C1
No sabía si se trataba de un sueño pero escuchaba la voz de Emma, mi prima, llamándome con total claridad, me decía algo mientras me tomaba del brazo para llevarme hacia alguna parte, no se veía a donde ni tampoco se sabía muy bien, era un sueño raro, indescifrable, hasta que comprendí que no era un sueño y que de verdad me había tomado del brazo para arrastrarme fuera de la cama.
—¿Amber? ¿Amber? —me llamó la primera vez con suavidad, después empezó a jalarme del brazo para hacerme despertar en lo que yo realmente salía de mi trance o sueño, sea lo que fuera.
—Mmm. —respondí somnolienta, todavía con los ojos cerrados.
—¿No vas a ir a trabajar? Son las siete de la mañana, creo que no escuchaste la alarma.
Abrí los ojos de golpe y salté de la cama, comprobé que realmente eran las ocho y yo entraba al trabajo en una hora, carajo, no me iba a dar tiempo de ducharme, solo iba a poder vestirme, maquillarme un poco y desayunar, restando los veinte o media hora de camino al trabajo, dependiendo del tráfico.
—¡Maldición, no escuche la alarma, me quedé dormida, gracias por despertarme Emma —le agradecí en lo que buscaba lo que fuera para vestirme pero que también luciera bonito y combinara —No se que hubiera hecho si no me hubieras despertado, te lo agradezco.
Ella sonrió, se le formaron sus pequeños y graciosos hoyuelos, me di cuenta que ella estaba ya casi lista para irse a su trabajo, todavía le faltaba arreglarse el pelo que se sostenía con una peineta.
—No hay problema —se carcajeó un poco de mí, viéndome recoger mis zapatos y mis jens tirados —Se que entras a los ocho y cuando vi el reloj me pareció raro que no estuvieras preparándote en el baño, pensé "esta no es Amber, debió quedarse dormida".
Solté un resoplido. Así fue, me quedé dormida porque ayer terminé de editar unas fotos para el trabajo que a fin de cuentas ni me convencieron tanto, sentí que aun tenía muchos detalles que arreglar pero era ya tarde para eso.
—Me dormí a las dos de la mañana retocando unas fotos. Creí que podría levantarme, ya lo he hecho antes.
Ella se rió.
—Si, cuando estabas joven, ahora ya tienes veintiocho.
Le puse mala cara cuando la voltee a ver, ella estaba conteniéndose la risa otra vez y yo estaba algo ofendida, ¿Eso que significaba?
—¿Y ya por eso me vas a visualizar con bastón y pelo blanco? Ni siquiera he llegado a los treinta, no hablemos de edades porque tu solo eres un año mayor que yo.
—Así es pero...—me iluminó con el anillo de compromiso que su novio Brian le había dado hace un año, su boda era en tres semanas y yo sería la fotógrafa oficial —Yo ya voy a casarme, el tren ya se detuvo para esta señorita.
Puse los ojos en blanco y me reí en su cara, ella sabía que no me afectaba pensar que yo era una solterona simplona y aburrida que vivía con mi prima y su mejor amiga Mia, éramos 3 mujeres en un solo espacio, al menos cada quien tenía su propio cuarto.
—Uy sí, se me olvidaba, con eso de que nunca me lo recuerdas y porque además soy la fotógrafa oficial, casi nunca me acuerdo de que será tu boda.
Ella solo bajó la cabeza con timidez, a veces era molesto que estuviera como mosca rodeándome para recordarme que yo era su fotógrafa, eso lo sabía desde hace 3 meses, no era necesario que siempre estuviera diciéndomelo. Comenzó a vagar sus ojos por mi habitación y eso quería decir que finalmente iba a cambiar de tema.
—Quiero que vayas a la boda acompañada, Amber, quiero que estés feliz, bailando y riendo, me preocupo por ti, ¿Y si te presento al compañero de Brian? Es divertido.
No, ya estaba harta de todo ese tema, la miré desde el espejo de mi tocador porque quería arreglarme el cabello o más bien salvarlo para que se viera decente; me volví hacia ella con la disposición de no ser grosera pero lo que quería es que no tocara el tema del acompañante lo que restara hasta llegar al día de la boda.
—No gracias y si me haces el favor de salir, necesito arreglarme y no me queda mucho tiempo —le di una sonrisa pequeña —Ya hiciste el gran favor de hoy que fue levantarme para no llegar tarde al trabajo, no me obligues a olvidarlo y ser grosera contigo.
—Siempre cambias de humor cuando hablamos de tu acompañante.
Gruñí, de nuevo puse los ojos en blanco.
—Emma...Por favor.
—¡Ya me voy! —alzó los brazos y se fue hacia la puerta, demonios, de verdad había cambiado mi humor por su culpa.
Me miré en el espejo, de acuerdo, Emma solo quería ser amable y se preocupaba por mí, pero no se podía hacer mucho por mí, no era demasiado atractiva, bueno, al menos mejoré en estos años; mi rostro se había alargado un poco y mi cuerpo tenía algo diferente, noté más curvas a comparación de cuando tenía veintitrés o veinticuatro pero mis pechos seguían igual de pequeños y mis facciones todavía conservaban un matiz infantil que no se me quitaba y no parecía desaparecer. Si, ya era una mujer en toda la extensión de la palabra pero me sentía atrapada en un espacio de tiempo donde mi apariencia no parecía tener algún cambio.
Salí de mi habitación después de cambiarme y arreglarme, Emma ya estaba sirviéndose su plato de cereal con pasas y fibra, llevaba una dieta estricta para poder caber en su vestido de novia y Mia trataba de alentarla a terminárselo.
—No sabe tan mal —le dijo Mia, su mejor amiga, con la fuerza suficiente para tragarse el bocado de cereal —Ya cuando vayas a la mitad te acostumbras al sabor.
Vi desde la cocina como ella se comía un poco y ponía mala cara cuando tragó, creí que vomitaría pero solo se repetía una y otra vez "debo comerlo, no sabrá mal si no saboreas". Reí a carcajadas cuando tomó una servilleta y escupió todo.
—¡Sabe horrible! Mejor me como una manzana —frunció el ceño y molesta se levantó para ir por una manzana.
—Creí que tendrías fuerzas de voluntad —me carcajee —¿Qué tan difícil es seguir una dieta, Emma? Solo come lo que te dicen y listo.
—Yo opino lo mismo, —añadió Mia, comiendo del plato de Emma, solo se estaba comiendo la pasas —Oye Amber, ¿Se te pegaron las sábanas? Por un momento creí que no irías al trabajo.
—Me quedé dormida pero Emma me levantó gracias a dios, sin ella estuviera llegando tarde al trabajo.
—Por cierto, antes de que te vayas —Emma intervino en la conversación, volviendo a la mesa para sentarse otra vez, me vio y luego a su mejor amiga, algo estaban complotando y presentí que me iban a hacer enojar —Te tenemos una noticia, te hicimos una cuenta en tinder, no te preocupes que ya pusimos tu foto y tus cosas favoritas en el perfil, tienes 2 match hasta ahora y la creamos hace dos días.
Me petrifique, deje de untarle mantequilla a mi plan y olvidé que una rebanada estaba saliendo del tostador cuando Emma me mostró desde su celular mi perfil en tinder, no supe si estaba colérica o asustada pero corrí y casi le arrebato el aparato de las manos.
—¿¡Que hiciste que!? Déjame ver eso, ¿Con que permiso lo hiciste? ¿Y de dónde sacaste esa foto?
—De tu Facebook.
—Quiero verlo —traté de quitarle el teléfono pero ella y Mia estaba ocultándome la evidencia —¡Emma!
—Descarga la aplicación, tu usuario es AmberGriffin89 y tu contraseña es cacahuate.
—¿Estás hablando en serio? Voy a borrar la maldita cuenta, no tenias permiso de hacerlo, borrarla o lo haré yo misma.
Ella sonreía con mucho orgullo, le divertía que me enojara y eso a mi me ponía más molesta.
—Tienes dos match, ¿ni siquiera quieres saber quiénes son? Dales una oportunidad.
Las observé a ambas, me volví a repetir que no era su intención hacerme sentir mal y bueno, al menos podría decir que me crearon la cuenta en lugar de decir que yo misma la había hecho por desesperación. Suspiré y me fui de nuevo a la cocina, aun no estaba del todo tranquila, quería eliminar esa cuenta y lo haría.
—Son muy amables en haberme creado la cuenta pero eso no significa que no violaron mi privacidad, me hubiera gustado una consulta primero.
—Am...—Emma se mordió el labio, se daba cuenta que si había sido un poco irrespetuoso hacer algo así —Si, debimos haberte preguntado pero bueno la de la idea fui yo.
—Por supuesto que fue tu idea —la acusé con los ojos firmes —Así eres tu de impulsiva. Solo no vuelvas a hacerlo, ¿Sí? El día en que necesite encontrar novio te lo voy a pedir.
—Tinder no es solo para tener novio, también para hacer amigos.
Los que tampoco tenía, maldita sea era una asocial, de acuerdo, no me haría daño echarle un vistazo a la cuenta.
—Bien, gracias por aclaración. Me voy o de verdad voy a llegar tarde, ya después les aviso como fue con el dichoso Tinder.
Saque mi celular y mientras iba bajando por el ascensor descargue la aplicación, no iba a engañarme, tenía que averiguar quiénes eran esos dos match que se interesaron por esta insignificante mortal que no tenía nada fuera de lo común.
Aqui está el primer capítulo de esta nueva historia que estoy haciendo con mucho cariño para ustedes, estaré subiendo dos veces por semana, dependiendo de a que velocidad los corriga, ojala les guste y sigan apoyandome en este viaje :)
No se olviden de dar estrella y comentar que así me demuestran lo mucho que les gustó. Besitos a todos.
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