy a hacer lo que me ordenes?

Jordan vio a Evan que solo pudo regresarle la mirada con una expresión tensa, no decía nada y eso me ponía peor, me confirmaba que todo lo que su amigo decía era cierto y no necesitaba intervenir para nada.

—Fue idea de Evan y Camille pero debo darme el crédito a mí, yo le dije a Evan que lo hiciera y bueno él tampoco se resistió, teníamos que conseguir el dinero. Deberías sentirte halagada, él te eligió de muchas otras.

—¿Todo fue mentira? —susurré mientras intentaba que mi voz no se quebrara, mis ojos se clavaron en Evan que también me miró pero no hubo reacción, él ni siquiera parecía estar presente porque no hubo nada de su parte. —¿Ni lo que decías sentir por mí? ¿No te importe absolutamente nada? ¿Tampoco lo que te conté de mi vida ni mis problemas? Solo fingiste, solo querías creerte enamorado de mí para que yo cayera.

No respondió directamente y agradecí de verdad que no contestara a ninguna de mis preguntas porque mi mundo se estaba desmoronando y yo ya estaba en mi último intento para poder mantenerme consciente y sensata en este momento.

—Lo siento, mi intención no era darte una expectativa tan alta de mí. —admitió con voz orgullosa pero entumecida, sus ojos no mentían, no le interesaba en lo más mínimo.

Con eso lo decía todo, no había sentimientos por mí ni tampoco interés, todo fue una mentira en la que caí como estúpida, entregándole mi vida, mis sentimientos, se lo di todo, incluso lo encubrí con su hermana y a pesar de que por su culpa corría peligro, a eso a él le daba igual.

—Fui tu jodido juguete, todo este tiempo...—de forma violenta me levanté del sofá, los miré atentamente a los dos, con lágrimas en los ojos por coraje que por decepción o tristeza, sentirme utilizada era lo que estaba provocándome valor para hablarles de frente. —No voy a ser parte de esto, ¿Me oyeron? Llamare a la policía, ahora por su culpa estoy arriesgando mi vida y no voy a ensuciarme las manos por ustedes dos hijos de perra. No voy a sostener esta mentira más, le diré a Karen para que no tengas que ver ningún maldito centavo de la herencia de William, púdranse ambos porque estoy fuera de esto.

Me dispuse a caminar hacia la puerta pero Jordan se interpuso, salté hacia atrás, estuvo a punto de empujarme para que volviera a sentarme en el sofá, su apariencia me hizo retroceder, ya no se veía tranquilo, estaba molesto, sus ojos estaba oscuros y se acercaba a mí.

—No vas a decir ninguna palabra a nadie porque estarás en verdaderos problemas, tú ya eres parte de esto aunque te guste o no, te estamos obligando a quedarte, no te estamos preguntando si quieres o no ayudarnos, lo harás. Si estás indispuesta, tenemos algo que te hará cambiar de opinión y que no te conviene que todos vean.

Estaba a punto de trabarme al preguntarles, lo contemple asustada y confundida, mi corazón latía tan rápido que el aire abandonaba mis pulmones.

—¿Qué quieres decir? Muéstramelo. —le insistí, ambos se vieron el uno al otro y Jordan volvió a sonreír con malicia.

Perdonen mucho la ausencia pero tuve mucho que hacer la semana pasada y no me sentía muy bien ni mental y físicamente por eso mismo me tomé un tiempo y no estuve escribiendo nada, además debo estudiar para un exámen y tampoco tengo tiempo para escribir los capítulos, por lo tanto las actualizaciones tardaran un poco y serán de solo un capítulo.

Espero que les guste este capítulo, agradezco su paciencia y gracias también por estar aqui a pesar de todo nenas, de verdad lo aprecio mucho.

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Las dejo, gracias y nos leemos