Capítulo 20
Narra Milk
-¡Milk! ¡Aquí!
Aún estaba saliendo del vagón del metro cuando escuché los gritos de Ami por la zona de la salida a la calle. Esquivé a un par de hombres enchaquetados y fui hacia la voz. Ami saltaba sobre sus tacones con cinturillas rojas y agitaba la mano que llevaba el bolso. Su abrigo negro descansaba en el otro brazo. Llevaba un top blanco y rojo atado al cuello, una mini falda vaquera de vuelo, un cinturón doble rojo como adorno y una torerita color marfil.
-¡Milk! - nos abrazamos.
-¡Enhorabuena, Ami! ¡Eres la mejor! - le dije sin soltarla. Nos echamos a un lado para dejar salir a la gente.
-¡No sabes lo orgullosa que estoy de mí misma! - rió - ¡pero estoy tan nerviosa por tener que subir al escenario para recoger el premio y el diploma! ¿y si me tuerzo un tobillo y me caigo? - instaló un rictus de miedo en sus labios.
-¡Venga ya, Ami! - resoplé - ¿tú caerte? ¡esa soy yo amiga! - reímos las dos - bueno, ¿vamos? - me empecé a poner el abrigo antes de salir a la calle.
-Espera un momento, Bulma debe estar por llegar - Ami miró su reloj.
-¿Bulma?
-La novia de mi hermano.
-¡Ah! ¿esa chica que le tiene tan atontado? Cuando estamos en el comedor trabajando y me cuenta que después se va a ver con su "Bulma" está especialmente alelado - sonreí - ¡hasta los niños le preguntan que por qué tiene esa cara de tonto!
-Definitivamente, mi hermano es un bobo en cuerpo de hombre - rió - el otro día llevó a Bulma a casa y tuve que darle un codazo porque casi se le escurría la baba cada vez que la veía hablar o caminar.
-¡Qué exagerada, Ami!
-No, de verdad - Ami volvió a reír - y ella es muy simpática y lo más importante ¡sabe domesticar a mi hermano!
-¡Oh! - empecé a reír.
-Espero que no te importe que la haya invitado. No tiene muchas amigas aquí aún y también resulta que es...
-¡Ami!
Una chica peliazul se bajó del metro que acababa de llegar. Tenía puesto un bonito vestido verde oscuro hasta medio muslo y ajustado en la cintura, con un blazer de leve estampado leopardo en tonos grises y unas botas negras y planas hasta por encima de las rodillas. Su abrigo marrón y su bolso oscilaban en su brazo mientras se acercaba.
-¡Hola! - saludó a Ami con un beso en la mejilla - hola - me miró - debes de ser Milk.
-Sí, encantada de conocerte Bulma - la rubia me dio también una sonrisa y alrededor de sus ojos azules aparecieron una leves arruguitas.
-Chicas, ¿buscamos un sitio para comer antes de empezar? - preguntó Ami.
-Sí, por favor, muero de hambre - froté mi estómago.
-¡Pues vamos! - dijo Bulma poniéndose su abrigo.
Las tres nos abrigamos bien y subimos por las escaleras para llegar a la superficie. Fuera hacía frío y nos apretujamos más en nuestras ropas. Ese era el problema del invierno en Japón. En el exterior hacía mucho frío, pero cuando entrabas en algún sitio, la calefacción te hacía entrar en calor rápidamente.
Caminamos un par de manzanas hasta el Pacific Place y entramos. Cuando cruzamos las puertas cristaleras una oleada de calor nos azotó. Miré a Ami y vi que no quitaba la vista de todas las tiendas que estaban abiertas y llenas de personas. Temí que después de comer nos hiciera recorrer este centro comercial de arriba abajo.
-¿Qué les parece unas hamburguesas? - preguntó Bulma quitándose el abrigo.
-De acuerdo - aceptamos.
Subimos por las escaleras mecánicas hasta la zona de restauración y decidimos entrar en Johnny Rocket's. Nos sentamos en una mesa blanca con sofás rojos y cogimos cada una un menú. A los minutos se acercó un chico a tomarnos nota.
-Yo quiero una Coca cola y una hamburguesa St. Louis con extra de champiñones - pidió Bulma.
-Un batido de fresa y un Chicken Club Sandwich para mí, por favor - dijo Ami.
-Y yo un té frío y una The Houston - cerré el menú.
-¿Sabe que esa hamburguesa lleva jalapeños y salsa picante? - el chico me miró por encima de su cuadernito.
-Sí, sí, lo sé - sonreí - soy una chica fuerte podré con unos cuantos jalapeños.
El chico asintió y se fue con nuestras órdenes.
-Y bien, Milk, que me cuentas de ti - Bulma se puso cómoda en su sitio y me miró.
-Pues no sé, seguro que esta de aquí - le pegué un pellizco en la mejilla a Ami que estaba a mi lado - ya te ha puesto al día de todo.
-Si - rió - pero no viene mal saberlo de ti.
-¡Hey, tampoco le he contado toda tu vida Milita! - se quejó Ami con una mueca graciosa y luego me echó una mirada suspicaz. Supe que no le había contado nada de Goku.
-Sé que estudias Literatura - dijo Bulma.
-¡Pues ya sabes más de mí que yo de ti!
El chico llegó con nuestras bebidas y tomamos un sorbo.
-¿Qué estudias tú? - miré a Ami - antes me has dado a entender que no eres de aquí, - miré a Bulma - ¿verdad?
-Es de La capital - contestó Ami y le dio un sorbo a la pajita de su batido.
-Me mude aquí a principios de este curso. Estudio Ingeniería automovilística - explicó Bulma.
-¡Lo mismo que Vegeta! - dije - ¡Ok! Ya entiendo como conociste al grandullón.
-Y tú trabajas con él, ¿no? - le asentí - entonces, ¿me puedes contestar una pregunta?
De repente, Ami soltó una risa y la miré perdida.
- Bulma no se cree algo - expuso Ami
-¿ Vegeta es tan cariñoso y juguetón con los niños como dice? ¿O se está mintiendo? - me preguntó Bulma.
-Ah, eso - sonreí - si, Vegeta es peor que los niños. Cuando los niños lo ven venir, ya están saltando y chillando. Igual juega al fútbol con los chicos que colorea fotos con las chicas - reí - lo más chicos están todo el día tirándole de la camiseta para que los coja y les haga el avión - conté.
-¿Sí? - la mirada de Bulma se iluminó.
-Te lo dije, Bulma - dijo Ami en un tono cantarín mientras jugueteaba con su pajita - eres la única que ve ese lado fiero y masculino en mi hermano, las demás vemos al niño juguetón.
-Ya, pero es increíble concebir como semejante hombre puede hacerle el avión a un niño de 4 años y después hacerme a mí...
-¡Calla! - dijo Ami con los ojos abiertos impresionada - ¡no sigas con esa frase! ¡Te lo pido por mi salud mental! - me empecé a reír a carcajadas.
Cuando el camarero llegó con nuestros pedidos, Bulma y yo aún reíamos por la cara de horror de Ami. Las tres tomamos unas buenas mordidas de nuestras comidas antes de seguir hablando.
-Bien - dijo Bulma dejando su hamburguesa en el plato - estamos las tres interconectadas: yo estoy saliendo con Vegeta, que es el hermano de Ami y que es tu compañero de trabajo - concluyó.
-¡Oh, no, aún hay más! - dijo Ami feliz y pinchó una patata - ¡también nos une otra relación!
-¿Más? - pregunté a la vez que pescaba con mis dedos uno de los jalapeños que se había salido de la hamburguesa.
-¿ Black...? - me miró Ami.
-Sí, tu encantador y sureño caballero - acabé por ella con un soniquete gracioso.
-Es mi primo - añadió Bulma y luego, mordió su hamburguesa.
-¡Oh! - se me abrió la boca - ¡qué pequeño es el mundo!
-Sí, pero aún hay más - Ami, con una mirada de "yo sé todos los secretos del mundo", nos ojeó a las dos, que nos quedamos perplejas - Goku, que es el mejor amigo de tu primo - señaló a Bulma - es el compañero de piso de Milk.
-¡Guau! - exclamó Bulma - estamos más unidas de lo que creíamos, ¡como para hacer algo indecente, rápidamente seríamos pilladas por un conocido! Aunque... ¿de qué me suena a mí Goku? - se llevó la mano a la barbilla pensativa.
-¿Conoces a Goku? - la miré.
-¡Ah, ya sé de qué! - dijo - Me lo presentó Black el día que yo se le presenté a Vegeta. Un chico muy guapo.
Algo en mi gruñó en dirección a Bulma y me tuve que decir a mí misma: "serénate, loba"
-Sí, un chico gay muy guapo - dije con un bufido. Ami dejó escapar una risa cantarina.
-¿Gay? ¿cómo? ¡Imposible! ¡Yo lo vi tontear con una chica!
-Y justo aquí, tu teoría de estar interconectadas es algo bueno para nosotras - le dijo Ami con una risa, señalándose a ella misma y a mí - gracias a esa noche, pillamos a Goku con las manos en la masa.
-¿Pillado?
-Si, Vegeta vio una foto de él en el piso de Milk y nos dijo que lo conocía - le contó Ami.
-Porque, por supuesto, no es gay - dije defendiendo a mi hombre.
-Me he perdido - Bulma nos miró y se echó hacia atrás en su sitio.
Rápidamente Ami y yo la pusimos al día de todo. Bulma abría la boca cada vez que le contaba alguna de las cosas que le había hecho, e incluso aplaudió con lo de la mascarilla de pepino y el baño "lésbico".
-En conclusión, que lo tienes cachondo todos los días - Bulma rió y apartó su plato, una vez que terminó de comer.
-¡Sí! - la acompañó Ami con sus risas - ¡esa es la idea! - se metió en la boca el último trozo de sándwich de pollo.
-Sin embargo, sólo una vez lo he visto "alegre" - hice comillas para referirme a la vez que me puse el pijama semitransparente y lo vi duro contra sus pantalones. ¡Oh Dios mío! Mordí mi labio de solo recordarlo.
-Pero, ¿te ha dado por revisar la factura del gas? - preguntó Bulma - estoy segura que el uso del agua caliente ha bajado considerablemente.
Las tres nos echamos a reír.
-Buen punto - dije - tengo que comprobarla. Y bueno, no les he contado lo último - retiré mi plato acabado y tomé mi vaso de té frío - esta mañana me ha pillado desnudándome.
-¿Qué? - Ami me miró incrédula - ¿estabas saliendo del baño?
-¿o estabas desnudándote para bañarte?
-¡Peor! - enrojecí al recordar la situación - ¿conocen esa sensación de estar sola en casa y ponerte a cantar libremente? - ambas asintieron - pues justo estaba haciendo eso.
-¿y qué tiene de malo? - Ami interrogó - no es que cantes como los ángeles, pero se te soporta - se encogió de hombros.
-Gracias, Ami, yo también te quiero - rodé lo ojos - a ver empezó a sonar You can leave your hat on y... - enrojecí de nuevo.
-¡Oh! - Bulma se llevó la mano a la boca abierta - ¿empezaste a hacer un striptease?
-Si - musité mordiéndome el labio y agachando el rostro - en medio del salón.
Sólo alcé la cabeza cuando escuché a las dos carcajearse por todo alto. Las miré furiosa.
-¡Ya vale, perras traidoras! ¡Se supone que me comparecerían! - gruñí.
-Pero Milk, ¿a quién se le ocurre? - Ami se quitó una pequeña lágrima - una puede hacer un striptease y ponerse a cantar como loca, ¡pero estando encerrada y sin opción a que nadie te vea! Debo suponer que Goku llegó.
-Justo cuando abría la camisa de par en par y gemía descaradamente - bufé.
Las dos malas personas que tenía en frente y al lado se volvieron a reír estruendosamente.
-¡No saben lo mal que la pasé! Y el tipo tenía mis tetas delante y ¡ni se inmutó! - bramé - sólo le faltó decirme: "bonito sujetador, ¿dónde lo compraste, querida?"
-¿No se inmutó? - se extrañó Ami - me extraña, a ver si al final se ha vuelto gay de verdad.
-Lo único que dijo fue que tenía que haber traído a unos amigos que apreciaran el espectáculo - refunfuñé.
-Espera, espera - habló Bulma - ¿qué hizo exactamente después?
-A ver - recordé - llevaba unos papeles en la mano y se agachó detrás de la mesita de café para ordenarlos.
-¿y qué más? - insistió Bulma.
-Nada más, se levantó y se encerró en su dormitorio - acabé.
-¿Se llevó los papeles con él? ¿dónde los llevaba?
-¡Oh! - exclamó Ami - ¡estoy llegando a tu punto! - le dijo a Bulma. Miré aturdida a las dos.
-Que recuerde los llevaba en la mano, balanceándolos delante de él.
-¡Sí! - sonrió Bulma y chocó palmas con Ami - ¿no te das cuenta, Milk? -negué - ¡el muchacho iba con un problema entre las piernas! ¡por eso se agachó y huyó a su habitación!
Oh...
-Vale - dije empezando a sonreír - ¡no sabía lo que acaba de subir mi autoestima! ¡creí que mis movimientos de cadera habían perdido su toque! - reí, acompañada de Ami y Bulma.
Decidimos que ya era hora de comenzar nuestra travesía por las tiendas y pagamos el almuerzo. Nos colocamos los abrigos y cogimos los bolsos.
-Vamos a un par de boutiques que conozco - nos dijo Ami - están en esta misma calle - señaló la calle que se veía tras los grandes ventanales del centro comercial.
Suspiré aliviada al saber que Ami no nos haría recorrer este enorme centro comercial, y aunque nos haría ver miles de boutiques y tiendas, al menos estábamos en la calle y nos daría el aire.
Al salir del centro comercial, giramos a la derecha y caminamos unas cuantos metros. Bulma nos estuvo comentando lo bien que se encontraba en esta ciudad, a pesar de añorar el clima cálido. Nos habló de su vida aquí y de su carrera, de la que aún le quedaban dos años.
Entramos en el primer sitio que Ami nos señaló, en Broadway Boutique. Estuvimos mirando un poco, pero al menos a mí, no había nada que me convenciera. Todo era de tonos metálicos y con muchas lentejuelas. Ami se probó un par de vestidos, no obstante tampoco le gustaron.
Salimos y entramos en la siguiente que estaba a unos metros. Una mujer se acercó rápidamente para preguntarnos que buscábamos. Ami indicó sus preferencias, incluyendo las mías, claro.
-Estamos buscando algo elegante, pero sin llegar a ser muy formal. Preferiblemente vestidos cortos y que los colores no sean muy chillones - explicó Ami.
La mujer nos hizo pasar a la sección juvenil y nos sacó unos cuantos modelos. Pasé a regañadientes a uno de los probadores con tres vestidos. Seguía sin entender porque debía de comprarme yo uno cuando me podía haber puesto el de la noche de la discoteca, pero Ami insistió en que teníamos que llevar algo nuevo las dos o tendría mala suerte y se caería al ir a recoger el premio.
Me fui probando los vestidos y tal como me los ponía, iba saliendo fuera del probador para enseñarle a Bulma el resultado.
-No, definitivamente no - negó con la cabeza ante el morado con un hombro al descubierto que llevaba puesto - el color te va bien con tu color de piel, pero no sé, te hace como sombra en la cara y pareces una muerta viviente.
-Ehh... ¿gracias? - chasqueé la lengua y volví a entrar al probador.
Cuando me vestí de nuevo, salí para ver a Ami con uno verde de corte asimétrico.
-¿y qué, alguno te gustó? - me preguntó.
-Nop - dejé los vestidos en los colgadores - ¿tú?
-Nada - hizo un puchero.
-Yo le he dicho que ese me gusta - intervino Bulma.
-Es bonito, pero no lo suficiente deslumbrante - Ami se giró para mirarse en un espejo de cuerpo completo. Puso varias posturas - no, no me convence.¡¿Eh? - Ami estaba mirando algo en el reflejo del espejo - ¡espere! - Ami se giró y tanto Bulma como yo vimos como corría hasta una de las dependientas.
La mujer llevaba un vestido azul en la mano y Ami le dijo algo para después coger la percha con el vestido y venir hasta nosotras con una sonrisa.
-Pruébate este - me tendió el vestido.
-¿Qué? Sabes que odio volver a desnudarme después de haberme probado antes algo - protesté.
-Venga, no seas gruñona - me hizo una mueca - sé buena y pruébatelo, ¡tengo una corazonada!
-Pero Ami, ya tengo uno azul marino - continué con la protesta.
-Técnicamente este no es azul marino, es más bien añil - indicó Bulma.
-¡Exacto! - la apoyó Ami - el que tú tienes es azul marino muy oscuro - agitó el vestido delante de mis narices.
-Vale - agarré el vestido y me lo probé.
Realmente me quedaba genial, pensé tras verme en el pequeño espejo del interior del probador. Tenía un buen escote delantero y caía sobre mis muslos en un corte recto, sin ajustarse en mis caderas.
Salí fuera, y Bulma y Ami, ya con su ropa, me aplaudieron.
-¡Te queda genial! - Ami me hizo dar un par de vueltas.
-Y está muy bien de precio - dijo Bulma mirando la etiqueta que colgaba en la parte posterior.
En menos de veinte minutos, estábamos de nuevo en la calle, yo con una caja en la mano y con noventa dólares menos en el bolso. Vimos unos cuantos escaparates, pero ninguno llamó la atención de Ami, hasta que los vestidos de uno le gustaron y entramos en Claire's.
Justamente hora y media después y tras probarse Ami siete vestidos, estábamos fuera de nuevo sin haber conseguido nada. Ami nos quiso arrastrar hasta una tienda de vestidos baratos que había en Northgate Way, pero tanto Bulma como yo nos quejamos de que esa calle estaba demasiado lejos como para ir andando.
-Ami, conozco una tienda en esta misma calle que quizás te guste - comentó Bulma - la encontré hace unas semanas de casualidad, ¿vamos?
-¡Oh, sí, vamos a esa! - cogí a Ami del brazo - no pienso caminar hasta Northgate. ¿Hacia dónde Bulma?
-Calle abajo, chicas.
Tiré de Ami y caminamos agarradas. Ami iba un poco desanimada por no encontrar lo que buscaba, pero Bulma le fue contado las preciosidades que había en Macy's y la cara de Ami empezó a brillar.
Cuando entramos Ami seleccionó rápidamente varios modelos y entró con prisas en el probador. En el momento que salió con una sonrisa iluminando su cara, Bulma y yo supimos que lo había encontrado.
-¿Qué les parece, chicas? - preguntó dando una vuelta sobre sí misma.
Era un vestido rojo apagado. Tenía un escote strapless en forma de corazón, y desde ahí, caía ajustado a su cuerpo hasta el empiezo de las caderas, donde se abría en una vaporosa falda, que tenía diminutas flores como adorno en el borde de la tela. Le quedaba perfecto.
-¡Es precioso! - alabé - te quedará genial con los labios en rojo.
-Y con los complementos en negro o gris marengo - añadió Bulma.
-¡Decidido! ¡Me lo llevo! - se dio unas últimas miradas en el espejo, antes de entrar de nuevo en el probador para quitárselo.
Ami pagó y salimos las tres de la tienda muy satisfechas. Ami no hacía más que abrazar a Bulma por su acertada decisión de ir a esa tienda. Caminamos entre risas hacia el metro, en cambio, cuando estábamos a punto de llegar a la boca de metro, Ami miró al Pacific Place, el centro comercial donde habíamos estado comiendo, que quedaba a nuestra derecha.
-Digo yo que deberíamos hacer las compras completas, ¿no? - dijo Ami con una mirada peligrosa.
-¡Yo ya tengo los zapatos adecuados! - dije - no me voy a comprar unos nuevos cuando ya tengo los pies hechos a los que tengo - informé con una sonrisa victoriosa.
-Querida Millita, no iba por ahí mi idea - me volví asustar de su mirada de depredadora al acecho - creo recordar que ahí dentro hay un Victoria's Secret.
-¡Sí! - exclamó Bulma - ¡vamos dentro! No me vendrá mal un par de braguitas nuevas.
Bulma sonriente nos tomó de las manos y nos hizo caminar dentro del centro comercial. Ami iba casi saltando y yo parecía que iba al matadero. No sé porqué, pero Bulma también me empezó a dar miedo.
La peliazul nos soltó para poder quitarnos los abrigos. Dentro hacia un calor infernal por culpa de la calefacción. Cuando llegamos a la rosada tienda, bufé. Todo eran transparencias, ligas, encajes, cosas diminutas. Debo reconocer que tenía un par de conjuntos monos, pero ya. Estaba más cómoda con pantaletas y bragas de algodón.
-Nos vemos en un rato - antes de darme cuenta Ami ya se había perdido por la zona de corsés y ligueros.
-¿Vamos? - Bulma me señaló con la cabeza la sección de conjuntos de sujetador y braguitas.
-Claro.
Estuvimos mirando por un rato, pero a diferencia de Bulma, que ya llevaba seleccionado tres conjuntos, yo no encontré nada que llamara mi atención. Los que veía o eran muy recatados, o bien, eran demasiado reveladores. Quería algo intermedio. Aunque al ver los conjuntos reveladores, me daba ganas de comprarlo y ponerme a pasear con ellos por el piso, a ver cómo reaccionaba Goku.
De repente, uno llamó mi atención. Estaba en un término intermedio para mi gusto. El sujetador tenía efecto push up y las braguitas, ni eran diminutas ni eran enormes, su tamaño era el justo para tapar lo adecuado. Estaba hecho en una doble tela, la inferior de una suave tela lisa y la superior, de fino encaje floral. Sólo tenía un problema. Nada más lo había en tono rosa pastel.
-¿te gusta? - Bulma se acercó por mi espalda mirando el conjunto que estaba delante de mí.
-Sí, pero el color...
-Es bonito - indicó - y creo que con tu color de piel te haría lucir dulce y cándida.
-¿Eso crees? - pensativa, miré de nuevo el conjunto - aunque en verdad no tengo con quién lucirlo.
-Siempre puedes ponértelo tras la ducha y salir al pasillo de tu piso con él. Y si por un casual Goku te ve, le dices que se te olvidó la ropa limpia en el dormitorio - me guiñó un ojo y yo reí.
-De acuerdo, me lo llevaré.
Después de encontrar a Ami, que llevaba varias cosas en las manos, fuimos las tres a la caja a pagar. Nos estaban envolviendo las prendas en papel de seda y metiéndolas en cajas cuando sonó un móvil:
I'm a man,
I spell m-a-n...man.
All you pretty women,
Stand in line,
I can make love to you baby,...
-¿Milk? - Bulma alzó una ceja.
-Es el tono de Goku - gorgoreó Ami - atiende el teléfono, yo pago lo tuyo y después me lo das.
Asentí y me aparté un poco. Descolgué.
-¿Si, Goku?
-Ehh... - la voz sonó titubeante - seguramente no vaya al piso esta noche.
Algo me asustó. Su voz no sonaba como siempre. Se le escuchaba entre nervioso y contenido.
-Vale, de acuerdo.
-¿Puedes decirle a Ami que Black no puede quedar esta noche? Los dos nos quedamos en su piso - añadió e hizo una pausa. Me lo imaginé pasándose la mano por el cabello - tenemos unos trabajos que terminar.
-Se lo diré, mariquita.
-Gracias, Milk - cortó el teléfono.
Me separé el teléfono y miré la pantalla del teléfono, donde ponía la duración de la llamada.
¿Qué mierdas le pasaba a Goku?
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Bueno pues un capítulo de relleno😂😂😂😂, espero les haya entretenido y no aburrido, hasta mañana sábado.
Que le pasará a Goku?😮
Hasta mañana lo sabremos
👋👋👋👋👋👋👋👋👋👋👋👋👋
Buenas noches 😂😂😂
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