C18
Evan caminó lentamente hacia la mujer quien era alta, de pelo café y tenía las uñas pintadas de color rojo, al igual que los labios, era muy guapa y una extraña sensación se removió en mi interior, aquella mujer que Evan dijo se llamaba Karen me contempló a mí y después a Evan.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó él con extrañez, crispando el semblante —No me avisaste que vendrías.
Karen se terminó el agua que bebía y salió de la cocina, escuchamos reverberar sus tacones sobre el suelo de granito, traía una falda con medias y un lindo abrigo que todavía llevaba puesto.
—Acabo de llegar y ya me quieres echar de aquí —se acercó a nosotros, cruzándose de brazos, no se porque me dio la impresión de que ella me veía demasiado, incluso más que Camille. —No pensé que tendrías visita.
Evan y Karen se sostuvieron la mirada unos segundos, él me tomó de la mano para que me acercara a Karen y nos presentó.
—Ella es Amber Griffin y estoy saliendo con ella —una vez que Karen entendió lo que él quiso decir y después me presentó a la mujer —Amber ella es Karen, mi hermana.
Rápidamente el peso sobre mis hombros desapareció, una corazonada me lo estaba ya diciendo pero quería estar segura de que era cierto, presentía que era su hermana por dos evidentes cosas, ella lucía mayor y su parecido en ciertas facciones también lo atribuía.
Karen alzó una mano hacia mí y por primera vez su expresión cambió de ser muy seria a despreocupada y agradable, al sonreírme noté ese parecido con Evan.
—Mucho gusto, de verdad que sí —apretó mi mano con regocijo, no quise ser grosera pero su entusiasmo me pareció...raro —Tienes que contarme más de ti porque cuando Evan nos dijo con quien salía creí que era una total mentira, era demasiado bueno para ser verdad.
Trague saliva con dificultad, ¿Yo demasiado buena para él? Reí, era totalmente lo opuesto; Karen me cayó de maravilla, irradiaba una vibra muy linda y amable, me di cuenta que no era una persona de gusto por fiestas locas y cosas costosas como Evan, ella era por así decirlo, normal pero no ordinaria, era guapa y distinguida.
—Sería lindo pasar una tarde los tres, ¿No creen? —Evan eludió la mirada emocionada de su hermana al ir a la cocina. —Evan, ya que estás en la cocina, prepara algo de café.
—¿Has venido tu sola? ¿O también trajiste a Milly? —le preguntó.
—No, ella está con su padre, quizá la traiga para acá en unos días. —le explicó sin importarle que yo estuviera alado.
No entendía nada y no quise quedarme con la duda así que decidí preguntar.
—¿Milly? —susurré para que Karen solo pudiera escucharme.
—Mi hija, se llama Emilia pero así le llamamos de cariño—aclaró con la misma voz baja, aprovechó nuestra cercanía para tener la confianza de poder hablar con más intimidad —¿Por qué no me cuentas algo de ti? Mira que justo ahora sigo sorprendida, por lo general Evan se rodea de personas pues...difíciles, cuando habló de ti yo no pude creerle.
Me preocupó un poco lo que acababa de contarme, ¿Qué clase de personas se veía normalmente rodeado cerca de Evan? Pero cuando apenas iba a preguntárselo, Evan llegó con nuestras tres copas de café sobre una bandeja de plata, pareció que quiso interrumpir a propósito.
—Te dije que ella era real —repuso Evan con media sonrisa, estudiando mi expresión sonrojada —Siempre se puede cambiar.
Una ligera sonrisa apareció en Karen, bebió de su café y nos estudió a los dos con discreción, ella estaba en medio de nosotros. Ella no quiso interrumpir nuestra conexión pero al inclinarse para servirse crema y azúcar lo hizo desaparecer, tomé mi taza y bebí un sorbo.
—Me da gusto saber que trabajas en el Chicago Journals, es un buen periódico y permíteme decirte que a William le encantó mucho el reportaje que le hicieron, estaba fascinado y eso pocas veces pasa.
—¿¡En serio!? —una sonrisa de oreja a oreja hizo relucir mi rostro —Es increíble, de verdad que sí, fue un reportaje bastante difícil y estoy contenta de que haya sido un éxito.
—Eres una excelente fotógrafa—me guiñó un ojo, animándome —Todos son un equipo, el crédito también es tuyo.
Evan se veía un poco incómodo, supuse que estaba de tal modo porque nosotros habíamos planeado estar toda la tarde solos en el departamento, además, había llegado de sorpresa, todavía no procesaba el conocer a su hermana.
Karen tenía mucha intención de quedarse un buen tiempo y a Evan no le gustó la idea.
—¿Vas a quedarte aquí? ¿A que viniste exactamente? —inquirió Evan con un tono inconforme.
Karen se sintió un poco ofendida respecto a que su propio hermano la estaba corriendo del departamento, lo observó detenidamente un rato mientras él esperaba respuesta.
—Tenía que hablar contigo, además William quiere saber que tal te va aquí en Chicago.
—¿Todo bien con William?
—Sí, él está bien —lo tranquilizó, yo sentí por instinto obvio que debía salir de la habitación y dejar que hablaran de sus problemas.
—Voy al tocador —me disculpe con una sonrisa tímida. Karen me sonrió y Evan me siguió con la mirada hasta que yo llegue al cuarto de baño.
Solo entre para arreglarme el cabello y retocar mi maquillaje, después me quedé en el pasillo unos cuantos minutos, suponiendo que ya habían terminado de hablar, me fui acercando poco a poco y sin querer escuché un poco de su conversación.
—Sabes que viene solo para ver que todo está bien, sabemos cómo eres —le recordó Karen, quizá Evan se había sentido amenazado.
Escuché que Evan suspiraba de frustración.
—Yo te dije que podía hacerlo solo, no necesito que me vigiles, como ya ves, todo está perfecto.
—¿Aun contactas a Jordan? Sabes lo que pienso al respecto de él, quedamos que...
—No lo veo más —afirmó con aplomo, para que no siguiera con el tema.
—No quiero enterarme de que lo sigues viendo, no me gustaría saber que me mentiste, ese grupo que tiene te hizo mucho daño.
—Karen —inhaló aire con fuerza para empezar a hablar con tranquilidad —Ya sabes que eso terminó, ya no me interesa la vida que tenia antes, te diste cuenta, mira ahora con quien me relaciono. Te estoy diciendo la verdad, ya conociste a Amber.
—Amber es la clase de chica con la que te hubiéramos querido ver desde el principio, es lo que queremos para ti, no vayas a estropearlo como siempre lo haces, ni tampoco vayas a lastimarla.
Al escuchar eso, mi pecho se encogió de emoción pero también de terror, ya sabía que la actitud de Evan cuando lo conocí era difícil pero con el tiempo cambió y esperaba que se quedara tal y como estaba, ¿O es que aún no conocía lo peor? ¿Porque lo amenazaba?
Agudicé mi oído para escuchar la respuesta de Evan, necesitaba saber qué opinaba respecto a lo que dijo Karen.
—Todo va muy bien, el sábado iremos a la boda de su prima, estamos conociéndonos, Karen, pero esto es entre ella y yo.
—Yo lo sé pero recuerda que hasta no ver los cambios en ti, no puedo creerte mucho —se podía adivinar que ella estaba ejerciendo el poder de hermana mayor en él, tomó un momento en que el ambiente se relajó un poco y decidí entrar en escena.
Karen me sonrió en automático cuando me vio entrar, se levantó del sofá, dejando al mismo tiempo la taza de café en la mesita de centro.
—Supongo que me voy, llegue en mal momento porque ustedes deben tener planes para hoy —Karen se acercó a mí dispuesta a darme la mano para despedirse, de inmediato recibí su despedida con una sonrisa, quise decirle que esperaba volver a verla pronto, aunque seguro la siguiente oportunidad podría ser en un largo tiempo.
Evan estaba ansioso, caminó hacia la puerta, listo para abrirla, Karen borró su sonrisa cuando vio a su hermano prácticamente echándola del departamento, ambos se miraron unos largos segundos, una clase de conversación silenciosa que solo entre ellos entendían. Karen se acercó a su hermano y le dio un pequeño abrazo, quien respondió muy a penas.
Cuando Evan finalmente me vio, se dio cuenta y no sé cómo lo hizo pero no necesité preguntárselo, él lo hizo por mí, supo que había escuchado la conversación.
—Ahora ya sabes que Karen no tolera a Jordan —admitió un poco avergonzado, acercándose con una sonrisa tierna. —Sabe que él no puede vivir sin estar en una fiesta casi todo los días, tú lo conociste, sabes como es.
Sonreí, me había quedado eso claro desde que cruzamos palabra.
—Pero le mentiste, lo sigues viendo. —le recordé con cautela, analizando su reacción.
—Es mi mejor amigo —concluyó, aún mantenía la misma sonrisa —Tiene defectos cómo todo el mundo.
Me esforcé en pretender que todo estaba bien, que su explicación había sido suficiente pero en realidad había un montón de preguntas que deseaba hacerle, como ¿A que se refería su hermana con que él no me hiciera daño? A fin de cuentas, sabía en lo que me metía pero Evan me dijo que yo era importante, que aunque yo creía que solo me quería para divertirse un rato, terminó enamorándose de mí, que jamás podría herirme.
—¿Estás seguro de esto? —le pregunté, más tarde, cuando los dos solo nos quedamos viendo el uno al otro, de repente el ambiente se puso incómodo.
Evan inclinó la cabeza, perplejo.
—¿Seguro de que?
Trague saliva, se me hacía difícil decirle esto.
—Lo de nosotros, tú hermana...—carraspee —Dijo lo mismo que yo te dije, no quiero salir lastimada, no lo soportaría. No me ha ido muy bien en mis relaciones pasadas, en sí no he tenido muchos novios, solo dos y el primero no cuenta, solo tenía dieciséis y el último fue estúpido.
Sonrió, acercándose con velocidad, se puso delante de mí riéndose un poco, parecía que le había contado un pequeño chiste, me puso una mano sobre la mejilla, me adentré en sus ojos verdes que como costumbre me elevaban al cielo, me consolaban y me refugiaba con tanto placer en ellos.
—¿El último era estúpido, ricachón, engreído y con buen sentido del humor como yo? —intentó hacerme sonreír pero resistí.
—Hablo en serio, Evan —me sorprendió la seriedad que pude sostener —Yo siempre he tenido la seguridad de que tú vida y la mía no son las mismas, tú buscas diversión, todo es tan fácil para ti, en cambio yo debo conformarme con tener un buen trabajo para vivir y...
—Cada quien encaja perfecto en el mundo del otro, te darás cuenta de eso con el tiempo, recuérdalo, yo no quiero que encajes en mi mundo, tú eres mi mundo. —llevó una mano hacia mi cintura, atrayéndome hacia él con rapidez, su aliento caía en mi rostro cuando me habló despacio y con suavidad —Vayamos a mi habitación para que terminemos de hablar de esto, puedo hacerte cambiar de opinión si aún tienes dudas al respecto.
Sus ojos intensos, elocuentes, me hicieron preguntarme una y otra vez si debía decirle aceptar o negarme, pero la manera en la que se mojaba los labios a centímetros de mí y su perfume entrando por mi nariz y desvaneciéndose dentro de mi cabeza, era una tentación difícil de renunciar.
—Debo ir a...tomar un baño —tartamudee un poco, retrocediendo lentamente y cuando creí que podría dejarme ir, me tomó con más fuerza.
—¿Y porque no te acompaño?
Se me cayó la mandíbula al suelo, ¿no era demasiado pronto?
—¿Tú y yo? ¿En la misma ducha? Pues...
—Será divertido, ¿Nunca has tomado ducha con nadie más excepto tú?
Alcé una ceja, poniendo mala cara.
—¿De verdad debo responderte eso? Y no se te ocurra decirme con cuantas te has duchado tú.
—Con ninguna —respondió, orgulloso —Así que, hagamos de esta experiencia una primera vez para los dos, no seas tan tímida, a fin de cuentas ya vi todo lo que escondes debajo de toda esa ropa que llevas puesta.
Su lógica era irrefutable, por lo que ducharnos juntos no me pareció mala idea, tenía que ser sincera conmigo misma porque también quería verlo desnudo, los dos juntos, en un espacio pequeño en la ducha, con el vapor y el calor del agua, sería mentirme a mi misma si no supiera en cómo iba a terminar esto.
Cómo saben y se habrán podido dar cuenta, subí el capítulo hoy en lugar del miércoles, lo sé y perdonen pero quería que las demás chicas leyeran los dos capítulos que subí la semana pasada.
En fin, me retiro sin más que decir por el momento, nenas. Nos leemos hasta el domingo :) Besotes.
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