Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Adrián Cruz

En el silencio los dos comenzamos comenzamos a comer y con la duda en la cabeza decidí romperlo.

-¿Estas bien? Quiero que sepas... que yo sí estoy bien contigo o sea no es la primera vez que me lo preguntan-. Dije intentado quitarle su incomodidad, sabía que tendría que haberme callado, no era el momento y menos porque por poco lo digo...

-No, yo estoy bien, es solo que no quiero recordarte el pasado, se nota que te duele y no quiero hacerte daño, ya es suficiente con haberla perdido-. Así era, la pérdida de el amor de mi vida me dolía mucho, pero no iba a dejar que me viera mal.

-Estoy bien, tranquila-. Puse la sonrisa más genuina que pude y me metí un poco de arroz tres delicias en la boca.- Esto está buenísimo-. Anuncie para intentar cambiar de tema, mas no sirvió porque no respondió.

***

Al terminar de comer me puse a lavar los platos mientras ella estaba en el sofá viendo su teléfono.

La idea no paraba de rondar en mi cabeza, así que me sequé las manos y fui a por ella.

-Levántate-. Ordené al ponerme enfrente de ella con la mano tendida.

-¿Para qué?-.

-Solo hazlo-. Se levantó agarrando mi mano; inmediatamente le cogí de la cintura y con mi otra mano enlazada a la de ella, la estire al aire.- ¿Sabes? Fuimos a un fiesta y en toda la noche no bailamos ni una canción entera juntos sería porque tu belleza me embeleso ¡Siri, pon música!-. Ella rodó los ojos, pero los compases empezaron a sonar y sin darle tiempo de quejarse me moví. 

 Empezamos  como si de un vals se tratara, a medida que pasaban los minutos sentía como toda ella se relajaba permitiendo que los movimientos fueran un poco más fluidos. 

Bailamos durante dos canciones seguidas pero a la tercera ya nos habíamos cansado y me dolían los pies debido a los pisotones momentáneos de Catrina.  

Catrina Ortega

Después de esas canciones los dos nos dimos las buenas noches y yo me fui a su dormitorio, ya que él me dijo que no había problema y que dormiría en el sofá. A lo que respondí: "Vale" ¿Quién era yo para decirle lo que hacer?

Ya acostada me puse a pensar en lo agradable que era conmigo y eso que no nos conocemos, si era como me había dicho que su madre le enseñó a ser así, me habría gustado conocerla, todos deberíamos tener un poco más de  confianza en el ser humano.

***

Me desperté por el rico olor a café que me guió hasta la cocina.

-¡Buenos días, Adrián!-. Dije con tanta energía como siempre que amanezco por la mañana.

Se giró con una sonrisa y una taza en la mano.

-No sé si el café te sentará bien, a lo mejor si te lo tomas vuelas-. Me pasó la taza por la nariz, tentando.

Cogí la taza de sus manos mientras pasaba por su lado  para llegar a un extremo de la mesa con  mala cara, a lo que se rió y se sentó en la mesa al frente mía.

-Tengo que volver a mi casa, cuando me tome el café, me visto y me voy-. Anuncie llevándome la taza a la boca. Él brunció el ceño y empezó a negar con la cabeza.

-No, te llevaré yo-. Me debatió firme.

-No, gracias pero no voy a abusar más de ti, me has dado de comer, me he bañado, me has prestado ropa y tu cama. No más-. Hice un gesto con la mano recta  hacia un lado como que está conversación había acabado.

Él se calló pero podía notar en su cara que la idea no le agradaba y no sabía por qué. Ya era suficiente con haberme traído a su casa anoche y no iba a permitir que me llevara a la mía cuando está a casi una hora de donde nos encontrábamos.

Con tantos pensamientos en la cabeza no me había dado cuenta de que me había acabado el café, me levanté de la mesa, le di las gracias y me fui a su habitación para coger mis cosas.

Llamé a un taxi y en seis minutos me informó de que estaría esperándome afuera de la casa. Lo que me dio el tiempo perfecto de ponerme el vestido y lo zapatos. No era precisamente lo más cómodo del mundo para por la mañana pero era lo que había.

Al terminar me llegó un mensaje del conductor que decía que ya había llegado, así que me despedí de Adrián y de Mowgli con un abrazo a cada uno.

-Bueno adiós, gracias por todo Adrián-. Le dije con una sonrisa cerrando la puerta.

-De nada-. Escuché desde dentro.

Bajé las escaleras y me monté en el coche.





























Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro