
43-Combates a Muerte en San Valentín
La situación se veía difícil para Akira y Nara, estaban rodeados por varios miembros del Shinsengumi, liderados por Fuyuki Marin. Varios miembros los apuntaban con revolvers y rifles de cacería, los demás esperaban la oportunidad para entablar un combate cuerpo a cuerpo. Akira sostenía con fuerza el mango de su nodachi, adoptando una postura defensiva, mientras que Nara adopto una postura del silat baja, con el codo izquierdo hacia el frente y el brazo derecho ligeramente hacia atrás.
—De todas las cosas que pensé que podían salir mal en esta cita, nunca me imaginé al Shinsengumi como una posibilidad —comentó Akira a forma de broma.
—Lo siento, querido, órdenes son órdenes, yo también preferiría estar sentada en mi departamento comiendo helado que tener que matar a un sucio miembro del Clan Akatsuki y una mujer impura —dijo Marin, con desgano.
—Podré ser un sucio, pero tu eres una solterona si tus planes originales eran comer helado sola en un departamento —respondió con tono burlón.
Algunas venas se le marcaron en la frente a Marin por ese último comentario, aplastando su caja de cigarrillos justo cuando iba a agarrar uno.
—Bien, con eso sellaste tu destino —dijo con ira contenida—. Llénenlos de plomo de una vez, muchachos.
https://youtu.be/rQydUAFnp0E
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 41: Flamas Abrazadoras!
Los miembros del Shinsengumi empezaron a disparar contra la pareja. Akira se defendió usando una técnica defensiva del Estilo Amaterasu, junto a la Precognición, logrando cortar y desviar con maestría las balas. Nara por su parte, se movilizó a una gran velocidad entre los disparos sin recibir ninguna herida, con aquella forma sus habilidades físicas habían aumentado de manera excepcional. Logrando llegar hasta varios francotiradores de un salto y los agarró de sus haoris, dándoles vueltas en el aire para estrellarlos con varias paredes y azotarlos contra el piso hasta dejarlos inconscientes con varios huesos rotos.
—Nunca pensé que una mujer se vería tan sexy al golpear a un criminal —pensó Akira, con una sonrisa pícara al ver a Nara
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 16: Chakrams Igneos del Gran Ashuatama!
Akira lanzó sus chakrams de fuego hacia los tiradores, generando múltiples explosiones y mandándolos a volar, pero su verdadero objetivo era escapar de su campo de visión para tomarlos desprevenidos con las tercera técnica del Estilo Amaterasu, Amanecer. Generando cortes profundos en muchos tiradores del Shinsengumi.
Sin embargo, la Precognición le advertía sobre un peligro inminente, por lo que rápidamente bloquea el ataque y aún con eso es arrastrado diez metros de distancia al chocar su arma con el sansetsukon de Fuyuki.
—Tiene una fuerza bruta excepcional —se dijo para sus adentros, entrecerrando los ojos, como si analizara a su oponente.
Fuyuki Marin se lanzó al ataque a una velocidad impresionante, casi igual a la de Akira antes de su segundo combate contra Kaioh Rai. Por más que Akira trataba de cortar su arma, esta era de un material excepcional y bastante resistente. La capitana del Shinsengumi hacía girar su arma con gracia y fluidez, como una bailarina de listón.
Se lanzó contra Akira nuevamente, atacando desde múltiples ángulos al girar su arma y al cambiar de mano en un simple parpadeo, el samurái pelirrojo nuevamente utilizó la técnica cuadragésima primera del estilo Amaterasu para bloquear cada uno de los ataques de su contraria.
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 1: Corte del Fénix Volador!
Akira marcó distancias con un rápido corte descendente el cual su adversaria esquivó dando un paso hacia atrás, antes de que la hoja tocara el suelo y con una diferencia de un segundo, volvió a realizar un corte ascendente, pero Fuyuki Marin fue más rápida ya que usando su sansetsukon envolvió la hoja de la nodachi cual serpiente y se la arrebató de las manos a Akira, lanzándola lejos y dejándolo desarmado.
—Imposible... ¿acasó es...? —pensó Akira, preocupado.
El joven Akatsuki lanzó bolas de fuego desde sus dedos índice y medio, como si fuera una pistola, mientras corría para recuperar su arma. Por su parte, Fuyuki desviaba cada uno de sus disparos con facilidad.
Al volver a tomar su arma, se preparó para su siguiente movimiento.
—Técnica del Estilo Amaterasu № 3: Amanecer —susurró.
En un simple parpadeo, Akira desapareció de la vista de su adversaria, pero ella movió su arma cual látigo y logró golpear al chico en un costado de su torso antes de que pudiera cortarla, sorprendiéndolo, ya que incluso cuando Yamiko logró descubrir la principal debilidad de su técnica no se salvó de recibir de un golpe.
—Tus trucos baratos no funcionar conmigo, mocoso —declaró Fuyuki, con una mirada asesina y carente de emociones—. No creas que eres el único que posee la habilidad Precognición.
—Como lo supuse, esto será una batalla de predicción —dijo Akira, sonriendo de emoción.
Mientras ellos dos peleaban, Nara seguía enfrascada en su lucha contra los espadachines del Shinsengumi, ya que ella se había deshecho de todos los tiradores.
Un total de diez espadachines armados con katanas y wakisashis la estaban rodeando, pero ella no lucía preocupada por nada, más bien su rostro era adornado por una sonrisa de emoción psicópata similar a la de Kaioh Rai cuando se dejaba dominar por sus instintos asesinos. La sonrisa de Nara provocaba nervios en los miembros del Shinsengumi, pero aún así ellos se lanzaron al ataque al mismo tiempo.
Nara esquivó el primer corte y contraatacó con un codazo izquierdo que mandó a volar al primer espadachín unos veinte metros con la nariz destrozada, acto seguido atacó al segundo desarmándolo con una patada alta y tras esquivar el ataque a traición de un tercero por la espalda, mató al segundo espadachín destrozándole el cráneo con un derechazo en toda la sien.
—¡¿Es todo lo que tienen?! ¡Al menos sean presas mucho más interesantes! —exclamó con éxtasis.
Nara agarró al agresor que la atacó por la espalda y le rompió el cuello sin vacilar. Cuando un cuarto y quinto espadachín fueron contra ella, la salvaje mujer los mandó a volar a los dos con una patada curva que los estrelló contra una pared. Acto seguido mató al sexto al destrozarle la tráquea con un codazo derecho. El séptimo y octavo atacaron al mismo tiempo, desde la diestra e izquierda de Nara, pero ella simplemente los agarró de la cabeza y se las estrelló la una con la otra, dejándolos inconscientes.
Por último, Nara atacó de frente al noveno, esquivando todos sus cortes con una fluidez y agilidad propia del silat y le destrozó la mandíbula con un uppercut que lo alzó en el aire unos ocho metros antes de caer al suelo noqueado. Cuando el único espadachín que quedaba la atacó, Nara jugó con él un rato como un gato que juega con el ratón antes de devorarlos, incluso se atrevió a ponerse a bailar de forma ridícula únicamente para desesperarlo. Finalmente se aburrió y le destrozó toda la caja torácica con un poderoso derechazo que lo mandó a volar treinta metros.
Al verse libre de molestias, fue a ayudar rápidamente a su cita, quien seguía enfrascado en una dura batalla contra Fuyuki Marin.
https://youtu.be/GildH4LXGRU
Nara saltó en el aire con todas sus fuerzas y descendió con una poderosa patada de hacha que destrozó gran parte del terreno donde se encontraban Akira y Fuyuki, haciendo que la tierra tiemble. La capitana del Shinsengumi logró evitar el ataque, pero ahora estaba más a la defensiva ahora que una nueva oponente se había sumado a la fiesta.
—Oye bomboncito, te ví en problemas y quise ayudarte —dijo con emoción mientras se tronaba los puños—. Espero que no te importe.
—Claro que no, nada mejor que darle sus pataditas a una criminal junto a una chica sexy —dijo Akira, jovial y listo para una segunda ronda.
—Son peores que las cucarachas —murmuró Fuyuki, fastidiada.
Los enamorados se lanzaron al mismo tiempo contra Fuyuki, la capitana adoptó una postura defensiva y relajó su cuerpo lo más que podía. Nara atacó con varios combos curvos de golpes, mientras que Akira atacó usando la novena técnica del Estilo Amaterasu, Ráfaga Solar. Sin embargo, gracias a la Precognición y una flexibilidad digna de una bailarina, logró esquivar casi por completo cada uno de sus ataques y golpearlos en varios puntos de su torso, por último tomó distancia de ellos, notándose en su cuerpo algunos cortes superficiales hechos por Akira.
Parecía que sus golpes le habían hecho menos daño a Nara que Akira, pero el chico aún tenía fuerza suficientes como para arrastrar un autobús diez calles.
—Esta es la primera vez que me enfrento en un combate real contra alguien que también posee la Precognición —comentó con una sonrisa radiante— ¡Me está matando la emoción!
—¡Uhahahahaha! ¿"Precognición", dices? He escuchado sobre ese estado mental, mi hermana mayor es capaz de usarla también —mencionó entre risas—. Solo debemos llevar sus capacidades al límite, al empezar a estresar su mente, la Precognición fallará al necesitar total relajación.
—Suena un buen plan. Las damas primero —dijo Akira, poniéndose en posición.
Nara se impulsó con ambos pies y fue como bala de cañón contra Fuyuki Marin, quien le atacó con golpes curvos desde todos los ángulos posibles. La elegante artista marcial bloqueaba cada golpe del sansetsukon con los antebrazos y los codos, inmutándose ante la gran fuerza física de Fuyuki. Aún así, por más que intentaba conectarle algún golpe, ella los esquivaba efectivamente sin detener su ofensiva ni por un segundo.
Para fortuna de su enamorada, Akira apareció a un costado de Fuyuki, con su espada al rojo vivo.
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 30: Estoque Purificador de Suzaku!
Akira lanzó una estocada con el Sol Orgulloso, Fuyuki creía haberlo esquivado al doblar su cuerpo, pero la Precognición no se calmaba y ese error le costaría caro ya que de la espada de Akira salió disparada una poderosa llamarada de fuego, que le quemó el costado y el brazo izquierdo. Fuyuki se alejó adolorida, pero Nara no le daba descanso alguno, la atacaba con rápidos golpes y patadas en forma de medialuna. La capitana del Shinsengumi estaba usando al máximo sus reflejos, flexibilidad y Precognición para evadir todo lo que le lanzaban.
—¡Combinación de las Técnicas № 4 y № 18 del Estilo Amaterasu: Danza Alegre de la Diosa X Garras Flameantes!
Akira forzó los músculos de sus piernas al máximo para moverse a como flash alrededor de Nara y Fuyuki, era tan rápido que parecía una mancha rojiza a los ojos de la capitana y sin que su Precognición pudiera protegerla, Akira realizó tres ataques que cortaron a Fuyuki en trozos, rebanando su pierna, brazo y cabeza como si fuera mantequilla.
La batalla había terminado, Akira estaba agotado. Sin bien es posible combinar las técnicas de los Tres Estilos Divinos, el hacerlo conlleva un gran cansancio físico y/o contribuye al agotamiento acelerado de la Energía Kundalini, por lo que raramente los usuarios de estos estilos hacían eso. Estaba a punto de caer de rodillas al suelo, pero Nara (quien volvió a su forma original) lo atrapó con cariño.
—Cuidado, bombón, no quiero que te lastimes ese bello rostro —dijo en tono coqueto.
—Zehaha..., gracias Nara —musitó relajado al estar en los brazos de su cita.
Una batalla del día de los enamorados había concluido, pero todavía quedaba una pareja que luchaba por su vida después de que su cita se viera frustrada.
Mientras Akatsuki Akira y Douji Nara luchaban contra las tropas de Fuyuki Marin, Kuroneko Yamiko y Kaioh empezaron su lucha contra las tropas de Kamo Itosai.
https://youtu.be/ZYAPgPH9hsI
Los tiradores dispararon plomo contra los dos espadachines.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 18: Muro de las Tinieblas!
—¡Técnica del Estilo Susanoo № 10: Agua Cristalina!
Yamiko cubrió la retaguardia con una pared de oscuridad que se tragó las balas, mientras que Rai alzó un muro de agua en el frente que las frenó en seco.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 22: Jauría de Lobos de las Tinieblas!
Los lobos sombríos aparecieron cerca de los miembros del Shinsengumi, atacándolos con sus colmillos y garras de forma sanguinaria y violenta. Los espadachines podían hacerles frente con sus espadas con textos sagrados grabados en ellas, pero el que más se destacaba era Kamo Itosai, ya que con su katana combinada con una gran habilidad, cortó a varios lobos de un solo tajo.
—¡Técnica del Estilo Susanoo № 28: Muerte de Relámpagos Dorados!
Rai disparó sus cuchillas eléctricas, cortando a varios tiradores del Shinsengumi de forma limpia.
Ambos jóvenes fueron tras los espadachines al ya no tener que preocuparse de las balas. Yamiko atacó con la vigésima octava técnica del Estilo Tsukuyomi, mientras que Rai utilizó la segunda técnica del Estilo Susanoo para atacar con movimientos rápidos y feroces, parecían totalmente sincronizados en sus movimientos de manera instintiva.
—Vaya... no esperaba tener que enfrentar a jóvenes amantes, están unidos por el hilo rojo del destino —comento Kamo, al observarlos luchar para luego tomar un walkie-talkie—. Francotiradores, ¿todo listo?
—Todo listo, capitán Kamo —informaron desde la otra línea.
Desde unos edificios cercanos, dos francotiradores apuntaron hacia Yamiko y Rai, disparando contra ellos. Esto fue sentido por la Precognición de Yamiko.
—¡Rai-kun, viene un ataque desde la distancia! —advirtió.
Rai logró reaccionar a tiempo usando la tercera técnica del Estilo Susanoo, Espuma de Mar, esquivando el primer disparo. Yamiko, por su parte, esquivó los disparos al sumergirse en su mar de sombras
En aquel mar de oscuridad, nadó lo más rápido que pudo hasta llegar a donde estaba uno de los francotiradores, decapitándolo en menos de un segundo. Acto seguido, repitió el mismo procedimiento con el segundo que se encontraba a un kilometro del primero. Sin más enemigos que puedan tomarlos desprevenidos, Yamiko regresó para luchar junto a Rai, quien ya había empezado a luchar contra Kamo Itosai y otros espadachines del Shinsengumi.
—Te recuerdo, Kaioh Rai —mencionó Kamo, atacando con sus subordinados—. Hace cuatro años atacaste uno de nuestros escondites y convenciste a Fūma Kumiko de seguirte hasta el fin del mundo. Si tienes a dos chicas a tus pies, debes ser todo un Casanova.
—No te atrevas a mencionar a Nee-chan, bastardo —replicó Rai, molesto—¡Técnica del Estilo Susanoo № 2: Mares Embrabecidos!
Con una velocidad impresionante, Rai cortó a varios de los subordinados de Kamo, pero fue detenido por este mismo con una extraña facilidad.
—¿Sabes? Que un impuro como tú use el Niten Ichi-Ryu del gran Miyamoto Musashi me provoca una incomodidad que no puedo tolerar —declaró con una sonrisa burlona.
Yamiko trató de atacar a Kamo por la espalda, pero este desenvainó su segunda katana y bloqueó el corte de la chica, acto seguido, dio un mortal hacia atrás para tomar distancias y adoptar una postura que Yamiko y Rai identificaron al instante.
—Me lleva el novio de Li-dono —murmuró Yamiko, frunciendo el ceño.
—Si Miyamoto Musashi estuviera aquí mismo, te escupiría en la cara por utilizar su estilo —acusó Rai, apretando los dientes con furia— ¡Un asesino fascista como tú no merece el Niten Ichi-Ryu!
—El Niten Ichi-Ryu es un tesoro de la historia japonesa, alguien como yo, que defiende los verdaderos ideales de Japón es el indicado para este estilo —replicó Kamo, con soberbia—. Al final, solo el más digno usuario del Niten Ichi-Ryu prevalecerá.
Kamo Itosai se lanzó hacia los dos jóvenes con su centro de gravedad bajo y chocó espadas con ambos, haciendo que retrocedan diez pasos al impactar, cosa que los desconcertó ya que nunca antes un oponente normal había sido capaz de empujarlos así de la nada y menos alguien que jamás usaría magia, como un miembro del Shinsengumi.
El capitán atacó nuevamente, lanzando varios cortes ondulantes contra los chicos a una gran velocidad.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 15: Estrellas Fugaces!
—¡Técnica del Estilo Susanoo № 5: Olas Feroces!
Ambos utilizaron sus técnicas defensivas para bloquear cada uno de los ataques de Kamo Itosai, pero incluso con eso, eran llevados a rastras hacia atrás, ni siquiera la técnica de Rai que se supone lo hacía inamovible podía evitar esto. Eventualmente, logró penetrar sus defensas, Yamiko logró esquivar su ataque gracias a la Precognición, pero Rai debido a aún no dominar esta técnica recibió un ligero corte en el pecho.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 19: Corte del Cuervo que Anuncia la Muerte!
Yamiko lanzó múltiples cuchillas de sombras contra Kamo, pero este las esquivó con gracia y estilo, únicamente cortando las mangas de su kimono y haori, mostrando unos brazos anormalmente músculos y gruesos, al igual que sus manos.
—¿Qué eres? ¿Popeye? —interrogó Yamiko, extrañada.
—Hehehe, buen chiste, pero no —respondió con serenidad—. Nací con una condición genética llamada gigantismo localizado. Esto provocó un gran crecimiento en mis brazos y manos, por lo que tengo una gran fuerza de agarre y al realizar golpes.
—¿Estás bien, Rai-kun? —preguntó Yamiko, al ver la sangre en el kimono de Rai.
—Sí, no te preocupes, los cortes de tu padre eran más dolorosos —respondió con tranquilidad—. Es posible que él sea un usuario de la Precognición como tú, no será fácil acertarle un golpe y más aún con esa defensa.
—Nos las arreglaremos, después de todo, si te vencí a tí será fácil derrotar a este tipo —aseguró a forma de broma, ganándose un gruñido molesto de su cita.
Listos para un nuevo round, los dos jóvenes atacaron a Kamo Itosai desde múltiples ángulos, buscando tomarlo desprevenido.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 20: Manos de Ultratumba!
—¡Técnica del Estilo Susanoo № 20: Tigre Relampagueante!
Yamiko convirtió la sombra de Kamo en varias manos sombrías que lo retuvieron en el sitio, el tiempo suficiente como para que Rai pudiera lanzar su técnica más mortífera, como consecuencia, el capitán del Shinsengumi recibió un profundo zarpazo en le pecho seguido de una poderosa descarga eléctrica que le hizo escupir espuma por la boca.
—¡Ahora! —avisó Yamiko, yendo al ataque junto a Rai.
La Precognición de Kamo se activó, haciendo que reaccione a tiempo para bloquear ambos ataques.
—¡No seré derrotado por unos mocosos impuros! —gritó con varias venas marcadas en la frente.
Kamo empujó a los chicos con gran fuerza para alejarlos y atacar con un poderoso corte frontal con sus espadas en equis.
—¡Técnica del Estilo Susanoo № 8: Mordedura de Raijun!
Rai fue mucho más rápido, conectándole una poderosa estocada en el vientre que expulsó una terrible cantidad de sangre y haciendo que vomite esta misma. Yamiko lo remató con la primera técnica del Estilo Tsukuyomi, Corte de Media Luna, cortándolo por la mitad.
Finalmente el combate había terminado y ambos chicos podían respirar aliviados por fin, a pesar de que su cita se había arruinado, no podían negar que se habían divertido bastante, la lucha y perfeccionar sus estilos de kenjutsu eran algo que llevaban en la sangre, por lo que la adrenalina del momento siempre los llenaba de felicidad. Yamiko tomó su teléfono y llamó a la Organización Lovecraft para que hagan la limpieza.
Una hora después...
La noche no había finalizado de la forma más pacífica posible, sin duda alguna había sido la cita más caótica que Akira había tenido en toda su vida y eso que el acostumbraba a salir con locas, pero no la consideraba del todo un fracaso, después de todo ver a Nara golpear a esos locos le había parecido bastante sexy.
La chica se encontraba limpiando su fedora mientras caminaba al lado del pelirrojo, se le veía un poco molesta, principalmente porque al transformarse su camisa se había roto, por lo que ahora llevaba una chaqueta que un miembro de la Organización Lovecraft había traído por petición de Akira.
https://youtu.be/rejyATS23PE
—De verdad, ¿por qué sigues trabajando para la Organización Lovecraft? —inquirió Nara mientras fruncía el ceño—. No veo que hayan hecho algún cambio al mundo, todo esta pocilga sigue igual que siempre. El Shinsengumi sigue actuando como si no hubiera pasado nada hace cien años.
—Realmente no busco hacer un cambio en el mundo, suena a algo demasiado avaricioso para mí —respondió Akira, pensativo—. Mi único objetivo es proteger a todos aquellos que no puedan defenderse, a los débiles y desamparados, ese es mi deber como samurái. Este mundo lleno de locos como el Shinsengumi necesita de buenas personas que hagan el bien por amor al prójimo.
—Al diablo el mundo, ¿Qué ha hecho este mundo por tí, Akira? Lo único que ha hecho este mundo por mí ha sido mierda tras mierda —cuestionó la joven, con frustración y enojo—. Este mundo no te deja ser una buena persona.
—Oye Nara... ¿de qué película sacaste ese diálogo tan deprimente? —preguntó a forma de broma, haciendo que su cita le responda con gruñidos iracundos— ¿Puedo serte totalmente sincero?
—Por supuesto, te lo permitiré porque eres lindo —aceptó metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones.
—Después de toda la mierda en mi vida, después de todos los horrores que he visto tanto de humanos como de Yokais he llegado a una única conclusión: soy una buena persona —confesó con una cálida sonrisa que hizo que el corazón de Nara palpitara más rápido—. Sin importar cuán horrible pueda ser el mundo a veces, yo lo único que deseo es el bien de todos a mi alrededor, sin importar cuánto lo intente este mundo no me hará una mala persona porque soy más fuerte que eso.
—Tu salvas al mundo, pero ¿Quién te salvará a tí? —cuestionó cabizbaja.
—Mis amigos —respondió con sencillez—. Les he confiado mi alma así como ellos lo han hecho con las suyas.
Akira tomó de la mano a Nara y la guío hasta un parque bastante concurrido de Tokio.
—Mira a todas estas personas, sin duda alguna la gran mayoría son buenas personas, me lo dice mi instinto —declaró con júbilo—. Tengo fe en la humanidad porque si la pierdo también perderé la fe en mí mismo, ya que también soy un humano. Por eso puedo declarar con mi fe en alto que la gran mayoría de estas personas ayudarían a otras solo por amor al prójimo.
Los ojos de Nara brillaron con asombro y fascinación, lo que provocó que un antiguo recuerdo suyo saliera a la luz después de años de estar enterrado. Hace mucho, un hombre y una mujer con un ideal hicieron que ella tuviera fe en la humanidad, dicha fe se perdió tras una tragedia, pero los buenos momentos que pasó junto a esa pareja habían vuelto gracias a aquel chico idealista.
—Haha... ¡Uhahahahahahaha! ¡Tonto y encantador, chico! —exclamó entre risas y llevándose la mano a la cara con jovialidad—. Diablos... tienes un don excepcional para ver lo mejor de las cosas, eso te vuelve súper candente. Aunque te daré una advertencia si quieres tener algo serio conmigo: me gusta morder mucho.
—Mi madre me advirtió de las locas como tú y esperaba que tuviera razón —mencionó en tono pícaro.
—Bueeeeno, si tu quieres... podría pasar la noche en tu departamento, es tarde y no deseo molestar a mi madre y a mis hermanas —sugirió con tono seductor.
—Ehm... si así quieres, no puedo oponerme —aceptó algo nervioso, ya que no sabía como reaccionaría a su desorden.
Al llegar y entrar al departamento de Akira, Nara entró como si nada, importándole poco los tomos de manga regados por el suelo.
—Debo serte sincera, esperaba que hubiera revistas porno en el departamento de un chico como tú —comentó recostándose en su puff que Akira tenía en una esquina.
—No soy de ese tipo de cosas —negó algo apenado.
—Ah, ¿pero si eres del tipo que le gusta mangas ecchis como High School of the Dead? —inquirió divertida, tomando uno de los tomos y hojeándolo en las partes más "interesantes".
Cuando Akira trató de quitárselo, Nara lo agarró del brazo y lo sentó en su regazo, tomándole de la mano izquierda con cariño.
—Hay una frase de Mario Benedetti que acabo de recordar por esto —comentó hechizado por la belleza de Nara—. "Se acercó y me dio la mano. De todas aquellas manos, la suya era la única que me transmitía vida".
El corazón de Nara volvió a acelerarse y no pudo resistir las ganas de besar a Akira de una forma ardiente, incontrolable y apasionada. El joven Akatsuki en un principio se sorprendió, pero en menos de un segundo le siguió el ritmo a la chica.
—No es suficiente, Akira-kun abre más la boca —pidió en medio del beso con desespero.
—S-shi —musitó Akira, empezando un beso de lenguas con Nara.
Aquel beso francés estuvo cargado de pasión y sensualidad, algunas veces Akira se atrevía a tocar a las sensuales curvas de Nara. Lo mismo hacía ella al tocar el torso musculoso del joven. Tras varios segundos de besarse, Nara se separó del él, dejando un hilo de saliva entre ambos.
—¿Hice algo mal? —preguntó Akira, inseguro.
—No, lo has hecho increíble, Akira-kun —aclaró acariciando su rostro—. Solamente no quiero ir directamente al sexo, ¿sabes? Quiero seguir conociendo al maravilloso ser humano que es Akatsuki Akira antes de eso, todavía tienes que ganar muchos puntos.
—¡Zehahaha! Entonces repitamos nuestra cita en otra ocasión, solo que sin un ataque sorpresa del Shinsengumi —sugirió con jovialidad—. Conocerás todo sobre mí y también quiero conocer todo sobre Douji Nara.
—¿Inclusive mis demonios? —preguntó cabizbaja.
—Amar a una persona significa amarla con todo, lo bueno, lo malo y lo inusual. Sin importar tus demonios, mientras más te conozca, más me enamoraré de tí —declaró con una sonrisa cálida.
—Te ganaste otros cinco puntos —musitó con una sonrisa.
https://youtu.be/Fd_3EkGr0-4
En otra parte de Tokio, Kuroneko Yamiko y Kaioh Rai estaban sentados en la banca de un parque, relajándose después de su enfrentamiento y con sus heridas ya tratadas por el personal médico de la Organización Lovecraft que vino a limpiar el desastre. El ambiente del parque durante la noche era simplemente hermoso, las luces de los postes combinados con las luces de la ciudad junto con el sonido de los grillos y otros animales nocturnos generaba cierto sentimiento de paz. Lamentablemente para Rai, sus pensamientos nocivos volvieron a aparecer, haciendo que se sienta inseguro.
—Lamento lo de hoy, te esforzaste mucho para preparar esta salida y pasó todo esto —dijo Rai, cabizbajo.
Yamiko le jaló la oreja a Rai, haciendo que suelte un pequeño quejido.
—Tú no tienes la culpa, el Shinsengumi es el único responsable de lo que ocurrió esta noche, ¿entendiste? —replicó frunciendo el ceño—. Además, siempre que tú estés a mi lado, nunca dejaré de divertirme.
Rai desvió la mirada un poco sonrojado, pero también aliviado ya que nuevamente Yamiko le ayudaba a eliminar muchas de sus inseguridades.
—¡Ah, cierto! Te tengo un regalo —dijo Yamiko, sacando de su mar de sombras la caja en forma de corazón. Aunque primero le sacudió algunas balas que tenía encima producto de haber usado su técnica anteriormente— ¡Para tí! Hice estos chocolates con la ayuda de mi madre, es una vieja receta de mi familia en Inglaterra, espero que te gusten.
—Chocolate, ¿eh? Olvidé su sabor hace tiempo —comentó mientras abría la caja y oliéndolos detenidamente con satisfacción—. Kaioh Yuichiro no solía comprarme dulces, los pocos que comía los conseguía gracias a Kumiko que se escabullía a la ciudad.
—Ahora puedes comer todos los que quieras y los que mejor saben, son los caseros —dijo Yamiko, tomando uno de los chocolates para ofrecérselo—. Di "aaaaah", Rai-kun.
El joven de cabellos rubios miró a Yamiko rojo como tomate, fijándose en la dulce sonrisa que tenía. Con su mano izquierda la tomó de la mano que sostenía el chocolate y lo agarró con la boca, masticándolo lentamente para disfrutar del sabor.
—Está delicioso —declaró con una sonrisa—. Comería tus chocolates toda la vida.
—Ajajaja, dalo por hecho —aseguró con sus mejillas coloradas, comiendo de los dulces junto a él.
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