C20
Al salir de la ducha, Evan puso la calefacción para no enfriarnos, afuera a pesar de ser casi las cinco de la tarde empezó a hacer frío, fue muy cómodo pisar el suelo y que este no estuviera fresco. Me quedé sentada en la cama mientras él escogía su ropa para cambiarse, en ese momento me di cuenta que iba a ponerme mi ropa de ayer estando recién bañada, que estúpida, resultó ser una mala idea ducharme aquí.
—Joder, no traigo ropa limpia —mascullé resignada, no habría de otra más que ponerme la misma.
—No uses nada si no quieres, puedes quedarte con la bata —me aseguró muy confiado, pensé que era una broma pero no lo parecía.
—Claro que no —rezongué —Tendré que ponerme la misma de ayer.
—Usa una de mis camisas, como la otra vez, la verdad te veías sensual —me sonrió, mi corazón saltó cuando sacó una de sus camisas negras y me la acercó —Si no quieres usar ropa interior no hay problema, te cubre por completo.
Era verdad, sus camisas eran grandes para mí, yo era muy bajita y su camisa me llegaba hasta las rodillas. Mi reacción instintiva fue decirle que no pero no iba a ponerme lo mismo así que acepté la camisa, además, olía a su perfume y me gustaba llevar ropa suya, tenía que ser sincera, me ponía entusiasmada. Me quité la bata y me la puse, como fue de esperarse me cubrió hasta las rodillas y me reía de mi aspecto.
—¿Esto te parece sensual? —le pregunté con duda, alzando una ceja, me vi una y otra vez en el espejo que estaba delante de mí, lo único bueno es que al menos mi piernas no estaban totalmente cubiertas.
—Por supuesto que sí —aceptó a la defensiva, acercándose por detrás de mí, vi desde el espejo que se había quitado la toalla, ahora estaba detrás de mí, totalmente desnudo. —Te queda de maravilla lo que sea que lleves puesto y lo mejor es esto...
Rozó una de sus manos por debajo de la camisa, justo en mis nalgas, trazando círculos pequeños, acercándose cada vez más a mi zona que ya estaba palpitando con dureza.
—Que no lleves ropa interior, me enloquece nena, tus pechos se mueven con mucha libertad —metió su mano a la camisa hasta llegar a mi pecho, dónde tomó uno de mis senos y lo apretó, robándome un gemido alto cuando agarró con los dedos mi pezón que estaba firme; acercó su boca a mi oído y ambos nos vimos a través del espejo. —Que no lleves ropa interior de por medio para mi es tentador, me hace querer follarte todo el tiempo y en dónde sea.
Gemí, su mano en mi seno descendió directamente hacia mí parte íntima, sus dedos acariciaron mis labios vaginales como una clase de juego previo, rozando una y otra vez, estiré la espalda cuando introdujo un dedo, no pude quedarme a ver su aspecto en el espejo, miré hacia arriba, vulnerable, jadeando cada vez más fuerte cuando siguió explorándome desde adentro, sacando y metiendo ahora los dos dedos, la electricidad en mis venas sacudió a mi cuerpo, desencadenando la explosión de mis sentidos.
—Evan...Oh Evan, por favor —levanté más mi espalda, me pare de puntillas cuando los metió hasta más al fondo, entre más suplicaba, aumentaba la intensidad. —Evan...¡Por favor!
—¿Qué pasa, nena? ¿No te gusta? —me besó el cuello, riéndose contra mi piel —Si pudieras verte, que placer sería que te dieras cuenta lo que te provoco con esto.
—Mucho...me provocas mucho —jadee, casi sin poder escuchar mi propia voz, estaba perdida, escuchando la presión de mi sangre contra mis oídos, alejándome cada vez más de todo. —Con esto...me estás matando.
—Dime que te gusta, quiero oírlo, nena, ¿Cuánto te gusta que te lo haga?
—Me encanta....—jadee con un dolor placentero que subía por mi estómago y después se desplegó por toda mi anatomía. —No pares, por favor, no me dejes así...
Succionó de mi cuello y luego con su otra mano libre, dirigió mi rostro al suyo y plantó sus labios a los míos, callando mis gemidos, fue la única manera en la que pude descargar mi desesperación, besándolo con frenesí, su lengua y la mía bailaban en nuestro beso que parecía ser eterno he iba a ser así hasta que el timbre del departamento resonó por todos lados.
Al separarse de mí, maldijo con exasperación, nuestra burbuja se había rotó, tal y cómo cuando despiertas de un trance, no podías volver atrás. Me quedé desorientada cuando ya pude recuperarme un poco, recargue mi frente sudorosa sobre el espejo, recobrando mi respiración con cuidado. Rápidamente se puso ropa interior y lo que ya tenía preparado en la cama y se peinó con los dedos su cabello todavía húmedo.
—Maldita sea, ¿Quién jodidos está molestando ahora? —salió muy molesto de la habitación, dando grandes zancadas —No vayas a bajar, ya vuelvo.
Me acerque a la puerta cuando escuché la voz de dos personas, no quise bajar a ver quienes eran pero reconocí la voz de una de esas personas, era Jordan quien se escuchaba muy eufórico, como siempre.
—Jordan —masculló Evan sin ocultar su molestia —Estoy bastante ocupado, ya te dije que no quiero visitas.
—Sí, sí ya se, solo vine por lo que quedamos hace dos días, ¿Lo recuerdas? Te dije que lo quería hoy. ¿Lo terminaste?
Evan resopló.
—¿No podías venir por eso mañana?
Jordan se rió.
—Oh no mi amigo, te esperé mucho, ¿Ya lo tienes listo?
—Sí, déjame te lo traigo y ya vuelvo.
Escuche que Evan subía de regreso pero no entró a la habitación, fue hacia el otro extremo del pasillo, supuse que si iba abajo a la cocina por un trago de agua (que me hacía mucha falta) Jordan no me vería, bajé con cautela los escalones, apenas y vi que estaba en la entrada por lo que me facilitó ser imperceptible, leía algo en su celular, no me vería.
Saque un vaso y me serví agua lo más silencioso posible pero el chorro de agua se escuchó muy alto de lo que quise. Me congele cuando Jordan asomó su cabeza en la cocina y al verme sonrió con euforia.
—Amber, hola, creí que eras otra persona ¿Qué tal todo?
Avergonzada, le regresé la sonrisa, traté de que no me viera de cuerpo completo y me cubrí con la puerta del refrigerador. Me quedé pensando en lo que dijo ¿Qué quiso decir con otra persona? ¿Quién más podría ser?
—Bien, gracias, ¿Qué tal tú? —pregunté, ciertamente no se si se dio cuenta de mi incomodidad.
—Mm...Bien también —escribió en su celular un momento y me observó otra vez —Supongo que interrumpí su tarde. Lo siento, pero no te preocupes, no me quedaré por mucho tiempo.
No supe que decir, solo asentí y seguí sonriendo hasta que la presencia de Evan se hizo presente, sus ojos profundos se posaron en mí pero no con dulzura, fueron severos y bruscos, me contuve la respiración, nunca lo había visto molesto, si irritado, pero jamás enfadado.
—Amber, sube a la habitación —me ordenó con gravedad, inhalando aire para contener su coraje —Ya mismo.
Lo contemple con sorpresa, a causa de ese tono rabioso que salió con mucha naturalidad, no le había costado trabajo para nada, no se esforzó siquiera en al menos ser menos grosero, una sensación gélida recorrió mi espalda cuando su mirada endurecida lo convirtió en un desconocido. Casi corrí de nuevo hacia las escaleras y subí a la habitación, ya no quise acercarme a escuchar nada.
Pasaron cinco minutos cuando lo oí regresar, mantuve mis ojos en la televisión y pretendí que no lo vi entrar.
—¿Por qué bajaste? —me preguntó, interponiéndose en la televisión y yo, obligándome a responder.
Trague saliva.
—Quería agua, no pensé que te fueras a molestar, él no me vio, fue mi culpa porque hice ruido con...
—Si querías agua hubieras esperado a que te lo trajera yo mismo —masculló, volviendo otra vez sus ojos rudos y pétreos, su mandíbula estaba rígida. —No quería que bajaras para nada ni que Jordan te viera y quien sabe si también te vio Brody.
—No lo hizo.
—¡Y tú qué sabes! —gritó, poniendo mis pelos de punta, haciéndome retroceder hacia las almohadas —¡El problema es que bajaste!
—Pero Jordan me conoce —susurré con temor, bajando la mirada, no encontraba la forma de explicarle que el asunto no fue tan grave como cree. —Solo me saludo.
—Me importa una puta mierda si solo te saludó, ¡Me desobedeciste! —gruñó, su voz hizo eco en la habitación, dio vueltas de un lado a otro, de repente me entraron gana de llorar, nadie me había gritado de esa forma, jamás.
—Perdóname —alcancé a decir con voz débil, no quise derramar lágrimas, quería ir al baño por mi ropa, cambiarme e irme pero no pude moverme.
Evan no tuvo más opción que salir de la habitación, no quería verme y lo mejor que pudo hacer era tenerme lejos de su vista; aproveche para ir por mi ropa al baño y cambiarme lo más rápido que pude, estaba decidida a largarme por lo que pedí un uber. No supe a dónde se había ido ni me importó, bajé con prisa las escaleras, esperaría mi uber en la calle en la entrada o en lobby pero no aquí.
Busque en mi bolso que mi cartera estuviera adentro, esperaba que no se me hubiese olvidado ningún objeto, cuando de la nada sentí la mano de Evan, tomándome del codo, dejé escapar un gritito ahogado.
—No te vayas, espera. —me pidió con voz breve. Al girarme su expresión había cambiado, desapareció aquella imagen colérica de sus ojos y de sus facciones, estaba más aliviado y tranquilo.
Lo miré aturdida, no comprendí en absoluto la forma en la que me había hablado hace un momento, no es que se hubiese tratado de algo muy grave, no se porque le encontró tanta importancia. Me hizo sentir mal e inmediatamente me disguste, queriendo volver hacia la puerta para salir de ahí.
—Por favor, Amber, quédate y prometo llevarte a tu departamento, déjame explicártelo —me suplicó, avergonzado y muy sentimental. —¿Te quedarías por mí?
—Ya pedí mi uber —admití con un hilo de voz.
—Cancélalo y yo pago el viaje si te lo cobra pero no te vayas.
Acepté quedarme cuando saqué mi celular para cancelar el viaje, solo así quiso soltarme. Pasé a un lado suyo cuando volví hacia las escaleras para subirme, detrás de mí escuche que iba a paso acelerado para alcanzar mi ritmo pero lo que no sabía es que solo estaba dispuesta a escuchar lo que tenía que decirme para luego irme cuanto antes.
¡Maratón de nuevo! :) Ojala les hayan gustado estos dos capítulos, chicas, ¿Ustedes que creen? ¿Porque Evan se puso enojado? Yo digo que fueron más que celos que sus amigos hayan visto a Amber en paños menores jajaj, algo hay que lo puso muy extraño.
No olviden de votar lindas y si le gusto, dejarme un comentario que yo respondo a todos :)
Besitos enormes desde donde me lean y gracias por su apoyo y el tiempo que se dan para leer la novela
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