Mientras conduzco por el retrovisor diviso el auto de Logan siguiéndome, acelero más y giro a una avenida diferente. Repite mi acción y por más que gire sigue tras mi coche. Sin ganas de huir aparco mi coche, Logan hace lo mismo y se baja, camina hacia el mío y abre la puerta del copiloto.

— Que quieres Logan— hablo fría, sin emoción alguna y me sorprendo de mi misma. Me sale aún mejor de como pensé.

— Soy un cabrón, tienes razón Noah

<<No voy a discutírselo>>

Fijo mi mirada en la suya e inconscientemente bajo la mirada a sus labios, a sus deliciosos y sonrosados labios. Pasa su lengua en ellos humedeciéndolos y provocando que tomen un color más rojo, logrando que la gana de besar sus carnosos labios se haga más fuerte. Me obligo a regresar la mirada a sus ojos y por alguna extraña razón puede descifrar lo que sus ojos dicen.

Sin pensarlo dos veces le cruzo la cara provocando que la marca de mis dedos quede en su mejilla.

— Pero ¿qué coño te pasa? — brama sobándose la mejilla

— Te lo mereces— respondo conforme ante mi acto

— Loca

— Imbécil

— Vale, no voy a insultarte— responde con aires de maduro, pero sé que es porque no se le ocurre nada más que decir o porque tiene miedo a que vuelva a golpearlo — ¿Sigues enojada?

— Si — digo segura

— Lo siento

— ¿Por qué te disculpas? no somos nada— me duelen mis propias palabras

— Ya lo sé — responde

— ¿Qué quieres?

— Que me disculpes

— Disculpado, ya bájate

— Noah— gruñe molesto — No seas injusta

— ¡Injusta! — bramo— Primero me besas, te largas, me ignoras, te enrollas con cualquier zorra y yo soy la injusta

Se baja del auto dando un portazo y empieza a chocar sus puños contra una pared cercana. Está frustrado, enojado y no sé por qué. Él es quien siempre está ignorándome y me confunde. Se enrolla en mis narices y siempre está siendo un capullo conmigo. Dudosa me bajo y camino hasta donde se encuentra aporreando la pared.

— Logan

— Aléjate Noah, no quiero volver a lastimarte— gotas de sangre chocan contra el suelo y como si recordara algo doloroso empieza a golpear más fuerte la pared.

— Basta Logan— grito al ver como su sangre queda marcada en la pared, no quiero que se haga más daño.

Sin pensarlo dos veces me pongo en su frente para impedir que vuelva a golpearla, cierro los ojos instintivamente por miedo a que su puño impacte en mi rostro. Espero el dolor del golpe, pero no llega. Al contrario, siento sus brazos apretujándome.

Su rostro se acerca a mío y siento su refrescante aliento a menta y tabaco.

— Noah — me besa. Y es un beso lleno de desesperación. Como si yo fuera la única cura para sus males.

<<Me gustaría serlo >>.

Me separo y acuno su rostro en mis manos. Su mirada tiene un brillo que no había visto antes.

— Tenemos que curarte esas heridas— digo tratando de ser lo más suave posible, solo asiente y entrelaza nuestros dedos. Me encamino hasta mi auto, pero me detiene y me lleva al suyo.

Conduce hasta mi casa y no entablamos conversación en el trayecto. Él parece estar debatiéndose entre hacerme saber algo o no, mientras yo intento asimilar todo lo que sucede.

Estoy tan sumida en mis pensamientos que no caigo en cuenta que no son las avenidas para ir a mi casa

— ¿A dónde me llevas Logan? — pregunto dudosa

— Nos están siguiendo Noah — dice mientras acelera más, da vuelta y el coche que está detrás hace lo mismo — sostente — y frena tan de golpe que las llantas chillan. El auto que nos sigue intenta frenar, pero no tiene éxito en ello, su auto sigue a una gran velocidad dirigiéndose al nuestro. Logan arranca antes que impacté y gira por un desvió que no vi y acelera más.

Ya no hay nadie que nos siga, pero temo preguntar sobre lo que acaba de pasar. Tiene el volante sujeto con tanta fuerza que sus nudillos están blancos.

Llegamos hasta mi casa y aún sigo con los nervios a flor de piel. Abro la puerta del copiloto y me bajo, Logan me sujeta del antebrazo deteniéndome.

— Noah— me giro instintivamente y fijo mi mirada en la suya— No quise exponerte a ningún peligro, lo siento— asiento y recuerdo que mi auto esta junto al centro comercial.

— ¿Puedes llevarme a recoger mi auto? — asiente y me subo otra vez. El camino es igual de silencioso, pero ahora es incómodo. Cuando veo mi auto cerca me siento más tranquila — Gracias — y bajo del su auto dirigiéndome al mío.

Entro a mi auto y mi móvil empieza a vibrar anunciándome un mensaje de WhatsApp

18:05 HRS

Gaby: A que no adivinas de que me entere √ √

Noah: No me interesa √ √

Gaby: ¡Bah! Esto sí que te interesa √ √

Noah: Entonces dime, estoy ocupada√ √

Gaby: Mañana cumple años alguien √ √

Noah: ¿Era eso? √ √

Gaby: Es muy cercano a ti √ √

Noah: ¿Es tu cumpleaños? ¿Por qué no me avisaste antes? √ √

Gaby: ¡No! Es el cumpleaños de Logan √ √

N oah: ¿Cómo lo sabes? √ √

Gaby: Matt me lo dijo y estamos invitadas a su fiesta de cumpleaños mañana en la noche no acepto un no por respuesta adiós. √ √

No me molesto en contestar el último mensaje. Miro el calendario en mi móvil y resulta que cumple el 22 de septiembre.

No tenía la menor idea de que fuera su cumpleaños. Si no fuera por la rubia siguiera sin saberlo. Después de todo creo que su relación también me da algo de provecho a mí. No compre ningún regalo para él, aunque tampoco tiene sentido que lo haga. Ni siquiera se ha dignado en decirme que es su cumpleaños. Bajo del auto aprovechando que estoy fuera de un centro comercial.

Cuando llego entro a una tienda busco alguna colonia que pueda servir, pero no encuentro nada que se asemeje al estilo de Logan o al menos al aroma que estoy acostumbrada. Entro a una tienda de relojes, pero tampoco, nada.

Desde la vitrina de un almacén puedo diferenciar un peluche regordete, entro y lo compro sin pensarlo dos veces. Es de color naranja con rayas café. En realidad, tiene forma de pulga, pero no es una, no creo que le guste, sin embargo, a mí me encanta. Es ridículo regalarle a un hombre un afelpado, aunque da igual, él ni siquiera se dignó en decirme que era su cumpleaños.

Cuando regreso del centro comercial ya es muy tarde y tengo un cansancio descomunal. Entro a casa y corro hacia mi habitación. Dejo a un lado a "nuri" así es el nombre que le puse a su regalo.

Me dirijo al escritorio y tomo una hoja junto a una pluma para escribir.

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22/09/2016

Logan:

Hey, feliz cumpleaños, no importa que tan molesto te encuentres conmigo o viceversa, quiero desearte de todo corazón que tengas un excelente día junto a tus amigos y seres queridos. No sé en qué grupo hago parte o tal vez no haga parte en ninguno. Espero que sigas cumpliendo muchos años más de vida y sigas siendo el causante de mis dolores de cabeza. Por más que te alejes, me ignores y no me hables, voy a estar para ti cuando lo necesites.

Mi regalo no es la gran cosa, pero espero que te guste, besos y abrazos.

Con amor "Noah"

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Coloco la carta en la misma funda de regalo que nuri y echo un poco de mi perfume frutal. Aun no estoy segura de entregarle el regalo.

Es muy infantil regalarle esto. Sé a la perfección que en su fiesta va a ver alcohol y droga, y nadie va a llevar regalos y si los llevan van a ser bebidas alcohólicas. Mi regalo no va a significar nada para él, incluso estoy reconsiderando la idea de no asistir, pero estoy segura que la rubia me va a obligar ir.

Tengo miedo de lo que pueda ver. No temo de adolescentes ebrios o drogados, si no de los actos de Logan. No sé exactamente que siento por él, no sé si le tengo gratitud o cariño por ser la primera persona que me hablo cuando llegue. Incluso estoy considerando la idea de que me guste. Aunque la última opción es la más obvia.

Sin pensar más dejo el regalo sobre el escritorio y me lanzo a mi cama, apenas cierro mis ojos me hundo en un profundo sueño

Cuando llego a St. Marie mis pensamientos están tan lejos del salón de clase debatiéndose en entregarlo o no el regalo. Cuando por fin suena la campana de salida la tranquilidad se apodera de mí.

Salgo del salón de clase y siento como alguien me sujeta del brazo. Doy vuelta instintivamente y me encuentro con la rubia.

— Noah vamos a mi casa y nos arreglamos para la fiesta de hoy ¿sí? — me pone los ojitos de cachorro a lo que no me puedo resistir— No hay nadie en mi casa y no quiero estar sola— suplica

— Vale, solo déjame llamar a Carmen

— Gracias, gracias— y me abraza con euforia

Saco el móvil de mi bolsillo y marco su número, al segundo tono contesta.

— Hola Noah— dice en tono cariñoso

— Hola mamá, te llamaba porque voy a la casa de Gaby, y creo que voy a quedarme a dormir— evito decirle sobre la fiesta por de seguro me dirá que regrese a la una de la noche a casa y no voy a poder dormir en la casa de Gaby.

— Vale, pero dame su número — sin chistar le digo el número, me despido y cuelgo.

Cuando llegamos a su casa casi se me salen los ojos de las órbitas, es enorme, parece una mansión, regreso la mirada a donde se encuentra mi amiga y esta solo se encoje de hombros.

La sencillez que tiene Gaby no va de la mano con su casa. Nunca se me paso la idea que sea millonaria, creo que también es mi culpa, nunca pregunte sobre sus padres y a que se dedican, lo cual no es asunto mío, pero no me hubiera caído como una cubeta de agua fría al ver su casa.

— Adelante Noah — y entro, su casa por dentro es aún más lujosa que por fuera

— Vaya... — es lo único que puedo decir

— ¿Por qué nunca me dijiste que eras millonaria? — pregunto, aunque se la respuesta. Los chicos de nuestra edad con padres millonarios solo son usados por su dinero.

— Porque no quería que se acerquen a mí por el dinero de mis padres, si no por quien soy— asiento dedicándole una sonrisa.

— ¿Qué hay con Matt? — pregunte para cambiar de tema y sus mejillas se encienden al escuchar el nombre — ¿Qué me estas ocultando rubia? — mascullo alzando una ceja

— Nada... — tartamudea y es evidente que algo está pasando entre esos dos, aunque eso ya lo sabía, no para de hablar sobre Matt nunca.

— Claro— digo sarcástica y llevo una mano a mi corazón haciendo una mueca de dolor.

— Vale, si nos hemos besado y salido un par de veces, pero nada más

— Esta bien— respondo, pero sé que me está ocultando algo, luego me lo contara sola— ¿Qué vamos a usar? — Se acerca a su armario y saca dos vaqueros diminutos y la parte superior de unos bikinis

— Esto— dice con una sonrisa de oreja a oreja

—Eso es la parte superior de un bikini y unos vaqueros que apenas nos cubre el trasero y eso si lo hace— mascullo— y es una fiesta no se supone que tenemos que ir con vestidos—

— No es una fiesta a la que entra cualquiera, las chicas de allí van con menos ropa que esto Noah

— Da igual yo no soy ellas — me acerco a su armario y saco una blusa roja, unos vaqueros cortos, pero este si cubre más que el que me dio Gaby, unas sandalias con tacón. Si en algo tengo suerte es en compartir la misma talla con la rubia. Esta solo ladea la cabeza, pero no me reclama nada — ¿Tu si vas a usar eso? — pregunto dudosa

— No, ya no — Y va hacia su armario, yo me dirijo hacia su baño y me visto, la blusa deja un entrever un poco de mi piel. No es muy corta pero me siento insegura usándola. Me miro en el espejo y no me veo mal, espero que a Logan...

<<¿Qué carajo estoy pensando?>> No me importa si le gusta mi atuendo.

Salgo y Gaby también se cambió ya. Luce resplandeciente como siempre, lleva una falda crema junto a una blusa rosa y unos tacones. Terminamos de arreglarnos y nos vamos.

En el camino un auto se me atraviesa y freno de golpe. Provocando que el móvil de la rubia caiga y vaya debajo de su asiento, cuando lo coge también saca el <<Regalo de Logan>> había olvidado que lo tenía allí. Menuda suerte.

— ¿Para quién es esto Noah? — me interroga

— Eh, eh para ti, ya son dos semanas de amistad— tartamudeo y saca la nota que escribí.

— Pues mi nombre no es Logan— dice burlona

— Vale es su regalo de cumpleaños, no lo leas y vuelve a dejarlo donde estaba— me obedece y la música se escucha a una cuadra de llegar, como la anterior vez dejo mi auto aparcado una cuadra antes.

Cuando entramos hay un montón de vasos rojos en toda la casa, es como la típica fiesta que se ve en una película, Gaby sale corriendo hasta Matt dejándome sola, busco a Logan, pero no hay rastro alguno. Me dan un vaso y me lo llevo a la boca, el amargo sabor hace que me entren arcadas.

Mientras más recorro el lugar encuentro parejas enrollándose en cualquier lugar sin importarles mucho que alguien los vea. Otros van tan colocados de maria que no reparan en lo que pasa a su alrededor.

Un muchacho se me acerca y me pide bailar a gritos por la música alta a lo que asiento con la cabeza, es bastante guapo, tiene el cabello negro, de tez blanca y unos ojos verdes profundos, suena "Move you body" y me dejo llevar. Me sujeta de la cintura acortando más el espacio que nos separa. No sé cuántas piezas bailamos, pero gotas de sudor resbalan por su frente.

— ¿Te traigo algo de beber? — Habla en mi oído, simplemente asiento y observo como se marcha. Busco con la mirada un lugar donde no este tanta gente, cuando regresa con la bebida, toma mi mano y me lleva hacia fuera de la casa.

Tengo demasiada sed, cuando estamos fuera me llevo la bebida a los labios y es un sabor más dulce. Me relamo de los labios y de un momento a otro me siento mareada. Él pelinegro se me acerca y empieza tocarme, quiero alejarlo, pero mi cuerpo no me responde, intento gritar, pero no puedo, mi cuerpo está paralizado. Con toda mi fuerza intento dar un rodillazo en su entrepierna pero no logro hacerlo, ni siquiera siento mis extremidades.

— No..., por... favor...— tartamudeo, me da un golpe en el rostro y las lágrimas se hacen presentes — Ayuda...— susurro sin tener más fuerza

Siento como alguien quita el cuerpo del pelinegro sobre mí y yo caigo al suelo, solo escucho los gritos de una voz conocida

— ¿Qué le diste? — brama mi salvador

— GHB — responde el otro, ¿Me puso droga? y una droga para violar.

Alguien pasa sus manos por debajo de mis piernas y en mi espalda, el miedo se vuelve apoderar de mí, y si ¿él también quiere abusar de mí?