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Capítulo 22

Me arrepiento al instante de a ver entrado, Noah esta con varios sueros conectados a su brazo, en su rostro tiene una mascarilla que le ayuda a respirar, a su lado izquierdo esta una máquina que mide su ritmo cardiaco. Me entra desesperación al ver que tan débil se encuentra su palpitar, el saber que puede dejar de respirar en cualquier segundo.

— Hola ángel — le hablo acercándome a la camilla, tomo con cuidado una de sus manos y la cubro con las mías — tienes que ser fuerte ¿sí? — siento como el puñetero nudo vuelve aparecer en mi garganta impidiéndome hablar del todo.

Su rostro está tan pálido que parece una hoja de papel, tiene los labios entre abiertos, resecos por la falta de humedad en su boca, su precioso rostro no está en calma como las veces que la he visto dormir. Ahora su bello rostro de ángel se encuentra demacrado, sin atisbo de vida, lo cual me pone mal.

— Yo siento mucho haberte metido en todos estos embrollos, siento mucho haberte inmiscuido en mi mundo, uno al cual no perteneces y quiero asegurarte que jamás vas a pertenecer a este

De vez en cuando le echo una ojeada a la máquina para revisar que su pulso no recaiga del todo, con la esperanza que crezca sus signos vitales.

— Pe-per-perdón ángel — una lagrima resbala por mi mejilla cayendo en su mano — Yo no quise arriesgarte a nada de esto —

Mi vista se empieza a nublar cada vez más, pero me niego a ser débil en el momento que Noah necesita de mi apoyo.

— Lucha por favor — le suplico — no quiero volver a sufrir una perdida — digo con la voz cortada — no me dejes

La puerta se abre dándome aviso que ya no puedo permanecer más tiempo con Noah, me aclaro la garganta y beso su frente. Me sorprende sentir su piel fría y no cálida como acostumbra estar.

Cuando salgo veo como una mujer desesperada pregunta a todo mundo sobre su hija, cuando me ve, corre a mí y me pide una explicación. El doctor se nos une y le explica el estado en el que se encuentra su hija, a la pobre señora se le llenan los ojos de lágrimas, y yo me veo incapaz de consolarla cuando yo soy el culpable, cuando yo estoy aún peor que ella.

— Pero ¿Qué ocurrió? — me pregunta

— Sera mejor que cuando su hija despierte ella misma sea quien le explique — inquiero, observo como la mujer recorre el mismo camino que yo recorrí para dirigirse a la habitación de su hija.

En la sala de espera me sorprende encontrar a Gabriela, le pregunto sobre Megan y me explica que se ha quedado en su casa a jugar con su hermano y que su nana cuidara de ambos. Me maldigo por permitir y acceder a que Noah me acompañe, por fallarle tantas veces.

Un oficial de policía se me acerca y me pregunta sobre lo sucedido. Lo más sensato que encuentro en ese momento es decir que Noah y yo íbamos a una fiesta en el muelle, era la primera vez que íbamos, luego de bailar un rato toda la gente se alboroto, se escucharon disparos y para nuestra mala suerte uno fue a parar en Noah, sorprendentemente creyó en mí, pese a los registros legales que ya tengo con mi nombre.

Sabiendo que Noah se encuentra al cuidado de su madre decido marcharme por un momento de allí, hago un movimiento de cabeza hacia Matt, entiende claramente lo que quiero decir y sale despidiéndose de Gabriela.

— Vamos al muelle — ordeno, sin dudar un segundo siquiera arranca el motor y nos dirigimos a mi destino.

Una vez allí, vi como el mismo gilipollas que le disparo a Noah festejaba junto a sus colegas, sin darle paso a la duda o a la razón, me acerque a él y le estampe varios golpes, ninguno de sus "amigos" me detuvo, no sé si eran inteligentes o sensatos.

Cuando su cuerpo todo lastimado reboto en el suelo me puse a horcajadas sobre él y seguí golpeando, descargando en cada golpe la ira y frustración que me envolvía por la situación en la que había metido a mi ángel.

Unos brazos me sujetaron por debajo de las axilas impidiéndome mover, reconocí al instante que quien me sostenía era Matt, me remuevo intentando soltarme para seguir golpeándolo, incluso en su momento pensé en matarlo a golpes, pero eso no salvaría a Noah, ni ayudaría en nada.

— Si le pasa algo, te juro que te mato — amenace al pobre cuerpo ensangrentado que tenía a mis pies.

— Cálmate hermano — me dice Matt, me solté y fui directamente al auto, una vez dentro le dije a mi amigo que me lleve a casa para ducharme y cambiarme toda la ropa manchada de sangre que traía encima.

De regreso al hospital no dude en pedirle a la amiga de Noah y Matt que cuide a Megan, ella accedió sin protestar. Dudo mucho poder hacerme cargo de mi hermana en estos momentos, regresarla a donde mis abuelos durante estos días hasta que se calme todo es la mejor idea que se me ocurre. No pienso poner en peligro a otra persona importante para mí.

No he tardado más de dos horas, pero ese tiempo se me ha hecho eterno al mantenerme alejado del hospital, el doctor nos informó a la madre de Noah y a mí, que las primeras 72 horas son cruciales en su vida. Cuando vi su cuerpo ensangrentado lo único que rogué es que la bala no haya atravesado ningún órgano vital.

Informo que en la operación hubo una complicación ya que perdió demasiada sangre en el camino y conseguir su mismo tipo de sangre no fue fácil porque Noah tiene un tipo un tipo peculiar, por último, le dijo a su madre lo mismo que me dijo en un principio a mí.

"Depende de ella salvarse o no, tiene que luchar si quiere seguir con vida"

A la pobre mujer se le llenaron los ojos de lágrimas al escuchar decir de la boca del doctor que hay un índice de cuarenta por ciento que sobreviva. Supo manifestarnos que el índice es tan bajo ya que un órgano vital salió lesionado, no de una magnitud demasiado grave, pero si influye bastante sobre su vida.

— Cuando sea trasladada a otra habitación les recomiendo que le hablen y le den ánimo para que luche por sobrevivir — sin nada que decir y sin mucho ánimo los dos simplemente asentimos en respuesta al doctor.

Nunca imaginé que alguien fuera capaz de arriesgar su vida por la mía, y estúpidamente, nunca imaginé que esa persona llegara a ser Noah.

Le he dicho a mi "suegra" que vaya a descansar, ya que hemos estado sin movernos de la sala de espera casi diez horas. Son las siete de la mañana y la pobre mujer tiene el rostro tan afligido que me pone más de los nervios, haciéndome prometer que si tengo alguna noticia le comunicare, accedió a irse solo para darse una ducha y mudarse de ropa.

Cuando Matt regreso de la escuela me trajo un café y en ese momento una enfermera nos avisó que Noah ya había sido trasladada de habitación, dándole un breve trago a mi café me encamine hacia la habitación de mi ángel.

A diferencia de la primera vez que entre a verle, ya no se encuentra con tantos aparatos conectados a su cuerpo, ahora apenas tiene el que mide su ritmo cardiaco y algunos sueros conectados a sus venas.

— Estás preciosa — le digo mientras acaricio su mejilla — Ángel yo sé que tú puedes luchar, que vas a sobrevivir y que no vas abandonarnos a tu madre y a mí. Los dos te necesitamos ¿Vale?, me arrepiento por no haber hecho las cosas bien en el momento adecuado, por nunca haberte expresado ni contado lo que siempre estuve tentado hacer.

Siento unas enormes ganas de mirar sus ojitos celestes. Nunca he sido tan observador para definir exactamente que colores forman su iris, solo puedo asegurar que son los ojos más bellos que he visto jamás, no solo por su color tan peculiar, sino por todo lo que transmiten con una simple mirada, por lo cálidos, tiernos, por la paz y la calma que me transmiten.

Le doy un beso en los labios con ansias de que me lo regrese, lastimosamente esto no es una película en donde despiertan por las palabras de su pareja o por un beso del mismo.

Noah sigue con los parpados pegados, sin mover un brazo o un dedo tan siquiera, sigue inmóvil ante mis palabras.

— Despierta pronto — suplico en su oído, con la esperanza que mis palabras sean escuchadas por su parte consciente — Necesito volver a ver tu sonrisa Noah, volver a escuchar tu voz, tus reprimendas incluso— una sonrisa tristona se apodera de mi al recordar todos los momentos que he vivido con esta chica,

Noah

— Ángel yo sé que tú puedes luchar, que vas a sobrevivir y que no vas abandonarnos a tu madre y a mí. Los dos te necesitamos ¿Vale?, me arrepiento por no haber hecho las cosas bien en el momento adecuado, por nunca haberte expresado ni contado lo que siempre estuve tentado hacer.

La voz de Logan se escucha lejana

— ¿Sobrevivir? ¿De qué hablas? — pregunto a donde sea que se encuentre, de un momento a otro una niebla espesa y obscura empieza a llenar todo lo que me rodea, intento correr, pero mis piernas empiezan a fallar.

La imagen de Logan y Carmen se hace presente, ambos se encuentran con lágrimas en los ojos diciendo que no me deje llevar, que no me deje caer ni consumir por la oscuridad que me está rodeando.

Intento correr tras ellos, pero su imagen cada vez se hace más lejana, hago un esfuerzo descomunal para seguir. Ya es tarde, su imagen que destellaba luz y esperanza es remplazada por obscuridad. 

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