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Capítulo 8 ♡

Al día siguiente...

Otro día más encerrada es está maldita prisión, encerrada en esta celda, pagando por mí "error" que cometí hace años.

¿Es qué nadie entiende que lo hice todo por amor?

Sólo por él.

Axel es mío y voy a recuperarlo... a cualquier precio.

Sin embargo, estando encerrada; no puedo hacer nada.

¡Ahg, maldigo a la chica nerd!

¡Te odio Alicia!

—Vale, ¡Valeria!

Pego un brinco al escuchar mi nombre. Parpadeo varías veces, poso la vista en Coral.

—¿Eh?

—¿Estás bien? Te estoy hablando hace rato y tú ni caso me haces, te quedaste muy pensativa, ¿en qué tanto piensas?

Suelto un suspiro, me acomodo sobre la pequeña cama.

Coral se acerca a mí, toma asiento a mí lado.

—En mi padre, estoy preocupada por él, aunque me duela, prefiero que no vuelva a visitarme.

—Es él único que se acuerda de ti.

Giro a ver a Coral, la fulmino con la mirada.

—Digo... a él le importas y por eso viene, ¿no?

—No quieras cambiarlo, sé perfectamente que estoy sola, lo perdí todo.

Coral coloca su mano en mi hombro.

—Ey, me tienes a mí, tú única amiga.

Le regalo una sonrisa sincera.

—Lo sé, sin tú compañía... esté lugar sería toda una pesadilla.

—Hablando de locas, ¿sigues viendo a ése chico muerto? —hace una pausa—. Lo siento, digo, no quise llamarte así, yo...

Empiezo a reírme.

Ella frunce el ceño, voltea a ver hacia atrás. Regresa la vista en mi.

—¿Dije un chiste?

Dejo de reírme.

—Para nada, es sólo que creo que esa palabra me describe perfectamente. Si estoy loca. —suelto un suspiro—. Loca de amor.

Coral aparta su mano de mi hombro.

—Y contestando a tu pregunta, si aún lo veo. Aunque por ahora Dylan no se a aparecido. —añado.

Me encojo de hombros.

—¿Sigues yendo con la psiquiatra?

Asiento.

—Debo poner en marcha el plan, debo salir de aquí lo antes posible. Ella no puede quitarmelo. —hago una pausa—. Debo hacerle creer que realmente estoy loca, que soy un peligro aquí y así me llevaran a un psiquiátrico, será más fácil escapar.

"Y será fácil hacerlo creer"

—Tu no deberías pasar por esto, mira yo no puedo juzgarte así como tú, también mate a mis propios padres.

—Maté a Dylan, mi aliado, secuestre a la estúpida de Alicia y le disparé al amor de mi vida.

—¿Qué es esto? —Coral suelta una carcajada—. Ahora vamos a hablar de quién a hecho más daño. —me contagia la risa, empiezo a reír—. Aquí tú eres peor que yo.

Dejo de reír, la observo a ella.

Coral es mi única compañera, podría decir amiga. Me entiende, no me juzga... puedo decir que algo bueno encontré en esta maldita prisión, a una verdadera amiga.

—¡Rubia tienes visita!

Giro a ver al frente, Coral deja de reír. La guardia abre la celda. Tomo una respiración profunda y me levanto.

—Ahora vuelvo.

—Debe ser tú padre. —me dice ella.

—¿Quién más?

—¡Rápido rubia que no tengo tu tiempo!

Me acerco a los barrotes, la guardia me saca de la celda a jalones. La vuelve a cerrar. Me voltea, me coloca las esposas, me empuja para que camine. Su agarre en su mano me lastima.

—¡Sueltame! —me quejo.

—Callate y camina.

Me empuja, suelto un bufido. La odio, quisiera matarla, darle lo que se merece, sé perfectamente que no somos "buenas" pero me molesta su mal trato. De todas las guardias, es la que más odio.

Si tan solo pudiera vengarme de ella.

Caminamos por el pasillo, soportando sus empujones, trato de aguantarme. He tenido varios castigos por mala conducta y no quiero sumarle uno más. Eso serían más años en esta maldita prisión. Más años lejos de Axel.

Pronto saldré de aquí y no aguantaré más este maldito lugar.

Estamos por llegar a la sala de visitas, estoy segura que es mi padre. Nos detenemos, la guardia abre la reja, entro, toma mi brazo y me dirige a una mesa.

Frunzo el ceño a ver dos personas de espalda, solo logro ver una mata de cabello rubia.

¡Rubia!

Abro los ojos sorprendida.

¡Axel!

Cambio mi expresión a alegría, cada vez nos acercamos a la mesa donde se encuentran.

Llegamos, la guardia me obliga a sentarme frente a ellos. Se va, una sonrisa de plasma en mi rostro.

—¡No puedo creerlo! ¡Axel tanto tiempo sin vernos!

Por su parte no recibo ninguna sonrisa.

Y eso me entristece.

Lo observo de arriba a abajo, muerdo mi labio inferior con descaro. Debo admitirlo, está más guapo que la última vez que lo ví. Extrañé ver su rostro, sus ojos azules, su cabello rubio. Extrañó sentir sus besos, sus caricias al recorrer todo mi cuerpo.

Mi corazón empieza a latir rápidamente, me siento como la primera vez que lo ví, pero toda alegría se va cuando noto la presencia de Alicia.

—Estoy aquí más a la fuerza Valeria, tú padre me a insistido mucho, pero por la única razón que estoy aquí es gracias a Alicia. —lo oigo decir con esa hermosa voz.

Mi vista va a ella. Trato de regalarle una sonrisa falsa. La observo de arriba a abajo.

Wou, debo admitirlo. Se ve bien. Los años le han caído de perlas, pero aún la sigo odiando.

—Hola Valeria

—Alicia.

Regreso la vista en Axel.

—Gracias por venir Axel, tenía tantas ganas de verte.

—No puedo decir lo mismo Valeria. —él coloca su mano arriba de la mano de ella—. Si estoy aquí es por Alicia.

Coloco mis manos sobre la mesa, controlando los celos.

—En ese caso, debo agradecerte Alicia, gracias por venir a ambos. Sé que les hice mucho daño en el pasado y estoy tan arrepentida. —agacho la mirada—. Sé que no merezco su perdón, estoy pagando muy caro por ello, me lo merezco. —levanto la vista—. Estos años encerrada han sido un infierno, aquí es horrible. Me arrepiento de lo que hice, créanme que a diario  hay alguien que me lo recuerda. —ellos fruncen el ceño—. Si, veo a Dylan, él se aparece, me habla. —me inclino un poco—. Ya estoy tomando terapia, odio mi vida, es lo que coseche por tantas estupideces que cometí en el pasado.

»Estar encerrada me a ayudado a reflexionar, ver mis equivocaciónes. No puedo seguir así, necesito su perdon.

Finjo lo más que puedo.

Cielos, yo misma me lo creería.

—No es fácil Valeria. —me dice Alicia.—pero creo que has sufrido demásiado.

Sonrio por dentro.

Ingenua, tonta.

Justo lo que quería lograr, su compasión, lástima.

—No te imaginas cuánto. —intento tomar su mano, ella la aparta rápido—. Lo siento, Alicia a ti te hice mucho daño, perdoname por favor, sé que tú eres tan buena, no lo merezco pero por favor, ayúdarme a no sentirme tan miserable.

Ella lo duda un momento, voltea a ver a Axel.

—No tienes que hacerlo amor. —le dice Axel.

Trato de controlarme.

Ella no lo merece.

Axel es mío.

—Valeria, han pasado tantos años y creo que puedo hacerlo. No me gusta guardar rencor... no voy a mentirte, el daño que me hiciste jamás voy a olvidarlo. —ella hace una pausa—. Pero tienes mi perdón. Te perdono por todo el daño que me hiciste Valeria.

Sonrio.

—Eres tan buena Alicia.

"Y tan tonta"

—Gracias, muchas gracias.

Atrapo su mano.

—¡Sin tocarse! —me regaña una guardia al pasar cerca de la mesa.

Suelto a Alicia.

—Tal vez, podremos ser amigas.

Ella ríe sin ánimos.

—No lo creo Valeria.

Asiento y giro a ver a Axel.

—¿Y tú Axel? ¿me perdonas?

Él gira a ver a Alicia, suelta un suspiro.

—Creo que sí.

—¿Creés?

Axel suelta la mano de Alicia.

—Mira Valeria, es verdad que tanto a mí como a Alicia nos hiciste daño, debes entender que eso no es fácil de olvídar ni perdonar. —asiento—. Pero tal vez podemos darte una oportunidad, espero que estar aquí te haga cambiar Valeria. Que te des cuenta que el daño que hiciste. —Axel suelta un suspiro—. Te perdono Valeria, lo hago en verdad.

Sonrio, me levanto, tomo la mano de Axel. Me subo sobre la mesa.

—¡Gracias Axel! ¡Mil gracias!

No obstante, siento que me toman de los hombros y me jalan hacia atrás. Me obligan a sentarme las guardias en la silla.

—¡Haces eso de nuevo y te largas a tu celda!—me dice la guardia y se va.

La fulmino con la mirada. Regreso la vista en ellos.

—Lo siento por eso. —murmuro. —su perdon significa mucho y más el tuyo Axel.

Poso la vista en la mano de Alicia, logro ver un anillo de compromiso.

—Me enteré de su matrimonio, me alegro por ustedes, en verdad. —hago una pausa—. Les deseo lo mejor, lo merecen por tanto daño que les cause. —los observo a ambos—hacen una bonita pareja.

Finjo una sonrisa totalmente falsa.

—Gracias Valeria. —me responde ella.

Axel no deja de verme de forma analizadora.

Me conoce bien que temo que se de cuenta que solo estoy fingiendo.

—¿En cuánto tiempo se casan?

—Tres meses. —me contesta Axel.

Asiento.

Tengo tres meses tengo para salír libre de aquí.

—Espero que no sea porque estés esperando un bebé—. me dirijo a Alicia.

Ella niega.

—No es por eso.

—Si nos casamos es porque nos amamos.

Axel vuelve a tomar su mano.

—Entiendo. —hago una pausa—. Debo suponer que los hijos vendrán después.

Río.

"Si yo lo permito"

—Eres muy afortunada Alicia, al tener a Axel contigo. —añado sin despegar la vista de él.

"Disfruten el tiempo que les queda juntos"

—¡Se terminó la visita!

La guardia se acerca, me obliga a levantarme.

—Axel, antes de irme quiero pedirte algo. Por favor, date una vuelta con mi padre, él está muy enfermo, me preocupa.

—Lo haré Valeria.

Asiento.

La guardia me jala, camino unos pasos y me detengo.

—Vendran de nuevo a visitarme ¿no?

Ellos se ven entre ellos.

—No lo creo Valeria.

—Por favor.

—Tal vez. —dice Alicia.

Poso la vista en ella.

—Gracias nerd. —suelto una risa, ella frunce el ceño—. Era broma.

—¡Camina!

La guardia me obliga a caminar. Lo hago, cada vez me alejo de ellos.

—¡Te quiero Axel!

Es lo último que grito antes de que la guardia me saque a la fuerza. Camino por el pasillo con una sonrisa plasmada en mi rostro.

Pronto, muy pronto su tonta felicidad va a terminar. No pienso dejarlos juntos. De arruinar su matrimonio me encargaré yo... Alicia va a pagar por quitarme a Axel.

Él es mío, solo mío y voy a recuperarlo.

(...)

  A X E L
—Vamonos. —le digo a Alicia.

Nos levantamos, ambos empezamos a salir de la sala de visitas.

Por mí fuera, no hubiera venido. Fue tanta la insistencia de Alicia que terminé aceptando, aparte, no iba a dejarla a venir sola. Apesar que Valeria esté encerrada. No me fío de ella.

Tomo la mano de Alicia y nos disponemos a salir de la prisión sin mencionar palabra.

Al salir, caminamos en dirección a mí auto, al llegar, me detengo. Me volteo quedando frente a ella.

—¿Estás bien? —le pregunto.

Ella asiente.

—Note muy arrepentida a Valeria, la pobre está sufriendo.

Hago una mueca.

—Lo merece.

—Axel

Me acerco a ella.

—No sé tú, pero no le creí ni un poco.

—Tal vez Valeria cambió, tantos años encerrada la hicieron razonar. —me dice ella.

Me encojo de hombros.

—Puede, aún así la prefiero verla adentro que afuera y muy lejos de nosotros.

Tomo a Alicia de la cintura y la pego a mí.

—Al menos puede estar tranquila y yo también, ya no más odio. —Alicia coloca su mano en mi pecho—. Sentí lástima por ella cuando mencionó a Dylan, lo ve ¿creés que hablaba enserio?

—Eso parece. —digo—. Valeria está pagando muy caro.

"Y lo merece" pienso.

Alicia asiente.

—¿Vendremos a verla?

—No lo creo.

—Se lo prometí.

—Alicia tú eres tan buena, incluso siento que aveces no te merezco, eres demasiado para mi.

—Axel no digas eso.

Le doy un corto beso.

—Por ahora, hay que olvidarnos de Valeria y seguir con nuestra vida —acerco mi boca a a la suya, quedando una distancia nula—. Hay que concentrarnos en nuestra boda.

Ella sonríe, uno nuestros labios en un beso tierno, delicado, saboreando el dulce sabor de su boca, sin presión, tomándome todo el tiempo del mundo para sentir sus tiernos labios.

Por desgracia, nos separamos por falta de aire.

—Vamonos

Me alejo de ella, me volteo, saco las llaves de mi auto y le abro la puerta. Ella me sonríe y se adentra al auto. Cierro la puerta y rodeo el auto. Me introduzco en el auto. Enciendo el auto.

—Te amo Axel. —la escucho decir.

Giro a verla y le sonrio.

—Yo también te amo Alicia.

Tomo su mano, beso su muñeca. La suelto. Noto un visible rubor por su parte. Sonrio. Pongo en marcha el auto alejándonos de la prisión. Dejando atrás nuestro pasado.

...

—¿A dónde vamos? —me pregunta Alicia.

Me detengo en un semáforo, giro a verla.

—A ver a mi querido sobrino.

—¿Arreglaras las cosas con Alexa?

—Tal vez.

—Axel.

—Lo haré.

Sigo conduciendo.

—Mi madre me dio la dirección. —añado—. Ya no falta mucho, ¿me acompañas? Te necesito a mi lado.

—Por supuesto, también quiero ver a Lucas.

—Extraño a ese pequeño rubio.

Giro a ver a Alicia, regreso la vista al frente.

—Dios Alicia eres hermosa.

—¡Ya Axel!

—Te lo juro, me gané la lotería contigo.

—Me lo voy a creer. —dice ella.

—Te amo, jamás me cansaré de decírtelo. Es más lo voy a grita ¡AMO A ALICIA! —grito fuerte.

Ella suelta una risa.

—Contigo no se puede Axel.

Ella empieza a reír.

La observo de reojo.

Su risa, su voz, me fascina todo de ella.

Alicia, Alicia... caí a tus pies.

(...)

Aparco el auto fuera de una casa grande, bonita. Ambos bajamos del auto.

—¿Aquí es?

Me coloco a lado de Alicia.

—Segun la dirección, si. —tomo la mano de ella.—vamos.

Caminamos y llegamos hasta la puerta. Tomo una respiración profunda y toco el timbre. Pocos segundos pasan cuando la puerta es abierta por Bryan. Su rostro se nota la sorpresa al vernos.

—¡Cuñado y Alicia! Vaya, pasen por favor.

—Hola Bryan.

Alicia lo saluda, él nos deja entrár. Nos adentramos a la casa, sin soltar a Alicia ambos observamos alrededor.

—Es hermosa la casa Bryan. —le dice Alicia.

—Gracias... ah iré a avisarle a Ale y a Lu, se pondrán felices por su visita. Siéntense están en su casa.

Bryan corre y sube las escaleras. Conduzco a Alicia hasta la sala.

—¿Creés que Alexa me perdone?

—Es tu hermana, lo hará. Ella te quiere.

—Y yo a ella, me comporte muy mal con ella ¿verdad?

Alicia abre la boca y la vuelve a cerrar.

—Pues...

—¡¡Tío Axel!!

Volteo a ver las escaleras. Lucas viene corriendo bajandolas. Sonrio. Suelto a Alicia y me acerco a las escaleras. Alexa y Bryan vienen bajando detrás de él. Lucas termina de bajarlas, se lanza a mis brazos.

—¡Tocayo!

—¡Si viniste!

—Te lo prometí sobrino consentido.

Me alejo de él, me agacho a su altura.

—¡Tío! —Lucas me abraza.— te extrañé mucho.

Acaricio su rubio cabello.

—Yo también.

Me separo de él. Me levanto y lo cargo.

—Axel, que bueno que viniste.

Asiento.

—Hola Alexa.

Alicia se coloca a mí lado. Ambas se abrazan.

—Mis padre estuvieron aquí ayer.

—Lo sé. —hago una pausa— ¿Podemos hablar Alexa?

—Claro.

—Ey campeón, porque no le enseñas tu habitación a Alicia.

—¡SII!

Bajo a Lucas.

—Seria un placer. —habla Alicia.

—Ven tía, es enorme.

Lucas toma la mano de Alicia y se la lleva. Ambos suben a las escaleras. Lucas le cuenta no sé qué cosas mas a ella, sin alcanzar a escuchar, Alicia asiente. Los pierdo de vista.

—Yo...iré a la cocina.

Bryan le da un beso a Alexa y se marcha quedándonos solos.

—Sientate Axel.

Alexa toma mi mano y me guía al sillón. Ambos tomamos asiento. Me suelta. Entrelazo mis manos y giro a verla.

—Empezare por disculparme.

—Si deberías hacerlo.

—Lo siento Alexa, es sólo que... me pegó fuerte la noticia. Los quiero a los dos y lo único que quiero es verte a ti félie y a mí sobrino y si es a lado de Bryan —suelto un suspiro—.  Voy a aceptarlo. Me a demostrado que te ama y puede ser un buen padre para Lucas.

Alexa me sonríe.

—No tengo nada que perdonarte Axel, te entiendo. Nada va a cambiar, tú puedes venir a vernos todas las veces que quieras. Lucas siempre será tu sobrino y siempre puedes contar conmigo como tú hermana.

Termino por abrazar a Alexa.

—Te quiero tonta.

—Y yo a ti idiota.

Ambos nos reímos. Después nos apartamos.

—Ahora sí, cuéntame ¿qué locura hiciste?

—Ya no me digas, no vuelvo a tomar.

Ambos reímos.

Me dispongo a contarle todo. Lo poco que me acuerdo, lo que me contó Alicia y el resto de mis amigos.

...

Minutos después, podría decir que yo y mi hermana estamos bien. Hace rato que Alicia regreso con Lucas. Bryan preparó palomitas y en éste momento estamos todos reunidos en la sala hablando.

—¡Mira tío voy ganando!

Levanto mi pulgar en dirección a Lucas.

Se encuentra jugando un videojuego con Bryan. Dándole ventaja.

Aprendió a jugar del mejor.

—¿Cómo van con los preparativos de la boda?

—Muy bien. —le contesta Alicia.

La plática transcurre. Escucho su conversación entre ellas, me pongo a jugar un rato contra Lucas y uno contra Bryan.

Obvio gané.

—¡¿Qué qué?!

Giro a verlas por el grito de Alexa. Veo a Alicia, ella se encoge de hombros.

—¿Axel cómo se te ocurre llevarla a ver a Valeria a la prisión?

Le entrego el control a Bryan. Me levanto y me acerco a ellas.

—Se me salió contarle. —dice Alicia, ella gira a ver a Alexa—. Yo sé lo pedí.

—¡Estás loca! Pudo hacerles algo.

—Estaba esposada y con vigilancia Alexa. —le digo.

—Aun así.

—¿Quién es Valeria mami?

—Lucas no te metas, es cosa de adultos.

El pequeño rueda los ojos.

—¿Qué les dijo?

Alicia le empieza a contar todo a Alexa.

(...)

El transcurso de día la pasamos en casa de Alexa, después de escuchar tanto yo como Alicia su regaño por parte de mí querida hermana por lo de Valeria, nos invitó a comer. Pasamos la tarde juntos hasta que se hizo tarde y tuvimos que despedirnos de ellos. Por suerte, está vez, Lucas no se quedó llorando. Le prometí venir a verlo siempre cuando pueda y lo cumpliré. Nos despedimos de Alexa y Bryan. Salimos de la casa yo y Alicia. Nos montamos al auto.

Después de todo, no fué tan difícil perdonar.

...

Aparco fuera de la casa de Alicia. Me abajo del auto primero, le abro la puerta. Ella me agradece.

—Gracias por compañarme Ali.

—No tienes nada que agradecer Axel.

Ella me da un corto beso.

La jalo a mí. Ella ríe, coloca su mano en mi pecho. Me recargo en el auto y la empiezo a besar.

Nos besamos por un largo rato, la tomo de la cintura, ella enrreda sus manos alrededor de mi cuello y profundizamos el beso.

No obstante, escuchamos un carraspeo.

Nos separamos, Alicia se aleja rápido de mi.

—¡Papá! —exclama sorprendida.

El padre de Alicia se encuentra a una poca distancia de nosotros, con los brazos cruzados.

Me separo del auto.

—Casi suegro.

—Casi yerno, lamento si interrumpí aunque me alegro por eso.

—¡Papa! —se queja Alicia.

—Lo siento princesa pero no voy a permitir que esté fulano de pasé contigo. Son novios aún, aún no hay boda de por medio.

—Pero ya casi. —contesto.

Alicia gira a verme.

—Axel.

—Bueno ya no los interrumpo, despidanse y entrá a la casa hija.

Ella asiente. Alicia carraspea.

—Podrias...

Arthur asiente, se despide de mí y se da la vuelta. Lo vemos entrar a la casa.

—Veo que no le caigo tan bien a tu padre apesar de todos los méritos que hago. —le digo a Alicia al quedarnos solos.

—Mi padre es complicado. Dice que jamás te perdonará por robar a su princesa.

—Te quiere mucho.

—Y yo a ellos.

Me acerco a Alicia, le doy un último beso.

—Te llamo luego. —ella asiente y me vuelve a besar—. Te amo.

—Yo te amo más.

Se aleja de mí.

—No yo. —la vuelvo a besar.

Alicia se aparta con una risa.

—Me voy, yo te amo más.

—Te equivocas yo lo hago.

Ella niega varías veces. Esta por darse la vuelta cuando la tomo de la mano y la detengo.

—Yo te amo más. —le digo.

—Que no, yo más Axel.

—Bien, no voy a dejarte ir hasta que admitas que yo te amo más.

Ella ríe.

—¿En serio Axel?

—Dilo

Alicia suelta un suspiro.

—Esta bien, tú me amas más.

Sonrio victorioso.

Beso a Alicia y la suelto. Ella se da la vuelta, se despide con la mano y la veo caminar hasta la puerta de su casa.

—¡Te amo Alicia! —le grito.

Ella voltea, me manda un beso y la veo entrar a su casa.

Meto mis manos en mi bolsillo. Suelto un profundo suspiro.

Estoy loco por Alicia, la amo demasiado. Por ella doy mi vida... Mi corazón ya tiene dueña, lo conquistó Alicia Mendes, ella es el único amor de mi vida.





N/A:
¡Hola! Hace mucho que no me paraba por aquí. Pasó mucho después de la última actualización, lo siento, en verdad estaba muy ocupada pero volví y está vez espero actualizar más seguido. Extrañaba a Axel & Alicia, espero que hayan disfrutado el capítulo. Gracias por la paciencia, por leer. Quisiera invitarlos a leer mi otra historia
Loca por un Vampiro ©los veo por allá. Nos seguimos leyendo pronto ❤️

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