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Temática: Mafia.

Spoilers: Tanjiro demonio, relación toxica o intento de esta, ya que nunca he escrito una. Ligeramente inspirada en Beastard y en Crepúsculo. 

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Disparo tras disparo se escullo por horas en esa noche donde ni la luz de la luna se asomada. Era negra oscuridad débilmente iluminada por las luces de la calle, en un lugar que solo podía desprender el olor del sexo, la muerte, el alcohol y muchas cosas peores. Rengoku Kyojuro, trabajador y miembro de una organización de criminales, odiada estar en lugares como esos.

Le traían muy malos recuerdos y el desagrado de estar acostumbrado a matar hasta a niños pequeños sin miramientos, y este caso solo maldecía que no fue Tengen con él. Ya que muy maldito de la persona que les debía hasta el alma no quería hacer frente y solo quedaba matarlo, antes que de sapo dijera lo que no debía.

Suspiro cansado y sin ánimos de seguir pero le salía caro si lo dejada escapar, de 2 tiros busco hacerle un obstáculo. Siempre les enseñaron; disparen a las piernas, pero este maldito le tenía ventaja y de verdad era una rata escurridiza pero él era rápido.

- Kyaa. - Lo último que escucho Kyojuro de ese tipo fue un completo grito de terror, al poder alcanzarlo y estar cerca lo vio completamente descuartizado, sus extremidades estaban separadas y parece que devoradas en un mar de Sangre.

Pensando lo que esto podía significar los labios de del cabellos como el fuego se tuercen en una sonrisa. Guardando su pistola cerca de su navaja para volver a su casa no sin antes llamar a sus compañeros, tomándole una foto para mostrarlas a sus superiores.

- Te tardaste mucho, Kyojuro.

- ¿Ah? Akaza déjame tranquilo, este tipo fue difícil.

- ¿Seguro? Te vez muy feliz. - Lo conocía bien, era su buen amigo después de todo, junto a Mitsuri y Tengen, o como este último se auto llamada; El sexy Play Boy de la muerte. Tener 3 esposas y un 1 esposo a la vez le inflaba mucho la autoestima a ese hombre.

- Descuida mi amigo, no es nada.

- ¿Seguro? - Contrarresto el pelirrojo de tatuajes. - ¿porque no vamos por prostis y alcohol mañana en la noche? Estos bastardos son difíciles de matar y nos merecemos un gusto.

- Sabes lo que piensa Muzan...

- El nos deja siempre y cuando tengamos perfil bajo. Somos sus lunas de sangre después de todo, no nos dirá mucho. - Luna de Sangre, el rango más alto en esta mierda donde estaban metidos hasta que se murieran.

- No te tengo ganas. Te aviso si cambio de opinión.

- Como digas. - No volvió a insistir. Siguieron en silencio todo la noche antes de separarse y volver cada uno a su casa.

Cansando y buscando su cama, fue directo a su baño para limpiar la sangre y el sudor de su cuerpo hermoso. En el proceso solo pudo escuchar desde su sitio como unos sonidos que reconoció al instante se escuchaban por toda la casa, sonriendo esperando el momento de reencontrarse con él.

Camino desnudo desde el baño hasta su cuarto sin que nadie lo descubriera. Reluciendo su dorado cuerpo y cabellos entre gotas de agua. Bando un toque único a su imagen de dios griego digna de esculpirse, hasta meterse a la cama en la oscuridad de la noche, solo cerró los ojos y espero.

De entre la seguridad de la noche se acerco un hombre, de apariencia juvenil, unos 18 años tal vez, era difícil decir. Sus cabellos eran burdeos hasta los hombros, sus ojos se veían rojos y su cuerpo estada gradado en marcas rojas, terminando de marcar su apariencia unos tentáculos de hueso que salían por su espalda. Se encamino hasta quedar encima del hombre de cabellos como el fuego, haciéndolo despertar y como un depravador, se acerco como si le quisiera robar el alma, mas lo único que le rodo es otra cosa.

- Bienvenido a cada mi Chico. - Puso sus manos a ambos lados de la cabeza del demonio y lo acerco para besarlo, donde no tardo en responder.

- Recuérdalo, me perteneces. Ni creas que te irás de putas con el pelirrojo. - Amenazo, dejándose abrazar por Kyojuro, envolviendo sus extremidades en su cuerpo, donde dejo notar que también estada desnudo, dejando en claro sus intenciones.

- Tanjiro, descuida que yo sé lo que tenemos. - Era enserio, solo le decía por su nombre en esos momentos. - Te amo mi chico.

- Más te vale. - No dijo más, solo lo rodeo con los brazos y se entrego a su hombre. Tocando cada parte de su cuerpo dorado, cálido en su contacto, una calidez que su cuerpo perdió hace siglos junto con su familia, algo que desea olvidar para siempre, ese deje de debilidad que aun existía en su mente y lo hacía sentir horrible consigo mismo.

Tan perdido estada que no noto cuando Kyojuro busco entrar en él y unir sus cuerpos. Cuando se percato de sus intenciones lo ayudo moviéndose para que lo penetrara a la vez que sus tentáculos se movían por su cuerpo sacando un escalofrió en el contraria cada que estos tocaban cada fibra de sus musculatura.

Estos se movían y acariciaban su cuerpo, enredándose en sus brazos, acariciando sus nalgas y pasando por su cuello. Kyojuro hacia algo similar envolviendo posesivamente al demonio entre sus brazos, sin soltar sus labios de los del otro, envolviendo sus lenguas dentro de la boca del demonio en un baile pasional entre ellas, como en que sus cuerpos tenían en la cama.

A boca abierta Kyojuro beso el cuello frio del demonio sacando un suspiro de sus labios, moviéndose buscando el punto dulce dentro del cuerpo del demonio que lo hacía enloquecer de placar.

Las garras de Tanjiro se clavaban en la piel de su amante dejando una marca roja en ella, dándole un indicio, para susurrar en su oreja de forma seductora.

- ¿Mi chico quieres de mi sangre? Asumo que la de ese hombre debió saber asquerosa para que apenes la probaras.

Acto seguido no le vio tiempo de procesar las cosas cuando la luna de sangre se mordió el labio hasta que sangrara para besar de un movimiento rápido a su amante y entregársela, sin saber en qué momento Tanjiro enterró sus dientes en sus labios, absorbiendo esa sangre como un depravador, mas uno que buscada calmarse.

Aun recordaban cuando se conocieron. Cuando Tanjiro aun era creyente de poder superar la sangre como paso con 2 demonios, creyendo en la poca humanidad que le quedada. Kyojuro llego por pura casualidad al verlo caer y devorar a cierto hombre.

Pero el llego, sin saber que lo protegió, sea por curiosidad o por otra cosa y le ofreció su sangre para cuidarlo. Pero su sangre fue un detonante de esta relación tan rara, se amaban, se necesitaban, se pertenecían.

El cuerpo de Kyojuro era sabroso, no del sentido de bello o guapo, de verdad tenía un buen sabor que enloquecía al demonio queriendo comerlo, pero Kyojuro le mostro el amor y la seguridad que no encontré en siglos, ¿existía algo mas importante que la tristeza en la vida de un demonios? La repuesta es no, esos eran los únicos sentimientos que prevalecían en sus vidas.

Pero Kyojuro se la quitada, permitía que olvidara esta tristeza, si llegada de devorarlo seria en fin de los 2 porque no lo soportaría.

Al terminar esa noche el rubio lo abrazo a su cuerpo como cada noche.

- Kyojuro. Quiero que dejes de hacer esto, no me vez tu sangre si no te lo pido. - Protesto, parándose para verlo a la cara a lo que su amante solo se acomodo poniendo sus manos tras su cabeza.

- ¿Porque no? Es para ti.

- ¿¡Eres masoquista verdad!? Puedo pender en control y devorarte, soy como un depravador cuyo instinto no tardara en salir.

- Descuida. Te amo. - Mil veces maldito en que invento esas palabras, solo tenía que decirlas para tenerlo sumiso y tranquilo. El rubio no tardo en levantarse y acariciar su mentón. - No tengo miedo a enfrentarme a eso, solo te quiero ver feliz.

- ¡No lo consigues! - Antes que pudiera protestar lo callo con un debo en su boca.

- Te amo mi chico. 

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