Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

68-Cruel es la Lucha Entre Hermanas

20 de diciembre de 1866...

Hace mucho tiempo, antes de ser Douji Katsuki, ella fue Mochizuki Aoi, una asesina a sueldo.

Para Aoi, las cosas tenían que hacerse rápido y sin muchas complicaciones, no le gustaba hacer sufrir a sus víctimas, por más perversas que sean algunas veces, el sufrimiento para ella era inecesario, algo que cambiaría una vez que se convirtió en una Oni.

Ella era una experta en las areas de socializar, debido a su presencia poco intimidante, su belleza y su carisma le resultaba fácil seducir a sus víctimas sean hombre o mujeres para que bajaran la guardia ante ella y así poder matarlos con una aguja especial que guardaba en su pipa, la cual podía convertir la arteria del cuello en una fuente de sangre con un rápido movimiento.

Aquella noche, su objetivo iba a ser el más grande de su carrera, el Capitán de la Primera División del Shinsengumi, El Monstruo Oculto, Okita Souji.

https://youtu.be/VR-EiEBqfWw

Se supone que sería una misión sencilla para Mochizuki Aoi, al caer la noche ella fue hasta el dojo que Okita Souji manejaba como regalo de Kondo Isami. 

Tocó la puerta con desespero y cuando el capitán abrió la puerta se encontró con una mujer despavorida y con múltiples moretones en el rostro.

—¡Okita-dono, por favor, ayúdeme! —suplicó entre lágrimas perfectamente fingidas— ¡Quiere matarme!

—¡¡¿Dónde estás pequeña golfa?!! ¡¡Voy a matarte!! —se escuchó a alguien gritar a lo lejos.

—Pasa rápido —indicó el espadachín.

Aoi entró al dojo, el cual estaba casi vacío al haberse ido los alumnos a sus casas, el primer paso de su plan estaba hecho.

—¿Quién era él? —preguntó señalando con el pulgar hacia afuera.

—Es... es mi esposo, se pone así cada vez que bebe —mintió, en realidad era un socio suyo, pero su actuación era bastante convincente—. Supo que estaba guardando dinero para huir y empezó a golpearme, pero logré escapar, ¿Puedo quedarme aquí hasta mañana?

Ella trató de acercarse a Okita, pero con cada paso que ella daba él retrocida uno.

—Puede quedarse esta noche, pero debe darse un baño, sus ropas están muy sucias —pidió con un rostro frío—. Si hay algo que no me gusta es la suciedad.

—Oh, claro, sí... iré de inmediato a bañarme, gracias por recibirme, Okita-dono—dijo con una sonrisa nerviosa.

—Dejaré su ropa limpia junto a la bañera, puede que le quede algo grande ya que solo tengo ropas de hombre.

Durante su baño, Aoi escondió su pipa especial entre sus ropas sucias para evitar que Okita Souji la viera y sospechara cualquier cosa. Una vez aseada, ocultó su arma entre las mangas de su kimono, encontrándose con su objetivo sentado a la luz de la luna mientras bebía un poco de té recién hecho.

Ella se sentó a su lado, manteniendo una distancia adecuada con él para que no se aleje y pueda matarlo fácilmente con la aguja. 

—Muchas gracias por ayudarme, Okita-dono, no sé cómo pagarle —dijo mostrándose afligida.

—No necesito que me pagues, debería irse a dormir adentro, le preparé un futón —respondió con cierta indiferencia—. Puede tomar un poco de té si quieres, pero no me gustaría que se exponga a estos vientos tan fríos estandosrecién bañada, podría resfriarse.

—Es muy tierno que se preocupe por mí, Okita-dono —comentó en tono coqueto.

—Tonta, sola hago mi trabajo como miembro del Shinsengumi —replicó tomando un sorbo de su té—. Mi deber es velar por la seguridad de todos los japones, si quieres pagarme entonces espero que mantengas el cuarto que te di ordenado.

El capitán cerró los ojos un momento mientras bostezaba, momento en el cual con un rápido movimiento que ella había practicado durane varios años, sacó su pipa con la aguja oculta de su manga y procedió a apuñarla a Souji Okita en el cuello. Sin embargo, algo increíble para Aoi sucedió, el Capitán del la Primera División del Shinsengumi, había logrado frenar en seco su apuñalada la cual podía realizar en menos de 0, 5 segundos y era aún más difícil de bloquear a la distancia en la que estaban.

—Que decepción... nada más entrar a mi dojo tuve una ligera impresión de quién eras en realidad —confesó con un rostro bastante trágico—. El olor a hierro que desprendía tu arma oculta, la forma en la que tratabas de acercarte a mí, las cicatrices en tus manos... no quería matarte, ensuciarías todo mi dojo, pero no tengo otra opción. Tendré que desvelarme limpiando el sitio.

Sin previo aviso, Okita Souji le partió el brazo a Aoi quien trató de lanzarle una patada en la cara, pero nuevamente el espadachín atrapó su pierna y la rompió con suma facilidad, haciéndole soltar un gran grito de dolor. La asesina trató de huir arrastrándose con desesperación, pero Okita tomó su katana y la apuñaló en su corazón. Ella toció sangre y en pocos segundos murió, dejando a Okita Souji con una mueca de disgusto por todo el desastre que dejó.

Ese fue el trágico final de Michizaki Aoi y el nacimiento de Douji Katsuki, la segunda hija de Ibaraki Douji.

Katsuki al convertirse en un Oni, adquirió cierta crueldad con los humanos, aunque tampoco le gustaba matar a diestra y siniestra, solo mataba a quienes se le ordenaba como en sus días de asesina a sueldo. Admiraba a Sakura y a Nara y era algo sobreprotectora con Yumei, alentándola a volverse más fuerte físicamente para que no dependa tanto de su Jujutsu. Confiaba plenamente en Ibaraki Douji, ¿cómo no hacerlo? Con los poderes que le dio, podía hacerle frente a cualquiera y nunca más volvería a sufrir lo de aquella noche. 



En la actualidad...

En las calles de Tokio, Katsuki ahora debía enfrentarse a la hermana que admiraba y su compañera kunoichi.

—Escucha bien, humana, deberías irte de aquí —dijo Katsuki, apuntando con uno de sus abanicos a Kumiko—. Esto es un asunto entre hermanas, vete de aquí si no quieres morir.

—Creéme que esto también me involucra, yo también sufrí a manos del Shinsengumi, puedo entenderte aunque sea un poco, Douji Katsuki —declaró Kumiko, desenvainando El Segador.

—¿Le contaste sobre mi lamentable muerte? —interrogó mirando a su hermana con enojo.

—Si alguien podía entendernos, esa sería sería Kumiko-chan —confesó Nara, frunciendo el ceño—. Las tres fuimos víctimas de esa cruel organización, por eso no quisiera luchar contigo, Katsuki-Nee chan. 

—Ya oíste a Sakura-Onee sama, cruel es la lucha entre hermanas, incluso si tú no quieres pelear yo no puedo permitir que arruines los planes de Madre —declaró con determinación—. Quiero el mundo que ella desea crear.

—¿A qué te refieres? —preguntó Kumiko, intrigada. 

—Una vez que todo esto acabe, finalmente podré cumplir el sueño que tenía cuando era humana: una vida tranquila —respondió mirando hacia el cielo estrellado—. Se supone que Okita Souji sería mi objetivo final, por el que me pagarían millones y así, podría dejar de ser una asesina. Leeré todos los mangas que he coleccionado desde los sesenta, me mudaré a un lugar tropical como Hawai y tal vez me case cuando conozca al chico o a la chica correcta y tendré una familia feliz. Por eso, le devolveré a Madre todo lo que ha hecho por mí y así tendré mi sueño hecho realidad. 

—De verdad lamento el tener que romper ese sueño, mi querida hermana mayor —dijo Nara, con una mirada melancólica.

https://youtu.be/iBcuOgQorqw

Ambas hermanas chocaron sus armas en un abrir y cerrar de ojos. Katsuki bloqueó el estoque de la naginata de Nara con sus abanicos y rápidamente convirtió su cuerpo en neblina para evitar los shuriken de Kumiko, tomando distancias de las dos.

¡Jujutsu: Tākoizu Sunēku! (Técnica Maldita: Serpientes Turquesas).

Dos serpientes hechas de neblina fueron invocadas para atacar a las dos mujeres. Nara las entretuvo, mientras que Kumiko usó su gran velocidad para intentar cortar a Katsuki, pero su velocidad de reacción era impresionante, ya que convirtió la parte de su cuerpo que iba a ser cortada en neblina y con un movimiento de sus abanicos, fue capaz de crear una ráfaga de viento que alejó a Kumiko varios metros.

Mmmm... es como Nara dijo, no parece ser usuaria de la Precognición —pensó Kumiko, con una ligera sonrisa—. Simplemente es increíblemente molesta de atacar porque su velocidad de reacción compensa eso último. Si logro tomarla desprevenida tendremos una oportunidad, pero por ahora no utilizaré mi mano derecha, la reservaré para el climax del combate.

Nara logró destruir las invocaciones de Katsuki al inhalar una gran cantidad de aire para luego expulsarla como si de un tornado se tratara, deshaciendo la técnica gracias a su capacidad pulmonar sobrehumana.

¡Jujutsu: Yōgan-Kyū! (Técnica Maldita: Esferas de Lava)

La Oni pelirroja disparó una docena de bolas de lava como si fueran balas por la boca, pero a Katsuki no le preocupaba en lo más mínimo.

—¡Ups! Fallaste... Uhm, lo siento, fallaste otra vez —decía en tono burlón mientras transformaba las partes de su cuerpo en neblina para evitar cada uno de los disparos— ¡Ey! Tienes diez puntos por darme en la barriga y otros veinte puntos por apuntar a la cabeza.

—Estoy comenzando a arder —mencionó Nara, con notable enojo.

—Bailemos, Nara-Nee chan —dijo Katsuki, con desafío.

Las hermanas volvieron a arremeter la una contra la otra con sus dos armas, las dos parecían igualadas en el manejo de sus armas, pero sus estilos de combate eran muy diferentes. 

Nara era mucho más agresiva y directa con sus movimientos, cada paso que daba en la tierra dejaba huellas negras humeantes y su propio cuerpo empezó a hechar humo de lo caliente que estaba. Desde que se volvió una Oni, Nara había desarrollado una emoción ardiente por los combates, su Jujutsu estrella era: Bāningukonbo (Combo Ardiente). Por cada golpe en cadena que daba, su cuerpo aumentaba su temperatura hasta el punto de arder, lo que causaba que sus ataques se volvieran más poderosos y esto se extendía a su naginata cuya hoja adoptaba una apariencia al rojo vivo.

Por su parte, Katsuki era más cuidadosa, ágil y elegante con sus técnicas y movimientos, los cuales simulaban una hermosa danza. Katsuki había aprendido esta danza por parte de las geishas con las cuales se crió cuando era humana y al volverse una Oni, entrenó con su Madre Ibaraki Douji para convertirla en un arte marcial sumamente letal y elegante.

Las hermanas Onis se atacaban por todas las calles, destruyendo postes de luz, autos, árboles y negocios. Kumiko les seguía de cerca haciendo parkour en lo alto de los edificios.

Estas Onis son escalofriantes, su fuerza y velocidad no son como otros Yokais a los que he enfrentado antes, con razón Onii chan y los demás terminaron en tan mal estado. Entrar de frente en ese intercambio de ataques significaria mi muerte —pensó Kumiko, asombrada—. Todo lo que puedo hacer por ahora es darle la oportunidad a Nara de derrotarla, ya sea atacando por sopresa o usando mi mano derecha.

Kumiko tomó su kusarigama y aprovechando que Katsuki estaba tan enfocada en Nara, envolvió el cuello de la Oni de pelo turquesa con la cadena de su arma, permitíendole a su compañera el darle un profundo corte en diagonal en todo el pecho que le provocó a Katsuki uno de los más grandes dolores en su vida. 

Al realizar el corte, la herida ardió en llamas y se cauterizó al instante. Katsuki se convirtió en neblina para escapar del arma de la kunoichi e intentó cortarla por la mitad con sus abinicos, pero Kumiko había previsto esta acción, por lo que nada más Katsuki acercarse a ella lanzó una bomba aturdidora que explotó en el momento justo en que su oponente tomó forma física. Permitiendo de esta manera a Kumiko reagruparse con Nara.

—¡Gracias por la ayuda, Kumiko-chan! Ese fue un gran escape, los ninjas son más impresionantes de lo que pensé —elogió Nara, dándole una palmada en la espalda a Kumiko, sin tener en cuenta de que su cuerpo aún estaba caliente.

—¡Quema, quema, quema! —exclamó Kumiko, sintiendo como si le hubieran puesto una plancha ardiente en la espalda.

—¡Perdón, perdón! Se me olvidó que Bāningukonbo tardaba un minuto en reiniciarse —dijo Nara, apenada.

Cometí el error de subestimar a esa kunoichi por ser débil y como consecuencia dejé que me atrapara, mierda, siento cada uno de mis órganos en llamas —pensó Katsuki, frunciendo el ceño—. He aprendido la lección, no solo debo estar al pendiente de Nara, sino también de esa chica y de sus trucos.

https://youtu.be/b8ES26TV1ac

¡Jujutsu: Kiri Otomenomai! (Técnica Maldita: Danza de la Doncella de la Neblina).

Con su elegante danza, Katsuki lanzó sus cuchillas turquesas de forma incesante contra sus oponentes. Nara era capaz de desviarlas con su naginata, pero a Kumiko solo le quedaba el esquivarlas.

En un momento de descuido, Katsuki aparece delante suyo, atacándola con rápidos cortes.

—Primero, la que me puso una cadena como si fuera un perro —murmuró con una sonrisa sádica.

Kumiko trató de defenderse con El Segador, pero la velocidad de Katsuki era por mucho superior a la de ella, por lo que no pudo bloquear todos los cortes y cuando parecía que iba a ser su fin, es Nara quien llega a su rescate, recibiendo de lleno un corte en X en todo el pecho que la hace sangrar bastante, pero aprovechó su cercanía con Nara para intentar atacarla con una llamarada de fuego, la cual si logró hacerle algo de daño a Katsuki antes de que se convirtiera en niebla para evitar tal ataque.

—¡Nara-san! Lo lamento, fue mi culpa —dijo Kumiko, sintiéndose horrible porque su amiga haya resultado herida por protegerla.

—¡Uhahahahaha! No te preocupes, Kumiko-chan —dijo Nara, con su herida ya sanada—. Estas son cosas que puedo sorportar por una amiga. A diferencia de mí, tu no te puedes regenerar, ¿podrás seguir con esas heridas en tu cuerpo?

—He recibido golpes peores —aseguró con determinación mientras se retiraba los vendajes de su mano—. Es hora de usar mi arma secreta.

Al descubrirla, Nara observó como la mano de Kumiko tenía una enfermiza coloración morada.

—¿Qué diablos te pasó en la mano? —preguntó tan intrigada como asqueada.

—Esta es una de las técnica más peligrosas y letales del Ninjutsu, Doku no Te (Mano Venenosa) —reveló con una sonrisa.

La Mano Venenosa es una técnica del Ninjutsu desarrollada por el Clan shinobi Fūma hace cientos de años, no todo el mundo podía utilizarla debido a lo peligroso y doloroso que era el procedimiento. 

Una semana antes de que iniciara el ataque de Ibaraki Douji, Kumiko le había pedido al laboratorio de investigación de la Sede de Tokio un conjunto de animales y plantas venonosas, tanto normales como sobrenaturales, las cuales molió y mezcló con arena. Luego sumergía y quitaba su mano durante dos horas, para luego sumergirla en antídoto durante otras dos horas. Este proceso se repetía un total de siete veces al día y justamente un día antes de este golpe de estado, la mano de Kumiko adquirió la coloración característica de esta técnica.

—Por lo general, este veneno sería capaz de matar a una persona en pocos minutos, pero con una Oni de Clase S, lo más probable es que quede paralizada durante horas o durante días —explicó mirando su mano letal.

—Veo a donde quieres llegar y de verdad te agradezco el que me ayudes a detener a mi hermana de esta manera —dijo Nara, acariciando la cabeza de Kumiko— ¡Vamos espalda con espalda! Ahora mismo no podemos permitir que nos tome desprevenidas.

Las dos chicas pegaron sus espaldas, pelearían a la defensiva para tomar desprevenida a Katsuki y así paralizarla. A lo lejos, Katsuki volvió a su forma base, regenerando todas sus quemaduras que obtuvo por Nara.

—Esto se está extendiendo demasiado, querida hermana, y a mí me gustan los trabajos rápidos sin muchas complicaciones —dijo Katsuki, con una mirada maliciosa— ¡Jujutsu: Kiri ni Hisomu Kaibutsu! (Técnica Maldita: El Monstruo que se Oculta en la Neblina).

Expulsando una gran cantidad de neblina de la boca, Katsuki invoca su monstruo canino de doce metros que atacó de inmediato al duo.

Nara logró detener sus fauces usando su naginata, pero en consecuencia, Kumiko estaba desprotegida ante Katsuki que se lanzó a atacarla.

¡Jujutsu: Demonbāsuto! (Técnica Maldita: Estallido del Demonio).

En el último segundo y aún luchando contra la bestia, Nara logró proteger a Kumiko invocando dos volcanes a los lados de su hermana que dispararon chorros de lava. Como siempre, Katsuki logró evitarlos al volverse neblina.

—Debo calcular el momento perfecto para atacarla con la Mano Venenosa —dijo Kumiko para sus adentros—. Su velocidad a la hora de transformarse en neblina es de menos de un segundo, por lo que tendré que sacrificar mi cuerpo con tal de poder envenenarla.

¡Jujutsu: Araarashiku Atsuki Ai no Shakunetsu no Ha! (Técnica Maldita: Cuchilla Ardiente del Amor Rudo y Pasional).

Con su naginata encendida en llamas infernales, Nara cortó a la bestia de neblina con una velocidad y fuerza asombrosa, haciendo que desaparezca.

¡Jujutsu: Chigiri Sen Kiri no Shi! (Técnica Maldita: Muerte por Mil Cortes en la Neblina Sangrienta).

Katsuki convirtió completamente su cuerpo en neblina y lo extendió alrededor de Nara y Kumiko, dificultándoles la visión. De esta manera, procedió a cortar sus cuerpos repetidas veces; la Oni pelirroja apenas si podía defenderse en este inferno. Kumiko, por su parte, usaba su técnica del Ninjutsu Kaze Wa Mottomo Fukai Himitsu o Sasayakimasu (El Viento Susurra los Secretos Más Profundos) para poder predecir el siguiente ataque de Katsuki y usar su mano venenosa.

—¡Ahora! —exclamó con una determinación abismal.

Kumiko recibió un profundo corte en el hombro izquierdo que casi la parte a la mitad, pero logró usar su técnica Latigazo, golpeándola en un costado del torso. Gracias a su entrenamiento con Yasunari Oyama, logró atrevesar la piel y algo de músculo con su técnica. El veneno ya había entrado en su sistema y ahora solo era cuestión de tiempo para que le haga efecto.

Gracias al dolor provocado por la técnica Latigazo, Katsuki quedó aturdida el tiempo suficiente como para recibir un poderoso cabezazo de parte de Nara que la mandó a volar lejos y anulando su técnica.

Nara atrapó a Kumiko entre brazos, usó parte de su sarashi para tratar su sangrado.

—Tienes la oportunidad, está todo en tus manos, Nara-san —murmuró con una ligera sonrisa.

—Tu determinación es enorme, Kumiko-chan, hiciste un estupendo trabajo —dijo Nara, protegiendo a Kumiko en una cúpula de tierra—. Ahora descansa, yo acabaré esto de una vez por todas.

https://youtu.be/y5R9OftRb3c

Katsuki miró la herida que Kumiko le había hecho en el costado, se había curado, pero su piel quedó con una extraña coloración morada.

—Onee sama, vamos con todo —declaró Nara, con una sonrisa confiada mientras empuñaba su naginata.

Tengo que derrotarla aquí y ahora, esa kunoichi me hizo algo —pensó Katsuki, preocupada.

¡Jujutsu: Araarashiku Atsuki Ai no Ahakunetsu no Ha! (Técnica Maldita: Cuchilla Ardiente del Amor Rudo y Pasional)/¡Jujutsu: Kiri Otomenomai! (Técnica Maldita: Danza de la Doncella de la Neblina) —exclamaron las dos al mismo tiempo.

Las hermanas lanzaron sus técnicas con toda su fuerza y velocidad. Nara hacia girar su naginata de tal forma que parecía un espectáculo callejero de danza con fuego, que competía con la elegante danza de abanicos de Katsuki.

¡Jujutsu: Jigoku no ō! (Técnica Maldita: Rey del Infierno) —exclamó Katsuki, empezando a sentir sus manos entumecidas.

Con su Neblina del Caos, Katsuki fue capaz de crear a un demonio de diez metros, con una corona y una cabeza de calavera.

Esta nueva invocación arremetió contra Nara con cientos de puñetazos con una velocidad superior a la vista humana. La Oni pelirroja se defendía gracias a su grandes reflejos y técnicas para desviar a ataques caractarísticas del silat. Gracias a esto, su Jujutsu Bāningukonbo volvió a activarse.

—¡Hacia mucho tiempo que no combatíamos así! ¡Ora, ora, ora, ora, ora, ora, ora, ora, ora, ora, ora! —gritó Nara, con su ferocidad al límite.

El cuerpo de Nara ardió en llamas, atravesando por completo a la invocación y yendo directo a por su hermana, a la cual le dio un golpe directo en su mandíbula con el codo. Con ese golpe tan fuerte, Katsuki fue disparada en el aire, girando un total de diez veces antes de caer de nuevo al suelo, donde su debilidad aumentaba. Su invocación había desaparecido y ya no podía mover sus extremidades.

—Lo siento, pero te quedarás aquí quiera hasta que todo esto termine —declaró Nara, empezando a sentirse agotada por todo el combate—. Espero que algún día todas ustedes puedan perdonarme por lo que hecho, pero realmente deseo que ninguna muera en este conflicto.

—¿Eres idiota o te parió un teletubbie? Ninguna de nosotras te odia, ni siquiera nuestra Madre quien es la primera en tener el derecho a enfadarse —replicó Katsuki, frenciendo el ceño y sintiendo demasiado sueño de repente—. Ninguna... de nosotros... te odiaría... sin importar lo que hagas.

Katsuki cayó dormida producto del veneno. Ante sus palabras, Nara empezó a llorar, su mayor temor era ser odiada por la familia que la había amado durante más de un siglo.

—¡Nara-chan! —ella pudo reconocer la voz al instante, era Akira.

Su novio descendió del cielo cargando a Kaioh Rai y a Shui Li en su forma Kamui.

—Nara-san, ¿dónde está Kumiko-Nee chan? —preguntó el chico de cabellos dorados, preocupado.

—Llegan en el momento justo, ella necesita atención médica —informó deshaciendo la cúpula que protegía a Kumiko.

Rápidamente Shui fue hasta la kunoichi, sanándola con su magia Forestación.

—No te preocupes Rai, ella estará como nueva en unos diez minutos —aseguró Shui, con una sonrisa.

—Es un alivio —murmuró Rai, cabizbajo.

—Mírenla, durmiendo tan dulcemente, casi no parece una Oni sedienta de sangre —comentó Akira, refiriéndose a Katsuki a lo que Nara respondió con un pequeño golpe en la cabeza.

—Es mi hermana mayor de la que estás hablando, idiota —replicó frunciendo el ceño—. Deberías deshacer el Kamui, antes de que te desmayes del cansancio.

—¡Ah, cierto! —exclamó Akira.

Cuando el chico pelirrojo volvió a la normalidad, casi cae sin fuerzas al suelo, pero Nara lo atrapó en el último momento, colocando su cabeza contra sus pechos.

—Eres un idiota, Akatsuki Akira, haces que me preocupe demás —murmuró Nara, acariciando su cabeza.

—Lo lamento, pero teníamos que llegar rápido para apoyar al resto contra Ibaraki Douji —dijo Akira, con una ligera sonrisa.

—Yamiko-san y Kirei-san deben de estar enfretándose a Sakura —dijo Rai, frunciendo el ceño—. Iré a apoyarlas.

—Adelante, me quedaré con Akira y Kumiko para tratarlos —declaró Shui.

Rai asintió y se fue en busca de su novia y de su amiga.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro