En el camino Kat y yo nos dormimos, pero nos despertó una llamada de su teléfono.

– ¿En dónde estás? – se oyó una voz femenina.

–Llego como en 10 minutos, no tardo– contesto Kat algo soñolienta.

–Apúrate para que nos dé tiempo de arreglarnos.

Luna nos había interrumpido el sueño. Además, en ese momento resurgieron en mi esos nervios porque en unos minutos la iba a ver.

Al bajarme de la camioneta revisé si estaba bien alineado y lo más presentable posible, todo estaba perfecto. Entré a la carpa y todavía no había gente. Pues claro, la cita era a las 5 y las personas suelen ser muy impuntuales.

Todos nosotros procedimos a sentarnos en una mesa excepto Kat, que me dijo que se iría a maquillar con su prima.

Estaba tranquilo en ese momento, pero me duro poco el gusto cuando vi por primera vez a Luna, fue apenas un segundo, pasó corriendo detrás de Kat que se iba metiendo a la casa.

Aquella chicha de pelo lacio no estaba arreglada y aun así se veía muy bonita, cargaba con una caja de cosméticos. No pude observarla muy bien, pero de lo que estaba seguro es que ese día agotador quedaría en el pasado y a partir de ese momento todo pintaría distinto.

Traté de tranquilizarme, me distraje un poco platicando con Vivian y sus padres.

A los pocos minutos, Diego ya nos traía los platos con comida. ¡Por fin! Ahora si ya tenía mucha hambre.

Traté de esperar a Kat para que comiéramos juntos, pero mi hambre pudo más. Además, era otra distracción para no pensar en Luna.

Estaba comiendo muy a gusto, era mole rojo con pollo y arroz. No soy tan fan del mole rojo, pero ya con hambre hasta las piedras pasan.

Estaba muy concentrado en mi plato, de repente volteé a ver la puerta de la casa y allí estaba, la que futuramente sería mi "casi algo", con un vestido negro con toques plateados. No podía creer lo que estaba viendo, Luna con su piel blanca hacía un juego increíble con su vestido.

Hace bastante tiempo que no sentía un mariposeo en el estómago como en aquella ocasión. Doy gracias de que estaba sentado porque las piernas me temblaban, hubiese sido difícil que me mantuviera en pie.

Luna y Kat iban saludando a todos los familiares que habían llegado a la carpa. El tiempo se hacía largo, yo me encontraba en la mesa del fondo así que sería el último al que Luna saludaría.

Pasaron por todas la mesas y por primera vez crucé la mirada con Luna.

De cerca estaba aún más hermosa, no estaba casi maquillada y en lo personal eso me mata en una chica. Era muy delgada, tenía una perforación en la nariz a la cual no era tan fan, pero le daba ese toque característico. Con todo eso estaba muy bonita.

Me levanté para saludarla y Kat nos presentó.

–Prima, te presento a mi mejor amigo Saúl. Saúl, te presento a mi prima Luna.

Nos estrechamos la mano junto con una sonrisa.

Procedimos a sentarnos y Kat se puso en medio de los dos, lógico.

Les trajeron a ellas su comida, yo ya había acabado, pero todavía sentía ese huequito en mi panza así que pedí otro plato de mole con pollo para acompañarlas.

No sabía qué decir, qué tema sacar. Simplemente me bloqueé, y al parecer Kat no entendió mucho la situación.

– ¿Por qué tan callado Saúl? – preguntó. –Tú no eres así, a ver cuéntanos algo.

Yo estaba super nervioso porque veía a Luna y no sabía que decir, trataba de buscar algo a mi alrededor para poder sacar tema, improvisar. Vi la carpa y mencioné algo sobre ella. Ahora que lo pienso fue muy tonto.

En la comida no hubo tanta interacción, los tres estábamos enfocados en nuestro plato.

En eso vi como Kat y Luna me voltearon a ver mientras ellas platicaban.

– ¿Qué pasó? – les pregunté confundido.

–Es que a mi prima no le gusta el pollo y quería saber si tú te lo podrías comer– me dijo Kat.

Algo ya había escuchado de que a Luna no le gustaba la carne, que raro ¿cierto? Pero bueno, no podía negarme así que acepté. No estaba muy seguro de poderme acabar esa pieza de pollo y finalmente así fue, no pude acabármela, ya estaba muy lleno, pero al menos se intentó.

Kat de la nada se levantó. Dijo que iría al baño, nos dejó a Luna y a mi solos. Era el momento que estaba esperando, ahí estaba mi oportunidad.

Vi sus uñas y saqué tema sobre eso.

– ¿Te gustan las uñas postizas? – pregunté al mismo tiempo que le tomaba la mano

–Si, me gustan mucho – contestó.

–Se te ven bonitas.

–Gracias. De hecho, he tenido unas que se me han visto más padres, a éstas ya se les están cayendo las piedritas– soltó mi mano y saco su teléfono para mostrarme fotos de las uñas que tuvo alguna vez.

Los dos admirábamos de las imágenes, unas uñas si se veían muy bonitas. Pero ahora tenía que sacar otro tema.

–Tu perforación de la nariz ¿Cuándo te la hiciste? – le pregunté para que quedara atrás el tema de las uñas.

Se rio. Yo no encontraba el motivo de la risa.

– ¿Se ve real cierto? – comentó.

– ¿A poco es falsa? – pregunté sorprendido.

Ella procedió a desprenderse la pieza de la nariz.

–Si, es falsa mira. Pero si me dan ganas de hacerme una de verdad.

–De verdad pensé que era real– respondí.

Ella siguió riéndose.

En eso llegó Kat y se rompió la interacción.

Fue un gran primer paso con Luna, me sentía lleno al saber eso. Aunque sería el primer paso de muchos.

Eran ya como las 8 de la noche, faltaba una hora para que el conjunto empezara a tocar, ellos ya habían llegado y se encontraban instalando su equipo.

Mientras eso pasaba, Luna revisó su teléfono y miró a Kat de repente.

–Tengo que salir por Sofi, ya está aquí afuerita– mencionó mientras se levantaba de su asiento.

Así es, Sofi hacía su aparición en esa noche. Como usted imaginará Kat estaba muy nerviosa por la presencia de la mejor amiga de su prima. Cabe destacar que para este punto las cosas ya estaban más que avanzadas entre Sofi y Kat, las dos se gustaban y lo pude corroborar cuando ellas dos se saludaron, gritaron de emoción y se abrazaron demasiado alegres, era más que evidente que las dos morían una por la otra.

Estábamos ahora si los cuatro chicos, sin saber que sucedería en ese baile.