Capítulo 14
No podía decir nada, tan solo observarlos. Ignacio no dejaba de abrazarla, besar sus mejillas, frente, de preguntarle cosas "¿dónde has estado?" "te extrañe" "¿estás llorando?"
Y cuando sus ojos se clavaron en los míos, supe que no le importaba nada de mi, tan solo saber sobre ella.
Era algo que ya tenía asumido, yo tenía claro que en la mente de Ignacio Reich, solo existía Mandy Sole. Pero había querido mentirme a mi misma al creer que algo que ya estaba escrito, literalmente, podía cambiar.
—¿Qué hace ella aquí?
Esa pregunta fue dirigida a mi, y siendo sincera, no sabía qué decir.
—Yo... no se a que te refieres —mentí, en tanto observaba como Amanda se alejaba confundida.
—Yo...
La mirada de Nacho se dirigió a ella y le sonrió con ternura.
—Te busque tanto.
Quería irme de allí.
—Creo que me confundes, no soy esa tal Mandy —Amanda se alejó al menos un metro de él y Nacho la observó confundido.
—¿Qué?
Mi ex amiga me observo.
Suspire y no observe a Nacho cuando sus ojos se clavaron en mi.
—Ella es Amanda, mi amiga Nacho. Creo que estas confundido —ahí si lo observe, intentando sonar segura.
Frunció el ceño y ladeó la cabeza.
—¿Qué dices? —se acercó a mí para susurrarme: —Es Mandy, Auryn. Mi amiga.
Negué.
Si quizás estaba siendo egoísta, me estaba comportando cruel. Quizás era un error, pero ni loca pensaba contarle la verdad, y menos luego de ver cómo la observaba. Luego de ver por mí misma, cuánto quería a Mandy.
—Ella es Amanda, y la estas asustando —aseguré.
Nacho frunció aún más el ceño y se alejó como si lo hubiera empujado. Sus ojos se perdieron por unos segundos en algún punto en el suelo, y luego se elevaron hacia Amanda. Dio un paso hacia ella y suspiró cerrando sus ojos unos segundos.
—Tú, ¿no me conoces?
Amanda me observó unos segundos para luego clavar sus ojos en él con una mueca.
—No —negó despacio —. Lo siento.
Nacho mordió su labio con fuerza y asintió para luego dar la vuelta y subir por las escaleras sin siquiera despedirse. Lo había roto, lo sabía, él estaba sufriendo. Pero yo no podía verlo con otra chica.
—¿Él quién es? —preguntó Amanda.
—Nadie que te interese. Adiós.
Sin pensar en nada, y a pesar de no gustarme, cerré la puerta y me quedé allí. Odiándome. Estaba convirtiéndome en alguien detestable, o quizás siempre lo había sido. Después de todo siempre había fantaseado con que Franco rompía con Olivia y quería estar conmigo. Ignacio no se merecía eso. Y Amanda... aún necesitaba pensar sobre ella.
Al subir, la puerta de la recamara de invitados estaba cerrada, tenía que ir con él, apoyarlo. Con pasos lentos me acerque hasta estar frente a su puerta y la golpeé.
—Auryn, quiero estar solo.
Su voz estaba lastimada, y eso me lastimaba a mi. Me hería pensar que yo era la culpable de eso, y me ardía el pecho on celos de que estuviera así por otra chica.
—Creo que necesitamos hablar —dije apoyando mi frente en la madera fría.
—Por favor —sé que estaba pidiendo que me fuera, pero yo no podía dejarlo solo.
—Yo te pido eso. Por favor, Nacho.
Escuche pasos y dos segundos después la puerta se abrió. Aleje mi frente antes de que lo haga y suspire al verlo.
Estaba llorando, tenía los ojos rojos, húmedos, su pelo desarreglado y sus mejillas rojas.
—¿Puedo pasar? —pregunte casi en un susurro.
El chico frente a mí se movió a un lado, sin observarme, e ingrese quedándome de pie en medio de la habitación. Su cuerpo se colocó a una distancia prudente y me observo.
—Voy a enloquecer —se sinceró en tanto se sentaba en su cama —. Ya no soporto esto, no soporto estar aquí, fingir que no pasa nada Auryn. Perdí todo, estoy en un lugar que desconozco —rió sin humor —, y como un idiota finjo que estoy bien, que todo está bien ¡Dios! Y ahora resulta que encontré a la chica que amo, pero al parecer no me recuerda. ¿Tienes idea de en la clase de mierda que estoy metido? Siento que estoy muriendo cada día que estoy aquí, hasta... hasta he comenzado a olvidar cosas.
Su respiración era agitada y su voz estaba cargada de rabia y dolor. Y yo, seguía queriendo llorar por ser la culpable, por hacer que Amanda sea Mandy, por mentirle. Por sufrir con sus palabras, por quererlo, por gustar de él. Por haber sido tan estúpida como para adorar tanto al maldito chico que yo invente. Aún sabiendo que él era falso, aún sabiendo que jamás dejaría de querer a Mandy, porque yo misma lo dije, porque yo misma hice que el amor que sentía por ella fuera eterno.
Sequé las gotas saladas que estaban saliendo inevitablemente de mis ojos y observe el piso disimulando.
—Ignacio —suspire —, yo... yo creo que debes descansar, te prometo que mañana lo hablaremos y encontraremos la forma de que todo sea como antes — elevé la mirada y di un paso hacia él —. Te lo prometo.
Pareció reaccionar y tranquilizarse, imitó mi acto y dio un paso en mi dirección, tratando de sonreír.
—Eres muy buena, y yo debo disculparme Auryn —sabía lo que vendría, y no tenía ganas de escucharlo.
—Esta bien, no pasa nada.
—Auryn —me cortó —. Me gustas, eso es obvio, pero... —desvió su mirada — Amo a Mandy, y ahora que la encontré, no puedo perderla. Quizás ella no me recuerda o no sé, está sucediendo algo extraño, pero la quiero.
Mordí el interior de mi mejilla conteniendo mis ganas de llorar.
—Lo sé y no te culpo. Además —lo observé con seguridad —, fue solo un beso, ni el primero, ni el último de nuestras vidas, ¿cierto?
Nacho frunció el ceño.
—¿Solo un beso?
Asentí.
—Como cualquier otro, así que no te sientas culpable o arrepentido.
—No, no me siento de esa forma, es difícil de explicar...
—Lo bueno es que no tienes que hacerlo —lo interrumpí y camine hacia la puerta —. Buenas noches, Ignacio.
Camine con rapidez hacia mi habitación y lloré. Ya no soportaba eso, me dolía todo, y solo tenía la certeza de algo, Nacho debía volver a su vida. Y la única forma era que mi padre me devolviera aquel collar, o quitárselo. Porque ya no quería tenerlo conmigo... no, ese era el problema. Deseaba con toda mi alma tenerlo conmigo, pero su lugar no era a mi lado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro