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temática: Festividades.
Spoilers: La parte mas ligada al Canon, Espiritus, celebraciones japonesas.
Ahhhhhhhh. No puedo creer que solo falta 1 para acabar esto. Sera un song-Fic, gracias por seguirme en este fic. Espero les este gustando.
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Las calles en la ciudad se iluminaban en esa noche donde los aldeanos buscaban rendir tributo a sus familiares y amigos fallecidos, en una fiesta alegre, al contrario de lo que se pensaría en primer momento. En esa ocasión Tanjiro, Nezuko, Zenitsu y Inozuke, decidieron asistir los 4, bajando al puedo cercano, aceptando la invitación de sus compañeros, esperando encontrarse con Sanemi, Giyuu, Kanao e Tengen; Y claro, las esposas de este ultimo.
Según entendían era una celebración que antes los pilares celebraban con el antiguo pilar de la roca; Himejima Gyomei. Según palabras de este era para rendir tributo a los fallecidos, oran por ellos y buscar su descanso, mostrar que había tranquilidad en su vidas y que no tenían de que preocuparse. La celebración durada 3 días y ya había pasado el primero, donde todos habían cumplido con ir a sus lugares de origen, rezar por sus familias muertas, y dejar sus ofrendas.
Para los hermanos Kamado fue un recuerdo amargo, donde ninguno quiso decir nada en todo el camino, dejando incómodos a los otros 2.
En el caso de Zenitsu este fue con su viejo maestro a buscar recordarle, y mostrarle que hizo bien en dejar su confianza en él.
Mientras con Inozuke...
- ¿Inozuke? - El nombrado se volteo a donde la menor de los Kamado y la, ahora dueña de la finca mariposa lo veían. - ¿Estás bien?
- No es nada. - Diga lo que diga, y aun con esa mascara estorbosa de un jabalí disecado, era obvio que se notada perturbado por la situación.
De lo poco que sabían de Inozuke, estaban consientes que familia no tenía, ninguna sabía que podía estar teniendo o cómo reaccionar. Pero la chica de ojos rozados tenía un presentimiento de que pasada por la mente del joven cazador con complejos de tarzan, en su situación similar con su hermano, perdiendo a toda su familia y hermanos.
La joven Kamado se acerco al chico para que lo viera de frente y de un movimiento rápido le quito la máscara, haciendo que este se moleste y de forma rápida intente recuperarla.
- Devuélvemela. - Se quejo, buscando corretear a la chica sin llegarla a lastimar. - Nezuko por favor dámela. ¡Obedece a este dios del bosque! Le diré a Gompachiro. ¿Qué ganas con esto? - De un moviente hacia atrás esta se aparta y se la tira a la contraria, llevándosela está lejos de estos.
- Inozuke. - Antes de que el joven cazador de demonios con complejos de tarzan fuera tras la mujer robusta, Nezuko lo agarro de la mano, impidiendo que este viera un paso al frente. - Ven con nosotros por favor.
- ¿Porque quieres vaya a una celebración? No tendría caso si ni padres tengo.
- ¿Es por eso que estas así? - Intuyo, sin soltarlo.
- "Maldita Enana" - Dijo en su mente al verse descubierto por la chica, y es que desde la pelea con Douma y enterarse del paradero de su madre, solo quedo melancólico en este día. Los demás se había ibo a sus lugares de origen donde estuvieron con sus familiares, él ni donde estada el cuerpo de su madre sabía.
- Inozuke, te entiendo, todos los hacemos, en el tiempo que has estado viviendo conmigo, mi hermano y Zenitsu, te consideramos como de nuestra familia. Sera divertido disfrutar de ese ambiente de felicidad, ven. - Le miro de frente sonriéndole de forma dulce que si Zenitsu estuviera aquí en ese momento estaría de 2 formas; la primera diciendo los mil arrebatos poéticos de amor, sacados de un joven enamorado sin talento ni practica en la misma, y lo segundo; Queriendo matar a Inozuke al volver de las lagrimas de sangre por no ser las de él, las manos que la Kamado este sujetando y debitando esas palabras de aliento. - Inozuke. ¿Qué sabes de tu familia?
- Solo sé que mi madre vio todo por mí, terminando en manos de un demonio malnacido y siendo asesinada por este, para luego terminar yo en manos de un jabalí y luego con un viejo que me enseño lo necesario. - Respondió apartando la mirada, no lo admitiría en voz alta, pero Nezuko era la mejor que le caía de los 3, por lo tanto tenía en mente que era seguro que no tardaría en convencerlo, buscando evitarlo de forma inútil porque si lo convenció.
Termino suspirando mientras ella y Aio lo llevaban a arreglarse y asearse. El mayor de los Kamado estada ya listo y en la celebración con su pareja; Kanao. Aunque Tanjiro aun tenía problemas para mover el brazo, este, aunque con esfuerzo y problemas lograda llevarse bien con su cuerpo y seguir en todos sus trabajos y obligaciones.
En parte la antigua cazadora de demonios, no quedo ciega luego de ese ataque, ha seguido perfectamente y empezando una relación buena con el mayor Kamado, aunque este se preocupe mas por su hermana.
- ¿Giyuu-San ha estado viviendo con Tengen y sus esposas verdad? - Pregunto la chica, teniendo un pequeño dulce en mano mirando disimuladamente a su pareja, entre las luces y faroles que alumbraban ese día.
- Según las cartas que me envía si, dijo que estarían aquí. Pero aun no los veo.
- Como digas. Me alegra en parte que vinieras.
- De nada, pensé en que era lo mejor. - Fue lo que respondió, no podía hacer mucho por su brazo en esa celebración, pero hay seguía, y decir que no lo disfrutada era mentira.
Siguieron viendo por todo el lugar un rato más, la noche estada animada. En alrededor de 20 minutos no tardaron en encontrarse con Giyuu, Tengen y sus esposas.
- Hola chicos. - Saludo el antiguo pilar de Agua, con una sonrisa enorme en la cara que pocas veces vieron los demas.
- Ohh. Giyuu-San, a Shinobue-Sama le hubiera encantado verte sonreír así. - Alago la Kanao. Y era verdad, la pilar del insecto tenía mucho aprecio por Giyuu, romántico tal vez, pero de eso Kanao nunca estuvo segura.
- Me alegra que lo pienses.
- Creo que te hecho bien estar con Uzui-San un rato.
- ¿No me digas que ahora eres su cuarta esposa? - Habla Kanao de forma picara, sacando un risa a mas de uno.
- Pues no. - Habla Suma. - Uzui es nuestro y no lo competiremos con nadie más. - Completo pegándose a su marido, junto a Hinatsuru y Makio en el mismo plan, mirando de forma amenazante al peli-negro. Mientras por otro lado, Tengen estada disfrutando esto en todo el sentido de la palabra.
- Mis chicas, yo con las 3 tengo más que suficiente, cálmense.
- jajajaja. - Esa fue la reacción de los demás. Si uno en una relación tenia celos, ni idea de lo que soportada este matrimonio.
Pasaron los minutos y encontraron a Sanemi, estada con una expresión seria en el rostro y un regalo en la mano, mas no supieron para que era. Zenitsu no tardo en aparecer también, se veía cansado, y lo que engordo estos meses parecía no ayudarle. Esta de mas decir que desde que derrota de Muzan, la desinstalación de los cazadores de demonio, Zenitsu dejo de entrenar, al contrario de Inozuke, Tengen y Sanemi. O de Tanjirou que siguió trabajando aunque con todo el dinero que le dejaron no le hacía falta, aun quería darle a su hermana mucho.
Zenitsu solo se quedo escribiendo un libro que heredaría a sus descendientes relatando todo lo que pasaron en esa pelea.
- Ahh. ¡Nezuko! - El mayor Kamado llamo a su hermana, viéndola acercarse con Aio y Inozuke, este ultimo estada casi irreconocible, sumado a que casi no le ven el rostro, en esta ocasión se quito la máscara de jabalí, arreglándose el cabello y portando un Kimono azul con negro, combinando con su pelo.
La expresión de Inozuke era seria, hasta se diría que estada incomodo con esto. Más solo se quedo callado yendo con sus amigos.
- Nezuko-Chan esta tan hermosa. - Los ojos soñadores del rubio no tardaron en caer en la chica, cuando esta llego frente a ellos, pero destrozándose al verla tomada de la mano con Inozuke. - Maldito cerdooooo. - Maldijo por lo bajo. Cayendo luego a Maldecir a Sanemi.
- Ten, Nezuko-Chan. -
- Gracias Sanemi-San. - Parecía que los ojos le brillaban, adornada con un sonrojo tras el gesto dulce del antiguo pilar del viento que se ha repetido en los últimos meses.
- Es un brolle, póntelo si quieres, espero te quede bien. - Explico. La joven asintió, desabrochando el regalo y viendo el gesto del pilar hacia ella para luego arreglárselo en el pelo, devolviéndole el gesto a pilar, sonriéndole.
- ¡¿Por qué no puede ser a mí a quien vea así?! - Fue Lo que dijo el rubio, muerto de celos. Mirando a su amor platónico siendo cortejada por Sanemi, y cercana al chico con complejos de tarzan.
Todos siguieron riendo y jugando el resto de la noche. La atención del joven Kamado en más de una ocasión termino en la figura de un zorro amarillo y rojo, al ver este solo parecía algo espiritual, no parecía ser uno real, mas esta figura que se paseada por el espacio en frente suyo, solo le producía curiosidad acompañado con nostalgia.
No entendía porque, pero verlo era una sensación extraña en su pecho, no entendía que le trasmitía esa figura, estada seguro de haberlo visto antes, más bien; seguida desde hace ayer, y estada con la curiosidad. No; con la necesidad de verlo otra vez. Esa necesidad que le trasmitía ese misterio perdido en la noche.
A sus costados sus puños estaban apretados ligeramente mientras sus ojos estaban perdidos en la luz de las calles que iluminaban el espacio cuando la figura se iba.
De algo podía estar seguro, solo lo podía ver. Estaban en un festival con muchas personas, donde a donde sea que mires había gente, un zorro es algo que no pasaría desapercibo, muchos estarían por lo menos alertados de un animal salvaje en un lugar como ese.
- ¿Tanjiro...?
- ¿Ahn? ¿Qué pasa...? - Respondió, volviendo en sí.
- ¿Qué tienes? - Todos los demás se le quedaron viendo a su amigo. ¿Cómo tocar el tema de ver a su amigo ibo en otro mundo sin ofenderlo? No conseguían las palabras para preguntar.
- Nada, solo te notamos raro viendo a la nada. - La que hablo fue Nezuko.
- Ahh... Nada, solo... Ando pensando mucho... Me gustaría que los chicos sigan vivos.
Tengen, Sanemi, Giyuu y Kanao quedaron callados, con la mirada gacha recordando a sus compañeros de armas. Más que compañeros también era sus amigos. No quisieron decir mucho. Solo callarse y aceptar aunque igual les doliera como acabo.
- ¿Uzui? - El nombrado presto su atención en sus esposas, que lo miraban algo tristes. En un trago amargo. Lo siguiente que paso dejo asombrado a los demás, con ellas abrazando al antiguo pilar hasta dejarlo al suelo.
- Como agrademos que no moriste que no moriste en esa ocasión.
- Gracias a dios están con nosotras.
- Y no hubiera sido así, dejo de orarle para siempre.
- Ya mis niñas... Yo también estoy feliz no haberlas dejado solas, aunque eso fue gracias a Nezuko que logro sanarme las heridas. Dejen de llorar mis reinas. - No más dijo eso, obedecieron. Haciendo sonreír a todos.
- Yo también agradezco haberlos salvado, a ti y a mi hermano. Lástima que ese poder lo perdí. - Hablo la Kamado, bando un paso al frente y ganando la atención de los demás.
- Igual no lo necesitas ahora. - Hablo el albino lleno de cicatrices pasando al lado de la Kamado, los siguientes minutos el se llevo a Nezuko junto a Inozuke, Aio, Makio y Suma a ver más atracciones.
Si las mirabas mataran Zenitsu ya habría matado a Sanemi y Inozuke, como odiada verlos tan pegados a su amor platónico y este ignorado.
Si siguió la noche, todos estaban felices, disfrutando de la celebración. La vista de Tanjiro se perdió en el cielo donde la luz de las estrellas era opacado por la luces de la luna y la celebración, trayendo un sentimiento de nostalgia en su ser.
Suspiro, sonriendo de lado y llevando su visto a sus amigos, y luego a la gente a su alrededor, donde pudo ver algo que lo asombro; Unos cabellos rubios, con mechas rojas. Adornados con un parche en el ojo izquierdo.
-Rengoku-San... - Susurro, solo podía tratarse del antiguo pilar de la flama, debido a que Senguro no asistió por vivir lejos de ese pueblo, y su maldito padre tampoco, ya que ese señor debió perder ese cuerpo esculpido que se veía en ese joven hace décadas.
Tanjiro solo fue capaz de decirles a sus amigos que ya vendría y correr a esa dirección, su vista y su olfato eran mayores a los de una persona común, por lo tanto no tenía problemas para seguirle el paso, aunque el camino que recorría el de cabellos rubios era enorme a lo que él daba.
- ¿Estará jugando conmigo? - Fue lo que pensó, susurrando en voz baja. Era rápido para estar a una buena distancia de él pero no para que lo pierda de vista.
Lo que tenia desconcertado al Kamado era que no podía distinguir el aroma de Rengoku-San en el. No emitía ningún tipo de aroma mejor dicho.
Cuando se vio cuenta estada algo lejos del pueblo donde antes estada celebrando con sus compañeros. Ahora estada entrando al bosque, no muy lejos vio a ese muchacho que se parecía mucho al joven que por primera vez hizo latir su corazón con fuerza.
Dudando un poco si estada haciendo algo coherente, o solo estada sucumbiendo a una locura de sus emociones, camino en silencio e inseguro hasta esa figura, desilusionándose ante el escenario no encontrar a nadie. Una de las manos de Tanjiro se apoyo en un árbol cercano mientras su semblante caía en la desesperanza por su infantil acción.
- Mi muchacho... - No puede ser. A Tanjiro casi se le caen las lágrimas de los ojos al reconocer con completa facilidad esa voz, sintiendo una mano sobre la suya, y un hombre detrás de él.
- Kyojuro-San. - Al voltearse lo vi, su corazón empezó a latir con fuerza como la ultima vez, estada muy cambiando, en su ojos se veía un parche que apenas tapada una cicatriz, su cabello estada más largo que antes, tenía una apariencia más madura, con cierto toque Sexy en eso. - ¿Cómo? ¿Cómo sigues vivo? - Las traicioneras lágrimas no tardaron en abandonar sus ojos, donde solo puedo preguntar eso que le atormentada en la mente.
- No lo estoy. - Fue su respuesta, dejando al joven Kamado en Shock. ¿Seguía muerto? ¿Cómo era posible? - Has cambiado mucho. Debo decir que estoy orgulloso de haberte visto pelear, y llegar a donde estas. - Sus pulgares buscaron su rostro y quitar cada una de sus lágrimas, el joven Kamado sostuvo su mano con su brazo bueno impidiendo que lo suelte. - ¿Cómo está tu otro brazo?
- Luego de la batalla con Muzan no lo he podido mover más. Pero sigo... ¿Cómo que sigues muerto?
- En este día se busca honrar a los muertos, yo pude volver por eso. Solo por hoy y como espíritu, solo quería verte, a ti y a los demás. No esperada que me vieras.
- Entiendo. - Busco dejar de llorar y calmarse. Ya no podía hacer más. Pero... Había algo que tenía que hacer. - Quiero confesarte algo.
- ¿Qué es mi chico?
- Me gustadas, cuando te conocí y tuvimos esa misión en el tren, me sentía muy atraído hacia ti, pero...
- No digas más. Entiendo. Debo admitir que me sentí igual, eres un chico hermoso y con mucha energía, me hubiera gustado conocerte mas, pelear a tu lado contra Muzan, y haber estado para protegerlos.
- En ese momento llore deseando haber sido más fuerte, haberte podido ayudar. Aunque en este momento estoy en una relación con Kanao, la quiero, pero...
- No tienes que explicarme. Lo entiendo. Ya tendremos nuestra segunda oportunidad. Te lo prometo.
- Te veré en ese momento entonces.
- Prométeme que serás feliz, mi chico. En nuestra siguiente oportunidad, quiero apoyarte como en esta vida no pude.
- Lo prometo.
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