Los seres sobrenaturales y los humanos no se mezclan, ha sido así desde siempre. No importa si tienes un enamoramiento por uno de ellos o si es tu pareja destinada, si es humano no puedes tenerlo.

Es un acuerdo al que llegaron los humanos y algunos seres paranormales hace cientos de años, cuando estalló una guerra en la que los humanos mataban a todo lo que fuera diferente. Además de que detestaban que un paranormal les robara la pareja.

Muchos seguían la regla al pie de la letra, otros optaban irse por el vacío legal de esa regla. No puedes tener un humano, pero nada dice que no puedes volverlo uno de los tuyos.

Había muchas criaturas que podían transformar a los humanos en su especie y quedárselos, y eso se aplicaba a mí: Lee Taemin. Dejando de lado la creencia humana de que las sirenas nacen así y no se hacen, la verdad es que podíamos convertir a los humanos en uno de nosotros. Pero dejarlos en la ignorancia nos ahorra problemas.

Incluso podíamos salir del mar y lucíamos como cualquier humano sin la necesidad de vender nuestra voz por piernas, si saben a lo que me refiero. De ese modo podíamos buscar a nuestra pareja entre las criaturas terrestres

En los tiempos antiguos las sirenas cantaban a los barcos de marineros y los hacían perecer, los humanos creían que era por odio o porque solo servíamos para matar. La verdad es que muchas sirenas encontraban a su pareja en los navíos y preferían ahorrarse el cortejo e ir directo al grano ya que llevaban demasiados años a la espera de su otra mitad. Lo bueno es que ningún marinero se ha quejado hasta el momento de ser arrastrado al mar por una sirena. Bueno sin contar esas personas que fueron arrastradas al mar porque una joven sirena tuvo un enamoramiento pasajero y cuando el efecto paso, si te vi ni me acuerdo

Los humanos eran criaturas muy destructivas, ensucian el océano con sus industrias, destruyen el hogar de los peces al desprender corales para usarlos de adorno en sus hogares, rompen familias al llevarse peces de mascota o al cazarlos sin discriminación para comerlos. Prácticamente son una especie que se autodestruye y a todo lo que los rodea. Mentiría si dijera que me duele cuando alguno que otro se ahoga en el mar o es devorado por un tiburón.

Pero no todos eran iguales. Había humanos buenos, esos son los que valían la pena. Como ese precioso cantante Choi Minho. Recuerdo la primera vez que lo vi. Ya me había acostumbrado a la vida terrestre y decidí dejarme llevar por la corriente al ir a un concierto de un artista de moda. El resultado fue magnifico. Su voz era canto que llenaba el alma. Como tritón sería perfecto, como mi pareja mucho mejor.

Lo bueno de estos tiempos es que el internet te dice TODO lo que quieres saber, y al buscarlo a él encontré tanto. Amante de los animales, hacia voluntariado, apoyaba a muchas organizaciones, de buena familia, carrera ganada con esfuerzo, buen nadador (importante), pero el pequeño detalle que me molesto fue que no estaba soltero y que fuera claramente hètero.

Esa humana cualquiera no era más bella que mi encanto sobrenatural y aun así él la veía con ojos de amor que jamás se dirigirían a mí. Así que como buen miembro de mi especie tuve que recurrir a los viejos y confiables métodos.

Volví al mar y lo espere en aquella playa que ya sabía que visitaba cada tanto, completamente preparado para volverlo mío y hacer que me quiera. Y después de días de esperar, cuando por fin apareció ese día de Julio, cante. Cante como si el alma se me fuera en ello, como si mi única razón fuera esa misma, diciéndole todo lo que sentía por el en mi canto. Y cuando logre que entrara al mar hipnotizado por mi voz le di de comer una de mis escamas que activaría su cambio de humano a tritón y lo bese para que no sintiera cuando el agua entrara a sus pulmones llevándose su vida lentamente con el aire. Y cuando no quedo más que un cadáver entre mis brazos llore esperando que cuando despertara no me odiara

Cuando el abrió sus ojos se veía confundido y se enojó un poco cuando le explique lo que hice, pero sentimos la conexión entre nosotros y aunque extrañaría su vida humana (ya que al ser un nuevo tritón pasarían muchísimos años antes de que pudiera volver a pisar tierra firme), viviríamos en las profundidades del mar amándonos eternamente mientras él me regala canciones con la voz que me enamoro.