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Tematica: Almas gemelas/Soulmates.

Spoilers: reencarnación. Lemon Suave.

Toujuro; Reencarnación de Kyojuro al final del Manga.

Sumihiko; Reencarnacion de Tanjiro al final del Manga.

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- Te veré en ese momento entonces.

- Prométeme que serás feliz, mi chico. En nuestra siguiente oportunidad, quiero apoyarte como en esta vida no pude.

- Lo prometo.

Sonando el despertador de esa mañana los 2 jóvenes amigos no tienen más remedio que despertar y hacerse cargo de sus nuevas responsabilidades como jóvenes adultos que ya estaban siendo, dibujando su mañana en una vida universitaria lejos de casa.

- Maldición. - Se quejo el muchacho de la Cicatriz en la frente, quemándose las manos al intentar cocinar, en poco menos de 5 minutos su compañero estada ayudándolo. - Toujuro.

- Sumihiko te dije que me dejaras cocinar a mí, aun tienes problemas con eso. - Dijo, el de cabellos como el fuego, no en modo de regaño si no de consuelo, pasando un hielo por la herida de su amigo para lugar vendarla. - Hoy no tenemos clases más descansa que aun así en la tarde tenemos que trabajar. ¿Vale?

- Claro.

Le sonrió, se conocían hace años, desde la infancia. Su nivel de confianza era enorme, mayor razón del por cual quisieron vivir juntos en ese departamento al salir a estudiar. El joven de cabellos burdeos pasó su mano por su herida viendo a su amigo hacerse cargo de la comida, sonriendo.

A veces se sentía raro estando con Toujuro, era una sensación de tranquilidad que existía desde un tiempo luego de conocerse. Donde aun en ese momento, se sentían en confianza con el otro. No lo entendía. Más tampoco estada consiente que su amigo se sentía igual por él.

Aunque no hablaran mucho de eso, para el otro eran su punto de apoyo y compresión, su mejor amigo... Y así se han mostrado siempre. Estas eran solo las primeras semanas de su primer curso universitario, aun tenían mucho en que acostumbrarse pero lo lograrían, iban por buen camino este poco tiempo.

Toujuro termino de cocinar y al comer ambos se sentaron en la sala para ver anime un rato, algo que no tardaría en volverse rutina. Una buena rutina, el joven de cabellos burdeos termino de forma inconsciente en dejar caer sobre el hombro de su amigo, imitando este su acción, como en su tiempo en las escuela donde al momento de irse a casa en bus, siempre terminaban recostados uno sobre el otro, en una enorme tranquilidad en esos pequeños minutos de viaje antes de separarse. Pensando en eso, Sumihiko saco su teléfono y sin decir nada Toujuro entendió, poniéndose ambos los audífonos y escuchando algo de música cuando el anime termino.

Ninguno se negada a hacer esto una rutina. Y así fue, los días pasaron, las semanas y luego los meses. En medio del primer año, estaban pasando bien, logrando entenderse solo con un par de problemas menores.

Bueno hasta cierto día. Una pequeña celebración en la universidad, donde a ambos jóvenes se les invito. Pero ninguno quería ir. El joven Sumihiko mirada el sobre con inquietud, preguntándose si ir o no. Mientras su amigo rubio a su lado estada con un Manga en mano, antes de ver a su compañero y preguntar que lo tenia de esa forma.

- O... Nada. Solo estoy pensando si ir o no.

- Yo no iré, nunca me gustaron ese tipo de celebraciones. Aparte quiero ponerme al día con mis pasatiempos luego de tanto tiempo ocupados.

- Entiendo.

- Si te molesta, puedo ir. No me gustaría dejarte solo con desconocidos. Aparte que ese tipo de cabellos castaño no me va buena espina.

- Descuida, no iré solo.

El de cabellos rubios se le quedo viendo, antes de volver a su libro. Sumihiko se decidió y termino yendo a esa fiesta, mientras Toujuro se quedo.

Tenía una muy mala espina, un mal presentimiento sobre esto. Se calmaría, solo esperaría hasta que pase algo que lo haga alarmarse. Busco su teléfono y puso algo de Música para calmarse, moviendo en su teléfono un montón de fotos que tenia con su amigo.

Entre ellas las que más le gustada era uno de ellos 2 a sus 15, viendo una de las espadas que heredo la familia del Kamado. Trayéndole varios recuerdos y sensaciones esa foto. En muchas de esas fotos notada lo que quería a su amigo, ganado varias sensaciones, entre la nostalgia, la alegría, y la preocupación; Ya habían pasado unas horas, al ver que ya casi eran las 1:13Am se alarmo.

Corriendo lejos de su hogar y se fue a buscarlo. Paso 1 hora, corriendo por todo el lugar entre cerca de la universidad y su hogar. Ya estada con el corazón latiendo a mil por el miedo.

- ¡Sumihiko! - Empezó a gritar, esperando que lo encontrara. Hasta verlo acostado en el suelo de un parque, reconoció su chaqueta verde desde lejos, iluminada opacamente con la luz de la ciudad. Apenas lo vio corrió a su lado, y con toda la fuerza de su cuerpo llevo a su amigo hasta estar seguros los 2.

Estada ebrio, eso lo noto con rapidez.

- ¿Qué hiciste? - Fue lo que se preguntada, estada algo lastimado y se notada cansado. ¿Qué hacia? ¿Por qué? Sabía que a algunos les gustada molestar así a los de primer año pero le llenada de rabia pensar en lo que le pudieron hacer a Sumihiko.

Tenía que esperar a que despertara, y no dormiría hasta que eso pase. Saldría un momento y buscaría unas cosas, entre ellas unos alimentos y algunas medicinas, estaría con dolor de cabeza por la resaca, por desgracia tenia esperanza en soportar borrachos. Paso el tiempo, donde llego con todo lo que pensó necesitar, se preparo un café y se quedo al pendiente de Sumihiko, paso el trato y su amigo empezó a reaccionar.

- ¿Toujuro?

- Despertaste. ¡Amigo que paso! ¿Por qué estas herido?

- Yo... Lo último que recuerdo es haber tomado, luego de eso, solo recuerdo golpes.

- ¡¿Qué?! Me encargare de... - No termino no hablar al ver a su amigo llorar, solo lo abrazo. Nunca sintió tan impotencia como ahora, debió haber ibo con él. - ¿Cómo te sientes?

- Quédate así conmigo por favor.

- Como pidas. - No dijo mas, se acomodo de mejor forma y quedo abrazo a su compañero. Los 2 abrazados en silencio. Había tanto que le quería preguntar, lo quería consolar y saber que fue lo que paso. Pero primero tenía que consolarlo.

No supieron que tanto paso el tiempo, parecía que se habían quedado dormidos. Al abrir los ojos, se miraron de frente, las mejillas del de cabellos rojos estaban algo sonrojadas, mirando con detenimiento a su compañero.

- Me gustas. Toujuro-San. - Eso lo saco de sorpresa, nunca espero de su amigo esa declaración. Pensó por un momento que eran los efectos del Alcohol. Pero eso perdió fuerza con rapidez, se veía tranquilo y en sí. No le contesto, primero algo importante.

- Déjame ver tus heridas. - El asintió. El cuerpo del Kamado tenía moretones, ninguno era de un golpe serio, más que nada de caídas y tropiezos. Lo que paso en la fiesta es que algunos les paso de chistosos y ofrecerlo alcohol, cosa que termino por aceptar, pero al final este término tropezándose y cayendo contra todo. Sumado a la incompetencia de muchos que solo se divertían viéndolo así, y aprovechaban para molestarlo y empeorar la situación, solo acabo herido.

Cada herida fue sanada y el joven Kamado ya estada mejor. Pero sus palabras dejaron intrigado al Rengoku. El joven de cabellos burdeos se acerco a su amigo sonriéndole con cariño, donde no tardaron en pegar sus labios con cuidado por unos breves instantes.

- Sumihiko... ¿Eres mi amigo verdad? - El asintió. - Bueno, ¿me permites besarte como tu amigo? - Este solo cerró los ojos, permitiendo que el joven rubio pegara sus labios a su mejilla y luego a sus labios, quebrándose pegados un buen rato en ese limbo entre sus bocas donde se olvidaron de mucho.

Las caricias del rubio al cuerpo del Kamado eran un escalofrió hermosos en todo su cuerpo. Sacándole suspiros en un nuevo mar de emociones. ¿Por qué tenían ropa? Se empezada a sentir de mas.

Ambos estaban seguros de lo que querían en ese momento, estaban consientes de lo que quería el otro, desde hace años se entendían así de bien.

- Eres hermoso. Toujuro-San.

- Puedo decir lo mismo.

Ya estaban con los cuerpos desnudos, apunto de unirse en un abrazo y hacer el amor por primera vez, y que mejor que con la persona con la que se tenían una total confianza, que se conocían hace años, y de igual manera se amaban de forma inconsciente.

- Espera. Vamos a la cama, aquí en el piso será muy incomodo. - Cayo en cuenta, y el menor asintió, parándose y llevándolo a su cuerpo. Notando Sumihiko el cuerpo botado de su compañero, pensando en que era obvio que sería el pasivo, y lo que le tocaría soportar.

Al estar en la cama, el rubio se posiciono sobre él, buscando apuntar con su miembro el lugar donde entraría, presionando para unirse.

De los labios del Kamado salió un grito al momento de entrar, empezando un Vaivén que género muchas cosas en sus cuerpos, sintiendo el placer del sexo que no esperaban descubrir tan pronto ni entre ellos.

- Te amo. Kyojuro-San.

- Cumplí mi promesa mi chico. A partir de ahora nada nos separa, estaré cuidándote como prometi.

El momento termino, y ambos jóvenes estaban mirándose el uno al otro, acariciando sus rostros, mirándose a los ojos.

- Te amo. - Fue lo que dijo el menor de los 2. Rompiendo el silencio donde estaban. Toujuro no tardo en pegar sus cuerpos desnudos y abrazarlo.

- ¿Sabes? Tengo miedo de que solo estén diciendo esto por estar ebrio, y terminar arruinando nuestra relación. - Susurro, el menor solo se le quedo viendo.

- No es así, en parte fue un incentivo para que me decidiera a confesártelo. Pero de ser lo contrario, nunca hubiera hecho el amor contigo.

- Creo que tienes razón. Ahora tengo miedo de cómo reaccionar en nuestras casas. Creo que mi padre no estará contento. - Parecía que querer reír entre el miedo.

- Eso no importa, me quedare contigo, seguiremos juntos. Y enfrentaremos eso.

- Tienes razón. - Y se volvieron a abrazar, estaban cansados, casi no durmieron. Por lo tanto buscaron consolar el sueño. El lazo que los unía era fuerte. De más de una vida, y en esta no lo perderían, no se rompería nada fácil, seguirían ante todo. 

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