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Capítulo 5

Catrina Ortega

Al llegar a casa estaba acostada en el sofá, pensando en el día que había tenido, cuando mi madre me preguntó desde la entrada del salón y  levantando una ceja: "¿dónde dormiste?" A lo que le respondí: con Eleanor en un motel, ya que no quería decirle que con un extraño y que ella me había dejado sola.

-¿Te lo pasaste bien?-.

-Sí, la verdad-.

Ella miró a la puerta y después hacia donde yo estaba tumbada, con la pregunta en la cara.

-¿ Y donde está?-. Tragué saliva por tener que inventar una excusa rápida y ella, por mi silencio se cruzó de brazos- ¿Me estás mintiendo, Catrina?-.

- No, no, solo que no me acuerdo exactamente del nombre del local que ella me dijo que iba a ir hoy-. Para que se tragara mi mentira puse la mano en mi cabeza, como siempre hago cuando pienso o intento recordar algo. Ella se relajó tras mi movimiento.

- A vale, vale pues ya vendrá, ¿algún chico anoche intentó ligar contigo?-. Yo reí por su pregunta.

- Que cotilla que eres mamá-.

-Es que casi ni salgo y sabes que soy una maruja, así que tengo que enterarme de algún chisme de vez en cuando-.

- No mamá nadie y eso que me veía preciosa-. No quería mentirle pero era necesario por el bien de Eleanor y mía.

-Es que eres preciosa, mi amor-. Le puse una expresión de amor y ella me respondió con una sonrisa.

Me fijé en mi madre antes de que se diera la vuelta para seguir haciendo sus cosas. Me encantan sus labios rosaditos, le queda muy bien el tono que tienen con el pelo rubio, parece la típica muñeca, con la piel morena algo arrugada pero fantástica para los años que tenía.

Al día siguiente estaba otra vez tumbada en el sofá calentita, por que no tenía otra cosa que hacer.

De repente, vibró mi móvil desde la mesasita del salón. Lo cogí para ver qué aplicación había interrumpido el silencio que tanto amo.

WhatsApp.

-Hola, soy Adrián y antes de que lo preguntes, sí cuando me diste tu móvil para poner la ubicación, también me llamé súper rápido para tener tu número-. Me quedé atónita, pensaba que no lo volvería a ver y otra cosa que me sorprendió fue su rapidez no me había dado ni cuenta.

-¿Y por qué si se puede saber? -. Le respondí intrigada. Obviamente él también me había llamado la atención y por algún otro motivo me sentía  atraída, pero no pensé en intentar nada más, creía en dejarlo como se había quedado, en un extraño amable que me ayudó una noche, pero al parecer él no quería dejarlo solo ahí.

-¿Ahora no puedo quedarme con el número de una chica muy maja y guapa después de haberla ayudado? Tómatelo como mi recompensa por tal ayuda, señorita-. Este mensaje me llegó a los minutos, y yo pensé en hacerme la interesante y dejarlo ahí durante más tiempo, mas ya que él no lo había hecho, yo tampoco entonces.

-Claro que puedes, pero si la dueña del número (en este caso yo) está de acuerdo, caballero-. Quería ponerle algo más pero no sé me ocurría nada.

-Te haces la dura eh... me gusta-. Reí ante semejante tontería.

-Jajajaja madre mía, que raro que eres-. Puse una sonrisa al recordar todo lo que tenía en su casa sobre el libro de la selva.- ¿Y sabes qué? No me gusta mucho el libro de la selva-. Le mandé ese último mensaje para molestar un poco, porque en verdad sí que me gustaba esa película, sobre todo la parte donde Baloo y Mowgli se ponían a cantar en el río.

- No dirás eso cuando te haga ver las estrellas, vestido con un pijama de la película-. Apagué la pantalla del móvil, bajé las manos poniendo el dispositivo en mi pecho y cerré los ojos con una sonrisa tímida en la boca.

Me volvió a vibrar el móvil.

-¿Qué, te dejé sin palabras Drama queen?-. No sabía que responder a eso.- En verdad, perdón si te hice sentir incomoda o algo así-. Me desilusioné no sé por qué al leer ese último mensaje porque significaba- para mi- que era un juego.

-No, no me dejaste sin palabras es que estaba ocupada con la mano como para escribir-. Si quería jugar a eso, jugaría.- Por cierto no te disculpes, si me haces sentir incómoda, yo te lo diría-.

- Vístete, te paso a buscar, ya-. Me levanté de golpe del sofá.- Vale, me lo apunto-. Respondió al último mensaje que le envié.

-¿Qué?-. Fue lo único que se me ocurrió ponerle.

- Que te vistas, paso por ti en una hora...-. No le respondí porque necesitaba llamar a Eleanor necesitaba a mi mejor amiga.

  Mi mejor amiga había pasado un el dia entero fuera suponiendo q era porque estaba con aquel chico. Me empecé a preocupar desde la hora de la comida, nunca falta para comer, pero tampoco quería interrumpir...

Se escuchó la voz de mi mejor amiga por la otra línea.

-¡Eleanor! Menos mal, estás bien ¿no?-.

-¡Sí!  el chico con el que me fui, lo siento otra vez por cierto, es súper buena persona, me trató con mucha delicadeza y me invitó a quedarme a comer... ¿y tú?  Es que estoy ilusionada, perdón-. Me sentí más aliviada al escuchar eso y me alegré por ella por haberlo pasado bien.

-Me alegro princesa y no pasa nada tranquila, yo al final me fui con un chico que se ofreció a llevarme a casa, pero como estaba muy lejos me llevó a su casa... pero bueno eso ya te lo contaré cuando te vea. ¿Podrías  darme consejos con una cita?  Es que ese mismo chico me viene a buscar en una hora y no sé ni qué ponerme-.

-Dios mío, sí, toda esa historia la quiero súper detallada y claro que te ayudaré. ¿ A donde te lleva?-.

-No lo sé, solo me dijo: " Vístete, paso a buscarte en una hora". Sabes que yo de estas cosas no sé nada, ¡ayuda!-.

-Uy...mandón de esos me gustan-. Nos reímos las dos al unísono por esa afirmación.- Yo creo que lo mejor es que vayas a lo seguro, así que si yo fuera tú, me pondría un vaquero y una camiseta bonita-. Me dijo segura, tenía bastante sentido.

-Vale, gracias te quiero, menos mal que te tengo y Marina ya me preguntó, le dije que te habías ido a una tienda, que dormimos en un motel y  ahora le diré que me voy contigo -. Dije ansiosa y ya pensando en la ropa que me iba a poner.

-De nada, para eso estamos. Vale, perfecto, ya se nos ocurrirá algo por si dormimos fuera. Así que nos vemos mañana, guapa.- se rio bajito y dijo algo que supongo que sería para el chico aquel.- O mañana-. Yo reí también bajito por mi mejor amiga.

- Vale, adiós-. Ella me respondió igual y colgamos segundos después.

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