Capítulo 34 ♡
✨ V A L E R I A ✨
Apenas entro a la casa donde me escondo y cierro la puerta con seguro. Me recargo en ella sin borrar la sonrisa que se plasma en mi rostro después de recodar esos besos con Axel.
>Inolvidable<
Controlo mi acelerada respiración. La emoción se apodera de mí. Fue fácil entrar a su casa, todo salió mejor de lo planeado. Tal vez me arrepiento un poco de no haberme ocupado de esa niña. Me dejé llevar por mis impulsos de besarlo pero tenía que aprovechar la oportunidad. Volver a probar de sus labios.
Suspiro y me alejo de la puerta.
—¡Ya regresé! —grito para que ellos me escuchen. Avanzo y observo alrededor. Ni Coral, ni Dylan se encuentran cerca. La estúpida de Coral tomó otro rumbo, pues ya no la volví a ver después de que me escabulli por un callejón. Regresé sola a casa.
Me encojo de hombros y camino por el pasillo hasta la última habitación. Me detengo al llegar frente a la puerta y busco la llave arriba de ella. Rápido la encuentro y prosigo a abrir viendo a la chica que más odio. Sin embargo, finjo una sonrisa mientras me adentro a la habitación dejando la puerta abierta.
—Hola Alicia —expreso su nombre por primera vez con felicidad— estoy tan feliz ¿Quieres saber dónde estaba?
Ella me observa desde la esquina. El trozo en su boca le impide hablar. Sus pies se encuentran atados está vez con una pequeña cadena corta. Sus ojos están llorosos y sus mejillas húmedas.
—Estaba con Axel, en tú casa —me alejo de la puerta y comienzo a caminar hasta ella— la idea era matar a tú hija pero Axel —suspiro con dramatización— me besó, me acarició. Él me ama —ensancho mi sonrisa. Me detengo a unos pasos de ella. Alicia comienza a temblar— Agh, ya no te soporto, descuida pronto me voy a deshacer de ti.
Río y me doy la vuelta.
—Le contaré a mi amiga esto, ella si querrá escucharme.
Dicho esto y salgo de la habitación. Azoto la puerta con fuerza y sin evitar, llevo un dedo a mis labios.
>Volverás a ser mío Axel<
Con ese pensamiento camino por la casa en busca de Coral. La logro ver en una esquina con una revista en su mano y a su derecha, Dylan recargado en la pared con el desacuerdo en su rostro.
Me encojo de hombros y me acerco más a ellos.
Apesar de todo, ellos son mi única compañía en este lugar.
.
🔹UN MES DESPUÉS 🔹
• A X E L •
No es posible que en todo este tiempo no hayamos recibido noticias sobre Alicia. La espera me está matando. Los días, semanas siguen avanzando y aún no la encontramos. La supuesta ayuda de Valentín Black, no ayudó mucho. Alicia ni Valeria, estaban ahí. De esta última no volvimos a saber, ella desde la última vez que entró a la casa, no volvió a intentarlo o sabemos de ella.
Tuve que contarles sobre lo sucedido a todos y más a los oficiales encargados en el caso. Al padre de Alicia aunque evité contarles sobre el beso que por error le dí a Valeria. Cosa que aún me siento mal, el único que lo sabe es Alan. No pude más y se lo conté a él que lo considero mi mejor amigo, mi hermano. No me juzgó, lo entendió y me guardó el secreto. Sin embargo no puedo dejar de pensar en ese día y más porque las palabras de Valeria de hacerle daño a Alicia se repiten en mi cabeza una y otra vez.
He tenido que ser fuerte para sobrellevar todo esto, tengo el apoyo de todos pero lo hago por Alli, ella me necesita. Aún tengo la esperanza de encontrar a Alicia.
Estar en esta casa, cada rincón me recuerda a ella y más nuestra habitación. La extraño y es dolorosa su ausencia. No evito recordarla y más al revisar sus cosas, ver esos libros que solía leer en la sala, en la cocina, en la habitación, en el jardín mientras la observaba. Sus favoritos. Aquellos libros que leía muchas veces con ella.
Leo cada título, una sonrisa triste se plasma en mi rostro.
De nuevo sin saber nada de ella. Si está bien.
Suspiro y dejo los libros sobre el buro. El gritito de mi hija me hace prestarle atención. Alli se encuentra acostada en el centro de la cama, he colocado almohadas a su alrededor para evitar que si se mueve, se caiga de la cama.
La observo con detenimiento y medio sonrío.
Sigue tan pequeña, tan parecida a Alicia.
Dejo de verla y regreso la vista en el buro. Tomo mi celular y lo reviso, no hay ningun llamada o mensaje que espero. El padre de Alicia aún no sabe su paradero. Sé que no soy el único que sufre por ella. Su madre y su padre lo hacen, más mi suegro que siendo policía, aún no la ha encontrado.
Esto es tan frustrante.
Niego y guardo mí celular en mi bolsillo. Me levanto y me acerco a la cama. Quito una almohada para poder sentarme cerca de Alli. Ella balbucea palabras inentendibles mientras se lleva su manita a la boca. Mi hija sin saber lo que está pasando, sin aún preocuparse por la ausencia de Alicia.
—Mi princesa —acaricio su mejilla. Ella voltea su cabecita y suelta un grito. Sonrío y me acuesto quedando a su lado. Beso su mejilla como siempre lo he hecho— Mamá va a regresar Alli —la abrazo con mi mano— te lo prometo.
Mi mano toca el otro extremo del colchón, a un lado de Alli. Este vacío sin Alicia presente.
Siento el nudo formarse en mi garganta.
Entonces, Alli grita y medio sonrío. Vuelvo a besar su mejilla. A mí pequeña hija le gustan mis besos.
Mi sonrisa se esfuma poco a poco, me levanto un poco sin dejar de verla.
—¿Quieres conocer a mamá? —le pregunto sin recibir respuesta.
Enseguida saco mi celular de mi bolsillo. Lo desbloqueo y entro a galería. Busco sus fotos y encuentro esa carpeta especial. Muchas fotos diferente de Alicia puedo ver. Presiono una y la veo sonriente. En ella tenía cuatro meses de embarazo y hay rastro de pastel en su mejilla. Deslizo la pantalla con mi dedo y veo otra foto. Las mismas que le tomé cuando estábamos pintando la habitación de Alli que hasta ahora, no a usado o a visto. Sigo viendo cada foto, siento las lágrimas acumularse en mis ojos y más al ver una foto de nosotros juntos. Alicia me abraza y sonríe a la cámara mientras beso su mejilla.
—Ali —emito con voz rota sin dejar de ver esa foto por más tiempo. Sorbo mi nariz, limpio una lágrima rebelde de mi mejilla y paso a la siguiente foto donde ella sale sola— Mira hija, ella es mamá.
Le enseño la foto de Alicia a Allison y ella gira la cabeza. Me ignora y sigue balbuceando, a este paso sus manita está llena de su saliva.
—Alli —le quito la mano y regreso la vista en la foto.
Entonces, siento que me jalan mi celular. Mi hija es la culpable. Estoy por quitarselo cuando veo que lo abraza. Sonrío al ver está escena sin embargo me alerto cuando Alli se lleva mi celular a la boca y babea la pantalla.
—Princesa no —logro quitarselo a tiempo.
Ella grita y solo mi beso en su mejilla la tranquiliza.
Niego y apoyo mi cabeza sobre la cama. Veo otra vez mi celular.
Me doy cuenta que tengo muchas fotos con Alicia, otras donde ella sale sola. Más durante el embarazo. Tengo la foto que Alexa me pasó hace poco donde ambos estamos juntos con Alli en brazos de Alicia. Cuando estuvimos en el hospital y ninguna foto tengo de Alli sola o yo con ella. Por todo esto, ni siquiera he capturado una foto así.
Suspiro y abro la cámara de mi celular.
—Alli, sonríe —digo en un murmuro y enfoco la cámara en nosotros. Finjo una sonrisa y presiono. La foto se captura sin embargo realmente no me gustó.
Enseguida bajo mi celular, observo la foto y no me atrevo a borrarla.
>Necesito a Alicia<
Termino por bloquear mi celular y lo coloco a un lado de Alli. La vuelvo a abrazar, oculto mí rostro en su almohada y sin evitar comienzo a llorar.
Permanezco un rato abrazando a mi hija.
Fallo cuando intento se fuerte por ella.
Mis lágrimas se detienen al sentir el agarre en mi mano de Alli. Al dejar mi mano en su pancita con cuidado, ella tomó mi mano. Por un momento pienso que querrá llenar mi dedo de su saliva sin embargo, su pequeña manita atrapa mi dedo meñique y no me suelta.
Sonrío entre las lágrimas.
Aunque aún tenga esperanzas de encontrar a Alicia, la espera y frustración me están venciendo sin embargo, Alli lo cambia todo al tenerla conmigo.
(...)
Mas tarde bajo con Alli entre mis brazos. Bajo las escaleras con destino a la cocina para desayunar. Un desayuno después de medio día y es que el apetito en mi no a estado muy bien presente. Soy consciente que ésto me afecta, no tendré energías para esto o para cuidar a mi hija sin embargo, hay días que retraso la hora de comer.
Hoy es uno de esos días donde tengo que cuidar solo a Alli como su padre que soy. Mis padres, mi hermana, los padres de Alicia, Alan, Sofía y su prima han venido más seguido sin embargo, cada uno tiene una vida, Alan y Sofía una hija que cuidar al igual que Alexa y mi sobrino y es poco el tiempo que duran. Se marchan y vuelven.
—Naaa
Medio sonrío al escuchar a Alli.
Apesar de estar rodeada de un ambiente triste, con extres y preocupación ella se nota feliz. Tranquila. Mi tristeza no le afecta.
Termino por bajar las escaleras y me dirijo a la cocina. Estoy por llegar cuando el timbre de la puerta me hace detener. Confundido, giro a ver a Alli, sin embargo es una bebé y está igual que yo o peor. No sabe quién es o poco le importa.
Resoplo y avanzo sin soltarla.
El timbre vuelve a sonar.
Antes de abrir, observo por el orificio de la puerta y veo un chico con una gorra roja del otro lado de la puerta. Me alejo un poco, le doy una última mirada a Alli y con cuidado, abro la puerta sin embargo, la dejo medio abierta y me asomo sin dejar expuesta a Alli.
—¿Si?
—Su correo Señor Navarro
Él chico me observa, veo varios sobres en su mano.
Resoplo y los recibo.
—Gracias
—Permiso
Dicho esto y él se da la vuelta. Abro la puerta un poco más mientras lo veo subirse en una moto e irse con velocidad. Observo alrededor de la casa, donde veo a un guardia vigilando en un extremo de la casa y otro cerca de la entrada.
Tuve que regresar a contratarlos. Por el bien de mi hija. Aunque no me guste tener seguridad y ser vigilado las 24 horas del día diariamente.
Termino por cerrar la puerta. Me las ingenio para cargar a Alli con cuidado y con mi mano libre, sostener los sobres.
Me había olvidado de las deudas que aún tengo que pagar.
Me dirijo a la sala, arrullo a Alli cuando ella quiere llorar. Sin dejar de ver los sobres con atención, me siento en el sillón. Mi hija se queja y beso su mejilla. Ella se queda en silencio con su manita en su boca.
Con cuidado, reviso cada sobre sin soltar a Alli. Ignoro los sobres del banco, cuentas y más cuentas por pagar hasta que un sobre blanco sin nombre de quién lo envía, llama mi atención.
Le doy una rápida mirada a mi hija y regreso la vista en el sobre. Dejo el resto sin menor importancia sobre el sillón a un lado de mí y prosigo a abrir ese sobre. Saco una hoja doblada en pequeña partes, entonces la desdoblo y leo su contenido con atención:
Si quieres recuperar a Alicia. Tendrás que
venir a buscarla. Te dije que tú vendrías
a mí. Hazlo rápido, su tiempo de vida se
agota. Si haces algo estúpido, ella se muere. Vendrás a esta dirección tú solo. Si le avisas a alguien, Alicia muere. Si noto algo raro o no te veo venir solo, bumm.
La mato Axel. Sabes que soy capaz. Tienes dos horas para venir si quieres despedirte de ella. Después estaremos juntos Axel, felices criando a nuestros propios hijos. Disfrutando tantos besos.
Con mucho amor
VALERIA.
Enarco una ceja al leer cada palabra.
La preocupación aumenta, Valeria es capaz de todo.
Vuelvo a leer la nota y memorizo la dirección anotada. Con molestia doblo la hoja y la lanzo esta cayendo en el otro extremo del sillón
Dudo que hacer: ¿Ir solo o pedir ayuda? ¿Debería avisarles a todos, a mi suegro?
Aunque Valeria dice que no lo haga. La creo capaz de dañar a Alicia si no hago esto al pie de la letra como ella así quiere.
Bufo y giro a ver a Alli
—¿Qué hago? —le pregunto sin recibir su respuesta.
Basta mirarla para decidir.
>Es la única manera para recuperar a Alicia<
(...)
—Es demasiado peligro Axel
—Es la única opción Ana, si lo hago, vamos a recuperar a Alicia.
Ella hace una mueca y se cruza de brazos. Esta en desacuerdo.
Después de todo, se lo conté a ella apenas llegó hace media hora después. Le pedí que no le contará a nadie. Solo confíe en ella porque necesito su ayuda. No pienso involucrar a nadie más.
—Axel, no puedes ir solo. No puedes confiar en esa loca. Tienes que avisarle a mi tío.
—Tu leíste la carta Ana. Valeria es capaz de...
—No lo digas —me interrumpe— no quiero ni pensarlo.
Arrullo a Alli cuando está apunto de llorar. Sin dejar de ver a Ana al estar ambos en la cocina.
—Tienes que ayudarme. Puedo ir a salvarla. Tengo que salir de aquí sin que la seguridad me siga. Si me ve llegar con ellos, temo que cumpla su promesa. Alicia ya no puede sufrir más.
—Axel, no me pidas eso —ella baja sus brazos— mira, está bien que quieras ser su héroe pero no te puedes exponer así. Creí que ya habías aprendido la lección.
—Y justo por eso lo hago Ana. Ya antes descubrimos lo capaz que es de hacer Valeria. Debo actuar y rescatar a Alicia —hago una corta pausa— ya no lo soporto más. La extraño Ana.
—Todos lo hacemos Axel
Doy un paso hasta ella con Alli entre mis brazos.
—Mi hija necesita a su madre. Solo pocas veces la cargó. Alicia debe estar devastada, sufriendo. Ella ama a Alli y fue feliz cuando nació y la cargó —siento la lágrimas acumularse en mis ojos— por favor Ana, ayúdame. El tiempo se agota si no me voy. Eres la única que confío para dejar a cargo de mi hija.
Ella dura en responder. Observa de Alli a mí y finalmente emite:
—Esta bien. Solo porque quiero que regrese mi prima. Que esté contigo y con su hija.
Asiento varias veces
—No le avisarás a nadie
—Axel
—Por favor Ana, dame tiempo ¿de acuerdo?
Ella se vuelve a cruzar de brazos y asiente.
—Si no regresas en menos de dos horas, le avisaré a mi tío y le diré la dirección.
—Gracias Ana, la traeré de vuelta.
Dejo de verla y veo a mi hija.
—Mamá va a regresar princesa —le digo y beso su mejilla.
Espero que realmente el plan funcione. Que Alicia vuelva.
Abrazo a Alli, me aferro a ella. En todo este tiempo, mi hija me a dado la fuerza, es mi motivo para no rendirme.
>Maratón 4/5< 👉⭐👈❤️
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