—Te vas a arrepentir cuando hayas terminado con esta locura y te des cuenta de que no valió la pena.

Suspiro profundo ante las palabras de mi "hermano" el Dios del amor pasional, quién con histeria ha estado tratando de evitar que baje a la tierra.

—Ya basta, lo haré si o si— sentencio quitándome las marcas en la piel que me fueron otorgadas el día que me convertí en el Dios del tiempo. —Es como un capricho que se acabará en cuanto consiga al chico de pecas.

Él se sienta totalmente desilusionado de mis palabras. —Te estás metiendo en un terreno peligroso.

—¿De que hablas?— le cuestino.

Eros me mira fijamente, y pienso que sí su mirada fuera una daga ya me habría herido. —Lee Félix no es tu destinado, si te metes a la fuerza en sus sentimientos lo pagarás muy caro.

—No voy a estropear nada mantente tranquilo— le ofrezco una sonrisa y viendo mi reflejo en sus pupilas me dejó caer a la tierra.

No tiene porqué haber un pago o un arrepentimiento cuando sólo es una simple atracción, estoy seguro de que en cuanto él me corresponda podré regresar tranquilo.

A penas y pongo un pie sobre el mundo humano mi cuerpo comienza a asimilar su uso pero en cuanto estoy por caminar soy arrollado por una bicicleta y termino tirado sobre el pavimento caliente.

—Dios mío, ¿Estás bien?

Parpadeo confundido al oír aquella voz que reconozco de inmediato y levanto la mirada encontrandome con esos ojos que me atraparon de inmediato, Felix está frente a mí mirándome con preocupación.

¿Tan pronto nos hemos encontrado?. Debe ser totalmente irreal, mirarlo a la distancia es tan diferente como tenerlo así de cerca, quisiera poder abrazarlo justo en este momento.

—Te juro que apareciste de la nada y no pude frenar— él me ayuda a levantarme y me lleva a la orilla de la calle. —Siempre cargo conmigo un botiquín, mira como te lastimaste.

Ni siquiera puedo articular palabra alguna, estoy tan perdido en apreciar su belleza en persona que tan solo reacciono cuando coloca algo sobre mi brazo que hace que me duela más.

—Eso dolió— me quejo finalmente.

Él sonríe levemente moviendo la cabeza para formar un "si". —Lo siento, es para que no se infecte la herida, de verdad lo siento mucho.

—No te preocupes, no me fijé en dónde estaba parado— reacciono respondiendo a sus palabras.

Felix parece estar realmente avergonzado de haberme arrollado pero estoy totalmente seguro de que esté encuentro no es una coincidencia, vine aquí a verlo y justo es la primera persona con cuál tengo contacto.

—Listo, ya está— él coloca un par de venditas. —Nuevamente me disculpo por el...

No lo dejo terminar porque abro la boca plasmandole las palabras que más quería decirle:

—Eres el humano más hermoso, de todo el mundo— sonrío mirándolo fijamente.

Y sus pecas de inmediato se cubren de un adorable rojo que llega incluso hasta sus orejas, y no sé cómo describir la sensación que me causa verlo de esta manera.

—¿No te lo dicen a menudo?— le pregunto sintiendo la enorme necesidad de tenerlo entre mis brazos y quizás robarle un beso.

Felix guarda sus cosas en la bolsita que cuelga en su bicicleta y apenado sonríe. —Hay alguien que lo hace pero que un desconocido lo haga me pone tímido.

—¿Alguien?— pregunto, ¿Quién es la persona que le dice eso a mi Felix?, ¿Un amigo?, ¿Su familia?, ¿Un amante?. No, no creo que sea la última opción ya que Eros me lo habría hecho saber.

—¡Rayos!— exclama Felix subiéndose a su bicicleta. —Llegaré tarde a mi clase.

—Pero...

—¡Nos vemos luego!— exclama con una sonrisa que me deja ver sus dientes y con rapidez lo pierdo de mi campo de vista.

Suspiro sintiendo que perdí demasiado el tiempo, yo que lo tengo en la palma de la mano como una eternidad, aquí no duró nada; debí haberle preguntado en dónde estudia o hubiese ido directo a pedirle una cita, cómo es tan amable y risueño no me habría dicho que no.

—Su sonrisa es tan linda— me recrimino recordandolo sonreír, debo parecer un humano tan tonto riéndole a su recuerdo. —Bien, manos a la obra, nuestro lindo chico nos espera.

Usando mi habilidad avanzo hacía el tiempo para poder seguir el camino de Felix, es una preparatoria, llena de estudiantes comunes. Pero decido no aparecerme por ahí ahora, necesito crearme una vida para poder entrar en la suya.

—Felix, llegas tarde.

Subo las escaleras de dos escalones en dos y Han me sigue el ritmo. —¿Y lo dices tú?. También es tarde para ti.

Él deja salir su estruendosa risa y a toda prisa llegamos a la clase de matemáticas, el profesor Kim es realmente aterrador así que sin hacer ruido nos escabullimos hasta nuestro lugar y él tan solo nos echa una mirada amenazante. De lejos Seungmin nos saluda con la cabeza.

—¿Por qué llegaste tarde?— me pregunta Han en voz baja mientras  saca sus apuntes.

—Atropellé a un muchacho— le respondo y sus ojos parecen querer salirse de sus cuencas así que reprimo una risa o Kim nos sacará de la clase.

Él toma mejor un pedazo de papel y lo arrastra hacía mi lado, “necesito que me cuentes todo con detalle cuando gritos locos Kim se vaya”. Doblo la hoja negando con la cabeza y hace con sus manos un ademán de súplica así que muevo la cabeza asintiendo.

A penas la campa suena, el profesor abandona el aula y Seungmin se mueve junto a nosotros. —¿Por qué siempre andan murmurando en clase?, ¿Acaso quieren ser asesinados?

—Felix dice que atropello a un chico, ¿Puedes creerlo?— Han se acomoda mejor para que le cuente.

Así que sin escapatoria termino contándoles todo lo sucedido en la mañana, incluso las palabras vergonzosas que me dijo.

Seungmin frunce el ceño en cuanto termino de hablar. —Hyunjin se pondría celoso si sabe que alguien más te llamo "criatura hermosa"

—¡Él no me llamó criatura!— me quejo avergonzado. Y Han rompe en carcajadas ante la ocurrencia de Min.

Entonces suspiro abatido recordando que Hyunjin sigue de viaje. —Lo extraño mucho.

—Pero si hacen videollamada todos los días— Han hace una expresión de asco. —Dicen tantas cursilerías que me provoca diabetes.

Me sonrojo negando con la cabeza pero inevitablemente recuerdo cada palabra que me dedica y me hace estremecer, de verdad quiero que vuelva ya, lo extraño tanto. No puedo creer cómo es que alguien es capaz de hacerme sentir tan enamorado.

De pronto el profesor Wang ingresa al aula y tenemos que prestar atención.

A la mañana siguiente mientras acomodaba mi bicicleta en el estacionamiento, ví a aquel muchacho que arrolle ayer. Sorprendido me acerque al verlo totalmente perdido parado ahí.

—No me digas que serás un estudiante aquí— picó su hombro llamando su atención.

Él voltea mirándome con algo que no logró descifrar pero lo dejo pasar, quizás está contento de ver una "cara conocida" en la multitud.

—Hola Felix— dice con una gran sonrisa.

Confundido elevó una ceja, no recuerdo haberle mencionado mi nombre ayer. —¿Ayer te dije cómo me llamo?

—Eh, no— él se rasca la nuca negando con la cabeza. —Estás ahí.

Y señala hacía el cuadro que está en la entrada, que vergüenza, había olvidado que habían colocado mi nombre y una fotografía ahí para felicitarme por ser el mejor estudiante de la escuela, y mi cara ahí no es la mejor por eso Han cada vez que la ve se burla de mí.

—Por cierto, me llamo Lee Minho— él dice extendiendo su mano hacia mí.

Rápidamente la tomo devolviéndole el saludo, no lo sé pero presiento que este chico traerá muchas cosas a mi vida, seguramente será un gran amigo cómo ya los que ya tengo.