C35
No podía dormir, no sabía que era lo que me pasaba, tenía un presentimiento que fue difícil conciliar sueño, ¿De dónde venía esta sensación? Hace un momento había tenido un día de año nuevo increíble, no supe que pasaba conmigo; eran las tres de la mañana cuando vi el reloj de pared delante de mí, estaba segura de que todos estarían durmiendo pues había sido una celebración larga y tratamos de no beber mucho sobre todo por William y Milly, por lo tanto se me complicó tener somnolencia por el alcohol. Contemple a Evan que dormía a mi lado con tanta profundidad que los rasgos de su rostro estaban tan pacíficos, aun dormido seguía siendo atractivo, quise pasar mis dedos por la línea recta que formaban sus labios, quería sentirlos.
Delinee sus labios con la yema de mi dedo con apenas un roce leve, sonreí porque ni siquiera lo sintió, iba a acariciarle la mejilla y entonces una luz debajo de su almohada me interrumpió, se veía por encima de la almohada que era su celular, lo escondió de mí, ¿Por qué?, habíamos quedado que no utilizaría su celular en estos dos días, me dio la sensación de que desconfiaba de mí, por supuesto, sino jamás hubiera llegado a estos extremos . Fui arrastrándolo con la esperanza de no despertarlo, fue sencillo porque dormía con tanta profundidad; al sacarlo vi que tenía nuestra selfie el día de la boda de Emma en la pantalla de bloqueo.
Vi los dos mensajes que le había llegado, uno decía Camille y otro Jordan. En el Camille pude ver solo poco del mensaje porque se cortaba pero decía algo así:
Eres un imbécil, no sabes en lo que te estás metiendo, le he dicho a Jordan que no cuenten conmigo, estoy fuera y no me importa, ya me las arreglaré después con Brody.
Me quedé analizando la pantalla, queriendo comprender el mensaje, el corazón me latió acelerado, tenía miedo de que se despertara y me viera leyendo sus mensajes por lo que me apresuré a leer el de Jordan.
Puedes contar conmigo, a fin de cuentas fue mi idea y somos amigos.
Joder, me mintió, me dijo que ya no hablaba con Jordan y aquí se decía que aun se veían y que tenían todavía la confianza para poder pedirse favores, ¿Por qué? ¿Qué podía obtener con mentirme? ¿Por qué simplemente no me dijo que no podía dejar de hablarle? Solo me mintió para hacerme sentir bien, para quedar como un héroe, como el novio protector; estaba segura de que ni siquiera había peleado con él, que había fingido hacerlo para que me olvidara del asunto.
Dejé el celular con cuidado dónde estaba y salté de la cama, no supe que hacer, camine de un lado a otro por la habitación, vague entre la oscuridad sobre analizando los mensajes, la razón por la cual pudo mentirme, me sentía engañada y tan estúpida que junto con la decepción, se mezcló mi coraje. Lo estudié ahí dormido sin hacer algún ruido, sin comprender la razón de porque lo hizo, no quería que se despertara y mejor decidí salir, no podía verlo ni mucho menos intentarlo, juraba que no iba a poder dormir, pensé en mejor beber una copa de lo que estuviera en la alacena, estuviera fuerte o no. Baje las escaleras y me sorprendí al ver la chimenea de la sala encendida, la luz del fuego se extendió por toda la habitación, vi a Karen sentada en el sofá, leyendo una revista, ella se dio cuenta de mi presencia y me sonrió, llevaba una pijama gruesa, el cabello suelto y la cara un poco hinchada por no dormir como yo.
—No puedo dormir —le respondí con timidez, acercándome a ella.
Karen siguió sonriéndome y me ofreció un lugar a su lado, vi que bebía algo de un termo.
—Yo tampoco, de repente se me ha quitado el sueño, estoy tan al pendiente de William que no puedo dormir. ¿Quieres leche caliente?
Estaba tan aturdida por lo que había visto en el celular de Evan que tardé en reaccionar, negué con ligereza, no quería manifestar mi desconcierto, estaba alterada pero supe controlarme bien.
—¿Por qué no pudiste dormir? —me preguntó con modestia.
—Fue la fiesta —quise sonreír a pesar de dolor insoportable que se acumuló en mi estómago —Estoy demasiado despierta.
Me regresó la sonrisa, no quería sentirme incomoda, no quería levantar sospechas de ningún tipo, ella no tenía la culpa pero fue difícil mantenerme tranquila.
—Fue una gran celebración, el mejor año nuevo en tanto tiempo. Vuelvo a agradecerte por venir, Amber, estos dos días Evan ha estado tan diferente. —sus ojos abrillantados por el fuego se veía sinceros y contentos —Haz hecho feliz a la familia, queríamos pasar tiempo con él, de hecho cuando vivía en Seattle, de todos modos se mantenía separado y ahora que se fue a vivir a Chicago, creíamos que no lo veríamos por un largo tiempo o tal vez nunca.
—¿Separado de ustedes? ¿Aun cuando estaba en Seattle?
—Sí —soltó un suspiró, bajó sus ojos al termo y reflexionó un poco —Evan tuvo muchos problemas pero aun así estaba cerca de nosotros, todo empeoró con lo del alcohol y las drogas, estuvo en rehabilitación un tiempo, ¿Te lo contó? Yo supongo que sí, después de dos meses saliendo, debió decirte algo.
Contuve la respiración sin apartar mis ojos de los de ella, quería probarme a mi misma y ser fuerte, fingir que esta nueva revelación no me había hecho trizas, que no me afectaba pero era imposible, trague saliva con dificultad, un nudo en la garganta se me formó cuando tuve la posibilidad de hablar.
Fingí que Evan lo había hecho, que yo lo sabía, solo para tener suerte de que ella hablará y me contara más de lo que me había estado perdiendo.
—Me contó poco —susurré, haciendo esfuerzo para que mi voz no se descompusiera. —¿Todo esto por Jordan, cierto?
Me apreté el estómago para calmar el espasmo que me doblaba en dos, subí las piernas y me envolví las rodillas con los brazos, protegiéndome del sufrimiento que me iba provocar oír la verdad que él jamás me confió.
—Lo fue, él empezó todo esto en Evan. De adolescente Evan era tan popular, siempre se aprovechó de su atractivo, tenía lo que quería y siempre había un montón de gente a su alrededor, cuando entró a la universidad fue la perdición para él y la familia, ahí conoció a Jordan; después de ahí todo se volvieron fiestas, gente desconocida, alcohol y drogas. Primero la mariguana y después la cocaína, él y su estúpido grupo solo le dieron más de lo que quería, poder y diversión sin resentimiento.
La mirada cargada de coraje de Karen y la manera en la que se apretaba la mandíbula me hizo entender en lo peor, Jordan no era una buena persona, fue un error haberlo conocido, de haberme adentrado a ese mundo dónde ellos también querían arrastrarme, los recuerdos de esas fiestas me atormentaban sin dejarme en paz, quise llorar delante de Karen, contarle todo lo que había pasado, a que extremos habíamos llegado, que me habían hecho.
—¿Por eso lo odias? —pregunté con la voz débil, apenas audible, tuve problemas en sacar fuerzas de mí misma.
—Lo odio como no tienes idea —sacudió la cabeza con disgusto, poniendo sus ojos en un punto fijo fuera de mi —Se aprovechó de que Evan ya estaba bastante deprimido, él extrañaba a mamá que supongo que le dolía todavía su muerte, William hizo lo que pudo con él, quiso alejarlo de Jordan pero era imposible. No fue hasta que William enfermó y eso pareció ser importante para Evan, lo obligó a regresar con nosotros y estar cerca de William.
Sus ojos se iban apagando conforme hablaban, ni la luz del fuego pudo hacer mucho por su rostro marchito.
—Regresó ocho meses después de que le dijimos del cáncer de William, buscó ayuda para poder salir de la vida que llevaba y lo hicimos, le dimos otra oportunidad y lleva un año sobrio, lo ha logrado pero yo aún siento que las cosas no están claras, todavía no me siento segura del todo.
—¿Por qué?
Se encogió de hombros y me observó otra vez, se veía cautelosa, desconfiada.
—Evan no nos confía muchas cosas, se guarda demasiado, lo vemos pero no estamos seguro de conocerlo, es como reencontrarse con un extraño, lo conoces pero no sabes que su vida, tienes que empezar desde cero para saber con quién tratas. Todavía creo que ve a Jordan, es una corazonada que no puedo sacarme. ¿Es verdad que lo ve, Amber? Eres la única que podría saberlo, quería preguntártelo pero Evan nunca me deja a solas contigo.
Esta era la razón por la cual Evan no me dejaba acercarme lo suficiente a Karen, tenía miedo que ella pudiera contarme esto, que revelara sus secretos, los que seguro jamás pensaba decirme, me hizo creer una vida de mentiras, me hizo creer que podía ser otro, no sacrificó nada por mí cuando lo creí así.
Palidecí, no pude evitarlo, la verdad quería salir expulsada de mi boca como un grito de auxilio, no pude resistirme y le respondí como creí que era lo correcto.
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