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PARTE 4

Llegamos a nuestro destino y fuimos directamente a registrarnos a un hotel 5 estrellas, la habitación era enorme pero solo había una cama, debido a la hora, ella pidió servicio a la habitación mientras yo me bañaba, cuando salí del baño la cena estaba en la terraza, la vista era increíble, por un momento se me había olvidado que Caracas tiene paisajes muy lindos. 

—¿Esperas un momento a que me bañe y comemos? — me dio un beso en la mejilla y llegó hasta el cuello

—¡Wow! Qué rico hueles—

—Sí, bueno anda a bañarte—

Mientras ella se bañaba me paré en la terraza y muchos pensamientos cruzaron por mi mente y una de ellas era animar el ambiente con música, coloqué, "Love me like you do" de Ellie Goulding  para ser exacta. El tiempo pasó, tuvimos una cena tranquila, hablando de nuestras cosas y de repente Ellen se levantó de la silla y tomó mi mano haciendo que me levantará guiándome por la habitación a la cama, se sentó en el borde y me subí en encima de ella, tomando su cara suavemente y viendo sus ojos llenos de deseos al igual que estarían los míos, comencé a besarla, recorrí su cabello liso rubio, su cuello dándole pequeñas mordida subí hasta su oído, empecé a sentir como ella ponía sus manos debajo de mi camisa, terminamos con un profundo y largo beso, me tire a un lado, ella seguía inmóvil así que me tuve que incorporar para llevarla a su lado de la cama, la arrope y le di un beso en la frente.

—Feliz noche, mi amor— le dije apagando las luces.

Desperté muy temprano debido a que había pasado una noche maravillosa en los fuertes brazos de Ellen pero al sentir la inmensidad de la cama estiré mi brazo y no estaba en la cama, tomé un par de respiraciones y me fui despertando poco a poco, me volteé a ver mi celular y el reloj marcaba las 8y45 de la mañana, me incorporé y fui hasta el baño y nada, no la veía, "Si el hotel tiene Gym de seguro está allá" pensé y me volví a tomar un pequeño sueño, hasta que se me acercó y un olor a limpió entró en mis fosas nasales, —¡Buenos días, linda!— me dio un beso en la mejilla

—Hola! Buenos días bella— le respondí —¿A qué hora despertaste? No te sentí—

—A las 6y30 y bajé al gimnasio— contestó Ellen. Me lleno de unos cuantos mimos antes de ir a desayunar.

—¡Oye! Jime, yo debo de estar lista alrededor de las 5 o 6 de la tarde entonces qué tal si me esperas en el lobby a eso de las 6y30 de la noche, ¿Te parece? — me dijo abrazándome y repartiendo besos, —Es qué quiero contar las estrellas contigo—

Justo a las 6y25 estaba bajando por el ascensor para dirigirme al lobby, traté de ser lo más casual pero chic, eligiendo unos leggings negros que se ajustaban a mi figura, una blusa holgada y unos zapatos altos para verme más elegante, en mis accesorios usé collares y pulseras sin exagerar, me sentía muy cómoda y femenina. Me encontré con Ellen y sus hermosos ojos azules esperándome, su look era soñado, me encantaba verla vestida casual ya me que hacía acordar del primer día cuando la conocí en el bar, esta noche lucia, pantalones de lino ajustado al cuerpo color negro, camisa de vestir manga corta negra y con unos tirantes de color marrón y zapatillas de vestir sin medias. Me tomó de la mano y me guío al auto sin decir una sola palabra, ya que en ese momento lo que hablaron eran las miradas. Una vez dentro del carro y en movimiento le pregunté, —¿A dónde me llevas? —

—Te dije que quería contar las estrellas contigo— me contestó.

El trayecto se hizo casi en silencio, pero fue placentero, estaba intrigada por saber dónde me llevaba, pero me relaje y me deje sorprender.

Cuando llegamos me emocioné porque me llevó a unos de los restaurantes más exclusivo que tiene la ciudad, y cuándo habló de exclusividad no me refiero a lo costoso, sino por su ubicación, ya que la vista era hermosa.

—¡Wow! Qué hermoso, Ellen— dije con visible asombro.

—¿Te gusta? Dicen que es la mejor vista de la ciudad, pero yo pienso que mi mejor vista eres tú— dijo viéndome a los ojos —Estas hermosa— beso.

—Y tú eres la mía— dije visiblemente emocionada —Mírate, y tú estás espectacular, como la primera vez que te vi— contesté

—¿Cenamos? — acepte y para mi sorpresa, el chef qué nos atendió era un antiguo compañero de clase. "Pero Dios está mujer si qué me supo sorprender" pensé.

La velada fue un sueño, se ve que Ellen había planificado con tiempo este momento, terminando de cenar escuché un ambiente musical para romantizar más el momento. Mi rubia se paró del asiento y me extendió su brazo, —¿Bailamos? — me pregunto.

Escuchaba de fondo "Lover" de Taylor Swift. Sentía una fuerte atracción por Ellen, nos mirábamos y sabía que el sentimiento era mutuo, sus pasos, sus ojos, sus manos, eran míos. —Eres perfecta para mi Ellen— le confesé —Amo tu locura, tu cinismo, pero tengo miedo de que me hagas daño, y no puedo negar que al principio fue solo un capricho por querer pasar solo una noche contigo... pero ahora es diferente—

Ellen me dio un beso muy apasionado mezclado con ternura.

—No me interesa el pasado, me interesa el presente y futuro contigo— dijo —Quiero tenerte a mi lado el resto de mi vida—

Después de bailar unas cuantas canciones románticas de Taylor Swift, nos sentamos a disfrutar de las estrellas llegó un momento cerca de las 12 donde rodeé su cuello con mi brazo, pegué mi cabeza a la de ella y al oído susurré, —Me has dado la mejor noche de mi vida Ellen, nunca me dejes—

—Nunca, mi Chef linda— me respondió.

De vuelta y casi llegando al hotel Ellen me pidió que esperar nuevamente en lobby y que subiera en 10 minutos, haciendo lo ella me pidió después de los minutos toqué la puerta de la habitación, nuevamente la rubia me sorprendía al abrirla, nuestro cuarto estaba alumbrado con velas, un ambiente que sin duda invitaba a hacer el amor, Ellen tomó mi mano, cerró la puerta, comenzó a besarme como si el mundo se fuera a acabar sentir sus dulces y suaves besos era como estar en el cielo, la forma en que me tomaba en sus brazos era excitante, poco a poco me estaba encendiendo, me cargó y me tumbó en la cama, —Quiero hacerte el amor, Jimena— me dijo mientras me besaba el cuello. Le desabroché la camisa con lentitud para después quitarle el brasier, dejándome ver sus pechos firmes y cuerpo musculoso. Ella hizo lo mismo conmigo prácticamente me desnudo en un segundo, —Hazme tuya, mi amor— le dije —Quiero morir y renacer en tu hermoso cuerpo— ella tomó un poco de vino y lo dejó caer en mis pezones haciendo que me estremeciera por el contraste de temperatura, un gemido ahogado salió de mi garganta, metí mi mano por su pantalón hasta llegar a su entrepierna y sentí la humedad que le estaba causando, —¡Oh! Mi vida estas tan mojada— empecé a acariciar su clítoris con mi pulgar, dibujaba corazones, mientras no le quitaba la mirada a su cara y notaba como quería llegar al orgasmo fue en ese instante que me detuve.

Ellen se paró de la cama y se quitó sus pantalones y boxer en un solo movimiento, luego se colocó en medio de mis piernas y posó su lengua en mi vagina haciendo un trabajo de mordidas y succiones impresionante, introdujo sus dedos y estimulaba mi clítoris haciendo que cayera en un orgasmo intenso, —Así, así que rico—mi respiración era entrecortada, Ellen se tumbó a mi lado y envolviéndome en sus brazos me dijo —Eres increíble— tome un respiración profunda y me incorpore para sentarme a horcajadas de ella, —Es tú turno bebé— le dije con voz sexy —Dame todo lo que tienes— me respondió.

Abrí un poco su piernas para situarme bien y que nuestros centros se tocarán, empecé un movimiento circular que hacía que Ellen se moviera y sintiera la fricción, ella colocó sus manos en mi caderas para acercarme más a ella, —Si, si, no pares Jime— rápidamente comencé a intensificar mis movimientos haciendo que ella acelerará su respiración, —Dame duro, necesito sentirte— sus ojos por momentos se encontraban con los míos y me encantaba ver como se estremecía, —Eres mía Ellen y de nadie más— estaba a punto de venirme pero quería esperarla y cuando sentí que sus gemidos se intensificaron y su agarre era más fuerte entendí que tenía que acelerar, —Oh Dios! Me voy a correr Jime— me dijo entre cortado, —Vamos mi amor, juntas— pronto una descarga en nuestros cuerpos se hizo presente, sentir que se te va la vida y vuelves con la persona que amas es una sensación sublime e impresionante.

Caí en los brazos de Ellen casi desmayada, mi respiración totalmente agitada, un susurro de un "Te amo" salió de la boca de la rubia, no me atreví a despegar mi cabeza del cuerpo de ella, pero logré escucharlo y le respondí —Te amo también—

Al despertar sentí esa sensación de soledad y cuando me incorporé vi que había una nota en el lugar que ella había ocupado esa noche en la cama. 

"Recuérdame subirte el sueldo Chef. Te amo Ellen... Tú Jefa".

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