-¿Cómo amaneciste?- Pregunta Ale enfrente de la puerta de mi departamento, con la mano en el pomo de la puerta, asustada por no saber lo que me espera adentro

Asiento con la cabeza- Creo que bien-Digo dudosa- No sé qué es lo que me espera, tengo mucho miedo de abrir la puerta

Ale aprieta mi hombro con su mano- Estaré aquí para las que sea- Asiento y suspiro para agarrar fuerzas- Además, no creo que allá nada malo, no se escucha ruido- Dice pegando la oreja a la puerta

Rio- Tienes razón

Respiro profundo, abro la puerta y entramos despacio para no hacer ningún ruido.

Botellas regadas por todo el piso, vomito esparcido por todos lados, comida regada por la cocina, en resumen, desastroso.

3 personas que desconozco dormidas en el piso, teniendo el mueble como espaldar apoyando su cabeza en el asiento.

-¿Dónde crees que están?- Pregunta Ale susurrando

-Lo más probable que en el cuarto, sino, preocupémonos

Vamos en silencio hasta mi habitación, abrimos la puerta con cuidado de no hacer ruido y vemos a Alek en ropa interior acostado en la cama con alguien más que no se logra ver el rostro.

Me quedo observando detenidamente desde el umbral de la puerta buscando alguna pista que me diga quien lo acompaña.

-Ese debe ser Marc, por acá no está y sé que no se iría sin mí- Asiento.

Entramos despacio para acurrucarnos con nuestros chicos

-¿Cómo esta lo más hermoso de mi mundo?- Una voz masculina nos detiene, miro a Ale y todas las teorías de una fiesta que termina en infidelidad comienzan a pasar por mi mente en cámara lenta.

-Ya lo averiguaremos, espérame un momento- Dice Ale corriendo a la puerta a abrazar a Marc que está recién salido de la ducha, con gotas recorriendo su trabajado cuerpo y una toalla amarrada en la cintura.

Mis lágrimas comienzan a correr solo de imaginarme lo que voy a encontrar en esta cama, en mi cama, en la que era nuestra cama, nuestro sitio de intimidad.

Camino hasta el pie de cama sin hacer nada, solo observando como mi pequeño reino se cae a pedazos.

La persona que lo acompaña tiene mi felicidad en sus manos, si es hombre me quedare tranquila, pero si es mujer, sé que tomo la decisión que mejor le gusto, estar con otra lo que debería a ver disfrutado conmigo.

Alguien enciende la luz de la habitación, supongo que fue Alejandra ayudándome a describir lo que me espera.

Alek se estruja los ojos y su acompañante se retuerza debajo de las cobijas, ambos se destapan estirando su cuerpo tratando de ajustar la luz a sus ojos.

Estoy ahí, parada, viendo la peor escena del mundo, mi esposo y su amiga de casi toda la vida, Victoria, ambos semi desnudos, Victoria se acerca a Alek y le da un beso en el cuello y este sonríe.

Quiero gritar, correr, arrojarle todo objeto que golpee fuerte, llorar, pero no, solo me quedo paralizada, observando con lágrimas en los ojos y el corazón roto.

¿Cómo tu mundo puede cambiar por una persona?

¿Por qué se siente este dolor cuando pierdes a alguien?

¿Se puede aprender a vivir con dolor?

Ya me imaginaba su infidelidad, pase noches llorando, pero ningún dolor se compara al saber que tus dudas fueron ciertas.

El perder a alguien es parecido a perder una extremidad, duele en el alma y te hará falta cada vez que lo necesites, y cuando no, también te hará falta

Solo me quedo observando, no tengo fuerzas de nada, solo quiero que esto sea una pesadilla, o alguna broma de cámara escondida.

Alek se sienta en la cama mirándome fijamente sin saber que decir, mientras Victoria no deja de sonreír baboseando su cuello

Y bueno, realmente no tiene nada que decir, todo esto es más que obvio, no fui suficiente para él.

Decido buscar valor de donde no tengo para dar la vuelta e irme, no puedo dejar que me sigan humillando así, he visto suficiente

Camino con pasos cortos, débil de tanto llorar, solo escucho como Marc discute con Alek por lo sucedido.

Noto que las personas que estaba acostadas antes en el sofá ya no están, así que me siento un rato sosteniendo mi cabeza con mis manos observando las lágrimas caer al suelo, para pasar la tristeza, la impotencia, depresión, cansancio que me está atacando

Alguien se sienta a mi lado mimando mi cabello y besando mi hombro, decido cerrar los ojos con fuerzas para no saber quién está a mi lado

-Estoy aquí nena, no te dejare sola nunca- Al escuchar la voz de Alejandra me derrumbo en llantos, me acuesta en sus piernas abrazándome con fuerzas, dándome todo su apoyo sin hablar.

Sus mimos me han hecho caer en un sueño profundo, que me hace olvidar un poco de mi desgracia.

Solo escucho discusiones, cosas quebrándose, Ale mimando para que este bien, música, lo cuales ignoro, no quiero abrir los ojos y descubrir cómo se ha derrumbado mi castillo.

Abro los ojos, veo a Alek sentado en una silla enfrente de mí, estoy tan agotada que ni fuerzas de insultarlo, me duele el pecho, me arden los ojos, solo quiero irme y no verlo más nunca.

- ¿Podemos irnos para cualquier sitio? - Hablo en apenas un susurro

-Tú de aquí no te vas-Dice Alek acercándose a mi tomando mi cara en sus manos- Quiero que me escuches, que entiendas que esto solo fue producto del alcohol, perdóname por favor- Besa mis labios, cada beso suyo hace que me derrite y me sienta en sus manos

Me alejo de él, de sus suaves, ricos y deliciosos labios, me coloco de pie, dándole la cara

-Hablamos otro día, no tengo fuerzas para explicaciones, para excusas básicas, ni para insultarte y lo que más quiero, son explicaciones-Asiente

Toma mi cara con sus manos atrayéndome a el- Por favor vuelve, no me dejes así- Asiento

Veo a Alejandra molesta sentada viéndonos a los dos- Me voy con Manuel, mañana te escribo- Se coloca de pie, me abraza con fuerza y ese gesto de seguridad, de amor y de que todo estará bien hace que vuelva a llorar humedeciendo su hombro con lágrimas de tristeza

-No te quiero ver así-Susurra Alejandra- Vete a casa, báñate, come algo y duerme, mañana vengo por ti- Asiento, salgo de esta casa escuchando como Alek se derrumba por mi partida, la cual me parte el corazón saber que está arrepentido