Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7.{No juzgues sin conocer}

Capítulo 7.

{No juzgues sin conocer}


Azucena.

Mi corazón late acelerado. Mis manos se enredan en sus rulos, y mis labios se quieren fundir con los de Russell. Mi lengua es una sola con la de Russel, mi cuerpo quiere más y sé que el también quiere mas.

Cuando siento su mano descendiendo un poco por mi cintura, la parte cuerda de mi cerebro se activa al parecer. Porque me separo de él. Sus labios están hinchados, y estamos arriba del escenario.

— ¡Estamos arriba del maldito escenario! — chillo.

El suelta una carcajada, como si eso no fuera importante. Balancea sus manos en mi cintura, por instinto me acerco mas.

— Lo sé.

— Chiflado.

Me doy vuelta para bajar del escenario mientras escucho los aplausos y cosas que gritan las personas. Russel está detrás mío con su mano aun en mi cintura, causando miles de sensaciones. (Ninguna mala)

Dios, que vergüenza. Lo bese como si no hubiera nadie más que nosotros dos.

<<Y que beso. >>

— ¿A qué canto bien? — su pregunta me hace reír.

— La verdad me has sorprendido, cantas excelente y...

— Beso excelente ¿Quieres que te lo siga mostrando? — pregunta riendo.

Iba a decirle que sí. Pero el sonido de mi nombre, hace que me de vuelta para otro lado. Mirando Clara, Lor y Ramiro viniendo por mí.

Casi tengo ganas de gritarles que se vayan. Pero después recuerdo con quien estoy, "el golpeador" que a todos le cae mal y le temen. Me da fatiga mental pensar en todo lo que se viene.

Clara me toma fuerte del brazo y me pone a su lado. Mirando a Russell de una forma, nada amigable.

— Deja en paz a mi amiga — le grita Clara. Mi rostro se contorsiona en una mueca confundida.

— Yo creo que estábamos en paz, hasta que llegaste — le responde. Intente no reírme, juro que lo intente.

Clara me fulmina con la mirada.

— ¡No puedes acercarte a él! Es un golpeador. Vamos, vamos — no me deja decir nada, porque me arrastra hacia ella. Lor me toma del brazo derecho y ambas me llevan.

Me doy vuelta para mirlo. Pero no me está mirando.

— Eu, déjenme puedo caminar sola.

De mala manera me salgo de su agarre.

— ¿En que estabas pensando? ¿Acaso quieres ser una víctima de femicidio? No ves que ese tipo es peligroso — me grita Clara.

— Por Dios, ¿Acaso escuchas lo que decís? — le pregunto indignada. — La que actúa como loca, sos vos.

Ella me mira indignada.

— Cálmate amor, ya está. Azucena es grande sabe lo que hace — intercede Ramiro.

— Es que sos tarada, ese chico solo quiere cogerte y seguramente...

— Bueno, es suficiente — la corto. — Vayan a la mesa, ya los alcanzo.

— ¿A dónde vas? — cuestiona Clara. Pero la ignoro como si fuera una planta. No quiero sus dramas.

Busco a Russell con la mirada, pero no lo encuentro. Hasta que lo localizo en una mesa, con otros dos chicos. Uno de cabello rubio y el otro castaño.

Camino hasta su mesa, cuando llego el rubio es el primero en notarme. Me da una cálida sonrisa, se la devuelvo. Miro a Russell.

— ¿Podemos hablar? — pregunto.

Sus ojos brillantes y su sonrisa atrevida y encantadora, ya no estaban ahí.

— No, vete con tu grupo de idiotas.

— No son idiotas, son mis amigos.

—Pues, que amigos tan idiotas tienes.

Ruedo los ojos.

— Si se comportaron un poco idiotas...

— ¿Un poco? Yo la verdad te creía inteligente, pero veo que no. Que te dejas llevar por lo que dicen ellos. O mejor dicho por lo que dice la rubia.

Lo miro enojada. Estoy cansada de su estupidez.

— Primero y principal tengo mis propios pensamientos. Se pensar por mí misma — digo en un tono más furioso de lo que pretendía. — Y no pienso lo que lo mismo que ella. O los demás.

— Pues...

— Y si llegas a decir "Dime con quién andas y te diré quien eres. Juro que te mandare a la mierda en cinco idiomas distintos.

Russell iba a hablar, pero el chico castaño lo interrumpe.

— Amigo, piensa bien lo que dirás. Porque ella intimida un poco — el castaño me mira, creo ver aprobación en su mirada.

— ¡Mejor llama al silencio Joni! — se queja Russell. — Vamos.

Me toma la mano y me lleva, no es brusco. En otro momento le preguntaría a donde me lleva, pero estoy distraída mirando nuestras manos entrelazadas.

Salimos por una puerta, hacia un patio. El aire fresco me golpea la cara, como quisiera mi abrigo. Ya que me lo quite porque adentro me hacía calor.

— ¿Entonces? — cuestiona.

Sigo pensando en su mano, que sigue entrelazada con la mía.

— ¿Entonces qué? —pregunto.

Lo miro, me está sonriendo. Ya que se dio cuenta que era lo que captaba mi atención. Junta más nuestros dedos, agarra mi otra mano y la entrelaza. Lleva mis manos hacia mi espalda y me abraza, su calor es perfecto para este frio.

— De que querías hablar.

— Claro, eso — digo. Intento concentrarme, pero su pulgar hace círculos en mi mano. Estoy a nada de derretirme en sus brazos. — No quiero que pienses que sos "malo" o un "golpeador"

— ¿Por qué no lo creerías? — cuestiona. — Después de todo, es lo que tus amigos dicen.

— No te conocen.

— ¿Y vos si?

—No tanto como quisiera, pero lo poco que conozco sé que si paso algo. Fue por una razón, no creo que lo has porque sí.

— ¿Por qué estás tan segura?

— No lo estoy. Pero prometiste mostrarme tu pasión, y con eso seguramente nos vamos a conocer.

Sus ojos me miran con intensidad. Sus labios se ven tan apetecibles, que quiero morderlos.

<<Calma esas hormonas. >>

— ¿Y si no te gusta? — su voz sonaba con duda. Podría decir que hasta sonó nervioso. Eso me hizo dudar.

— No sé qué haría, porque seguramente me guste. Pero no puedo juzgar nada, sin conocerte.

Me acerca más a él. Sus manos aprietan las mías.

— ¿Quieres conocerme?

— Si quiero... ¿Vos me queres conocer?

Se acerca y besa mi frente. Luego mi nariz y por ultimo besa mis labios. Un beso corto, pero que hace que mis piernas tiemblen y no por el frio.

— Claro que quiero conocerte princesita.

***

La noche anterior se sentía como un sueño. Paso mi mano por mi boca. El recuerdo de sus besos, me ponen la piel de gallina.

— ¿En qué piensas hija? Has estado callada toda la tarde — dice papá.

Habíamos salido a correr, ahora volvíamos a casa caminando. Usualmente hablamos de miles de cosas. Pero mi mente estaba en otro lado. Mejor dicho pensando en otros labios.

— En nada, solo que hoy me canse.

Y era la verdad, hicimos casi veinte kilómetros en menos de dos horas.

— Si, pensé que ibas a renunciar cuando pasamos los quince kilómetros.

— Claro que no, que haya dejado el equipo de natación. No significa que haya perdido el gusto por entrenar.

Papá pasa su brazo por mi cuello atrayéndome a hacia él.

— Eso es bueno, aunque no tienes que salir a correr conmigo si no quieres. Sé que te presione un poco para que nadaras...

— No papá, no es tu culpa y no tienes nada que ver con que haya dejado el equipo de natación. Solo que no me alcanza el tiempo y avecés me da fiaca ir a las competencias. No era algo que yo amara.

— Esta bien, igual todavía me queda que Gardenia — dice riendo.

— ¡Oye! — me quejo.

— Por algo tuvimos dos hijas, saliste como tu madre amante de la música y espero que Gardenia a menos quiera ir a nadar conmigo.

— Si, si la pileta es color rosa y el agua es brillantina.

Ambos soltamos una carcajada.

— Eso es verdad, conseguiré una pileta rosa.

No me rio, porque sé que por ella lo haría. Avecés mi papá nos consiente mucho.

— Sabes que podemos ir a nadar cuando quieras, por algo tienes tu propio polideportivo.

Hace un par de años, mi padre junto a mi tío Javier, fundaron un polideportivo. En donde hacen cincuenta clases de actividades deportivas distintas. Natación, futbol, básquet, arquería etc. Me gusta hacer deportes, por cuatro años pertenecía al equipo de papá. Pero no era lo mío, me gusta nadar. Pero no es lo que me gusta. Aparte papá, me mataba siempre que volvía de las practicas no sentía ningún musculo de mi cuerpo.

— Pa, ¿Te puedo preguntar algo?

Él me mira, sus ojos verdes brillan de una forma tierna.

— ¿Qué cosa?

— ¿Qué sentiste cuando besaste por primera vez a mamá?

Me mira perplejo, luego me regala una amplia sonrisa.

— Estaba confundido, aturdido, alterado y sobre todo nervioso.

Lo miro incrédula.

— ¿Enserio? Pensé que dirías que estabas súper enamorado o algo así.

— En ese momento no lo estaba — dice. — Yo tenía novia en ese momento.

Me quedo quieta a mitad de la calle.

— ¿Qué? Necesito historia de eso.

— Lo que te diré, no es algo que me haga sentir orgulloso. Pero si, tenía otra novia cuando bese a tu madre por primera vez y la segunda.

— Me enojaría, pero tenías más o menos catorce. Eras un pendejo bobo.

Papá mira hacia otro lado. Creo que hasta se incomodo.

— Si, eso — dice. — ¿Por qué me lo preguntas?

— Por nada.

— ¿Acaso besaste a un chico? — sus ojos se achinan cuando me mira acusadoramente. — Porque si es así, me tendrías que decir el nombre del próximo muerto.

— ¡Papá! — me quejo.

— ¿Qué? — pregunta, lo miro enojada. — Bueno, bueno. No lo matare ¿Pero es eso?

— Sí.

—Matare a alguien.

— ¡Pa!

— Bueno, solo golpeare... —lo miro. — ¡Dios Su! Déjame al menos mirarlo con odio cuando sepa quién es. Tengo que ser un padre celoso e intimidarlo.

— Por Dios pa, todos sabemos que mamá es quien intimida.

— Eso lastimaría mi ego, pero como es verdad — se encoje de hombros. — Cuéntame sobre este chico.

— Es un chico bueno, me cae muy bien. Pero a mis amigos no les gusta.

— ¿Por qué no?

—Porque tiene una reputación mala. Él repitió el año, porque golpeo a un chico y lo mando al hospital. Nadie sabe que paso, pero todos lo catalogan como un golpeador. Yo al principio pensé que era como todos dicen. Pero no sé, no lo conozco mucho. Pero nunca lo vi meterse con nadie del curso o hacer problemas. Hasta canta y no parece malo.

Creo que dije muchas cosas en poco tiempo. Sinceramente creo que dije todo lo que pasaba por mi cabeza.

Mi papá camina a mi lado, procesando todo lo que eh dicho.

— ¿El chico te intimido? O ¿Te hizo sentir insegura?

— No, en ningún momento.

— Dices que lo demás cuentan historias sobre él.

— Si, hay varias teorías sobre eso. Sobre como golpea a los demás, que el chico nunca salió del hospital. Que es violento...

— ¿Vos que crees?

— Que no lo conozco.

— ¿Escuchaste su lado de la historia?

— No.

—Entonces deberías hacerlo. Pedirle que te explique y si no te convence o crees que es cierto esos rumores. Te alejas — dice. — Pero si te das cuenta que son solo eso, rumores, entonces sigues a su lado. O no. No tienes que juzgar a alguien sin conocer la verdad y la realidad de esa persona.

Me quedo procesando las palabras de mi papá.

—Parece que conoces bien eso.

Él me mira, su boca se aprieta en una fina línea.

— Si, una vez juzgue a alguien si conocerla. Y al final, todos los rumores que decían de ella eran mentira en parte. Nunca sabes que hay detrás de todo, a menos que preguntes.

— ¿Hablas de alguien que conozco? — pregunto, porque su vos y su actitud cambio.

— Si, pero eso es una historia para otro día — dice. Luego me toca el hombro. —el ultimo que llega a la casa es una tortuga.

— ¡Tramposo!


Holis y adios, tercera y ultima parte poor hoy.

MUCHAS GRACIAS (mayúsculas porque los amo)

espero comentarios sobre ellos dos. Pd: foto de Russell multimedia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro