Desperté el miércoles, me encontraba desanimado, no tenía ganas de nada. Con todo eso me tenía que levantar, las tiras de botanas no se repartirían solas.

Fue un día demasiado tranquilo, todavía tenía unas secuelas de la noche anterior, pensé que me afectaría más el tema de Luna, pero no fue así. Agradezco que no hayan abierto la tienda ese día. Ese miércoles me sirvió para asimilar aún más la situación.

Llegó el jueves, no estaba dispuesto a ir a la tienda de música. No guardaba algún resentimiento hacia Luna, pero tampoco tenía ganas de interactuar estando ella ahí.

Me llegó un mensaje, era Kat: "Oye Saúl ven a pasar un rato aquí a la tienda ¿Qué dices"?

No sabía que decir, pensé un instante y le respondí: "Vale, llego en un rato". Le confirmé.

La razón por la que le confirmé fue porque de verdad me la paso muy bien en la tienda, el cotorreo y la convivencia es muy chida, me gusta estar ahí.

Pero ¿Era el cotorreo la verdadera razón para ir aquel día a la tienda de música? ¿O sería la presencia de cierta personita la verdadera razón? Me decía S.R en la cabeza. Un comentario que dejé pasar.

Luna ya no me la volvería a aplicar, ya quedó superada.

S.R tenía muchas dudas de eso ¿Ya la había superado?

Ante la presencia de Luna yo no haría nada, literalmente no haría nada. Si ella quería preguntarme algo le respondería sin problema, pero ya no estaba dispuesto a mostrar interés en ella.

Salí a repartir algunas tiras de botana. En el camino vi una marisquería y me acordé de Luna.

El martes salió el tema de los mariscos entre los dos. Mencionamos que en general a mí no me gustaban mucho, en cambio a ella le encantaban. En especial las empanadas de camarón eran sus favoritas.

Con eso en mente y el hecho de que no me sentía cómodo estar mucho rato en la tienda y mis amigos me estuvieran comprando e invitando comida, pues sería bueno llevarles un detalle en agradecimiento.

"Vaya que te gusta manipular la realidad, estas disfrazando tus verdaderas intenciones y al parecer te encanta seguir engañándote" aparecía de nuevo S.R.

¿De qué hablaba esta voz? Ya no seguía engañándome. La situación iba a ser confusa, lo sé. Pero ese detalle no lo hacía tanto por Luna, lo hacía por Kat, Vivian y Pablo.

Llegué a la tienda, todos me saludaron. Ahí estaba Luna, tan hermosa como siempre.

Les conté del detalle que les había traído y se sorprendieron con la acción.

Empezamos a comernos la empanadas, no era tan fan, pero por compromiso me la tuve que comer.

En eso estábamos cuando de repente habló Pablo:

–No manches Saúl, había visto cosas muy locas por amor, pero traerle la comida favorita a la chica que te gusta es otro nivel carnal.

Solté la carcajada de inmediato. No respondí a ese comentario. Aunque yo sabía que el detalle no lo hacía por ella, no quería corregirlo para que quedara como un momento divertido.

No vi la reacción que tuvo Luna, pero espero que no se haya incomodado.

Después de eso, no paso nada fuera de lo común. Platicamos, jugamos y reímos todos juntos.

Notaba algo raro en todo esto, Luna me hacía preguntas, mostraba interés. No era la gran cosa, pero lo mostraba. Eso me era insignificante, ella fue clara el martes, no le interesaba nadie y el beso entre ella y yo fue equis, esa era la realidad.

Acabó el día y cuando iban a cerrar el puesto, me dijo Vivian que si me daban un aventón a mi casa, ella llevaba carro y no era molestia llevarme a mi hogar.

Acepté la invitación y me tocó sentarme al lado de Luna. Ahí si me sentí un poco incómodo, pero bueno, no era largo el trayecto.

Llegando a mi casa me despedí de todos y le di gracias a Vivian por traerme.

Sin esperarlo, de la nada Luna se despidió de mi con un abrazo.

–Gracias por las empanadas Saúl–. Me dijo susurrando en el oído.

–No hay de que agradecer–. Le respondí el abrazo y bajé del auto.

Vaya que si se malinterpretó lo del asunto de las empanadas. Pero bueno, Luna me dio un abrazo, eso fue extraño.

Por primera vez, pasé una noche en la que ni por un segundo se me acercó el recuerdo de Luna. Pero esa noche fue la primera y última vez que pasaría.