Capítulo 72
Respiro con frustración mientras camino dentro de casa. Me sorprendo desde el momento que pongo un pie dentro de la sala. Hay un cuadro enorme colgando desde la pared de fondo, y los muebles han sido colocados de otra forma, y en las mesitas de estar, se encuentran flores recién comprados. Mientras camino hasta la cocina de mala gana, encuentro a nuestras madres juntas conversando de lo más felices. Jake no para de mirarme, como si de un experimento de ciencia tratase. Estoy a punto de gritar, y abrazarme las piernas en un rincón.
Yo no sabía siquiera que mi madre regresaba hoy de su viaje de trabajo. Y apuesto mi cabeza a que ella tampoco sabe que ya me han sacado los puntos, o que tengo anemia. Parecemos dos desconocidas que se ven obligadas a vivir juntas, por lazos sanguíneos, o por obligación, mas no por el amor de familia.
Me siento frente a Jake mientras mi madre nos sirve en los platos ensalada, con pollo asado. Cuando termina se sienta a mí derecha para conversar con Zara libremente. Por un momento me quedo observando la figura de mi madre, y mientras más la observo, más me desagrada. En nuestro antiguo hogar nunca iba tan impecable, ni usaba tanto labial. Su vestimenta era mucho más sencilla, y no se esforzaba por estar siempre completamente peinada, y maquillada. Solo usaba vestidos, o faldas de lápiz, en ocasiones especiales, pero ahora es el pan de cada día. No recuerdo una sola ocasión desde que llegamos a Madrid que sus zapatos de taco no golpeen contra el suelo de hormigón provocando un insoportable ruido.
Me revolotea el estómago, pero no necesariamente por la comida, sino por el estúpido jueguito de madre e hija perfecta que se empeña por jugar. Me da arcadas todo el escenario que mi madre se esfuerza por mantener. Un mantel perfectamente blanco bordado colocado sobre la mesa, las sillas completamente bien colocadas, y un juego completo de vajilla nuevo de porcelana.
Es la primera vez que miro esto, y no me cabe la menor duda que le debió costar un ojo de la cara. Aunque claro, para ella no es nada cuando trata de los Miller. Su esfuerzo por liarme con el hijo de la señora Miller, vale más que cualquier gasto. En su retorcido pensamiento cree que Jake es la persona que tendrá una buena influencia en mí, pero en cuanto se entere que se mueve dentro del mismo medio que Logan, probablemente tendrá un colapso.
Fijo la mirada en mi comida, y evito cualquier contacto visual con ninguna persona presente, e ignoro cualquier rastro de conversación que quieran entablar conmigo.
—¿Y ya tienes novio Noah?— pregunta Zara Miller. Mi madre casi se atraganta con un trozo de pollo que se había metido en la boca. Me da miradas inquisitivas para que responda un no.
—Si— respondo. A Zara parece sorprenderle, y no se molesta en ocultarlo.
—Es una cosa pasajera— dice mamá a la vez que se limpia las comisuras de los labios con una servilleta. Es la primera vez que la veo haciendo eso, y por un momento se me cruza la idea de sujetar mi presa de pollo en las manos, y comerla directamente, sin necesidad de cubierto y cuchillo.
—No es nada pasajero— me defiendo de la falsa acusación de mi madre. Aún sigo debatiéndome entre hacerle quedar en vergüenza o no. Pero no soy capaz de hacerlo, por más furioso o enojada que me encuentre con la mujer que tengo a mi derecha.
Bebo un trago de refresco, y trato de quitar el sabor amargo que tengo en la boca.
—De seguro tu novio es tan educado como mi Jake
No puedo evitar reír por la idiotez que acaba de decir la madre del rubio. Se ve claramente que no conoce a su hijo de nada. Mis carcajadas salen sin gracia, pero más fuertes de lo que planeaba. Cuando regreso la mirada a Jake, puedo interpretar claramente su advertencia para que no diga nada, o lo poco que sé. Aunque realmente no sé nada, solo son hipótesis adelantadas.
—Perdona Zara, últimamente sus amistades han influido mucho en su comportamiento
Si paso un segundo más, sosteniendo este escenario de familia perfecta voy a volverme loca. Sin disculparme me levanto de la mesa, y empiezo a subir las escaleras, aunque aún puedo escuchar la voz de mama.
—Ya no sé qué hacer con ella— la voz se le quiebra, y por un momento casi me engaña. Pero me doy cuenta pronto que solo está fingiendo. —Desde que sale con ese vándalo ya no se parece en nada a mi hija
Continuo mi camino, y suprimo mis ganas de gritarle. La desfachatez y cinismo de mi madre me sorprenden cada día más. Cada día se hace más insoportable la convivencia de las dos, y los únicos días que paso realmente en paz, es cuando se encuentra de viaje.
Me tumbo en la cama, y empiezo hacer mis tareas en un vano intento por no dejar que mi mente maquile ideas, y pensamientos que en este momento no quiero afrontar. Ni en este momento, ni nunca. No me siento preparada para nada de esto. Aunque no puedo evitar mirar mi móvil con la esperanza que Logan me envíe un mensaje. Uno que sé a la perfección que nunca va a llegar. Si estoy pensando que me va a escribir un hermoso mensaje de amor, disculpándose, está más que claro que no conozco a Logan Scott. He tenido suerte al conocer muy pocas veces su lado sin murales de protección, en los que es el mismo. Deshecho todos esos pensamientos, y continúo haciendo tareas.
Para mi sorpresa mi madre no ha subido a taladrarme con sus gritos, ni a reprenderme por mi comportamiento. He escuchado la puerta cerrarse hace algunos minutos, pero mi madre no me ha hecho saber lo enojada y decepcionada que se encuentra de mí, y mi comportamiento
Acabo mis tareas antes de lo que esperaba, y sin más que hacer tomo un libro de mi estantería, y dentro de unos minutos me encuentro leyendo la interesante historia del señor Darcy, junto a Elizabeth. Los ya, familiares diálogos no dejan de parecerme interesantes, y salgo de mi mundo, para encerrarme en mi burbuja.
Para cuando cae la noche, el sueño empieza abofetearme, he leído más de la mitad. Cuando me pongo de pie para dejarlo en su sitio, me quedo unos segundos observando After. Aún recuerdo cuando llegue del hospital, y estaba bañada en llanto, y aun fuera de mi habitación podía sentir su olor. Inconscientemente tomo el libro entre mis manos, y me lo llevo a la nariz.
Su encantador aroma sigue impregnado en él. No con potencia, pero si lo bastante fuerte para reconocerlo, y apreciarlo. Y para que me deje descolocada unos segundos.
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Hola ¿cómo están?
Cada vez está más cerca el fin. Voy a tratar de actualiza antes de finalizar está semana.
Las quiero un montón
Con amor "Belén"
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