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Capítulo 31 ♡

   ✨ A L I C I A ✨
Después de todo, la habitación para nuestro bebé ya está lista. No puedo dejar de ver los resultados. Con pausas, momentos de risa, cansados; con el trabajo de ambos, lo logramos.

Veo alrededor satisfecha. La mayoría del tiempo me la paso aquí cada día que transcurre. Anhelando el nacimiento de nuestro bebé que cada vez falta muy poco. Tengo el presentimiento de que pronto nacerá.

Entonces, me adentro a la habitación sin cerrar la puerta y sonrío al ver la cuna que abarca la esquina de la habitación. Veo las paredes, los tonos claros le dan un aspecto muy bonito. Además que Axel dibujó nubes con tonos azules y blancos que es un bonito paisaje. Las paredes se adornan con frases. Nuestros nombres y Axel quiere colocar la huella de nuestras manos siempre y cuando él bebé nazca.

Cada vez los síntomas están más presentes. Al cumplir los nueve meses en cualquier momento puede pasar. Ambos estamos preparados o eso creo.

Termino por llegar a la cuna, coloco mis manos sobre la madera y me inclino sacando ese pequeño osito de peluche. Ensancho mi sonrisa y lo abrazo ansiosa sin despegar la vista de la cuna, mientras imagino a mi bebé ahí.

Lo hemos esperado tanto que será muy especial e importante para nosotros. Todo una sorpresa.

Alejo un poco el osito de peluche y agacho la vista sin evitar acariciar mi estómago muy abultado.

—Que hermosa te ves

Alzo la vista, la desvío en la puerta viendo a Axel recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Tan relajado sin olvidar esa amplia sonrisa y el azul de sus ojos verme con detenimiento.

—¿Desde cuándo estás ahí?

—Lo suficiente para verte

Me medio volteo.

—Eres un acosador —emito en tono burlón.

—Yo lo llamaría observador, me gusta verte —se aleja de la puerta y avanza hasta mi— no puedo evitarlo.

Y entre más se acerca, más mi corazón se acelera. Los nervios aumentan y no evito ver sus labios.

>Controlate Alicia<

Suspiro y aparto la vista. Regreso a mi posición inicial y finjo ver la cuna. De reojo veo a Axel llegar hasta mi, colocarse a mi lado y rodear su mano en mi cintura.

—Te estaba buscando, no tuve que adivinar mucho para saber dónde estabas. —agrega y besa mi mejilla.

Giro lentamente a verlo y sin soportar más, le doy un beso en la boca.

—Sabes que me gusta estár aquí. —digo al alejarme.

—Lo sé, haz cambiado leer por estar aquí.

Asiento y regreso la vista al frente.

—Ya quiero conocerlo o conocerla. —espeto con una amplia sonrisa que pronto se va borrando al ganarme el nudo que se forma en mi garganta al sentir que se mueve —Axel.

Busco con desesperación su mano y la coloco sobre mi estómago. Coloco la mía sobre la suya y basta una mirada cómplice.

—Creo que alguien te escuchó —emite emocionado— y quiere nacer ya.

Me volteo y Axel se agacha un poco a la altura de mi estómago.

—Hola bebé, soy papá.

—Auch —me quejo al sentir que se mueve mucho— Axel, no hagas eso.

—Me adora Ali, le gusta escuchar mi voz.

Sonrío y asiento. Coloco un cadejo de mi cabello detrás de mí oreja.

—Los amo a los dos —emite y se pone de pie.

—Estoy cansada, iré a descansar a nuestra habitación.

Axel asiente, le entrego el oso de peluche y camino a pasos cortos a la salida.

—Te acompaño —lo escucho decir mientras deja el oso de peluche en su lugar.

Apenas avanzo cinco pasos y me detengo al sentir un fuerte dolor sin evitar jadear.

—Ali ¿qué tienes? —Axel llega a pasos apresurados hasta mí— ¿Estás bien?

Inhalo y exhalo. El dolor se esfuma y enseguida me recupero.

—Estoy... estoy bien —finjo sonreírle— descuida, estamos bien.

Axel asiente sin borrar la preocupación de su rostro.

Lamo mis labios y avanzo. Cuando llego a la puerta el dolor regresa que me obliga a inclinarme un poco y llevar mi mano en mi espalda en la parte baja.

—Tranquila Ali

Siento sus manos sostenerme. Axel se agacha al igual que yo.

—Estoy bien —no evito decir con voz débil. El dolor aumenta, me quejo y me sostengo de Axel —o no.

Tomo una profunda respiración y apenas me enderezco y siento un líquido bajar por mis piernas.

—Axel —digo aterrada— el bebé ya nacerá.

Giro a verlo, él con la misma expresión que yo al ser inexpertos en esto.

—Hace rato no hablaba enserio.

—Pues el bebé ya quiere nacer —termino de decir y el dolor me hace agachar —¡Axel!

—Aqui estoy amor, inhala y exhala.

Desde mi posición, le doy una mirada fulminante.

—Eso no funciona... ahh

—Tranquila, iré por la maleta y después nos vamos al hospital.

Me enderezco un poco, me sostengo de la puerta y veo a Axel marcharse casi corriendo.

—Axel... No te vayas —me quejo de dolor.

El miedo y las ganas de llorar me invaden.

—¡Axel!

—¡Voy!

Inhalo y exhalo aunque realmente no logra quitar el dolor. Cuando disminuye, avanzo a pasos lentos y cortos mientras me apoyo de la pared. Logro salir de la habitación, enseguida me detengo cuando el dolor incrementa.

Alzo la vista y veo a Axel salir con la maleta en su hombro y las llaves en sus manos. A pasos apresurados camina hasta mi.

—Aun no nazcas bebé, no aquí —emito mientras acaricio mi estómago.

—Vamos amor

Axel llega hasta mí y con su ayuda camino con pasos cortos. Es una gran lucha bajar esas escaleras sin ninguno de los dos caernos. La situacion y sufrimiento es distinta en comparación con Sofía o Alexa.  No es lo mismo cuando tú misma lo compruebas.

—Axel, el bebé

—Llegaremos Alicia

Asiento mientras me dejo llevar por él al salir de la casa. Axel se nota calmado sin embargo sé que finge estarlo cuando está igual de preocupado que yo. Lo aseguro al sentir su agarre en mi mano aumentar al darme un leve apretón.

—Tranquila, con calma —se esmera en lucir calmado y sonreír. Sin embargo falla cuando me ayuda a subir al auto.

Apenas cierra la puerta, me acomodo mientras tomo una profunda respiración y soporto el dolor. Por el vidrio veo a Axel rodear el auto corriendo, casi resbala sin embargo recupera el equilibrio y termina por llegar a la otra puerta. Si fuera otra situacion me reiría sin embargo, el bebé presta más mi atención.

—Tranquila Ali —él entra al auto y enseguida lo enciende— todo saldrá bien ¿Les avisaré a todos?

Giro a verlo mientras hago una mueca de dolor.

—Despues Axel... conduce, quiero llegar al hospital... No lo tendré aquí ...ahhh

—¡Ali!

—¡Conduce!

Él asiente y enseguida enciende el auto. Por suerte este funciona y con la misma rapidez lo pone en marcha.

Trato de calmarme, no alterarlo cuando el dolor no es soportable mientras el conduce rumbo al hospital. El trayecto se hace largo y la paciencia es corta.

...

Por fortuna, acaba mi tortura o al menos un poco al entrar al hospital con ayuda de Axel mientras él grita sin ponerle mucha atención. Solo veo a enfermeras acercarse a nosotros con una silla de ruedas mientras aprieto la mano de Axel y siento el sudor en mi frente.

—Axel ¡Ahh! Avísales a mis padres

Con dificultad me siento en la silla con ayuda.

—Lo haré Ali

Me veo obligada a soltar su mano cuando una enferma toma el control de la silla y me empuja.

—¡Axel! —grito y coloco mis manos en mi estómago —Axel —pronuncio en un leve murmuro al ver que me alejan de él. Quisiera pedirle que me siga, que no me deje sola en esto sin embargo, una enfermera le prohíbe el paso. Solo escucho sus quejas a media que me alejo y entre el dolor y la situacion, una leve sonrisa se apodera de mí al saber que nuestro bebé está por nacer y el día tan esperado, a llegado.

  • A X E L •
—¡Yo tengo que estar ahí! ¡Es mi esposa, mi bebé! —expreso exaltado mientras le suplico a la enfermera que me prohibe pasar— ¡Tengo que estar con ella!

La calma se exfuma. Estallo al no sopotar más o al menos al no tener a Alicia cerca. Fingía estar tranquilo cuando por dentro los nervios me mataban. Lo hacía para no alterarla más sin embargo, ahora no puedo evitarlo.

—Por favor enfermera.

—Señor, ya le dije que no puede pasar. Nosotros nos vamos a encargar de su esposa y su bebé. La vamos a revisar y después le daremos noticias.

—¡Ella ya está apunto de dar a luz! —coloco mis manos en mi cintura y doy un paso al frente— ¡Déjenme pasar! ¡Alicia quiere que esté cerca!

—Señor, por favor. Respete las reglas.

Resoplo y retrocedo. Veo al enfermera con molestia, no pienso rendirme y ella no piensa irse o dejarme pasar. Frustrado paso mis manos por mi rubio cabello y levanto ambas manos.

—Esta bien, aquí me quedo.

Ella asiente y se cruza de brazos.

Niego y me doy la vuelta. A medida que avanzo, saco mi celular de mi bolsillo y les aviso a todos. A mis padres, a mis suegros. A mí hermana, a la prima de Alicia. A Alan. A todos. Aquellos que nos son importantes, a los que les importa Alicia. Nuestra inmensa familia.

Recibo la respuesta de cada uno y entonces, me dedico solo a esperar mientras camino de un lado a otro con mis manos unidas sin dejar de ver por el mismo pasillo que se la llevaron. Por más que quiera, no insisto en entrar cuando la duda me está consumiendo. La preocupación sin embargo me obligo a calmarme y esperar noticias.

—Todo saldrá bien, todo saldrá bien Axel. —me digo a mismo sin dejar de caminar.

Revivo la misma situacion de hace años con mi hermana. Sin embargo, está vez es mi chica, Alicia la que está ahí en esa situación.

Hace años no me lo hubiese imaginado.

—Señor Navarro, Axel Navarro.

Desvío la vista al escuchar mi nombre. Enseguida corro en dirección a la doctora.

—Soy yo ¿cómo está mi esposa?

—Ella quiere que esté presente. Se niega al parto, se aferra al no poder si usted no está con ella. Su esposa está lista y ese bebé ya debe nacer, no podemos esperar mucho tiempo. Me debe acompañar.

—Por–por supuesto.

Asiento varias veces y la doctora se da la vuelta. Enseguida la sigo por el pasillo y antes de ver a Alicia, me guía a otra habitación donde me veo con la obligación de colocarme lo necesario para entrar. Sin bien me siento extraño con guantes, cubrebocas y todo eso sin embargo vale la pena con tal de estár presente.

Sin dejar de seguir a la doctora, ella entra al lugar de partos y hago exactamente lo mismo. Ignoro las enfermeras que se encuentran y sin dudar, corro en dirección hasta donde está Alicia.

—¡Ali! —al llegar me abajo el cubrebocas— aquí estoy amor —acaricio su mejilla.

Ella me sonríe sin embargo se queja al sentir otra contracción.

—Señor, el cubrebocas.

Resoplo y me lo vuelvo a colocar.

—Axel... No puedo —la escucho decir con lágrimas en los ojos.

—Si puedes amor, eres valiente. Hazlo por nuestro bebé.

Alicia muerde su labio inferior.

—Ey, aquí estoy. No me iré. Tienes mi apoyo. —le digo y busco su mano. En vez de entrelazar nuestras manos, entralazo mi meñique con el suyo como esa promesa que nos hicimos desde hace tiempo.

>Siempre unidos en donde sea o como sea la situacion<

Ella lo nota y sonríe.

—Vamos Ali, tú puedes.

Ella asiente varias veces y se inclina un poco.

La doctora se prepara al igual que las enfermeras. Le dicen indicaciónes a Alicia, no les presto mucha atención, me dedico a ver a Alicia, darle ánimos. Me acerco más y me abajo un boco el cubrebocas y beso su sien.

Alicia hace un esfuerzo en pujar, suspira y vuelve a intentarlo mientras la voz de la doctora se escucha:

—Vamos Alicia, una vez más.

Ella vuelve a pujar con más fuerza. Veo de la doctora a ella hasta que escucho un llanto y Alicia recarga su cabeza en la camilla.

—Lo hiciste amor... Ya ... nació —digo con voz entrecortada y me abajo el cubrebocas. Me inclino a ella mientras le doy un casto beso en la mejilla.

Alicia sé recupera y asiente. El cansancio y el sudor en toda su cara es presente.

—Axel... nuestro bebé

Asiento y la suelto. Rápido me acerco a la enfermera que lo carga. Se ha encargado de limpiarlo. Cuando se voltea y lo veo entre sus brazos, una felicidad enorme me invade. Cuando me entrega al bebé y con facilidad lo cargo, logro escuchar y entenderla.

Ensancho mi sonrisa mientras me doy la vuelta.

—Ali —hago una corta pausa mientras me acerco a ella. Desde la cama, Alicia me ve llegar y levanta un poco la cabeza. Sin soltar a nuestro bebé la veo con detenimiento y pronuncio eso tanto esperado por saber— Es Allison.

Alicia sonríe ampliamente al escucharme.

Ese nombre que tanto pensamos. Teníamos dos opciones depende el sexo del bebé, sin embargo en este momento, ella a ganado.

—Quiero verla —emite con alegría.

Me inclino un poco, le ayudo a cargarla. La bebé pasa de brazos, Alicia con miedo la carga, le ayudo en todo momento y no aparto mi mano mientras ella la tiene entre sus brazos.

—Mi niña —rie de emoción y descubre un poco la sábana logrando verla mejor— nuestra hija, Axel.

—Nuestra hija Ali.

Lentamente alejo mi mano y me enderezco.

A estas alturas, Alicia deja salir las lágrimas mientras mira con detenimiento a nuestra bebé.

La veo con atención, no me pierdo ni un instante de este momento. Sonrío al verlas a ambas.

—Las amo a las dos —me inclino y beso la frente de Alicia, llevo mi dedo a la bebé y acarcio la mejilla de Allison— son lo mejor. Lo más importante para mí.

Giro a ver a Alicia y está vez la beso en la boca.

Sin ninguno de los dos creer que nuestra hija esté aquí. Que al fin, podemos cargarla.

Es una felicidad enorme.

Ambos observamos a nuestra hija. Nos olvidamos de dónde estamos. Solo nosotros tres.

Grabo en mi memoria este momento con Alicia, con Allison. Mi familia.

   ✨ Narradora ✨
Mientras tanto, en la sala de espera todos celebran al recibir noticias de una enfermera. Todos están reunidos. Los padres de Alicia, los de Axel. Ana con su novio. Alan con Sofía y su hija. A unos pasos se encuentra Alexa con su hijo, Bryan y Lucas. Todos muy emocionados sin evitar celebrar. Algunos exigiendo ver a Alicia. Conocer a esa bebé. Todos felices por ellos. Por un hijo o hija, por un amigo o amiga. Por un hermano. Por una prima o tío. Por Alicia y Axel.

Sin nadie prestar atención a esa sospechosa enfermera que los observa. Valeria disfrazada se mantiene cerca, observando a cada uno, soportando el odio al saber que la hija de ambos, ya nació.

No evita hacer sus manos puños al ver a la hija de Sofía y Alan. Al hijo de Alexa y Bryan.

De pronto, deshace sus manos y la tristeza y el recuerdo le invade. Ella cierra los ojos un instante y los vuelve abrir.

Da un paso mientras fórmula un plan en su cabeza. Sonríe maliciosa al tener una idea y termina por cruzarse de brazos.

Con ese uniforme blanco de enfermera nadie puede sospechar.

Valeria está decidida al llevar acabo su última fase de su plan sin importarle las consecuencias a estas alturas. Sin importarle que cada vez que hace algo, ella es la más afectada al no lograrlo. Sin embargo está decidida, la idea de separarlo aún inunda su mente.

Valeria Olson piensa terminar con su felicidad.

>Maratón 1/5<

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