C17
A Evan le pareció buena idea salir a comer, porque nos habíamos levantado muy tarde, yo acepte porque moría de hambre, cuando nos levantamos apenas y nos arreglamos, además me gustaba mucho los lugares que escogía para comer, tenía buen gusto. Sin que se diera cuenta lo vi de reojo, maravillándome de lo guapo que se veía con su vestimenta en negro, nunca le pregunté porque le gustaba tanto el color pero no importaba mucho, le quedaba excelente, daba la imagen de ser modelo de catálogo para ropa.
—¿A dónde quieres ir? Tengo un montón de ideas
—Sorpréndeme —alcé una ceja.
Sonrió de oreja a oreja y aumentó un poco la velocidad del auto, puse música en la radio para no dejar el silencio en todo el camino al restaurante, puse Depeche Mode otra vez y no le incomodó que repitiera algunas canciones.
—Puedo preguntarte algo —comenté con voz casual, no era nada malo pero tenia miedo que dijera que no.
—¿Qué es?
—El sábado es la boda de mi prima Emma y no tengo pareja para ir y yo quería preguntarte si ¿Quieres ir conmigo? —cuidadosamente me volví hacia él para ver su reacción.
La forma en la que sonrió fue hermoso, no me cabía el revoloteo de mariposas que se agruparon en mí estómago, me hizo incluso suspirar con ligereza.
—Por supuesto que quiero ir contigo —respondió efusivo —No me lo perdería por nada, además debo cuidarte del alcohol, recuerda que ebria empiezas a repartir besos.
Como le gustaba hacerme enojar y reír al mismo tiempo, quise golpearlo pero no quise arriesgarme a tener un accidente por mi culpa. Llegamos al restaurante más pronto de lo que pensé, no me di cuenta del nombre pero por dentro era hermoso, igual de elegante que 3 art café.
Mientras esperábamos nuestra orden, mi teléfono vibró en un mensaje, no era necesario adivinar quien era.
—¿Le dirás a Daniel que estás conmigo? —preguntó, fingiendo que no le incomodaba mucho que Daniel me estuviera mandando mensajes tras otro.
—Nadie sabe que salgo contigo, excepto Emma pero si quieres se lo puedo decir.
—¿No pensabas decírselo nunca?
Ahora estaba perplejo.
—Si pensaba hacerlo, aunque no sé que cosas podría pensar de mí, se supone que tu me habías contratado para un proyecto, creerá que estoy contigo por conveniencia.
—¿Y que más da? A él no debe de importarle con quien sales, ni que sea un santo, hace años que no sabes de él, seguro que tiene bastantes secretos de los que te puede confiar.
Sonreí viendo la pantalla, no había visto a Evan tan celoso.
—¿Qué resulta tan gracioso?
—Tú —admití —¿Estás celoso?
Resopló, dio un trago al agua mineral y aunque no lo aceptó, su incomodidad seguía hablando por él. Llegó la mesera y comimos sin más interrupciones, le dije a Daniel que estaba con Evan Ross, me preguntó si hubo problemas con el trabajo de fotos que hice y ya no le respondí.
Al terminar de comer y ya en la calle me preguntó a dónde iba a rentar el vestido , yo no tenía idea, tenía planeado buscar una tienda en lo que íbamos por la calle pero me recomendó ir a un centro comercial en la zona más sofisticada de la ciudad.
Torcí el gesto al imaginar la gente elegante y bella que andaría por ahí y yo ni siquiera iba tan bien vestida.
—Me saldrá muy caro rentar un vestido en esas tiendas, olvídalo, vayamos al centro comercial que está a unas cuadras.
—Claro que no, yo lo pago —dijo con insistencia, dejando de ver un momento a la calle.
—No, espera, yo lo voy a pagar, lo haré con el dinero que me pagaste por mi trabajo.
—Ese es para ti, no para rentar un vestido.
La verdad es que pensaba invertir el dinero que me pagó, en un auto usado que el hermano de Brian ya no quería, me lo dejó a buen precio y me daba un plazo largo de tiempo para juntar el dinero y gastarlo en un vestido se me hacía muy tonto.
—Déjamelo a mí —concluyó en tono tajante, ya no protesté, solo era la renta de un vestido, esperaba que no fuese una cantidad colosal.
Al llegar al centro comercial lo primero que hice fue dejar que me guiará porque jamás había venido a un lugar tan grande y pretencioso como este, encontramos un mapa donde nos mostraba todas las tiendas, había cuatro que era de vestidos lo que era bueno, si no encontraba nada lindo tenía otras tres en los que podría seguir buscando.
Vimos la cantidad de personas que estaban en la tienda y yo sentí pena por Evan, había mucha gente, me giré hacia él con duda, ¿Lo haría en serio? ¿Entraría ahí?
—Quédate aquí afuera, trataré de buscar algo bonito lo más rápido que pueda.
—No —me agarró de la mano antes de que me fuera —Voy contigo, recuerda, que quiero ver como te quedan los vestidos.
Me límite a sonreír muy fuerte y lo adentré a la tienda conmigo, hubo de inmediato dos que me gustaron, lo que me asustó fue el precio, apenas y me fije en la etiqueta cuando costaba rentarlos pero no veía ningún precio.
Una chica que trabajaba ahí estaba acomodando ropa y aproveche para preguntarle el precio.
—Lo siento, aquí no se rentan los vestidos, solo se venden —me aclaró rápidamente, se dio cuenta que yo no era un cliente frecuente porque se fue sin que pudiera preguntarle otra cosa.
De todos modos fui a probarme los dos que me gustaron mucho, Evan se sentó en un sofá pequeño que estaba frente los probadores, el primero era uno de corte sirena, con un escote en V color dorado, en los bordes tenia piedras swarovski, el precio era para mi totalmente absurdo.
Al salir los ojos verdes de Evan se dilataron un poco, di vueltas a propósito para que me viera, estaba rodeando mi cuerpo con sus ojos, empecé a sentirme muy nerviosa, su mirada era mortal, tan seductora que no podía controlarme entre tanta gente.
—Ese me encanta mucho, se te ven muy bien los...—no terminó la frase, supe que quiso decir, la verdad es que el vestido resaltaba mis pechos —Es mi favorito.
—Solo me he probado uno —reí entre dientes —Ven y ayúdame a bajarle el zíper.
Me bajó el zipper con lentitud, no supe si a propósito pero sentía sus dedos tocándome la espalda, luego acercó su boca a mi oído, su respiración ardiente caía en mi oreja, hormigueándome la piel.
—¿Qué tal si te ayudo a bajar el zipper haya dentro? —susurró, ya empezaba a faltarme el aire, mi corazón dio un vuelco, que la gente que estaba ahí nos observaba me puso ruborizada, me dio demasiada vergüenza pero también me prendió mucho.
—Tenemos público —le recordé con una sonrisa nerviosa, quise quitarle las manos de mi cintura pero estaba rígida, las miradas de los demás eran muy punzantes.
—Finge que se te ha atorado —me ordenó muy confiado, se fue alejando de poco a poco y yo quise entrar al probador para hacer lo que me pidió hasta que una voz femenina, casi cantarina nos frenó a ambos.
—Evan —lo llamó la mujer, nos volvimos al mismo tiempo y el entusiasmo de los dos se cayó al suelo, deje de respirar y mi mandíbula se desencajó al ver a Camille, sonriendo con discreción, nos estudió unos cuantos segundos.
—Hola Camille —la saludó Evan, su sonrisa dejó entrever sus dientes, si le sorprendió su presencia pero no tanto como a mí, casi me tengo que agarrar de la cortina para que caer de espaldas.
—Perdón si interrumpo —por primera vez me contempló, se refirió a los dos como si nada.
—Escogemos un vestido para Amber —Evan me miró, yo estaba todavía en shock, ni con la sonrisa de Evan me pude recobrar. —¿La recuerdas? Estaba en la fiesta.
Camille sonrió un poco más como afirmación, me echó un vistazo largo de pies a cabeza y por extraño que parezca, se vio más amable.
—Claro que sí, la fotógrafa —dios, ellos hablaron de mí —Se ve que tienes buen gusto, ese vestido es lindo.
Carraspee, me puse tan nerviosa que recurrí a Evan, no quería hablar con ella, aunque no me hubiese hecho nada malo era la ex de Evan y por supuesto era tan atractiva que seguro se vería mucho más hermosa que yo con este vestido, eso me hizo enojar un poco.
—Es lo que mismo que opinaba yo —se carcajeó Evan, queriendo romper la tensión en el ambiente —Se le ve estupendo.
Ambos sonrieron a mi dirección, no hice nada más que sonreír y quedarme ahí para esperar a que Camille desapareciera por dónde hubiera salido, ella detectó que no había nada más por decir y cuando se dispuso a despedirse pude respirar de alivio.
—Fue agradable verlos, nos vemos luego. Chao —agitó su delgada y larga mano, viéndome a mí y por último a Evan.
Evan finalmente pudo mostrarse igual de sorprendido que yo, abrió los ojos como plato porque la situación fue incómoda, yo entré al probador sin decir nada, me quite el estúpido vestido y me probé el segundo sin mostrárselo, no era tan lindo como creí, incluso ahora viéndolo bien, me quedaba enorme. Salí del probador con ambos vestidos y camine por la tienda con Evan detrás de mí.
—Eso si fue raro —añadió todavía con nerviosismo en la voz.
—Le contaste de mí —repuse en lo que dejaba el otro vestido en su lugar, lo encaré y eso lo confundió —Me reconoció cuando nunca nos hemos visto cara a cara, ¿En serio le hablaste de mí?
Se puso serio.
—Claro que iba a contarle de ti —respondió muy seguro —Aún somos amigos.
—¿Y porque no me la presentaste? Ella me conoce pero yo a ella no —me fui acercando hasta chocar contra su pecho, más que celosa estaba molesta, supongo que también el miedo dominó cierta parte de mí, ella seguía pareciéndome una amenaza y no supe porque —Era el momento de que me la presentaras.
—Sí, debí hacerlo pero creí que no era buen momento, prefiero hacerlo cuando no sea una sorpresa tener que encontrarnos los tres juntos.
Todavía tenia en la mente el hermoso rostro de Camille, viéndonos a los dos, no mostró sorpresa alguna, fue una reacción de lo más normal, supongo que ninguna reacción podría quitarle la belleza de la cara.
Me frustré y le di el vestido dorado, no tenía ánimos de seguir viendo nada, solo quería irme,
—Es el único que me convenció —dije sin más, no quise darle más explicaciones.
Fue agradable que no me dijera nada, fuimos a pagarlo y al salir tuve que asegurarme de que ella no estuviera rondando por ahí, lo sé, era una estupidez pero el pánico de creer que ella nos seguía o espiaba era inevitable.
Fuimos de regreso a su departamento, no tenía idea porque si yo quería regresar al mío para darme un baño y cambiarme de ropa.
—Puedes ducharte en mi departamento, pensé que pasaríamos el resto del día juntos, eso quería planear.
—Sí, ya lo se —suspiré, cambié mi actitud, no quería estar así de raros por el resto del día, yo era la única que estaba todavía incomoda por lo de Camille —También era mi idea pero tienes razón, podré darme una ducha mejor en tu departamento.
Sonrió y con una mano me agarró el muslo, dándole un apretón.
—Esa es mi chica, cuando eres obediente obtienes puntos extras.
—¿Para que?
—Ya sabrás.
Me removí un poco sobre el asiento, estaba ansiosa por llegar al departamento más que por darme una ducha, quería tiempo a solas con él, esa pequeña escena en la tienda me había dejado hambrienta. Cuando llegamos, subimos por al ascensor, agarrados de la mano, me apreté las piernas porque de verdad estaba muy hambrienta, veía de reojo el cuerpo de Evan solo para tentarme más de lo que ya estaba.
Cruzamos la puerta y ya adentro escuchamos ruidos en el departamento, más específicamente en la cocina, Evan corrió en silencio para ver quien era y yo claro fui detrás de él, me posicione a su lado para ver al mismo tiempo de quien se trataba.
Escuche que jadeo de horror al ver a la mujer que estaba sirviéndose agua en un vaso con un semblante despreocupado, nos estudió a nosotros en silencio.
—Karen. —pronunció con voz ahogada.
¡Sorpresa! Regrese con maratón, quería sorprenderlas porque aunque les dije que quería subir capítulos tres veces por semana o incluso a diario, pensé que sería mejor que les subiera doble capítulo sin decir nada, así será de ahora en adelante, podrá ser seguido o después de una semana, depende de como me encuentre jajaja.
¿Les gusta la idea? Maratón sorpresa :)
Se me olvidó decirles que iba a cambiar la portada, ¿Prefieren la otra o a la nueva? Me gustó más esta porque refleja más la trama que la otra, supongo que la anterior era más romántica, esta es más sexy.
En fin, me voy queridas, gracias por leerme como siempre y por ser pacientes a la hora de actualizar. Nos leemos, muack.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro