Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C22

Me arreglé temprano para ir a la boda de Emma, quería al menos estar en la iglesia y luego ir a la recepción dónde esperaba ver a Evan, con suerte podría trasladarme de un lugar a otro gracias a que ya tenia auto, finalmente podría andar sin necesitar el tren o el bus y visitar con más regularidad a Evan en su departamento. Mía también se arregló al mismo tiempo que yo, Emma estaba en un cuarto de hotel desde temprano por lo que solo estábamos las dos corriendo de un lado a otro para terminar rápido.

—Puedo llevarte o ¿Quieres ir en el tuyo? —le pregunté a punto de salir, solo me acomodé mi pendiente y me eche un vistazo en el espejo, no había hecho un trabajo espectacular con mi cabello, era pésima para peinarme que solo lo recogí de forma más o menos decente, Mía me ayudó a que se viera más profesional, lo único despampanante en mí era el vestido fino que Evan me compró, logró hacer diferencia en mí.

Ella corrió con los tacones medio puestos y me pidió llevarla a la iglesia, íbamos tarde, ella tampoco había invitado a su novio a la iglesia, quedaba de más por decir que era innecesario hacerlo. Salimos y entramos al auto con nuestros abrigos, hoy el día pintaba para que lloviera, además hacía un frío agudo que nos hizo castañear los dientes.

—Pongamos el GPS —me pidió cuando dimos unas vueltas por la manzana, no estaba segura de donde era la calle que debíamos tomar.

Fue una excelente idea, pudimos llegar a la iglesia sin retardos y en perfectas condiciones, no hubo accidentes de por medio. Presenciamos la boda como todos los demás, deslumbrados por lo hermosa que se veía Emma y lo enamorado que estaba Brian, eran una pareja adorable, yo busque discretamente entre las butacas a mi madre, no sabía si vendría a la ceremonia de la iglesia y si había sido así, entonces ignorarla o tratar de no encontrarme con ella.

La ceremonia duró media hora, al salir le mandé un mensaje rápidamente a Evan, avisándole que ya había terminado y que yo me pasaría a la recepción más tarde, yo podría ir a su departamento para ayudarlo con su traje.

Prefieres que haga tiempo ¿O voy a tu departamento?

En segundos, me respondió:

Me gustaría mucho poder verte por aquí mientras me pongo el traje, entonces en un sí.

Sonreí mientras me subía al auto, Mía iría a la recepción después de la ceremonia así que no la tuve que llevar, iría con unos amigos de Emma que ya se estaban organizando. Me sabía de memoria el camino al departamento de Evan para las pocas veces que había ido, llegue en quince minutos; fue inevitable que la gente pusiera cara de sorpresa al verme con el vestido de gala subiendo por el ascensor, sonreí discretamente al salir pues sentía todavía los ojos sobre mí de esos extraños.

Al llegar, él ya llevaba puesto el pantalón, sus zapatos negros recién pulidos y la camisa blanca desabotonada, todavía le faltaba la corbata y el saco, puse los ojos como plato al ver lo sensual e intensamente delicioso que se veían sus músculos y como se marcaban en su camisa, me figuré en mi mente, tocándole lentamente su pecho, desabotonando esa camisa hasta quitársela de encima, pasando mis labios por cada centímetro de su piel.

—Amber —pronunció mi nombre con lentitud, disfrutándolo, me vio de pies a cabeza sin pronunciar más ruido, sus ojos relampaguearon y me metió al departamento, cerrando la puerta detrás de mí —Madre mía, te ves hermosa, ese vestido es perfecto para ti, no cabe duda.

Di pequeñas vueltas para que lo viera con más detenimiento, seguía boquiabierto y sus labios se curvaron en una sonrisa letal, de esas que hacían sobre reaccionar a mi corazón susceptible.

—¿Te gusta? La verdad que sí es lindo, tuve suerte de encontrarlo a la primera —sonreí ampliamente —Sabía que te iba a gustar.

—Claro que me iba a gustar —compartió la sonrisa conmigo, recorriéndome con sus ojos que ahora parecían desnudarme, me paralicé, se fue acercando lentamente —Desde que te lo probaste en la tienda te he guardado unas ganas de darte duro con ese vestido puesto y es que me vuelve loco.

Se plantó delante de mí y sus ojos se fueron a mi escote pronunciado, inmediatamente supe que iba a hacer, agarró mis pechos y al tocarme mi cuerpo vibró en silencio, fue una reacción automática, gemí y nuestros rostros se encontraron por un par de breves segundos pues sus labios  se estamparon en los míos, abriéndose paso con su lengua dentro de mi boca.

Agarró mis pechos y los moldeó tanto que llegó al punto de sacarlos del vestido, me besó el cuello en lo que le quitaba la camisa que no llevaba tantos botones puestos, retrocedimos hasta llegar al sofá más próximo dónde nos dejamos caer. Quise tener cuidado de no arruinar el peinado que le había costado a Mía, quería mantener todavía una imagen impecable.

—Evan...—gemí cuando sus labios succionaban uno de mis pechos, quería tanto que me follara, lo deseaba desde que crucé la puerta.

—Lo quieres, nena, lo sé.

—Debo mantenerme...presentable —farfullé, haciendo pausas. —Se...delicado.

—Eso lo sé, nena —respondió, su respiración ardiente me caía en el rostro, estaba tan sofocada como él cuando hizo círculos en mi cuello con su lengua, sus manos pasaron de mis pechos a mis muslos, levantó lo que pudo toda la tela del vestido para dejar libre mis piernas —No necesitas pedirlo, soy muy considerado.

Bajó mis bragas y hundió su cabeza en mi sexo, me llevé la mano a la boca para controlar un grito al sentir sus dedos introducirse y su lengua jugar con mi clítoris, enterré las uñas en el cuero del sofá, retorciéndome e inhalando para tener fuerzas y gemir de placer cuando aumentó la velocidad.

Cayó rendido cuando me vino el orgasmo y no solo uno, fueron dos, lo que me dejó transpirando, mi piel ahora estaba sudorosa, quería ir a limpiarme pero no podía hacerlo, necesitaba tomar aire, recuperarme, procesar el maravilloso acto que había experimentado a manos de este increíble hombre.

—Eso era lo que quería, nena, probarte, ese vestido te hace tan apetitosa —se rió, bajando la tela para contemplarme, tenía una apariencia radiante, con una luz que difícilmente podría apagarse.

—No creí que fuera en serio —para mi sorpresa me eché a reír y me levanté para acomodarme las bragas y el escote, se veía como un niño al que le acaban de cumplir un capricho caro. —Eres un pervertido.

—Ahora ya no soy un engreído ricachón, ahora soy un pervertido.—alzó una ceja.

—Un pervertido que me gusta mucho —completé, dándole un beso rápido —Deberías cambiarte, la recepción será pronto, Emma rentó un lindo lugar y el pronóstico dijo que llovería, aunque sea bajo techo seguro muchos llegarán temprano.

—Bien, ya regreso. No tardo nada.

Esperé a que se terminara de arreglar en lo que pensaba explicarle lo de mi madre, iba a decírselo pero el problema era, ¿Cómo? No quería dejar a mi madre como una villana (aunque lo fuera) o quizá sí, me daba igual, de todas formas no teníamos una buena relación, que más daba si tenía mala reputación ante Evan. Salimos del departamento y cómo yo como llevaba mi coche, tuvimos que decidir si manejaba yo o él pero terminó ganando como siempre.

De camino al salón, me mantuve nerviosa, me apretaba el estómago y me mordía los labios cada vez que veía en el GPS que nos acercábamos un poco más, hasta el silencio que se amortiguó con la música del estéreo que sintió pesado.

—¿Puedo pedirte algo? —le pregunté, traté de no hiperventilar, estaba demasiado nerviosa.

—¿Me vas a decir que ya no me quieres como tu acompañante?

—No —respondí con demasiada seriedad que él calló. —Es una situación difícil para mí hablarte de esto.

Se quedó atento, escuchándome sin decir nada estúpido esta vez.

—Habrá alguien que estará en la fiesta que no quisiera que conozcas.

—¿Tú ex?

—Mi madre —confesé, hubo algo que se rompió dentro de mí, no supe que fue.

—Tu madre, ¿Por qué? —más que sorprendido, se mostró curioso, creí que estaría indignado pero no fue así.

Inhale aire, para agarrar valor.

—Mi madre engañó a mi padre con uno de mis maestros de preparatoria, durante varios meses, mi padre lo descubrió y le pidió el divorcio, inmediatamente después de tenerlo se casó con él, lo peor es que yo lo sabía, lo descubrí antes que mi padre pero no se lo dije porque ella prometió que lo dejaría pero fue una mentira. La odio porque bueno, no es la primera vez que lo hace.

—¿A que te refieres con eso?

—Mi padre ya le había perdonado una infidelidad. Con uno de mis compañeros.

Y luego reinó el silencio, la música que teníamos de fondo ayudó mucho a que la tensión en el ambiente no fuese tan insoportable, Evan se retorció un poco en el asiento, tragó saliva tantas veces que no pude contabilizarlo.

Se volvió hacia a mí con una expresión inocente, se veía que no tenia nada que decir al respecto o que no quería opinar.

—Entonces...—fue lo único que dijo, comenzó a ponerse incomodo, se ajustó la corbata para liberar tensión.

—Solo no quiero que la conozcas, lo primero que haré es ver si está en la fiesta, si lo está, tendrás que alejarte, lo hago porque no merece conocerte.

—¿En serio? Es tan...—suspiró y meneó con la cabeza, queriéndose sacar una idea que estaba a punto de decirme.

—¿Qué vas a decirme? —lo apremié, ahora tenía dudas por saberlo.

—Simplemente que yo pensaba esperar un poco más para conocer a tus padres.

Pretendí que eso no me afectaba porque aunque no quería que conociera a mi madre, esperaba que conociera a mi padre algún día.

—Y será así, hoy no conocerás a mi madre. —repuse.

—De acuerdo, como tú digas. —aceptó sin problemas, lo que me hizo feliz, me gustó que no se opusiera tanto a una petición de lo más rara, ¿Qué chica no quería presentarle a su madre su nuevo novio? Mi justificación era muy válida; ella era una hipócrita de lo peor y posiblemente quiera ligarse a mi novio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro