30-Metal Pesado
Dos horas antes...
—¡¿Qué dices?! —gritó Kumiko, impactada.
—No quiero que interfieras en mi duelo contra Akatsuki Motobe —repitió Rai, quitando las manos de sus oídos después del agudo grito—. Tengo dos razones: la primera es que necesito retarme a mí mismo para cuando me vuelva a enfrentar a Yamiko y a Akira, sé que ellos no se quedarán de brazos cruzados y se harán más fuertes, lo digo por instinto; la segunda razón ya la sabes, no me agradan tus tácticas de ninja, me parecen deshonrosas y yo quiero demostrar que el Clan Kaioh es mejor que esos hipócritas.
—¡No seas idiota! —le regañó con su voz agudizándose cada vez que alzaba el tono—. Mis técnicas de ninja podrán asegurarte una victoria ante cualquier oponente, no sería necesario que te arriesgues tanto ante una persona que te supera en experiencia.
Rai tomó a Kumiko de los hombros y le dedicó una sonrisa dulce y confiada.
—No te preocupes, Nee-chan, si mi vida corre peligro entonces allí puedes interferir —dijo con tranquilidad—. Por el resto no tienes nada de qué preocuparte, las enseñanzas de Kaioh Yuichiro me han preparado para este momento.
—Eso espero, Onii-chan —dijo antes de abrazarlo—. Por favor, ten cuidado y da lo mejor de tí.
En el presente...
Akatsuki Motobe y Kaioh Rai caminaban tranquilamente por una calle apartada de Tokio hasta llegar a un terreno baldío lo suficientemente espacioso para su duelo.
—¿Sabes? Puedo notar la presencia de tu amiga kunoichi, parece que se preocupa por tí —observó Motobe con una ligera sonrisa mientras realizaba algunos estiramientos.
—Así es ella, a veces es muy sobreprotectora —comentó haciendo girar la gema de un anillo que llevaba en el dedo medio de su mano izquierda para transformarse y adquirir todo su traje y armamento.
—¿Es tu novia acaso? —preguntó con picardía—. Que galán eres.
—Asco... no, no es mi novia —corrigió con una mueca de desagrado—. Nos criamos juntos, somos prácticamente hermanos. Kaioh Yuichiro era un malnacido, pero al menos le agradezco la oportunidad de haber conocido una chica tan maravillosa como ella y de... ¡uy!
Inmediatamente puso su mano en la boca al darse cuenta que habló de más sobre su vida.
—¿Kaioh Yuichiro? Uhm... suena interesante y como hablaste de él en pasado quiere decir que ya ha fallecido y ya que mencionaste a tu padre con cariño puedo suponer que no es él, sino algún otro familiar que sobrevivió a la extinción de Clan Kaioh —observó Motobe con perspicacia.
—Ya hablamos demasiado, iniciemos de una vez —exigió desenvainando sus dos espadas y adoptando su postura.
—Niño estás siguiendo un camino incorrecto —replicó Motobe, con una expresión seria.
—Ahórrese sus palabras, me dijeron que me dirían mentiras —declaró Rai, frunciendo el ceño.
—Bueno, lo intenté —musitó Motobe, suspirando.
https://youtu.be/MEVEjokn238
Akatsuki Motobe se colocó con las piernas ligeramente abiertas, con los brazos extendidos hacia el frente y con las palmas de las manos bien abiertas. Él estaba consciente de que Rai fue manipulado, su principal sospechoso era ese tal Kaioh Yuichiro, por lo que si lograba vencerlo en este duelo lo llevaría con su clan y con los Kuroneko para poder saber los detalles de su pasado y que él pueda saber la verdadera razón de la exterminación de su clan.
El primero en atacar fue Rai impulsándose a gran velocidad hacia el hombre, hasta que estuvo en su "hitbox" y realizó un corte en diagonal hacia abajo con sus dos espadas que Motobe esquivó dando un rápido paso hacia atrás.
—Maldición, es casi tan rápido como Akira y casi tan controlado en sus movimientos como Yamiko —pensó Motobe, tomándose su tiempo para analizar a su oponente.
Rai volvió a atacar con un corte en X de frente, pero Motobe lo agarró de ambos brazos antes que logre cortar su cuerpo y lo lanzó con fuerza haciendo que caiga al suelo de espaldas, lo cual para Rai fue un gran dolor, debido al gran físico de su oponente se sintió como ser atropellado por un auto. A pesar del dolor, se levantó rápido y volvió a tomar otra posición, estaba vez con los brazos levantados, las espadas apuntando de frente, pero con la wakisashi hacia atrás, ya que tenía doblado el brazo izquierdo.
—¡Técnica del Estilo Susanoo № 11: Truenos Iracundos!
Otro corte es hecho, esta vez con sus dos espadas yendo hacia lados opuestos de manera horizontal, debido a la velocidad Motobe no tuvo tiempo a reaccionar por completo y a causa de eso recibió unos cortes en el pecho los cuales de milagro no fueron críticos como deberían ser.
—Debo elogiarlo, Motobe-dono, cualquier otra persona ya estaría en el suelo desangrándose debido a mis cortes, pero usted los está manejando bien —dijo Rai, con una pequeña sonrisa.
—Aún no he mostrado todos mis trucos —advirtió tomando una postura defensiva.
El joven espadachín y el jiujitsuka se miraron en silencio varios segundos antes de que alguno realizara el siguiente movimiento. Nuevamente era Rai quien tenía la iniciativa, adoptó una postura baja encorvando la espada y se lanzó como rayo en contra de Motobe, listo para cortarlo en el abdomen, pero en un segundo fue estampado de lleno en la tierra debido a que el jiujitsuka lo atacó con un otoshi zouki, un golpe curvo hacia abajo del jiu jitsu. Motobe quería rematarlo con una patada de hacha para dejarlo inconsciente, pero el joven rodó en el piso para evitar el golpe.
—¡Técnica del Estilo Susanoo № 17: Descenso del Cataclismo!
Tras levantarse, Rai saltó en el aire para realizar dos cortes verticales descendentes con sus dos espadas, para su suerte Motobe volvió al esquivar el ataque, pero el golpe en la tierra levantó una gran cantidad de tierra y polvo que le impedía ver al chico y más aún en la oscuridad de la noche, por lo que se comió de lleno un chorro de agua a alta presión convocada por Rai. La fuerza fue incluso mayor a la manguera de un camión de bomberos a su máxima potencia, tal era el poder de este ataque que le agrietó un par de costillas y lo estampó de lleno contra una pared cercana.
Rai estaba decidido a rematarlo, al ir contra él despejó toda la nube de polvo debido a la velocidad a la que iba, pero al intentar cortar su pecho nuevamente sintió como si sus espadas hubieran golpeado algo increíblemente fuerte y el temblor de sus armas fue transferido a todo su cuerpo que estaba temblando y para completar, volvió a ser lanzado lejos, estaba vez por una maé guéli, una patada frontal.
Al reintegrarse, Rai observó con los ojos abiertos como platos el cuerpo de Motobe, el cual se había vuelto de un color plateado sumamente reluciente, su piel, ojos, boca y cabello, todo su cuerpo se había transmutado en este resistente material.
—Este es mi Arte Místico: Man of Steel —dijo mientras hacía girar su hombros que sentía algo tensos—. En pocas palabras puedo convertir mi cuerpo en este metal sumamente resistente a casi cualquier ataque, por lo que tus cortes ahora quedan anulados contra mí, ¿qué trucos usarás ahora?
El joven de cabellos dorados sonrió con emoción psicópata, este combate había aumentado de nivel sumamente rápido. Su esternón estaba roto debido a la última patada, pero eso no le importaba, ya que este combate le permitiría hacerse más fuerte. Sus instintos de supervivencia y asesinos salieron a flote en la forma de una electrizante aura.
https://youtu.be/kipli33p5Es
—¡Técnica del Estilo Susanoo № 30: Tsunami Furioso de los Dioses!
Al clavar sus dos espadas en el suelo Rai invocó una gigantesca ola de tsunami directo hacia Motobe que tuvo que frenar con una patada de hacha debido a que si ese ataque continuaba podía dañar estructuras cercanas de civiles. Al observar nuevamente, Rai estaba moviéndose alrededor suyo bastante rápido y en un patrón totalmente impredecible, prestó atención a sus pies y notó el hábil movimiento que hacían, no había pasos innecesarios y eran más salvajes que los del boxeo.
—Técnica del Estilo Susanoo № 7: Vientos que Anuncian la Tormenta —murmuró, revelando el nombre de su técnica.
Las espadas de Rai brillaron en chispas doradas, si no podía cortarlo entonces iba electrocutarlo hasta que se desmayara. Llegó la hora y atacó desde un punto ciego, el siguiente golpe transferiría la electricidad de sus espadas a su cuerpo, pero Akatsuki Motobe reaccionó a tiempo y le realizó un ikkyo. Es decir, lo agarró de la muñeca y el brazo izquierdo y lo hizo girar en el aire para estrellarlo de cara contra el suelo con toda su fuerza.
Parecía que por el tremendo golpe había quedado noqueado finalmente, pero Motobe cometió el error de confiarse y por eso recibió de lleno una descarga eléctrica del cuerpo de Rai como si este fuera una anguila.
El joven espadachín se pone de pie nuevamente, con su sonrisa de emoción neurótica aumentando.
—"De todo el karma en que he incurrido desde el principio de los tiempos. Por causa de la avaricia, la cólera, y la locura, que no tienen principio. Nacidas de mi cuerpo, de mi boca y mis pensamientos. En este momento me confieso abiertamente de ello" —murmuró con malicia— ¡Como una inundación te devoraré! ¡Técnica del Estilo Susanoo № 20: Tigre Relampagueante!
El salvaje depredador hecho de rayos fue invocado y atacó a Motobe, la velocidad de esta técnica era algo nunca antes visto para el hechicero veterano, por lo que le fue imposible esquivar aquel zarpazo doble que no solo cortó a través de su piel de metal sino que también recibió tal descarga que lo dejó de rodillas en el suelo, sin la capacidad de mantener activado su Arte Místico. Akatsuki Motobe había perdido este combate.
—¿Qué esperas niño? ¡Mátalo! —exigió Susanoo manifestándose al lado de Rai.
La sonrisa neurótica de Rai poco a poco volvió a transformarse en un rostro sereno y carente de emociones.
—No, ya está bien, él ha perdido y yo he ganado, no tengo necesidad de matarlo —replicó envainando sus armas.
—No puedes ser blando con ellos, mocoso ¿Qué acaso no quieres ser más fuerte? ¡Este es el camino de todos aquellos que buscan el poder! —exclamó Susanoo, emitiendo un aura asesina intensa—. Si no les muestras que eres un verdadero monstruo, entonces seguirán pisoteándote como si fueras escoria. Si les perdonas la vida, tu madre y hermanas seguirán viviendo en la miseria.
—¡Silencio Arconte lunático! —gritó Rai, con varias venas marcándosele en la frente de la ira—. Yo soy el que tiene la Tormenta Salvaje, así que yo decido a quién matar y a quién no, ¿escuchaste? No me interesa lo que digas, si no tienes nada sensato que decir entonces cierra tu puta boca llena de mierda, ¡¿Ok?!
—Mocoso de mierda... algún día verás la veracidad de mis palabras cuando fracases en tu objetivo —declaró con una sonrisa maquiavélica antes de desaparecer.
—Sin duda esto es lo peor de tener la Tormenta Salvaje —se quejó tomando su teléfono para llamar una ambulancia—. Hola, estoy en kabukichou, cerca de un estacionamiento abandonado. Un hombre está bastante herido, parece que fue alcanzado por un rayo... sí, no estoy bromeando, vengan rápido, por favor, está sangrando bastante y tiene muchas quemaduras.
Al colgar la llamada se retiró del lugar, escalando un edificio para irse haciendo parkour junto a Kumiko.
—Pensé que te alegraría más el haber ganado —comentó Kumiko, saltando de edificio a edificio.
—No, estoy contento, pero aún estoy muy... "verde" —explicó pensativo—. Siento que pude haberlo derrotado más rápido, pero cometí varios errores como no esperar puñetazos y patadas a pesar de saber que se trata de un maestro del jiu jitsu. Aunque bueno, ya habrá tiempo para mejorar.
El duo desapareció en medio de la noche y a los pocos minutos los paramédicos encontraron a Akatsuki Motobe, llevándolo a la sala de urgencias para atenderlo de sus heridas.
https://youtu.be/Lz5cWtagBO0
Al día siguiente por la mañana, Kuroneko Yamiko y Akatsuki Akira se encontraban en el dojo de la Sede de Tokio de la Organización Lovecraft, sentados en posición del loto con los ojos cerrados. Detrás de ellos estaba Florentino Cantaclaro, con un bate de goma espuma en la mano. Iba caminando de un lado a otro detrás de los jóvenes hasta detenerse en Akira. Tomándose unos momentos antes de golpearlo con fuerza con dicho bate en la cabeza, haciendo que el joven soltara un fuerte quejido de dolor. Acto seguido repitió de nuevo el proceso, caminando durante dos minutos enteros, hasta detenerse en Yamiko y a diferencia de Akira no esperó nada para golpearla.
—¡¡Auch!! ¡Llevamos veinte minutos siendo golpeados por ese bate de goma espuma! ¡¿En serio tenemos que hacer este ejercicio tan humillante?! —gritó Yamiko mientras se sobaba la cabeza por tantos golpes que había recibido.
—Agradece que estoy usando esto, mi maestro usó un fierro de metal conmigo —dijo Florentino a forma de broma.
—¿Qué será lo que estamos haciendo mal, Florentino-dono? —preguntó Akira, cruzado a de brazos.
—Lo que pasa es que están pensando demasiado —explicó recostando el bate en su hombro derecho—. La Precognición tiene que ser totalmente instintiva, sin pensamientos innecesarios. No piensen, solo actúen dejándose llevar por sus instintos de supervivencia al sentir mis intenciones hostiles.
—Es más fácil decirlo que hacerlo —replicó Yamiko.
—No hay que desalentarnos, hagamos más intentos, "poco a poco el ave hace su nido". Ese es un aforismo bastante conocido en mi clan —dijo Akira con una sonrisa gentil.
Justo antes de que prosiguieran con su entrenamiento, Akira recibió una llamada de su prima Ritsuka, informándole de lo ocurrido con su tío Motobe. El joven pelirrojo lucía molesto, pero se tranquilizó al saber que su tío no tenía heridas severas y que se recuperaría por completo en pocos días. Tras colgar la llamada, contó lo sucedido a Yamiko y a Florentino y pusieron en pausa su entrenamiento para ir a ver a Akatsuki Motobe en la enfermería de la Sede de Tokio donde lo transfirieron después de sacarlo del hospital.
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