
69-La Noche Más Oscura
31 de octubre de 1867...
Hace mucho tiempo, antes de ser Douji Sakura, ella fue Arakawa Riyoko, una mujer excepcional.
Perteneciente a una familia de clase alta, ella tenía su vida completa y no tendría que preocuparse mucho por su futuro, pero desde pequeña ella sentía un gran amor por el prójimo y por los necesitados. Su padre, quien nunca le negó la educación avanzada y era un médico reconocido en toda la capital imperial, le enseñó todo lo que sabía sobre la medicina, incluso mostrándole conocimientos que había adquirido de los extrangeros que visitaron Japón.
Fue gracias a su educación que Riyoko a sus veinte años, abrió una clínica clandestina destinada a ayudar a todos aquellos que no podían pagarse un tratamiento adecuado y ella jamás les cobraba algo, todas las medicinas y materiales las conseguía con el dinero de su familia. Durante cuatro años, salvó la vida de muchas personas de bajo recursos y estos le guardaban un gran cariño a su salvadora, pese a su personalidad tan excéntrica.
https://youtu.be/ZmdIfdOaVvY
—De verdad eres de lo peor, apenas hace dos meses tuve que tratarte las costillas que te rompiste en una pelea —mencionó con el frunciendo el ceño mientras le hacía un torniquete en el brazo a un hombre que traía un uniforme de jujitsu antiguo—. Ahora vienes a mí con un brazo roto, solo quieres que me ponga triste, ¿verdad, Goro?
—Jajajaja... lo siento, lo siento, Arakawa-san —dijo el luchador, rascándose la nuca—. Sé que te hago preocupar, pero Japón ahora es un caos y las buenas personas necesitan hacer algo, ¿no? Por eso ayudas a gente como yo, eres como una santa.
—¿"Una santa"? ¿Qué cosas tan estúpidas dices? Creo que te golpeaste también la cabeza, eres incorregible —dijo como si estuviera en su propio mundo—. Espero no verte aquí como mínimo en dos meses, si vuelves a venir tan pronto, no te lo perdonaré.
—Ahora suenas como una esposa, en cualquier momento podría pedirte matrimonio —mencionó a forma de broma.
La única respuesta de Riyoko fue sacarle la lengua, cosa que hizo que el hombre se fuera riendo.
Mientras ella acomodaba las cosas, un hombre en mal estado entró a su clínica clandestina, tocía sangre y sudaba bastante.
—¿Usted es Arakawa-san? Necesito que me ayude —suplicó con pocas fuerzas.
—Tranquilo, todo estará bien —aseguró recostándolo en un futón.
El hombre tosió incontrolablemente, escupiendo sangre y una de esas gotas de sangre le cayó en el ojo a Arakawa, ella no lo supo en aquel momento, pero ese sería el principio de su fin.
Durante horas, Riyoko trató de salvar al hombre con todos los tratamientos y medicinas que pudo, pero al final solo pudo verlo morir delante de sus ojos sin haber podido aliviar su dolor. Lo único que pudo hacer fue entregarle el cuerpo a la familia y pedir perdón con la frente pegada al suelo por no poder salvarlo.
En los días posteriores, la salud de Arakawa Riyoko se fue deteriorando, ya que se había contagiado de tuberculosis y debido a su enfermedad ya no podía recibir a más nadie por miedo a enfermarlos también.
Con el pasar de los días ella se volvió se ponía más débil, tocía sangre y no comía nada. Una noche, sabía que le quedaba poco tiempo de vida.
Tenía dificultad para respirar y tenía sudoraciones nocturnas. En sus últimos momentos alzó la mano al cielo, para pedir un milagro.
—Por favor, si hay algún Dios en el cielo, escucha mi pedido —suplicó respirando pesado—. Dame una segunda oportunidad para vivir, aún no he hecho un cambio significativo en esta ciudad... aún no he ayudado a suficientes personas, ellas aún me necesitan... ¿Quién velará por ellos?... solo quiero seguir ayudando a la gente, por favor. Solo necesito una segunda oportunidad.
Arakawa Riyoko murió a la edad de veinticuatro años, resurgiendo poco después como Douji Sakura, la hija mayor de Ibaraki Douji.
Debido a su muerte, Sakura desarrolló una terrible fobia a la suciedad y a los gérmenes, llegando a bañarse tres veces al día y a mantener a cada habitación en la que iba una baja temperatura para matar bacterias. Pese a que sus hermanas menores la admiraban, por su fuerza, belleza e inteligencia, en el fondo Sakura se sentía mal por no poder empatizar con sus hermanas. De las cuatro, ella tuvo la muerte más pacífica, nunca pudo consolarlas cuando recordaron sus horribles crímenes y no podía entender su dolor. Sakura pasó más de cien años, pensando que no fue la mejor hermana mayor que se supone debería ser.
En cuanto a Ibaraki Douji, muchas veces sacaba de quicio a Sakura, había veces en la que ella actuaba más madura que la mujer que se supone era su segunda Madre. Sin embargo, no podía negar el cariño que había desarrollado hacia ella, por más situaciones embarazosas que le haya hecho pasar, era una mujer que la había apoyado en todo y le había tratado con amor pese a no ser su verdadera hija.
En la actualidad...
Una vez más, Sakura estaba frente a frente contra Kuroneko Yamiko y su amiga la Kuchisake-ona Kirei.
—Las dos se han hecho más fuertes desde la última vez que las vi, sin duda alguna, Florentino Cantaclaro estaría orgulloso de ustedes —reconoció Sakura, en una postura de combate.
—No te atrevas a mencionarlo, maldita perra de hielo —replicó Yamiko, con una mirada sombría.
—Pero estoy diciendo la verdad, aquel venezolano fue un hombre extraordinario, un hombre que incluso después de morir seguía luchando —relató Sakura, con genuina fascinación—. Yo perdí al momento en el que salí corriendo asustada como una niña perdida en el bosque, él merece todos los reconocimientos que puedo darle como una artista marcial más.
—Considera esto una segunda ronda en su nombre —declaró Kirei, armándose con sus dos gigantescas cuchillas de tijeras.
—Estoy ansiosa, ese gran hombre encendió mi pasión por los duelos nuevamente —dijo Sakura, con una sonrisa.
https://youtu.be/vgug0LKhS3A
Yamiko y Kirei atacaron de frente, las observaciones de Sakura habían sido ciertas, las dos se habían vuelto más fuertes desde la última vez que las vio hace un mes y medio. Los niveles de Miasma que había sentido en Kirei aquella noche no eran los mismos que sentía en ese momento y el manejo de la espada de Yamiko era superior, más centrado, más fluido y más libre.
—Ah, muy bien, muy bien, juguemos rudo de una vez —murmuró Sakura, con sus ojos que transmitían todo su emoción— ¡Jujutsu: Higeki no Seppen! (Técnica Maldita: Copos de Nieve de la Tragedia).
Los copos de nieve que cortaban como cuchillas fueron invocados, listos para cortar a las dos amigas cuando Kirei actuó con rapidez.
—¡Jujutsu: Hasami no Ame! (Técnica Maldita: Lluvia de Tijeras).
Ahora las tijeras de Kirei eran mucho más poderosas al estar cargadas con mucho más Miasma y podía invocarlas en mayor cantidad. Gracias a esta nueva potencia de fuego, Kirei destruyó todos y cada uno de los copos de nieve invocados por Sakura, dándole así la oportunidad a su amiga de atacar.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 25: Un Ángel Caído que le Lloró a la Luna!
Yamiko saltó en el aire varios metros, atacando a Sakura con múltiples estoques con una extraordinaria precisión y velocidad, pero gracias a la Precognición de la Oni, ella pudo bloquear cada uno de sus estoques, contraatacando de inmediato con varios cortes curvos, los cuales Yamiko esquivo con habilidades acrobáticas al nivel de un campeón olímpico.
—¡Jugué todo Demon Souls preparándome para este tipo de situaciones! —exclamó a forma de broma— ¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 22: Jauría de Lobos de las Tinieblas!
Los lobos de las tinieblas fueron invocados, atacando a Sakura en grupo, pero al igual que en su primer enfrentamiento, la Oni de hielo fue capaz de cortarlos con sus letales ataques, pero esto solo era una distracción.
—Jujutsu: Watashi wa Utsukushīdesu ka? (Técnica Maldita: ¿Soy Hermosa?) —conjuró Kirei, invocando en su mano derecha una tijera hecha de Miasma puro.
Varias tijeras de considerable tamaño fueron invocadas alrededor del cuerpo de Sakura, ella sabía que el peligro era inminente, pero aún teniendo la Precognición no pudo destruir todas las tijeras con su katana, terminando con su brazo derecho y pierna izquierda siendo cortados. Ella cayó al suelo y por poco Yamiko la decapita, de no ser porque bloqueó con su arma sostenida con la mano izquierda. Acto seguido la aleja con una poderosa ventisca de hielo, lazándola varios metros y chocando contra Kirei.
—¡Jujutsu: Sugisarishi Seijitsu no Yuki Otome! (Técnica Maldita: Doncellas de las Nieves de los Santos Días Idos).
Las cuatro doncellas de hielo de Sakura aparecieron de frente a las dos amigas, atacándolas al mismo tiempo con su aliento congelante.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 18: Muro de las Tinieblas!
Las sombras de Yamiko lograron absorber el ataque, acto seguido Kirei usó sus dos cuchillas gigantes para destruir a las cuatro doncellas.
Sakura se había regenerado las extremidades que Kirei le había quitado sumamente rápido debido a ser un Yokai de Clase S.
—Eso sí que no me lo vi venir, estuvo bastante cerca —declaró con una ligera sonrisa—. Fue una brillante estrategia, ¿funcionará dos veces? Yukinokesshō-ryū kengi: Burizādo (Técnica de Espada del Estilo Copo de Nieve: Ventisca).
La Oni de hielo atacó a las dos amigas con cortes desde todas las direcciones posibles. Yamiko los bloqueaba gracias a la Precognición y a la décimo quinta técnica del Estilo Tsukuyomi, Estrellas Fugaces. Kirei se defendía gracias a sus grandes reflejos, producto de su ascensión a la Clase A, ahora era capaz de volverse volverse intangible a una mayor velocidad.
—¡Jujutsu: Nadare Funsai Zadamudo! (Técnica Maldita: Avalancha que Aplasta a los Condenados) —exclamó dando un gran salto hacia atras—. Usaré una expresión moderna... ¡"Bungacowa"!
Sakura montó aquella avalancha de nieve como si fuera una ola en las playas tropicales, arrasando con todo a su paso. Parecía que tanto Yamiko, como Kirei habían quedado atrapadas en su técnica, pero la Oni de nieve sabía que tan dignas rivales no serían vencidas tan fácilmente. Sus sospechas son confirmadas cuando Kirei se vuelve a hacer tangible, saliendo de entre la nieve y atacándola con sus cortes malditos.
—¡Jujutsu: Kitte, kitte korosu! (Técnica Maldita: Cortar, Cortar y Matar)
Kirei juntó sus dos cuchillas para crear una tijera gigantesca con la cual intentó cortar en pedacitos a Sakura, pero haciendo uso de su avanzado kenjutsu logró destruir su tijera por completo. Sin embargo, sus otros sentidos perciben un ataque inminente, por lo rápidamente se mueve hacia un lado para evitar a Yamiko, quien se habían ocultado en su mar de sombras para atacarla por sorpresa con la cuadragésima tercera técnica del Estilo Tsukuyomi, La Muerte sin Compasión de Mary Jane Kelly.
—Bien jugado —dijo Sakura, suspirando aliviada de haber podido esquivar ese ataque—. Redujiste a cero tus instintos asesinos y por poco pasas desapercibida para mi Precognición. Lastimosamente, Florentino Cantaclaro ya usó esa misma táctica contra mí, por lo que estoy preparada.
—Entonces lo único que nos queda es atacar de frente hasta que mueras —declaró Yamiko, con una sonrisa sádica.
—¿"Morir"?... sí, no las culpo por querer matarme, de hecho, pienso que sería bastante justo el que lo hagan —dijo Sakura, cabizbaja—. Sin embargo, debo volver con mi madre y mis hermanas. Aún no he sido la hermana mayor que ellas merecen y por ende, aún no puedo morir.
https://youtu.be/yiQ8W9yJjIg
Las tres rivales se miraron fijamente en silencio durante varios segundos, blandiendo sus armas con firmeza, pero sin mover ni un solo músculo. Sakura fue rodeada por su aura de Miasma y tomó una gran bocanada de aire.
—Snow woman coming now, snow woman from blizzard. Snow woman coming along, from the hades of ice and snow —conjuró, haciendo que el espacio alrededor se deformara, como si se derritiera ante las mujeres —.Snow woman freezing now, snow woman everything, all Snow woman freezing over, a witch of winter of the hell. Woman as clear as crystal has on clothes of pure white. You, tempted with cryptical her beauty and strange power. Enveloped every life & creation in witch craft. Congealed by gore of rage & agony & times... ¡Fīrudo mahō: Yukion'na! (Mujer de nieve llegando ahora, mujer de nieve de ventisca. Mujer de nieve que viene, de los hades del hielo y la nieve. Mujer de nieve congelándose ahora, mujer de nieve todo, todo. Mujer de nieve congelándose, una bruja del invierno del infierno. Mujer tan clara como el cristal tiene en la ropa de blanco puro. Tú, tentado con su críptica belleza y su extraño poder. Envuelta cada vida y creación en brujas. Congelado por el gore de la ira y la agonía y los tiempos... ¡Hechizo de Campo: Mujer de las Nieves!)
Yamiko y Kirei miraron perplejas como es que fueron teletransportadas a lo que parecía ser un castillo japonés de la era Sengoku totalmente hecho de hielo. Por las ventanas, se lograba apreciar que lo único que había era un vacío infinito totalmente negro.
—¿Qué es esto, Yamiko-chan? —preguntó Kirei, impactada.
—Es un Hechizo de Campo, escuché de ellos, pero jamás imaginé que un Yokai sería capaz de realizar uno —respondió igual de asombrada que su amiga.
—Este es mi templo, mi mayor logro como hija de Ibaraki Douji —declaró Sakura, sentada en un gran trono de hielo—. Estando en este lugar, puedo usar libremente todos mis Jujutsus sin temor a gastar mi Miasma, ya el propio templo actúa como una fuente de poder casi infinita.
Doce osos polares hechos de hielo aparecieron, rodeando a Yamiko y a Kirei y atacándolas al instante. La Kuchisake-onna trató de defenderse, pero debido al suelo del templo ella resbala y se volvió presa fácil para uno de los osos, que la mordió en su vientre y le arrancó una buena parte de sus órganos, haciendo que vomite sangre por montones y obligándola a volverse intangible para recuperarse de sus heridas.
Yamiko era capaz de defenderse y mantenerse en equilibrio gracias a la vigésima octava técnica del Estilo Tsukuyomi, Danza de los Lirios Violetas en Honor a la Luna, la cual como ya se había explicado antes le brindaba al usuario un equilibrio perfecto, incluso si tiene que saltar de bote en bote en medio del mar con oleaje.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 40: Tragedia en la Noche Plutónica del Avīci!
Combinando estas dos técnica, Yamiko logró cortar a todos los osos polares, con unos movimientos dignos de una patinadora sobre hielo profesional.
Sakura no le da descanso alguno, ya que seguido a eso invoca al Buda gigante que usó en su pelea contra Florentino. Esta nueva invocación atacó a Yamiko con rápidos golpes de palma, buscando aplastarla cual mosquito. Pese a su agilidad y Precognición, Yamiko empezó a tener problemas serios, pero para su suerte, Kirei apareció desde las alturas, haciéndose tangible para para decapitar al Buda con sus grandes tijeras.
—¡Esto no acaba! —exclamó Kirei, al ver que seguían apareciendo más y más invocaciones de Sakura.
—No hay de otra, tendremos que usar el Kamui —declaró Yamiko, determinante— ¿Podrás aguantar hasta que lo active?
—Por favor, ¿con quién crees que estas hablando? —dijo Kirei, con una sonrisa confiada—. Tal vez no sea buena patinadora, pero nadie debe subestimar mis tijeras.
Yamiko asintió y se sumergió a su mar de sombras para transformarse.
—¡Jujutsu: Hasami no Ame! (Técnica Maldita: Lluvia de Tijeras).
Kirei atacó a las creaciones de Sakura a quemarropa con sus tijeras, disparándolas a la misma velocidad que una metralleta y así podía mantenerlas a raya.
—Yo soy la Jueza del Avīci, persigo al mal desde las sombras —conjuraba llevándose la mano derecha a donde estaba su corazón—. Miro al abismo a los ojos, pero este no puede corromperme, porque mi amor me guía en las tinieblas de la noche. Mientras siga rezando, nadie volverá a tenerle miedo a la oscuridad... ¡Kamui!
De entre las tinieblas, Yamiko emergió en su forma cúspide de adulta y emanando su aura tanto majestuosa como sombría.
—Ella es hermosa —murmuró Sakura, asombrada— ¿Esta es su transformación perfecta?
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 30: Cortes Malditos de la Tragedia de Genji Monogatari!
El Juicio del Avīci fue envuelto en una enorme energía oscura, aumentando el tamaño de su hoja hasta el punto de ser más grande que la propia Sakura. Al golpear los suelos del templo con todas sus fuerzas, logra algo que Sakura creía imposible y es que logra destruir su Hechizo de Campo, haciendo que las tres regresen al mundo real.
—Increíble, no tengo palabras suficientes para describir la admiración que siento ahora —declaró Sakura, con una sonrisa casi infantil, algo raro en ella que casi siempre mostraba un rostro frío y carente de emociones—. Kuroneko Yamiko y Kirei, son las mejores mujeres con las que me he enfrentado desde que me convertí en una Oni, ¿me concederían el honor de ser mis más grandes rivales?
—Fufufu, no hace falta que nos elogies tanto, harás que me sonroje —dijo Kirei, con un poco de pena.
—A partir de ahora, pelearemos con todas nuestras fuerzas, espero que estés lista —remarcó Yamiko, blandiendo su espada con una tranquilidad sorprendente.
https://youtu.be/q174SB-A-S4
—¡Yukinokesshō-ryū kengi: Natsukashī Hibi no Yukinokesshō! (Técnica de Espada del Estilo Copo de Nieve: Copos de Nieve de Días Nostálgicos)
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 40: Tragedia en la Noche Plutónica del Avīci!
Yamiko y Sakura chocaron sus espadas a gran velocidad, destrozando todo a su paso e impidiéndole a Kirei el acercarse sin convertirse en un estorbo para Yamiko.
—¡Jujutsu: Aijin no Kokoro o Kōraseru Kui! (Técnica Maldita: Estacas que Congelan el Corazón de una Amante).
Cientos de estacas de hielo aparecieron por todo el terreno de combate, pero Yamiko las cortaba con una velocidad y reflejos sobrehumanos.
—¡Jujutsu: Gokkan! (Técnica Maldita: Frío Polar).
Sakura creó un colosal tornado de nieve y fragmentos de hielo que eran sumamente filosos y cortaban la piel de Yamiko como mantequilla, pero ella mantenía su tranquilidad.
—Esto se acabó —sentenció Yamiko, haciendo que la punta de su espada toque el suelo—. Ah, que técnica más grandiosa es esta... Tsukuyomi-ryū kyūkyoku no waza: 'Yami no Yoru' (Técnica Definitiva del Estilo Tsukuyomi: La Noche Más Oscura).
La oscuridad cubrió por completo tanto a Sakura como a Yamiko. Era una cúpula de puras tinieblas. Sakura no sentía ninguna intensión asesina por ninguna parte, trató de usar sus otros sentidos para detectar a Yamiko, pero se dio cuenta de que era imposible. No podía ver, oír, oler o sentir algo; todos sus sentidos estaban inutilizados en aquel vacío de oscuridad.
El final de la pelea llegó cuando sin previo aviso y sin que Sakura lo notara hasta que la técnica se deshizo y pudo darse cuenta del resultado.
En esa oscuridad total, Yamiko le había cortado el pecho, la espalda, las piernas y los brazos cientos de veces. La Oni cayó al suelo sin más fuerzas para luchar, su factor regenerativo estaba al límite para mantenerla con vida, por lo que se estaba regenerando sumamente lento y además, había usado una buena parte de su Miasma en su Hechizo de Campo. Incluso si lograba recuperar su brazos y piernas, no podría pelear en varias horas.
—Está sucia... esta calle está muy sucia —murmuró Sakura, temblando a causa de su germofobia. Al alzar la vista, vio como Yamiko se acercaba en su forma normal— ¿Vas a matarme?
—Créeme que me gustaría hacerte pagar por lo que le hiciste a Florentino-dono, pero la única razón por la que no te mato es por tu hermana menor, Nara-san —reveló para asombro de Sakura—. Cuando le dije a Nara que iría a matar contigo casi se pone a llorar, dijo algo de que para los Onis era un honor morir en batalla y, sin embargo, no podía creerle. No puedo arrebatarle a Nara a alguien tan importante para ella como lo eres tú, Sakura Douji, yo ya sé lo que se siente el perder a alguien importante y nadie debería experimentarlo. Ella no merece perder a su hermana mayor.
—¡Uhahahahaha!... Kuroneko Yamiko... eres una mujer increíble —declaró con pocas fuerzas—. Dile a Nara... que no la odio... ninguna de nosotras la odia... ni siquiera Madre.
Sakura cayó inconsciente debido a la pérdida de sangre y Miasma, pero al ser una Oni, sobreviviría a eso.
Yamiko se tambaleó, Kirei la sostuvo para evitar que se cayera.
—¿Estás bien? —preguntó Kirei, preocupada.
—El Kamui consume mucha energía —respondió respirando pesado.
—¡Yamiko-san, Kirei-san! —gritó a lo lejos Rai, llegando a la escena del combate.
—¡Rai-kun! ¿Qué sucedio en Kioto? —preguntó Yamiko, aliviada de verlo, hasta que notó el cinturón negro de Oyama en su frente—. No puedo ser... ¿Yasunari-senpai...?
—Murió contra Ootakemaru, pero está bien, él y yo lo derrotamos "juntos" —respondió Rai, cabizbajo.
Yamiko abrazó a Rai, mientras sollozaba y Kirei al instante también los abrazó mientras lloraban la pérdida de un buen amigo que los acompañó y aconsejó en múltiples aventuras.
Con las hijas y los capitanes de Ibaraki Douji derrotados, solo quedaba la jefa final de esta batalla.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro