capítulo 3
Catrina Ortega
-Estas mal si piensas que me iré con un desconocido, ¿no te enseñó tu madre eso?-. Apretó la mandíbula.
-Mi madre me enseñó a ver el lado bueno de las personas, ¿Por qué no pruebas?-.Me tendió la mano.-Confía-.
En este momento el pánico me abordó y lo peor de todo es que no sabía que hacer, ¿Debía irme con él o quedarme sola en esta fiesta hasta que el taxi viniera? Estaba por decantarme por la segunda opción, pero recapacité, el taxi tardaría cuarenta minutos mínimo y estaría sola con toda esta gente...
-Acepto-. Le di la mano, en cuanto se la di, jaló de ella, arrastrándome. -¡Ey! con más delicadeza, no soy un muñeco-. Solté mi mano, paró en seco y me miró a los ojos.
-Sí, perdón, es para que no te me pierdas-. Se rascó la nuca mientras sonreía apenado.
-Tranquilo, pero más flojito Hulk-. Asintió y me volvió a dar la mano.
Transcurrieron unos minutos hasta que nos encontramos en la salida.
Me abrió la puerta del copiloto para que yo pudiera entrar, más tarde él se subió al coche,- un bmw m4- y me miró a los ojos.
-¿Dónde vives?-.
-¿Crees que te diré dónde vivo?
-Hombre...Si quieres que te lleve a tu casa, pues sí, creo que sería lo más normal-.
-Vivo en Katsia-.
-Eso está como a una hora de aquí, te llevo para mi casa, que está a solo diez minutos-. Sentenció y metió las llaves en el contacto.
-Prefiero dormir en una granja con las vacas y cerdos, antes que con un desconocido. -Rodó los ojos.
-No soy un asesino, y a parte tengo un sofá en donde podrías dormir perfectamente, drama queen-.
-No soy una Drama queen-.
-Dame tu móvil-.
-¿Para qué...?
-Ya que tienes miedo de ir conmigo a mi casa, déjame que te ponga la ubicación y así se la envías a quién quieras.- Yo confusa le ofrecí mi móvil lentamente.
Instantáneamente él empezó a buscar en Google maps su calle y casa al mismo tiempo. Luego me devolvió el móvil con una amplia sonrisa. Yo rápidamente le mandé la ubicación a Eleanor, le conté todo lo sucedido y el motivo por el que le envié la ubicación de la casa del desconocido. Ella en aquel momento no me respondió, seguro que estaba bastante distraída como para poder responderme...Pero bueno Catrina, ¿no pasa nada no? De todas formas ella tiene la ubicación, ya la mirará cuando pueda.
Cuando el desconocido arrancó de una vez, se empezó a escuchar música por la radio. Específicamente a ''The Weeknd.''
Empezó a conducir y se le podían notar perfectamente las venas de sus brazos, pero rápidamente quité la mirada y la posé en los paisajes que dejábamos atrás.
Efectivamente, como decía el desconocido, su casa estaba a solamente diez minutos de aquella fiesta.
Salimos del bmw m4 rojo, y con su cabeza me indicó que le siguiera.
-Bonita casa....-Murmuré cuando empezó a abrir la puerta de una vivienda bastante grande rodeada de un jardín. ¿Qué...? De repente salió una monada de border collie.
- ¡Hola monada!-Me agaché y empecé a acariciarle.
-Gracias, pero ya es tarde como para los saludos- me guiñó el ojo- Por cierto, no te lo había preguntado...¿Cómo te llamas?- Abrió la puerta completamente, al ver que el perro estaba tranquilo conmigo.
-Catrina, Catrina Ortega. ¿Y tú Hulk?- Pasé hacía dentro de la casa.
-Adrián Cruz, tu asesino en serie.- se rio de la tonteria que él mismo dijo . Luego cerró la puerta.
-Que simpático...-Rodé los ojos.
-Por fin te has dado cuenta de eso. Ven sígueme, te voy a enseñar tu cuarto.-Subimos las escaleras y me enseñó el primer cuarto que se encontraba al llegar a la planta de arriba.
Al entrar pude apreciar las paredes de un color celeste pastel y una cama que destacaba por su tamaño y por sus sábanas blancas con mini dibujos de Mowgli
-¿Fan del libro de la selva o qué?- Sonreí.
-Ya ves, los asesinos en series no son como tu te crees.
-Nunca había conocido a uno, así que no sabría decirte.
-Soy el único que conocerás, Catrina.
-Eso espero, porque morir no está en mis planes.
-Ah, o sea ¿piensas que no te mataré?
-No tengo pruebas, pero tampoco dudas.-Inclina su cabeza para atrás y recrea una carcajada con ganas.
-Bueno, puedes darte una ducha, y en el armario de invitados tienes bastante ropa que puedes usar pero no es de tu talla, a lo mejor encuentro algo, si lo hago te lo dejaré fuera-.
-Gracias.- Repito, seguidamente salió de mi cuarto para dejarme intimidad.
Me duché durante veinte minutos- una ducha larga, ya que me estaba encantando- al salir me vestí con un pijama, justo de mi talla- de dibujos Disney.- Me puse unas chanclas que me había dejado y a comparación con la ropa esta sí me quedaron enormes.
Más tarde bajé las escaleras en donde pude apreciar que provenían olores exquisitos desde la cocina y ahí pude ver a Adrián en la mesa sacando unas cajas marrones de una bolsa.
-No sé si te gusta o no, pero pedí comida china...-.
-Sí, me gusta-. Lo corté
-¡Mowgli! ¡Chico, ven!-. Tras gritar vino corriendo la bolita peluda que me recibió en la entrada.
-¿Le llamaste Mowgli también?-.
-Claro, sabía desde un principio que se llamaría así.
Rodé los ojos.
-¡Kung fu panda es mejor!
-Sabes que no.
-Sabes que sí, a parte no le pega Mowgli-. Informe mirando al perro. Él se río y asintió.
-Sí, sí le pega, es un desastre, curioso y salvaje, por eso se llama así y no solo porqué sea mi peli favorita-. En ese momento se giró para verme en la penumbra de la puerta apoyada. Se me quedó mirando como en la fiesta, me miré de arriba a bajo pensando en que a lo mejor estoy ridícula con el pijama.
-¿Qué?-. Pregunté un poco nerviosa.
-Nada-. Respondió mientras apartaba la vista rápidamente-.
-Una pregunta, ¿Cómo tienes un pijama de mi talla?-. Me acerqué para sentarme en la mesa ya colocada y servida.
-Porque tenía una novia-. La sorpresa me invadió formando una "o" con la boca y la aflicción a él.
-¿Tenías?-. Asintió.- Lo siento, es obvio que te duele-.
-No pasa nada, no es culpa tuya-. Sacudió la cabeza, como si eso fuese a sacar esos pensamientos de su mente.
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