El camino a casa se me hizo largo y tranquilo, las estrellas dan un poco de paz, y el aire frío refresca mis pensamientos.

Amo mucho a Alek, pero sus acciones me hacen estar triste día a día, y eso me hace extrañar a la antigua yo, no estoy bien conmigo misma al estar siempre deprimida, esa no soy yo, no quiero eso para mí día a día.

Mi ex me hizo sufrir mucho, no quiero llegar al mismo punto con Alek.

Prefiero estar sola, pero feliz.

Llego al departamento y me tomo una ducha caliente para relajarme un poco.

Salgo del baño, y reviso mi móvil con la esperanza de tener un mensaje o llamada de Alek, pero no.

Me coloco mi pijama, son las 4am y como Alek no ha llegado, decido dormirme.

Ruidos de voces y risas me hacen despertar, me desperezo, y salgo del cuarto, en la sala están Alek y varias chicas acostados en el sofá riéndose, y otras en la cocina preparando algo de comer.

Me arrecuesto en la pared, con los celos y el enojo a flor de piel. Aprieto mis puños con tanta fuerza que siento un pequeño ardor, pero nada tan doloroso como la escena que estoy viendo.

Me encuentro callada, viéndolos reírse y besarse, están tan concentrados que no notan mi presencia, respiro profundo y carraspeo para que no me sigan restregando en la cara su fiestecita.

Las chicas me miran sorprendidas, algunas balbucean un "Lo Siento", otras simplemente bajan su mirada apenadas. Alek simplemente me guiña un ojo y me lanza un beso.

-Chicas, me parece que es hora de que se vayan- No sé de donde saque la fuerza para hablarles, estoy tan desilusionada de Alek que quisiera poder tener fuerzas y golpearlo tan duro que jamás se le borre el moretón, pero como sé que mis golpes no le duelen, decido esperar que las chicas se bañan, tomar una ducha y llorar.

Las chicas se van, cierro la puerta con llaves y noto que Alek se ha quedado dormido en el sofá.

Decido tomarme una ducha, mi decisión está tomada, hoy será mi nuevo comienzo.

Me tomo una ducha rápida, salgo del baño y Alek aún sigue dormido, me visto, me coloco unos jeans negro ajustado, una camisa de tiras gris, mis converse rojo y sweater beige que recojo las mangas hasta mis codos, me peino y amarro mi cabello en una cola de caballo.

Saco una maleta negra debajo de la cama y meto las cosas más necesarias, no quiero que este tan pesada, en el bolso de mano meto medicamentos, un libro, mi celular, cargador, mi monedero con dinero, tarjetas, mi cédula de identidad y pasaporte.

Me asomo al sofá y Alek aun está en su profundo sueño con su sistema lleno de alcohol.

Tomo papel y lápiz he inicio mi dolorosa despedida

" Quiero iniciar diciendo lo mucho que te amo, lo feliz que me hiciste, pero no sé cómo seguirte el ritmo en tu nueva vida, no sé cómo hacer para ignorar tus llegadas tardes por las fiestas, no sé cómo hacer para no sentir dolor al verte en las noticias acaramelado con cualquier chica, me duele el que jamás me presentes y me hagas sentir como la única chica en tu vida... Haz tu vida de nuevo, y se feliz, ... Te amare por siempre, jamás te olvidare... Te amo

Atte.: Sabes quién soy "

Me cuesta escribir cada palabra, los ojos se me empañan y las lágrimas caen sobre el papel borrando una que otra letra, jamás me arrepentiré de lo poco que estuvimos, fue fantástico, sé que cualquier chica querría pasar por el misterio de sus labios y su maravillosa imaginación.

Me acuesto un rato a llorar abrazando la carta, me siento un poco débil, las lágrimas no quieren parar, me duele la nariz de tanto limpiármela.

Me siento un rato a respirar para escribirle un WhatsApp al UBER

YO -Buenas, para una carrera hasta el aeropuerto, aquí le adjunto mi dirección, gracias- Le adjunto mi dirección por la ruta del GPS del teléfono

UBER: Buen día Sra. Ainhoa, en 5 minutos esta allá

Busco un vaso de agua y me lo tomo, lavo mi cara y pego con el imán de nevera la carta en el refrigerador junto con el collar que me regalo hace tiempo, miro por última vez a Alek y mis ojos se empañan, limpios las esquinas de mis ojos, tomo mi bolso, mi maleta.

-Adiós, gracias por todo- Digo en voz alta y cierro la puerta a mis espaldas, bajo lentamente a esperar a esperar al UBER