Estábamos en el bosque con mis manos sosteniendo mi torso. Miraba a Bill de reojo y de alguna forma me sentí mejor.

- gracias - dije limpiando el rastro seco de mis lágrimas.

- solo hice lo que yo quería. No creas que me importas

- ambos sabemos que eso no es verdad. - comente y un aire frío recorrió el lugar obligando a mi cuerpo a detenerse. - tengo mucho frío, no creo aguantar hasta Gravity falls.

- solo a unos imbéciles se les ocurre traer a una persona pobre a un hospital de alta gama. Además yo te pude haber curado. - susurro esto último y lo observé - ¿Ahora que? - pregunto incomodado.

- abrázame - pedí

- estás loca?! - dijo con molestia

- anda, vamos. Solo es un abrazo. - dije

- no lo haré

- no muerdo. Además necesito calor o me dará hipotermia. - dije encaminando me hacía un tronco hueco - acaso dejarás morir a un fenómeno tan raro que solo existe cada 0,67 habitantes.

Lo ví bufar con molestia y se acercó a mi colocándose mientras tapaba el oyó del árbol y brillaba levemente haciendo ver el interior.

- si te importo - me burle

- cállate. Solo cuido lo que es mío.

Aquella frase me atajo de golpe por lo que me gire ocultando mi rostro levemente rojo.

- no quieres platicar?

- no, quiero dormír - dije relajándome y tratado de dormir.

A la mañana siguiente me desperté y note al pequeño dorito aún dormido por lo que lo observé. Su respiración golpeaba contra la mía y su boca estaba ligeramente abierta.

- eres alguien dormilón - musite levemente fuerte tratando de ver si estaba despierto pero ni sé inmutó.

Lo mire y sin yo tener conciencia no dejaba de apartar mi vista de sus labios los cuales de cierta forma me tentaban. ¿Lo hago o no lo hago? Me acerque levemente y cuando me decidí y me acerque a él...

- que haces?

Pregunto y en ese momento me aparte apegandome al fondo del árbol

- nada! - dije alarmada

- te he visto - afirmó - ¿Planeabas morderme?

...

- ¿Que? - dije confundida

- querías morderme ¿Verdad?

Mi cara no podía mostrar más confución por lo que no conteste.

- querías morderme pese a que dijiste que no lo harías. ¿Acaso me estabas mintiendo?

Su rostro de molestia atravesaba todo mi ser y mientras se acercaba a mi sentí unos nervios enormes

- te equivocas! - dije tratando de mantener distancia pero me era imposible

- entonces que estabas por hacerme hace un momento?!

Reclamo y cuando lo tuve a un milímetro de mi no tuve más remedio que confesar.

- te quería besar!! - dije roja cual tomate y él se alejo de pronto. - quería besarte, ya, lo he dicho!

Después de aquel grito que resonó en el tronco no escuché respuesta por lo que me gire a mirarle y él estaba igual.

Nadie podía articular palabra por lo que quedamos en silencio durante un largo tiempo, hasta que él adverso hablo.

- entonces lo hare

¿espera que?

En ese momento mis mejillas retomaron el color con más intensidad mientras él se acercaba pero antes de rosar nuestros labios lo detuve.

- ¿no puedes adaptar otra forma?

- disculpa?

- resulta extraño si estás así - musite hacia su tono de indignación

- eso no te importo hace unos momentos. Porque ahora te pones de caprichosa.

- porque es mi primer beso y no quiero darlo con una figura! ¿Acaso tengo 5 años?

Lo ví bufar alejándose y quitando la nieve acumulada en la entrada, por extraño que parezca casualmente hay ocasiones en las que nieva justo cuando es verano.

- si quieres que tome otra apariencia has un trato conmigo. Toma mi mano...

- te gusta ser la novia? - dije en burla

-... de la estatua de piedra, estúpida!

Mi risa fue algo que lo molesto y en un arranque de irá el quiso quemarme pero con el frío que hacía el fuego era menor aunque si quemaba.

- ya estoy mejor, apaga el fuego - dije con una risa tratando de disimular el dolor ya que el fuego ya me empezaba a lastimar.

- no lo haré

- apaga el fuego, Clave. - amenace - si no lo apagas no va a ver trato.

El sonido del chasquido de sus dedos se escuchó y el fuego desapareció, salimos del tronco viendo que estabamos justo en la montaña del bosque frente al pueblo de Gravity falls. No pasó mucho hasta llegar a aquella estatua.

- vamos, haz el trato - apresuró Bill

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Oliwis, ¿Alguien aún lee está historia?