Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

Carla caminaba de un lado a otro en la habitación, mientra yo la observaba sentado en el sofá. No había dejado de decirme cosas por haberla ignorado y cerrado la puerta en la cara en el elevador. Sabía que esto sucedería luego de que mis padres se fueran, pero por primera vez, luego de tanto tiempo, escuchar su voz haciendo reclamos, no me agobió. Porque no le estaba prestando atención. 

Tenía claro que me comporté como un imbécil, y no iba a excusarme. No obstante mi mente solo pensaba en la chica de unas horas atrás, y de dónde me resultaba tan conocido su nombre.

—¡¿Me estás escuchando?!

«No»

—Claro que si.

—No parece, te da igual lo que diga —conocía esa voz y el quiebre de su garganta.

—No llores —necesitaba que no llorara.

—Tú me haces llorar —reclamó. 

No me moví, estaba cansado de aquello.

—Perdón, ¿está bien? No lo hice por gusto, esa chica...

No sabía si decirle la verdad. Me había costado horrores convencer a todos de que ya no me sucedía aquello. Y sabía que si decía la verdad, Carla no pararía hasta que vuelva a un psicólogo. Le diría a mis padres, se preocuparían y nada acabaría bien. Aunque, ¿había forma de que todo esto acabe bien?

—Esa chica, ¡¿qué?! —cuestiono impaciente, desafiante, enojada y casi en un grito.

—Es... es...

«¿Me escuchas?»

Me detuve en seco, con mi corazón martillando. Con el alma pendiendo de un hilo. La ansiedad descontrolada se disparó en mi sistema. Aquello tenía que ser una broma.

—Necesito estar solo —sentencié poniéndome de pie.

Carla me observo confundida, seguro notando mi cambio de actitud. Debía ser cuidadoso.

—¿Estás bien? —pregunto acercándose a mí y acarició mi mejilla —Estas blanco, Daniel...

Me aparte con lentitud de su tacto y asentí con la mayor normalidad.

—Lo estoy, solo necesito estar solo. Lo siento.

«Lo haces»

¡Dios! Debía quedar solo lo antes posible.

—¿Podemos hablar mañana? —casi suplique.

Carla frunció el ceño con desconfianza. Y por alguna extraña razón, ella tan solo asintió y tomando sus cosas, salió de allí dejándome solo en mi departamento.

Exhalé el aire que había estado conteniendo y me dejé caer de nuevo en el sofá. Cerré los ojos con las manos tapando mi rostro. Intentando concentrarme para poder escuchar la voz nuevamente. Pero sabía que eso no era necesario, que no necesitaba nada para escucharla, que aquello no dependía de mí.

—Vamos, hazlo. Vamos —susurré, con nervios —. Vamos...

«Debería existir alguna forma para que me respondas»

Sonreí, aquello no podía ser cierto.

—Ojalá pudiera —balbuceé.

«Bueno... buenas noches»

Abrí los ojos de inmediato.

Ella no podía irse así.

«O... quizás...»

¿Por qué tardaba tanto? Esto era muy loco, estaba esperando que una maldita voz en mi cabeza me hablara, cuando había intentado sacarla de allí durante años.

«Tengo que saber si me escuchas, podrías usar una palabra secreta si me vez, y si la dices... significa que me escuchaste»

Ella era inteligente, demasiado inteligente y ocurrente.

«Esto es solo una prueba, si en verdad me escuchas, quiero saber que es lo que escuchas exactamente. Di eso que me dijiste en el elevador antes de irte... esa palabra. Adiós»

—Adiós, brujita.

Suspiré, y me quedé allí un buen rato. Conteniendo las ganas de recorrer uno por uno los departamentos del edificio buscándola. Pidiendo respuestas, exigiendo una explicación a todo lo que había sucedido. No obstante al parecer, por sus palabras, esa chica no tenía la respuesta del por qué la escuchaba.

❦ 

Recogí mis cosas cuando la última clase termino, y camine con desgana por los pasillos, deseando llegar a mi casa cuanto antes. Había pasado una semana desde aquella rara noche, y por más que me había esforzado por verla de nuevo, no lo había logrado. Y su voz, por primera vez en años, no había sonado en mi mente por días seguidos. Era loco y estúpido, pero hasta resultaba molesto e irritante que no apareciera. No escucharla me ponía de mal humor y ansioso. Me había dado cuenta que, cuando se trataba de esa chica, todo en mí se volvía confuso.

Caminé hasta salir fuera del edificio, y fue cuando la vi. Llevaba una coleta en el cabello negro y ondulado, una blusa de color blanco y jeans azules, era una chica contraría a Carla. Tenía sus curvas, sus atributos, pero yo solo podía observar una cosa, y era la sonrisa que su boca desprendía mientras abrazaba con cariño a un chico. El cual deduje era su novio, gracias al beso que se dieron.

No podía explicar lo que eso me causaba, pero no era nada bueno, y no sabía la razón. Cada vez se acercaban más a mi, a la entrada del edificio, y yo no podía dejar de observarlos. En un instante, la sonrisa de la chica desapareció, en el momento que sus ojos se toparon con los míos, y mi corazón pareció estar a punto de sufrir un ataque.

Estaban a solo unos metros, cuando mi mente se nublo, todo se volvió negro, y me sentí preso, sin aire, sin movilidad.

¡No! ¡No quería otra vez aquello! No lo soportaba, no podían volver las malditas pesadillas.

Solo escuche unos murmullos esta vez, no aquellos lamentos, y la imagen de la chica y el chico a unos metros, volvió, como si no hubiera pasado ni un segundo. Negué observando al piso, intentando quitarme esa maldita sensación del pecho, y levante la mirada solo para verla pasar por mi lado. Con sus pupilas brillantes y un destello de algo indescifrable.

Y solo basto un segundo para convencerme de lo que debía hacer. Para dejar que mi cuerpo reaccionara por si solo, sin necesidad de que mi cerebro diera la orden. Era como si ya no tuviera control sobre mí. Deje salir esa palabra que pidió...

—Brujita.

La escucho. Lo sabía por la sonrisa inconsciente que dejó escapar y la rápida mirada que sus ojos desviaron hacia mí. Y si no estaba seguro de decirlo, ya no importaba, porque al parecer, yo ya no controlaba lo que decía cuando se trataba de estar cerca de ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro