Capítulo 28 ♡
V A L E N T Í N
Nunca nadie me había interesado tanto como Alicia Mendes. Sin duda, por ella valdría la pena dejarlo todo. Sin embargo, dejar el legado que mi padre me dejó, dejar de hacer esto, cambiar mi vida a estas alturas me parece algo imposible. Más porque me gusta y no me arrepiento del mal que hago. No me considero una persona buena y no podría dejar todo esto por ella y más cuando no es correspondida.
Desde el primer momento que estuve involucrado en esto, cuando acepté ayudarle a Olson y me habló de ella. Apareció mi interés, creció al ver sus fotos y fue mejor verla en persona y conocerla. Sé que ella es prohibida sin embargo es hermosa, con esa voz melodiosa, un verdadero ángel que no existe la maldad en ella. Por eso asistía a esa librería con tal de verla, como pretexto. Me conformaba con eso y entre más pasaban los días, me daba cuenta que Valeria me contó al respecto de otra Alicia que es muy diferente a ella, porque la verdadera, es mejor.
No me importó exponerme, arriesgarme al salir a las calles cuando alguien me puede reconocer y estaré en serios problemas. No me importó enfrentarme a Axel por ella.
Tal vez no debi involucrarme pero soy el aliado de Oslon. Pienso ayudarla a que ella lleve acabo su plan cuando tengo mis propios planes con Alicia.
Apenas entro a mi escondite subterráneo donde no tengo que ocultarme de la policía y puedo andar libremente y me quito la gorra. Acomodo mi cabello y avanzo sin soltar ese libro que se suma a la colección.
De pronto me detengo al estar frente a la puerta de mi oficina. Le doy indicaciones a mis hombres y ellos marcan distancia. Bajo la vista en ese libro y sonrío al recordarla.
>No mentía cuando le mencioné que no volvería a verla<
—Alicia —pronuncio su nombre con lentitud y abro la puerta de mí oficina notando esa falsa castaña en mi silla mientras me observa fijamente —Valeria —pronuncio su nombre con desagrado.
A estas alturas, no confío en ella. Dudo en acatar nuestro plan o al menos voy a cambiarlo porque aquí el único que saldrá afectado es Axel y Alicia saldrá ilesa de esto mientras yo no lo permita.
V A L E R I A
—Black, hasta que llegas —le digo mientras lo veo sonreír y cierra la puerta detrás de él. No evito ver ese libro que sujeta entre sus manos. Últimamente a diario, trae uno distinto.
Él avanza hasta el escritorio, lo rodea y de un cajón termina por dejar el libro junto al resto. Lo cierra bajo mi atenta mirada y gira a verme. Bastan tres pasos para inclinarse y robarme un casto beso.
—¿Dónde estabas?
—Ahora tengo que rendirte cuentas Olson. —rie y se recarga en el escritorio mientras se cruza de brazos.
—Ultimamente sales mucho.
—Tengo negocios afuera que resolver. A diferencia de ti, si puedo salir sin arriesgarme demasiado.
Suelto una risa, me recargo en la silla y me muevo divertida.
—Valentín, eres un fugitivos igual que yo.
Él curva una media sonrisa.
—Soy más inteligente que tú Olson, no me van a atrapar.
No borro mi sonrisa divertida.
>Ya lo veremos<
—Ademas, te de dado la libertad de salir a vigilarlos —agrega con seriedad.
Resoplo.
—Y hasta ahora no tengo buenas noticias —digo molesta al mis planes verse pausados. Me inclino un poco y lo veo fijamente— ¿Por qué comprás tantos libros? No te he visto leer.
—Son obsequios valiosos —hace una corta pausa— sé que esto te va interesar saber —se aleja del escritorio y lo rodea— los conseguí de una librería —es obvio Black— donde trabaja Alicia Mendes.
Él se detiene frente al escritorio. Busco en su mirada un inicio de sonrisa sin embargo se mantiene serio para tener la seguridad que lo dice muy enserio.
—¿Por qué has ido a verla?
—Porque me interesaba conocerla —sin él verme hago mis manos puños ante su respuesta— sabes que antes quiero estar informado y me di cuenta que esa falsa Alicia que tanto me hablaste, no existe.
—Te equivocas Black. Ella finge —me pongo de pie con mis manos en el escritorio.
—Olson, de aquí sabemos perfectamente quién es el malo y esa chica no lo es —lo veo colocar sus manos en sus bolsillos— De hecho es hermosa, me interesa y mucho.
Resoplo
—No tiene nada en especial.
Valentín se encoge de hombros.
—Lo tiene todo.
Me cruzo de brazos.
—Te prohibo que la veas. No puedes arruinar mis planes.
—No será así muñeca. Tú quieres a Axel y yo me quedaré con Alicia. No veo el problema —me sorprenden sus palabras— por cierto, a él también lo conocí. No tiene nada en especial.
>Agh, maldita Alicia<
—¿Te importa la nerd? —él asiente— vamos Black, te creí más inteligente. Ella está embarazada de Axel. No es para ti.
—Deberia decirte lo mismo de Axel. Además, de su bebé te encargaras tú. A mí solo me interesa ella.
—No te hará el mínimo caso.
—Sabre que hacer.
Hago una rabieta y rodeo el escritorio.
—¡No lo hagas Valentín! ¡¿Por qué ella?! —me acerco a él hasta quedar frente a frente— me tienes a mí.
Intento besarlo pero él me aleja.
—Te interesa Axel —me empuja un paso atrás— solo somos aliados Valeria, tu lo has dicho. No hay ningún interés entre ambos. Lamento decirte que no me gustan las chicas malas cuando yo aquí soy el malo. Alicia tiene todo lo que me atrae.
Lo veo con molestia.
—Mi plan es acabarla. Matarla —digo con seriedad.
—Pues cambiarás tus planes y dejas a Alicia fuera de esto —me ve con seriedad. A pasos firmes se acerca a mi y rodea su mano en mi cuello— ¿de acuerdo Valeria? Te he perdonado tantas cosas todo este tiempo. Te he ayudado en todo aunque yo me arriesgo mucho. Sé que me robas dinero y por está estúpida venganza, mi negocio se puede joder —me suelta lentamente— todo menos que dañes a Alicia.
Retrocedo un paso atrás.
De nuevo, la misma situacion con Dylan sin embargo está vez es difícil porque se trata de Valentín Black y será difícil acabarlo cuando sé lo capaz que es de hacer.
—Tu Alicia no saldrá lastimada —digo con ira mientras pienso una manera de sacarlo de mi venganza.
No obstante, un golpe en la puerta nos interrumpe. Sin permiso, la puerta es abierta por Coral.
—La periodista ya está aquí.
—Ahora vamos Coral. Retirate —le responde Valentín sin dejar de verme.
Ella termina por cerrar la puerta, suspiro y me acerco a él.
—Te voy a demostrar que soy mejor que Alicia —le digo y lo beso desesperada, por suerte, él me sigue el beso y después me alejo.
—Me impresionas, pero no tanto como ella. Veo en ti lo que en Alicia jamás voy a ver y prefiero las chicas como ella.
Dicho esto y se da la vuelta.
Soporto lo suficiente hasta verlo salir, cerrar la puerta y soltar un grito frustrado.
...
Con retardo entro a ese cuarto. Veo a Lia Ross sentada en una silla con miedo en su mirada, sin estar atada o torturada. Sin embargo, estar rodeada de los hombres de Black, estos con armas y frente a ella tener al peor de todos junto a Coral, es la causa que esté así.
Cierro la puerta y me adentro. Paso a un lado de Black y me acerco a ella.
—No has cumplido tu parte del trato estúpida periodista. —me coloco frente a ella y me cruzo de brazos— cuando ya se te a pagado una parte.
—No es fácil, necesito más tiempo.
—Un mes y no has demostrado nada. Ellos siguen juntos.
—Lo he intentado, pero todo este tiempo Axel me prohibe verlo. Es difícil lograrlo y cuando estoy cerca, fallo.
—¿Qué tan difícil es robarle un beso y que nuestro fotógrafo, te tome la foto? ¡No lo es tonta!
—Vale, te dije que no podría con el trabajo. Déjame hacerlo a mí —emite Coral.
—No Coral, Lía hizo un trato y debe cumplir.
Ella comienza a llorar.
—¡No puedo, su esposa está embarazada! —emite con voz débil— no quiero causarle ese daño a su bebé.
—No pensaste en eso antes de aceptar.
—¡Yo no lo sabía!
Le doy una chachetada. Ella ladea la cabeza mientras cubre su mejilla con su mano.
—No me importa, lo harás de todas formas.
—¡No! —gira su cabeza— no lo voy a hacer.
Y enseguida Black le apunta.
—No me importa salir muerta de esto —emite asustada viendo la arma en su dirección.
—La cosa será así Lía. Lo haces o lo haces. O te juro que mataré a tú familia.
Sonrío al escuchar a Valentín. Al menos sigue de mi lado.
—Pero...
—Es la única manera de salvar tu vida y la de tu familia Lía.
Ella nos observa a los tres.
Baja la vista y en un murmuro emite:
—Esta bien, hoy mismo tendrán esas fotos.
Sonrio ampliamente.
—Te vamos a vigilar Lía, hazlo bien. —le dice Valentín y deja de apuntarle. Entonces, siento que me sujetan del hombro y me hacen retroceder— que te quede claro Olson, que voy a seguir ayudándote porque esto nos conviene a los dos.
Asiento y me safo de su agarre.
—Por supuesto, lo bastante claro. Ambos queremos separarlos. Tú te quedas con Alicia y yo con Axel y ninguno dañará al que le interesa —lo veo divertida— Descuida Valentín, esto será un pequeño sufrimiento para esa nerd.
Amplio mi sonrisa
Me esmero en ocultar mis verdaderas intenciones y es acabar con Alicia, matarla y quedarme solo para a mi a Axel. Y lo voy a lograr al costo que sea así tenga que traicionar de nuevo a mi aliado.
A X E L
Con prisa salgo del auto y cierro la puerta. Rápido acomodo mi traje, mi rubio cabello y me volteo. Por estár con Alicia, se me hizo tarde, lo peor es que a primera hora había una junta con unos inversionistas y mi padre a estas alturas me debe estár esperando en la sala de juntas.
Camino de prisa al elevador, reviso la hora en mi celular. Enseguida lo guardo y presiono el botón del elevador.
—¡Axel!
>No puede ser<
Escucho sus pasos y sus gritos.
—Rapido —muevo desesperado mi pie mientras espero esas puertas que tardan tanto, abrirse.
—Te alcanze —al escucho decir. De reojo la veo a un lado de mi.
—Ahora no, tengo prisa.
—Vengo a disculparme.
Escuchar ese tono sincero me hace girar a verla.
—Lo siento, después de esto no me volverás a ver.
Sin darme tiempo de reaccionar, ella se acerca a mi y sella sus labios con los míos. Me toma tres segundos reaccionar, para colocar mis manos en sus mejillas y alejarla.
—¡Alejese! —retrocedo un paso— ¡¿Cómo... cómo se atreve a hacerlo?!
Ella observa en un punto fijo detrás de mí y suspira. Enseguida regresa la vista en mi.
—No debí hacerlo, lo siento si le causo problemas pero lo hice por mi vida. —me susurra y se da la vuelta.
Con confusión la veo marcharse hasta su auto.
Volteo a ambos lados, solo veo más autos en el estacionamiento. Así que molesto y confundido, me volteo y entro al elevador. Cierro las puertas, espero que las puertas se cierren y limpio mis labios con mi mano.
>Ahora me siento muy mal por ocultarle esto a Alicia<
(...)
—Bro, Bro ¡Axel!
Reacciono al escuchar el grito de Alan.
Pestañeo varias veces y lo observo. Él se encuentra frente a mi del otro lado del escritorio.
—Estas distraído, te estoy hablando.
—Lo siento Bro —digo y me inclino un poco. Sin embargo ni por todos esos documentos a revisar, me ayudan a dejar de pensar en lo que sucedió.
—¿Qué te sucede Bro? ¿Es por lo de la mañana? Axel, no le des tanta importancia, es solo una junta.
El comentario de Alan solo me hace recordar lo sucedido en la mañana con mi padre. Llegué tarde, no le presté mucha atención y al final de cuentas, perdimos una buena inversión a la empresa. Los inversionistas se fueron y obtuve un buen regaño de mi padre.
—Es eso y más.
—¿De qué hablas Bro?
Alan apoya sus brazos sobre el escritorio.
Frustrado, paso mis manos por mi rubio cabello.
—No solo es la junta Alan, el regaño que recibí de mi padre, la pérdida a la empresa. Eso es lo que menos me preocupa, sé que vendrán más. Que lo resolveré con mi padre y no es la primera vez que no alejamos. —hago una corta pausa— es Alicia.
—¿Problemas en tú matrimonio?
—La engañé Alan —digo sin rodeos.
Él enarca una ceja y se aleja bajando sus brazos.
—¿Engañar, engañar?
Asiento
—Lia Ross, la periodista, me besó en la boca. Me tomó desprevenido, la alejé segundos después.
Alan se pone de pie.
—No sé que hacer Bro. No sé si deba contarle a Alicia que...
—¡No lo hagas! ¡Ella no se puede enterar!
Alan rodea la silla y recarga sus manos en ella.
—No quiero mentirle.
—Si lo haces, vas a destruir tu matrimonio. Vas a perderla y a ese bebé. Quédate callado Axel.
Niego y me recargo en la silla.
—Ademas, no es tú culpa. Dices que ella te besó, no al revés ¿cierto? —me ve fijamente— ¡¿Cierto Bro?! Porque si realmente tu la engañaste aunque seas mi amigo, no te voy apoyar.
—No soy capaz de engañar a Alicia, así sucedieron la cosas Alan. —le digo molesto.
—Entonces, no le digas. Alicia no tiene porque enterarse, tú olvídalo y haz como que nada paso. Piensa en todo lo que vas a perder. Recuerda que su suegro es policía.
—Ya ni me digas Alan —paso mis manos por mi rubio cabello y recargo mis codos sobre el escritorio.
—Yo no le diré nada a nadie ni a Sofía.
Lo veo con atención.
—¿Tú haz engañado a Sofía?
—No, no desde que estamos juntos.
—Yo tampoco a Alicia y no podré ocultarle esto. Será mejor que se lo diga, ella lo va a entender.
—¿Seguro Bro?
Bajo mis brazos y me recargo en la silla.
—Lo hablaré con ella. Ni en mi despedida de soltero la engañé, mucho menos ahora y a estás alturas. Callarme será peor si ella se entera. Además, no quiero ocultarle nada —hago una corta pausa— Hace poco, me molesté con ella porque la ví hablar con alguien más. Él la iba a ver a la librería y ahí los ví. Le hice una escena de celos Alan —él me ve con atención— me molesté con Alicia y fuí un estúpido en pensar que ella me engañaría con otro cuando Alicia no es capaz —lamo mis labios— y mirá ahora, quien es el infiel. —me apunto.
—Alicia es amables, buena lo va a entender. Descuida Bro, todo va a salir bien.
Y quisiera creer en sus palabras porque no quiero que nuestro matrimonio se vea afectado ya estás alturas.
(...)
Presiono el envíar y espero la respuesta de Alicia. Hace poco estaba hablando con ella por mensajes hasta que dejó de responder. La llamé y me mandó al buzón. Incluso me deja en visto con esas dos malditas palomitas azules en el chat.
—Vamos Alicia —le digo al celular y lo bloqueo ante no recibir respuesta.
No me quedaré aquí creando posibles escenas en mi cabeza y que está preocupación, crezca.
Así que enseguida me pongo de pie, guardo mi celular en mi bolsillo y tomo el traje mientras me lo coloco a medida que avanzo hasta la salida de mi oficina.
—¿Bro, a dónde vas?
Me encuentro a Alan afuera de mi oficina.
—A casa, me urge hablar con Alicia —le digo y esquivo a Alan. A pasos apresurados, camino hasta el elevador.
—¡Suerte Bro! —lo escucho gritar cuando ya estoy dentro y veo las puertas cerrarse.
Mientras espero, le envío un mensaje a Alicia:
Amor, contesta ¿Esta bien?
Ya voy a la casa. Ya salí de la empresa
Suspiro y espero su respuesta. Bajo mi celular mientras veo mi reflejo en las puertas del elevador.
De pronto, mi celular suena con su respuesta y enseguida veo el mensaje:
Alicia:
Hablemos en casa
Enarco una ceja al leer su corto mensaje. Ella no es así, está vez no hubo ni un corazón.
Esto aumenta mi preocupación. Algo está mal, tengo un mal presentimiento.
Cansado entro a la casa, cierro la puerta y recupero mi respiración al venir corriendo desde mi auto a la entrada de la casa.
—¡Amor! ¡Alicia, ya llegué!
Suspiro y avanzo hasta llegar a la sala. La veo sentada dándome la espalda. Entre más me acerco, más siento mi corazón latir y no evito sonreír.
Lo pensé muy bien y voy a contarle todo.
Adiós consejos de Alan.
Aceptados los consejos de mi voz interna.
—Alicia
Me detengo a unos pasos de ella.
Por fin se pone de pie, dura segundos hasta que se da la vuelta.
—Tenemos ... que hablar... Axel.
Mi sonrisa se borra al verla en este estado. Me sorprende escuchar ese tono triste en su voz, pero más me sorprende verla llorar. Sus ojos llorosos y sus mejillas húmedas con la nariz roja es prueba de ello.
—Ali ¿qué tienes? —doy un paso adelante sin embargo ella retrocede.
—Axel... no —niega y levanta su mano. Respeto su descision y le doy espacio. Veo en su mano un sobre amarillo. —hoy, hace poco recibí esto... Estaba en la puerta, tocaron el timbre y lo dejaron. —ella baja su mano y con la otra limpia sus mejillas. Su labio tiembla al hablar— me engañaste Axel.
Me entrega el sobre, confundido lo tomo con rapidez. Enseguida lo abro.
—Las fotos hablan por si solas —emite con voz rota.
Logro sacar esas fotos de las que habla y la sorpresa me invade al ver fotos distintas en diferentes ángulos, todas enfocando ese beso con esa periodista. Reviso cada una. Sea quién las tomó, captó bien ese momento. En todas se ve como ella me besa y mis manos en sus mejillas sin embargo, ningúna capta cuando la alejé.
Alzo la vista en ella.
—No es lo que crees.
Ella niega y se voltea.
—Ali, Alicia escuchame— corro hasta detenerla.
—¡No, no me toques! —se safa de mi agarre bruscamente— no quiero escucharte.
—Te lo puedo explicar, así no sucedieron las cosas. —señalo las fotos.
—No Axel
La veo darse la vuelta y corre hasta subir las escaleras con prisa. Regreso la vista en las fotos y con molestia, las rompo una a una.
—¡Alicia!
Lanzo los trozos al suelo y corro en dirección a la escaleras.
—Amor, por favor... —me detengo al entrar a la habitación. Desde la puerta abierta veo a Alicia con una maleta lista— ¿Qué haces?
Ella se endereza y limpia sus lágrimas.
—Me voy, regreso con mis padres.
—No —niego y me adentro— no puedes hacerlo. No te vayas Ali. Hay que resolver esto.
Ella baja la maleta y se endereza.
—No quiero escucharte, ni verte. No ahora Axel, no puedo. —sorbe su nariz— déjame ir.
—Ali, no...
Ella avanza y trata de pasar.
—Escuchame antes...
—Axel, no. No y no. —evita mi toque, veo las lágrimas bajar de sus mejillas.
Paso saliva y me alejo. Le permito el paso y ella termina por salir de la habitación.
>Enserio Axel, ¿Vas aceptar perderla?<
Niego y me doy la vuelta.
—Alicia, espera. Hablemos amor. —le digo mientras la sigo mientras ella baja las escaleras— ¡Alicia!
En eso, se escucha el timbre sonar.
—¡Alicia, ya es tarde para que te vayas!
—¡No–no me iré sola!
Sin esperar, camina hasta la salida. Abre la puerta y logro ver a su prima cruzada de brazos en la entrada.
—Vamos Ali, salgamos de aquí.
Ana le ayuda con la maleta mientras Alicia sale de la casa.
—¡No! ¡Alicia! —grito y logro salir. Estoy por detenerla cuando Ana se interpone.
—¡Dejala Axel, ya mucho daño le hiciste!
—Ana, las cosas no pasaron así. Ella no se puede ir, que me escuche.
—Alicia no quiere verte ni hablar contigo. Me llamó y me contó todo. Dejala en paz.
—¡No te metas Ana!
—¡Prima, vámonos! —le grita Alicia.
Ella molesta se da la vuelta y rodea el auto. Enseguida entra y sube la maleta a la parte de atrás. A estas alturas, ya veo a Alicia dentro del auto con la intención de irse.
—Ali, amor —bajo las pocas escaleras y me acerco al auto. Sin embargo ella es rápida y sube el vidrio de la ventana— ¡Alicia, sé que me escuchas! —me da la espalda— ¡Alicia! —golpeo el vidrio con fuerza.
Algo le susurra Ana y Alicia asiente.
Entonces, ella enciende el auto y lo pone en marcha.
—Mierda —emito al alejarme y ver el auto a marcharse cada vez más— Alicia —murmuro.
A estas alturas con el miedo a perderla.
Nota de autora: Sin palabras 🤧💔
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