Capítulo 62
Logan
No debí gritarle así. A la mierda ella se lo ha buscado. Estaba con el puto de Zed ¡Solos! Si alguien tiene la culpa, es ella. No tengo porque ir a disculparme con Noah. Yo no he sido quien fue atrapado con otra chica, ha sido ella. Pero con cada paso que doy, un mismo pensamiento viene a mi cabeza, una y otra vez. Repitiéndose sin cesar.
<<La he cagado, la he cagado hasta el fondo>>
Me tiro el pelo, y empiezo a darme cuenta de la magnitud de lo que he hecho. No debí marcharme. Yo y mi gran bocaza. Me cago en todo. Si algo le hubiera pasado a Noah no me lo hubiera perdonado. Pero no disminuye mi enojo que estuviera con el capullo de Zed. Cada vez que pasa algo, tiene que estar en medio el muy gilipollas.
Aún con los pensamientos que me taladran la cabeza, no soy capaz de dar media vuelta, e impedir que se marché. No sé porque demonios e reaccionado así. Tiene todo el puto derecho de estar enojada. Me he marchado y la dejado sola.
Quiero dar media vuelta, pero mis jodidos pies no dejan de caminar en dirección contraria a Noah. Ya he hecho bastantes putadas, y no paro de hacerlas.
<<No va a perdonarme>>
El pensamiento hace que casi me desmorone, pero consigo mantenerme de pie. Cuando me doy cuenta del estado en el que se encontraba, me entra pánico. Lo último que quiero es que le pase algo similar a mi fiesta de cumpleaños. Cuando el pensamiento de algún gilipollas con las manos sobre el cuerpo de Noah me taladra la cabeza, hace que vea todo rojo. No sé cómo coño llegue hasta el segundo piso, y aún en medio de los que van colocados, y borrachos trato de correr. Pero es jodidamente inútil, la casa está a reventar y no puedo moverme con facilidad. Me llevo conmigo algunas personas, pero me importa una mierda. Necesito ver a Noah, y saber que está bien. No quiero ni imaginarme que algo le esté pasando.
Trato de encontrarla en medio de la gente, pero no encuentro un puto rastro de ella. es imposible que la hayan llevado a las habitaciones, yo he estado ahí hace poco, y no la vi. Me empiezo a desesperar, y me abro paso por todo el lugar en su busca. Pero en este momento es como si la jodida vida no quisiera que la encuentre. El lugar parece extenderse, y la gente aumentar.
Con desesperación empiezo a preguntar sobre Noah a algunos presentes, pero todos me responden los mismo: no la he visto. Mi corazón está más que acelerado. Llego hasta una pelinegra con la que Noah comparte la clase de química. Marta, Maya.... O lo que sea. Me grita sobre la música que la vio alejarse de la fiesta hace un rato.
Salgo de la fiesta empujando a medio mundo, y corro por las cuadras cercanas en su busca. No hay puto rastro de Noah.
<<Puta, puta, puta>>
No pudo caminar tan rápido si estaba hecho una cuba, lo más probable es que se haya marchado en un auto. Eso hace que me angustie aún más, ya que el coche de Matt estaba en la fiesta, y Noah vino con él.
El corazón parece que va a salírseme del pecho, cuando llego a mi coche y arranco el motor, haciendo que las llantas queden marcadas en el pavimento. En donde el cabrón de Zed le haga algo, lo mato. Juro que lo mato. Me paso varias luces rojas, y los flashes de las cámaras me avisan que voy a encontrarme con más de cinco multas en mi buzón este mes.
<<La voy a encontrar, y va a estar bien >>
Trato de convencerme a mí mismo, pero es imposible. Yo tengo toda la puta culpa en donde le suceda algo. No puedo dejar de joderla. Estoy ahuyentando a la única persona que se ha quedado conmigo. Quien me ha perdonado todo. Acelero más y conduzco hasta su casa, pero la única luz que se encuentra encendida es la del living. La figura de la madre de Noah, se transparenta por las cortinas, y me da a entender que la está esperando. Noah aún no ha llegado.
Conduzco hasta la casa de Gabriela, pero por más veces que toque el timbre, no hay rastros de alguna persona. No tengo puñetera idea de a que otro lugar pudo ir. Busco mi móvil en mi bolsillo, y me maldigo por no pensar en llamarla antes. Pero cuando trato de desbloquearlo, el puto aparato se apaga. No tengo carga. Y yo estoy a punto de largarme a una estación de policía y poner una denuncia por su desaparición.
Conduzco de vuelta a la fiesta, y con cuidado reviso las calles una por una, en busca de algún rastro suyo. Pero son contadas las personas que están andando a estas horas, pero ninguna de ella es Noah. Lo único que hago es rogar para que se encuentre bien.
Empiezo a darle golpes al volante, y las heridas de mis nudillos vuelven a sangrar. Me estoy volviendo loco. Nunca debí dejarla sola en un principio. Si me hubiera marchado con ella a la fiesta, nada de este lio enorme estuviera pasando. No hubiera gritado de la forma que lo hice, por verla con Zed, y no estaría borracha, o tal vez sí, pero estaría conmigo y yo me aseguraría que nada malo le pase. Pero claro, no paro de cometer errores. No dejo de arruinar todo.
Sé que cuando me vio llegar estaba conteniendo sus ganas de llorar. Y con lo gran cabrón que soy, no siquiera me disculpe. Solo me encargue de empeorar todo gritando, y atacando a Zed. Aunque debo admitir que hice el mayor de mis esfuerzos por no estampar su cabeza contra la acera en ese mismo momento.
Vuelvo a conducir por las desoladas avenidas rogando por encontrarla, y que este a salvo.
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