Capítulo 45
—Sera mejor que entremos. No quiero que pesques una enfermedad
—No quiero— admito. Estoy disfrutando demasiado el momento.
—Vale— me dice en tono suave. Coloca sus manos por debajo de mis muslos y me sujeta con fuerza, pero sin hacerme daño. Empieza a caminar hacia dentro de la casa pese a mis protestas.
Sube conmigo encima las escaleras de su casa. Es aún más fuerte de lo que parece y de lo que pensé. Me deja con suavidad en el piso del baño de su habitación.
—Dúchate—ordena—no quiero que te resfríes— continúa tratando de suavizar su orden.
Abre la ducha y el vapor empieza a llenar todo el baño. Sale dejándome sola y rápidamente me desvisto para poder entrar a la ducha. Antes de poner un pie dentro del agua caliente, mi mano inconscientemente se va al hermoso collar que cuelga de mi cuello. Es de su madre, confeso. Tengo un objeto de valor sentimental para Logan. Mi corazón se enternece y no puedo evitar apreciar la fina joya. Es simplemente hermosa.
Las gotas de agua caliente chocan contra mi cuerpo, y la sensación es exquisita. No sé la razón, pero bañarme en el mismo lugar que Logan me da cierta calidez en mi interior. Disfruto mucho usando su mismo shampo, y fregando mi cuerpo con el jabón que el frota el suyo. Cierro la llave de la ducha cuando el agua ya empieza a enfriarse, y en ese momento es cuando me doy cuenta que no tengo otra muda de ropa en esta casa, ni ropa íntima. Empiezo a preocuparme y prácticamente a arrancarme de uno en uno los pelos de la cabeza. Estoy entrando en pánico y eso no es bueno. Me envuelvo con una toalla que encuentro doblada sobre un anaquel y con la segunda me envuelvo mi melena.
Tras terminar mi labor, se escuchan unos leves golpes en la puerta, seguidos de la voz de Logan.
—Te traje algo que puedas usar
—Vale— le respondo
Salgo del cuarto de baño y descubro que no hay nadie en la habitación. Pero tal y como imagine no hay ningún panti o bracier, trago seco y me coloco la camiseta y el pantalón de algodón que reposan sobre la cama. Tengo que amarrarme el pantalón para que no se caiga. Respiro hondo tratando de controlar mi ansiedad y nerviosismo.
Minutos después entra Logan solo en bóxer, ahogo un grito y mi respiración empieza acelerarse. Gotas de agua caen de su mojado cabello a su torso desnudo y me quedo con la boca abierta repasando mi mirada en su bien formado y trabajado cuerpo.
—¿Te gusta lo que ves ángel? — dice burlón. Siento como mis mejillas empiezan a arder. Ladeo la cabeza y me obligo a mirar hacia otro lugar.
Logan se pasa solo una camiseta por la cabeza y se coloca un pantalón de algodón.
—¿Y bien?— pregunta. Y no tengo idea sobre a qué se refiere. Nota la confusión en mi rostro y continua —soy nuevo en esto Noah. Nunca he tenido una relación o ninguna de esas gilipolleces
No puedo evitar reírme ante su confusión y su manera de decir las cosas. Logan me da una mirada molesta, pero eso no detiene mis carcajadas. La verdad yo soy tan nueva como él en esto. Nunca he tenido novio. Logan es el primero.
Antes de poder darle una respuesta mii móvil empieza a sonar sobre la mesita de noche. Logan lo toma antes que yo y se queda por unos segundos observando la pantalla.
—Es tu madre— me dice en tono preocupante. Basto eso para que salga de mi burbuja y choque contra la realidad. He pasado toda la noche fuera y gran parte de la mañana. No he contestado ninguna de sus llamadas y cuando salí de casa la deje hecho una furia.
<<Estoy muerta>>
Antes que pueda contestar la llamada se cuelga y descubro cincuenta llamadas perdidas de mi madre y quince mensajes de voz. No quiero siquiera imaginarme lo que va a pasar cuando llegue a casa.
Reproduzco los mensajes de voz y dice:
—Noah Smith ¿qué horas son estas para estar fuera de tu casa? tienes exactamente veinte minutos para estar en casa.
El resto de los mensajes son casi iguales, preguntándome en donde me encuentro y porque no le contesto el móvil. Todos son así excepto el último mensaje en donde reconozco su voz verdaderamente enojada, incluso tengo que despegar el aparato de mí oído ya que sus gritos son demasiado fuertes.
Comienzo a hiperventilar y el miedo empieza hacerse presente.
—Tengo que irme. Mi madre está hecha una furia— Logan me mira y me lanza una mirada comprensiva. Entro al baño corriendo y me visto con mi ropa mojada. Lo que menos quiero en este momento es un interrogatorio más de la razón por la cual estoy usando ropa de hombre.
—Te vas a resfriar— dice mi chico cuando me ve usando la ropa mojada
—Es lo que menos importa en este momento— le digo y lo saco a empujones fuera de su casa para que me lleve de regreso a mi casa.
En el camino no puedo dejar de formular buenas excusas para tranquilizar a la fiera de mi madre, pero ninguna parece convincente. A medida que nos acercamos a casa comienzo a ponerme más y más nerviosa. Mi aspecto es un asco, llevo la ropa mojada, mi aliento apesta a alcohol y me encuentro más pálida de lo normal.
—Déjame aquí— le digo una cuadra antes de llegar a casa
—Ni hablar. Fuera está lloviendo a cantaros
—Por favor— le suplico —no quiero tener más problemas con mi madre
Resopla y accede a dejarme unas cuantas casas de distancia de la mía. Aparca el auto y las manos me empiezan a sudar cuando pongo un pie fuera del coche de Logan.
—Espera— dice sujetándome del antebrazo. Regreso mi mirada a Logan y este me mira con cara de preocupación —si pasa algo, no dudes en llamarme
Asiento en modo de respuesta y me despido de Logan dándole una sonrisa de boca cerrada. Logan arranca el coche y observo como se aleja en medio de la lluvia. Camino a paso lento hasta mi casa. Me preparo psicológicamente para enfrentar lo que me espera dentro de este sitio y con manos temblorosas abro la puerta.
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