A L I C I A ✳
Después de un rato platicar con Sofía, ella se a marchado dejándome sola en casa, mis padres no estan, hace poco llamaron avisándome que llegarían un poco tarde ya que irían a comer juntos, por una parte me gusta que ellos se dieran tiempo para estar juntos como una pareja, después de todo se aman demasiado, pero tampoco me gusta estar sola.

No les he comentado nada de lo que pasó y ni siquiera les había dicho el verdadero motivo de mi salida, lo cual les extraño que estuviera pronto en casa, sólo había mencionado que me sentí mal del estómago y así me dieron el permiso de salir pronto, pero la verdad era otra, yo me había escapado con Sofía solo para no ver a Axel, era cobarde y no quería verlo, no quería ver a nadie.

Era obvio que la escuela llamaría sobre el verdadero motivo de mi salida pero la verdad no me importaba.

Ahora estoy sentada en el sillón de la sala, por un momento pensé en llamar a mi prima, pero no, no quiero a hablar sobre lo mismo. No quiero preocuparla, luego le contaré todo en el fin de semana.

La casa esta en un completo silencio sin ninguna ruido, solo el sonido de mi respiración, a pesar de estar sola no me siento tranquila, necesito paz.

Me levanto del sillón, tomo las llaves de la casa y salgo cerrando la puerta. El celular lo he dejado, después de todo esta descargado y me da pereza cargarlo. Salgo de casa, iré en busca de tranquilidad, necesito ir a ese lugar, a mí lugar favorito.

(...)

Luego de caminar un largo rato, llego al lugar deseado. Al parque, a esta hora esta solo, mejor para mí.

Camino tocando las plantas que se encuentran, los árboles se mueven por el aire que esta haciendo, el frío aire pega sobre mi rostro, es relajante y fresco.

Voy a los columpios, mi lugar especial de todo el parque, me siento en unos de ellos y así empece a mecerme hacia adelante y hacía atrás, cada vez era más rápido, mis pies tocan el suelo, arrastro tierra con mis pies, los columpios son un poco pequeños y a pesar de mi pequeño tamaño son grandes para mí.

De niña siempre venía al parque con Ana, no la pasábamos de un lado a otro, en la resbaladilla, pasamanos, en el túnel, pero nuestro juego favorito eran los columpios, podríamos pasar mucho tiempo en ellos, nos gustaba subirnos y sentíamos que volabamos cada vez más recio, según nosotras casi tocando el cielo.

Eso era antes, era solo recuerdos que me gustan recordar, siempre que paso por aquí miro una pequeña Alicia sobre los columpios, una niña llena de alegría y risas.

A veces me gustaría regresar el tiempo, cuando solo era una niña que no le importaba las cosas que le pasaban a su alrededor, donde era feliz, se divertía, esa niña que no le gustaban los niños porque le daban asco. Pero las niñas crecen y ahora está es la verdadera Alicia, una Alicia que se a enamorado del chico equivocado.

El cielo se empieza a nublar cada vez más, posiblemente lloverá pronto, pero tampoco quiero irme, solo quiero un momento de paz.

Mientras me paseo sobre los columpios, cierro los ojos y tarareo una canción. Sólo escucho el silbido del viento, pero de pronto soy interrumpida por una voz, esa voz que tanto reconozco.

—Al fin te encuentro. —agrega él.

Dejo de tararear la canción, abro los ojos y lo veo, Axel está parado frente a mí con sus manos dentro de sus bolsillos, lleva el cabello despeinado que incluso así se ve tan guapo.

—¿Cómo me encontraste?

—Fui a tu casa, pero creo que no había nadie así que caminé, supongo que el destino me trajo hasta aquí, al parque tenía la esperanza de encontrarte.

—¿Qué es lo que quieres?

—Queria verte.

—Pues ya me viste, ya te puedes ir. —le digo bruscamente.

—Mm que grosera.

Axel toma asiento en el columpio de a lado, se empieza a mecer, verlo así es tan bonito.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta Axel.

—Es mi lugar favorito.

—¿Por qué es tu lugar favorito?

—No lo sé, tal vez aquí me siento tranquila segura, me olvido de todo.

—¿No creés que ya estás grande para estar en los columpios?

—Nunca dejamos de ser niños.

—Cierto

Entre nosotros reina un silencio incómodo.

—De niña... me gustaba venir aquí con mi prima, nos sentábamos aquí, decíamos que volabamos hasta la nubes tocando el cielo.

No puedo evitar sonreír ante el recuerdo.

—Que tonto.

—No lo es para mí.

Lo escucho suspirar.

Noto su mirada puesta en mí.

—Alicia yo... necesito hablar contigo sobre lo que pasó.

—No tenemos nada de que hablar.

Giro a verlo captando su mirada.

—Lo sé pero creo que te debo una explicación.

—Dejalo Axel, ya no importa.

—Yo no sabía de las fotos te lo juro.

—Lo sé, pero ... igual no importa .

—No actúes como si no te interesará cuando saliste corriendo de clase.

—¿Por qué estás aquí? ¿Por qué quieres hablar de esto?

—Porque me interesas —dice él.

Es la segunda vez que lo dice y eso para mí tiene muchos significados ¿qué será para él?

—¡¿Te...te intereso?!

Axel hace una corta pausa.

—Alicia... créeme ni yo mismo se el motivo de porque estoy aquí. Solo... quería verte nada más.

—No entiendo Axel, creí que para ti yo no existia, si sólo me buscaste fue para hacer tú tonto trabajo y nada más. Así que no vengas con que te importo.

—Fue una estupidez de mi parte. Si tal tal vez al principio no sabía nada de tí, pero luego de hablar contigo me dí cuenta que eres una chica increíble, dulce y linda.

—Lo dices por mi cambio de look.

—Te vez bien, pero incluso te mirabas bien como antes, con lentes y poco femenina. Dicen que lo que importa son los sentimientos y no el físico.

—Pero es en el físico donde tú te fijas.

—No me conoces Alicia.

—Que.. ¿eres el chico que te fijas en los sentimientos? —se lo digo con burla.

—Tengo sentimientos no soy un ogro.

—Si tú lo dices.—suspiro— ¿Qué hay de Valeria?

—Valeria ya no me interesa.

—¿Entonces por qué estas con ella?

—Por que soy un cobarde, no me atrevo a dejarla.

—¿Aun la amas?

—No, nunca he sentido amor por una chica, es solo atracción.

—Mmm ya.

Ambos guardamos silencio.

Ninguno aparta la vista del otro.

—Sabes, ayer estuve con ella. —dice de pronto.

—Si, toda la escuela se dió cuenta.

—No me refiero a eso... ella se molestó conmigo.

—¿Por?

—Porque dormido dije tu nombre.

—Oh

No puedo evitar que la confesión de Axel me haya tomado desprevenida.

—Alicia... ¿Te gustó?

Me le quedo viendo como tonta, sin saber que decirle... Le diré y si se burla de mí. Qué más da, tomo una respiración profunda, lo veo a directo a los ojos y lo digo fuerte y claro.

—Si, si me gustas Axel, desde que te ví desde hace un año, la primera vez que llegaste al salón por que se te hizo tarde con tu cabello despeinado y pasta de dientes en la barbilla. De ese momento te me hiciste un chico interesante y ... atractivo.

—Wou no lo sabía.

—Los chicos nunca se dan cuenta.

Él sonríe.

—Fueron tantas señales que no quise aceptar. —dice causando mi confusión— En el fondo lo sabía. Primero, mencionaste mi nombre dormida, después, me di cuenta que tengo una acosadora, mi fan al verme jugar. Luego, tus miradas y quiero creer que te ruborizas solo por mí.

Bajo mi vista, siento mi cara arder de vergüenza, que calor.

Me limito a guardar silencio.

Lo miro de reojo.

Axel se levanta del columpio y se pone frente a mi, levanto la mirada encontrándome con eso lindos ojos azules, se agacha a una distancia muy cerca de mi, me acaricia el cachete y se acerca cada vez más y me besa.

Estoy sorprendida, al principio sólo siento sus labios junto a los míos, luego le devuelvo el beso, es un beso dulce y tierno, siento míl cosas en mi estómago, nervios, alegría, sorpresa.

Me sigue besando cuando algo dentro de mí se enciende, algo que me dice que esta mal. Me separo rápidamente de él, su respiración está descontrolada al igual que la mía, pero no podía seguir con esto. Me levanto del columpio y le digo:

—Lo siento Axel, esto está mal.

—Alicia por favor.

—No Axel, tú tienes novia y esto no es sano para ninguno de los dos.

Y así, me alejo de él , dejo el parque atrás, camino hacia mi casa, gotas de lluvia caen sobre mí.

Oh no a empezado a llover espero no empeore y como si el destino estuviera contra mi, las gotas de lluvia son cada vez más y más grandes, me empapa en un segundo, corro lo más que puedo, no  quiero enfermarme.

(...)

Llego a mi casa con la ropa mojada y pegada a mi cuerpo, tengo frío, entro a la casa y cierro la puerta detrás de mí. Estoy temblando de frío. Me recargo en la puerta.

No obstante, mi Madre sale de la cocina y me ve.

—¡Dios santo Alicia mira como estas!

—Hola Mamá.

Detrás de mí Madre aparece mi Padre.

—Alicia te vas a enfermar.

—Sube y date un baño, ahora te llevo de cenar y un té calientito.

—Si Mamá.

Subo las escaleras y llego a mi habitación. Entro al baño y tomo una ducha, después salgo de ella y me peino, con mi pijama puesta me acuesto en la cama cobijandome con las cobijas. En seguida, la habitación es abierta y entran mis Padres.

—Mira hija, te traje algo de cenar.

—No tengo hambre Mamá.

—Bueno aunque sea tomate el té.

Tomo el té y mi madre le da la bandeja de comida a mi padre, no tengo apetito.

—Debiste a ver llevado paragüas hija si pensabas salir —me regaña Papá.

—Lo sé papá, lo olvidé.

—Bueno espero no te enfermes, mira tomate el té y descansa.

—Si Mamá.

Mi padre sale de la habitación dejándome sola con mi Madre, ella me da mi celular, me da un beso en la frente y se marcha.

Pongo mi celular a cargar, está muerto, me empiezo a tomar el té mientras veo las gotas de lluvia deslizarse por el vidrio de la ventana. Termino mi té y lo dejo en el buro, tomo mi celular y lo prendo, ya a cargado un 20% , suficiente para hacer lo que tengo que hacer.

En la pantalla se muestra una A grande dentro de un corazón, todos pensarían que es la A de mi nombre, pero no es la A de él, la A de Axel.

Voy a galería y cambio la foto por una donde estoy con mi prima. Busco entre las carpetas y encuentro  la indicada. La carpeta donde tengo las fotos de Axel, cualquiera pensaría que estoy loca obsesionada por tener fotos de mi Crush, es raro, tal vez. Las tengo desde que me empezó a interesar, el recuerdo del beso llega a mí mente, una sonrisa boba aparece en mí rostro pero la quito rápidamente. Presiono cada foto y las elimino todas.

CARPETA ELIMINADA 📂📁

Ninguna foto de él, apago mi celular, lo dejo cargando, me acuesto de lado y me dispongo a dormir.

Aunque haya borrado sus fotos no quita que lo siga queriendo aún. No puedo olvidarlo de la noche a la mañana y Axel me ha confundido más, acaso yo ...¡¿Le gusto?! ... Le gusto como él me gusta a mí. Muchas preguntas pasan por mi mente hasta quedarme profundamente dormida.

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