Capítulo 7
Noah
— Matt es muy lindo— habla la rubia entre suspiros —Creo que me estoy enamorando
— Pero si no lo conoces, me repites hasta el cansancio que me aleje de Logan, pero tu si puedes liarte con su colega — digo fastidiada
— Él no es igual a Logan Noah — me responde de la misma forma — tu no lo conoces
— ¡Ya! tu tampoco los conoces — digo entre dientes — y menos a Logan. No puedes juzgar a nadie por lo que dicen
— Puede que a Matt no tanto, pero a Logan sí. Se lía con una mujer diferente cada noche. Le importa una mierda enamorarlas y dejarlas tiradas. Solo busca sexo y tú no eres de las chicas a la que él está acostumbrado. ¡Vas a salir lastimada!
— Vale, no quiero discutir, ¿Que peli quieres ver?
— No te molestes, lo digo por tu bien— responde a lo cual yo entorno los ojos — Divergente está bien
— Ponla tú, yo voy a traer el helado y la nutella — Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina. Aunque me cueste aceptarlo es cierto. Yo no soy la clase de mujer a la que él está acostumbrado, no estoy segura de que sea cierto todo lo que me ha dicho la rubia, sin embargo, el beso que nos dimos para mi significo demasiado, pero para Logan no. Se marchó sin decirme siquiera adiós. No tenemos ningún tipo de relación más que una amistad, aunque ni de eso estoy segura. Una punzada de dolor cruza por mi pecho al imaginarle con alguien más, todo lo que tenía en manos caiga al suelo. Recojo el helado y la nutella, subo a mi habitación eliminando cualquier pensamiento que pueda dañar mi preciado fin de semana. Dejo todo en mi cama y me siento junto a Gabriela para ver divergente.
La tarde pasa sin contratiempos, la última película que miramos y la rubia llora a moco tendido es <<Un paseo para recordar >> cerca de las diez de la tarde Gaby se marcha dejándome en una completa soledad.
Cuando estaba a punto de caer en un sueño profundo, fuera de casa alguien grita y suena como votan todos los botes de basura al suelo y los empiezan apalear. Una gota fría de sudor recorre mi espalda provocando que los pelos se me pongan de punta.
Los ruidos cesan y me armo de valor, salgo de mi habitación y me dirijo hacia las escaleras con cuidado de no hacer ruido. No enciendo ningún tipo de luz, por lo que no veo ni mi nariz. Doy un paso y ruedo todas las escaleras. Maldición, me duele todo el cuerpo, me levanto y un escozor se abre paso en mi rodilla. No le temo mucha importancia y entro a la cocina tratando de no hacer más ruido. Tomo una escoba, si alguien esta fuera necesito algo con que defenderme ¿no?
Abro la puerta de entrada lo más despacio que puedo y salgo. Esta todo regado y logro divisar una sombra que se encuentra junto a todo el desastre. No logro reconocer quien es, me acerco sigilosamente sin soltar mi arma. Ya cerca me encuentro con Logan, pero más magullado y maltratado que el de ayer, dejo la escoba a un lado y me acerco más. Cuando estoy suficientemente cerca el olor a alcohol inunda mis fosas nasales y sé que esta borracho.
Quiero darme media vuelta y marcharme, pero se ve muy mal. No puedo dejarlo solo en ese estado y aún más si esta borracho.
<<¡¿A quién quiero engañar?! Quiero estar con Logan >>
— Logan— murmuro y me pongo de cuclillas frente a él, levanta su rostro hacia mí y tiene un aspecto peor al que pude reconocer a la distancia, su camiseta blanca esta con manchas de sangre. Tiene los ojos inyectados en sangre, magulladuras por todo el rostro, sangre seca alrededor de la nariz y la boca, pero lo que más me angustia es que tiene una ceja partida — ¿Por qué? — es lo único que avanzo a pronunciar antes que acorte la distancia y junte nuestros labios.
Me besa con necesidad. Como si yo fuera la única cura para sus males. El sabor metálico llega a mi paladar, pero eso causa una sensación más placentera, en medio del beso siento como se tensa a causa de dolor que debe causar la presión de mis labios sobre el corte que tiene en el labio inferior. Me separo instintivamente y uno mi frente con la suya.
— Logan, ¿Qué ha pasado? — no me responde. Parece un niño asustado, sus ojos reflejan dolor, pero no el dolor físico que debe sentir en su cuerpo, si no emocional — Si no quieres hablar está bien, pero no puedes quedarte sentado toda la noche en este lugar, vamos dentro — ayudo a que se incorpore y entramos a casa.
No sé qué clase de secretos esconde este chico, no sé qué causa su comportamiento, cuales son los motivos para que sea parte de peleas clandestinas y todo lo ilícito que vi anoche, pero la mayor de mis dudas es porque entre tantas mujeres y tantos lugares decidió venir aquí.
<<¡¿Por qué conmigo?!>>
No me molesta tener su componía, ni tener que curar sus heridas. Lo que me preocupa es que dos de nuestros tres encuentros han sido con golpes y sangre de por medio. Mientras limpio sus heridas no hace una sola mueca de dolor, no hace un solo ruido, es como si no fuera su cuerpo.
Mira fijamente a la pared evitando cualquier contacto visual conmigo.
Sus ojos grises son tan gélidos como el hielo mismo. Cuando sube su mirada a la mía, me atraviesa como mil dagas, mis piernas empiezan a temblar y cuando sentía que me iba a desmayar hablo.
— Noah, estas babeando— dice con una media sonrisa junto a todo el egocentrismo posible. Es atractivo y sabe jugar con eso a su favor. Iba a decir algo en mi defensa, pero sé que es cierto. Pare de limpiar sus heridas por quedarme embobada mirándolo. Siento como mis mejillas comienzan a arder, tomando un tono carmesí seguramente.
— Perdona— termino de limpiar su ceja y coloco un punto mariposa. Sus manos también tienen varios cortes así que las limpio. Se debió lastimar cuando apaleo los botes de basura, recojo todo y camino al baño para desechar todo lo que use. Me mojo el rostro tratando de aclarar mis ideas. Su cercanía me afecta.
Me acerco a donde está sentado y antes de hablar, me atrae hacia sí y esconde su cabeza en el hueco de mi cuello. Me pongo tensa al sentir su respiración sobre mi piel, empiezo a hiperventilar y el aroma a menta y tabaco inunda mis fosas nasales, está mezclado con un olor metálico y alcohol, aun así, el aroma es exquisito.
Me abraza por la cintura y me levanta para colocarme a horcajadas sobre él. Me besa y le correspondo. Mis tímidos labios toman confianza y el beso se vuelve más salvaje. Siento que a su amigo en mí entrepierna y gimo contra sus labios. Siento como sonríe aún en medio del beso. Empieza a recorrer mi cuerpo con sus manos. Se separa un momento de mis labios para sacarse la camiseta blanca y regresa a atacar mis labios a una velocidad increíble. No pude apreciar su torso desnudo, pero sus labios sobre los míos lo recompensan.
De un movimiento rápido de su parte me encuentro recostada en la cama con el sobre mí. Se despega de mis labios y yo no puedo evitar quejarme, me mira con superioridad y deja un camino húmedo entre mi cuello y clavícula, y disfruto las sensaciones que me hace sentir.
Deja de besarme el cuello y se dirige al valle de mis senos. Deja pequeños mordiscos y húmedos besos. Cierro los ojos como por arte reflejo para disfrutar más del placer que me está brindando.
— Mírame — ordena y yo abro los ojos
Lo observo detenidamente, tiene las pupilas dilatadas, los labios sonrosados y sus preciosas gemas grises tomaron un color demasiado oscuro, hasta el punto de parecer solo dos pequeños puntos negros. La excitación es obvia en su mirada al igual que la lujuria. Lleva una de sus enormes manos hasta mi muslo y da un leve apretón. Se recuesta sobre mi apoyando su peso en un codo y se entretiene sobando mis senos. Siento su creciente erección palpitando contra mi ombligo.
No puedo evitar la tentación y sujeto su cabello entre mis dedos, siento lo tercio y suave que es.
— Noah— gruñe en mi pecho— Quédate quieta— toma mis manos colocándolas sobre mi cabeza, me sujeta ambas manos con una sola de él.
Sigue con un camino de besos hasta mi lóbulo izquierdo y lo mordisquea provocando un millón de sensaciones en mi interior, desobedeciendo su orden llevo mis manos hasta su torso y empiezo acariciar cada musculo, se tensa con mi tacto, pero no dice nada.
Lleva una de sus manos a mi muslo y me da un leve apretón. Con ese simple tacto mi cuerpo empieza a arder y clavo mis uñas en su piel por la sensación que me provoca. Hace una mueca de dolor y se separa de mi de inmediato, me arrepiento de no haber acatado su orden.
— Lo siento— musito
— No, yo empecé — responde regresando a su semblante común— no debí hacerlo, no debí tocarte — se agacha a recoger su musculosa del suelo. No alcanzo a reconocer ninguno de sus tatuajes, pero si diferencio algunos hematomas en su espalda media antes que termine de vestirse. Ahora entiendo porque fue su mueca de dolor cuando clave mis uñas en su piel. Frunzo el entrecejo, pero no pregunto nada, estoy bastante dolida como para preguntar sobre que le paso. No puedo creer que me diga que no debió tocarme.
— Claro— y no puedo evitar que se me quiebre la voz, ¿No soy lo suficiente atractiva para él? ¿Qué significa <<no debí tocarte >>? Gabriela tenía razón después de todo, yo no soy igual a las mujeres con las que él está acostumbrado.
<<No soy igual a ellas>>
— No, no me mal entiendas— dice mientras va acercándose a mí. Siento como los ojos me empiezan a escocer en señal que estoy a punto de romper en llanto. Una capa espesa de lágrimas me nubla la vista— No, por favor no llores. No es eso a lo que me refería— susurra acercando su mano a mi cara, la cual no permito que llegue ya que doy un paso hacia atrás. Me restriego de forma brusca los ojos borrando cualquier rastro de lágrimas.
— Sera mejor que te vayas— y en sus ojos puedo ver que mis palabras le causaron ¿Dolor?, no eso no es posible el no siente nada por nadie.
— Sí, creo que es lo mejor
Sale de mi habitación y escucho como la puerta de entrada se cierra. Acabo de tener la experiencia más íntima con ese idiota. Me rechazo de la forma más denigrante y aun así sigue en mis pensamientos.
Sin poder evitar caigo en un mar de lágrimas. Nunca he sido débil, no he mostrado mi debilidad a nadie, ni siquiera a mi madre, casi siempre he sido cerrada con respecto a mis sentimientos y emociones, es decir introvertida. No acostumbro a llorar por insultos ni palabras hirientes de alguien, en mi antiguo instituto los insultos de las animadoras hacia mí, eran el pan de cada día, pero solo los ignoraba, pero con el no puedo evitarlo. Sus palabras me duelen cien veces más de las que duelen de cualquier otra persona.
<<¿Por qué siento esta opresión en el pecho tras sus palabras>>
Me recuesto sobre las sabanas y la almohada empieza a mojarse a causa de mis lágrimas. No entiendo porque me duele, nunca eh sentido este dolor, ni cuando me caí de las escaleras de casa de papa y me rompí un brazo y cabeza llore.
Cuando los paramédicos llegaron a donde yo me encontraba rápidamente me subieron a la ambulancia. Cuando llegue al hospital un doctor me pregunto cuál era el índice de dolor que sentía le dije que dolía, pero es soportable, pero la opresión en mi pecho no lo es.
Sus palabras retumban en mi mente <<No debí hacerlo, no debí tocarte >>
Poco a poco siento como los parpados me pesan y me entrego a Morfeo.
Cuando despierto a la mañana siguiente siento un ardor alrededor de los ojos, y siento que están ligeramente hinchados, no me muevo de la cama en todo el día.
<<El mentalista >> con un bol gigante de palomitas de maíz son mis acompañantes de mi Domingo.
Tengo mensajes de WhatsApp en mi móvil, pero los ignoro, de seguro es la rubia o algún amigo de mi antigua casa.
— ¿Qué demonios es esto Noah? — abro los ojos lentamente. Ni siquiera recuerdo en que momento me dormí.
— Hola mama— digo feliz, pero su semblante esta serio
— Nada que mama, tu cuarto esta con boles de palomitas, fundas de snacks, y te acabaste todo el frasco de nutella, y tienes una botella de gaseosa vacía— no recuerdo a ver comido tanto, pero es cierto, mi cuarto esta un asco— arregla esto ahora y ya vístete que vas a llegar tarde a St. Marie
Me levanto de mi cómoda cama decidida a cambiar mi estilo. Tomo una toalla del armario y voy a darme una ducha. El desastre puedo arreglarlo luego. Salgo de la ducha, escojo mi ropa y me decido por una blusa y un vaquero más apretado de los que suelo usar, tomo unas sandalias, me pongo mascara para pestañas y un poco de brillo. Dejo mis rizos sueltos y listo. Bajo dando grandes zancadas a la cocina.
— Mama ya es muy tarde, cuando regrese me hablas sobre tu viaje ¡Te Quiero! — me subo a mi auto rápido antes de recibir un regaño de su parte por no limpiar mi habitación. No me siento muy cómoda con mi vestimenta, pero ya no puedo dar marcha atrás. No cambio mi estilo por Logan, de hecho, ya había pensado en cambiar mi vestimenta solo que no me sentía preparada, pero ahora tengo más motivos para hacerlo, no por Logan si no por mí misma.
Aparco, y cuando bajo todos los chicos se me quedan viendo. Toda la semana me la pase con vaqueros y sudaderas holgadas, me veo diferente y no me cabe duda por la mirada que me echan.
— Hola Noah
— Hola Nick — le saludo y dejo un beso en su mejilla— no te vi el viernes en la fiesta
— Si asistí, pero tú estabas muy entretenida con Scott por lo que no notaste la presencia de nadie más— el recuerdo de como bailamos y del beso inundo mi mente. Vio como bailaba. No puedo evitar que mi rostro se sonroje de la vergüenza que siento.
— Sera mejor que entremos, ya es tarde— respondo tratando de evitar el tema
— Claro, hoy te ves diferente, más guapa — esto último lo dice más para sí mismo, pero lo escuche y el rubor sube a mis mejillas por segunda vez en nuestra charla, trato de cubrirme con mi cabello, pero es inútil.
— Quise cambiar un poco mi estilo — susurro, me toma de la cintura y nos dirigimos a la clase de literatura. Su mano alrededor de mi cintura me incomoda un poco, pero lo dejo estar.
A lo lejos diviso a Logan, su rostro aún tiene varios golpes y magulladuras, pero no está solo, ¡Se encuentra abrazado a una rubia! Y una estaca se clava en mi pecho provocando que un nudo en mi garganta. Su mirada se cruza con la mía, pero la baja rápidamente hasta mi torso, tensa la mandíbula y no encuentro el motivo, hasta que caigo en cuenta de que la mano de Nick sigue rodeando mi cintura.
Desvió mi mirada de la suya y me pego más a Nick <<Tómala capullo >> digo para mis adentros y me siento fuerte al ver su reacción, pero la sensación de triunfo se va tan rápido como llego al ver como Logan se acerca a paso decidido hacia mí. A mi acompañante también parece sorprenderle ya que tensa su agarre, no tan fuerte como para lastimarme, pero si lo suficiente para causarme molestia.
Logan se queda frente a mí y me toma de la muñeca tratando de alejarme de Nick.
— Suéltame idiota — grito
— ¡No! tu vienes conmigo Noah— esta tan enojado que ignora mi insulto
— Suéltame que me lastimas— digo con desesperación ya que su agarre se hace más fuerte cada segundo que pasa.
— Que la sueltes tío — habla Nick y empuja a Logan. No debió hacer eso.
— No te metas gilipollas— responde Logan mientras le devuelve el empujón
Nick no se queda atrás y lanza el primer golpe, Logan es más rápido y lo esquiva, lástima que mi amigo no tiene la misma suerte ya que el puño de Logan impacta contra su pómulo haciéndole perder estabilidad, trato de moverme, pero no puedo. Estoy ochenta por ciento segura que Nick no es contrincante para él y cien por ciento segura que si no hago nada Logan lo va a matar.
Todos los estudiantes empiezan aglomerarse alrededor de la pelea, pero nadie hace nada, al contrario, parecen disfrutar el panorama.
Me abro paso con empujones y quedo a pocos metros de la pelea.
— Para Logan— grito. No para, esta sobre Nick dando golpe tras golpe sin cesar, este ya está casi inconsciente con toda la cara bañada en sangre — Joder párenlo que lo va a matar— grito histérica, todos siguen con sonrisas burlonas en la cara.
¿Qué clase de morbo tienen todos para disfrutar como dos chicos se matan golpes? bueno no, como un chico mata a golpes a otro. Siento como mis piernas empiezan hacerse gelatina ante cada golpe que impacta en el rostro de Nick. La histeria de que Logan no se detenga y cause un daño irreversible en mi amigo hace que casi pierda el equilibrio y caiga. Es egoísta de mi parte, pero no es Nick lo que me preocupa, quien en realidad me preocupa es Logan, puede meterse en un lío grande por esto, Nick puede poner una denuncia contra suya y no podría estar en paz. Si no fuera tan impulsiva probablemente no estaría presenciando esto, no estaría en medio de una lluvia de puños.
Sin pensarlo dos veces me abalanzo sobre el causante de mi histeria, pero antes de lograr hacer algo o siquiera intentar detenerlo siento un golpe y salgo volando hacia una pared. Haciendo que mi cabeza impacte con la pared. El sabor metálico llega rápidamente y me relamo los labios pensando que es la única herida que tengo, pero cuando trato de incorporarme la cabeza me da vueltas y un dolor agudo cruza por todo mi cuerpo. El dolor es insoportable, siento como algo caliente resbala por mi cuello, llevo mi mano hacia mi cabeza y siento un líquido tibio, es sangre. Mi vista se va nublando poco a poco mientras escucho como alguien grita mi nombre.
— ¡Noah...!
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