25-Hilos
La ciudad de Nara, capital de la prefectura de Nara al sur de Honshu. Sus templos antiguos bien conservados son patrimonio de la humanidad de la UNESCO desde 1998, también es conocida por su parque en donde acampan libremente por toda el área libre los ciervos sika, siendo estos dos, los mayores lugares turísticos de tan hermosa ciudad.
Enfrente del hotel "Refugio Vacacional" el equipo Eiyū no Tabi estaba parado, esperando a Yamiko y a Kirei, eran cerca de las cinco y media de la tarde.
—Por ahora no puedo sentir nada proveniente de este hotel —informó Florentino, pensativo.
—Ni yo, el lugar parece normal —agregó Shui cruzada de brazos—. No creo que esté maldecido por un Yokai, por lo que simplemente debe ser el lugar en donde escoge a sus víctimas.
La joven de pelinegro y la Kuchisake-onna se reagruparon con el resto, tenían mangas cada una y estaban masticando chicles.
—Ya tenemos nuestros mangas, podemos registrarnos —dijo Yamiko sin despegar la mirada de su manga.
El equipo de hechiceros entraron al hotel, yendo directo hacia la recepción, donde los atendió una mujer en sus treinta, con vestimenta profesional, labios pintados con un labial rojo, ojos café y cabello negro, corto y bien peinado.
—Bienvenidos al "Refugio Vacacional", ¿vienen juntos los seis? —preguntó con una sonrisa en el rostro.
—Eso es correcto, nos gustaría registrarnos en algunas habitaciones del hotel, por favor —respondió Akira, apoyando un brazo en la mesa de la recepcionista.
—Ok, denme unos segundos —informó para luego revisar su computadora—. Lo siento, pero solo nos quedan tres habitaciones con dos camas cada una, ¿eso les sirve?
Akira miró a sus amigos, todos asintieron, menos Yamiko que no levantaba la vista de su manga, únicamente se limitó a levantar el pulgar izquierdo.
—Sí, con eso estamos bien.
La recepcionista les entregó las tres llaves de las habitaciones y se dividieron de la siguiente forma: Akira y Oyama estarán en la habitación A-4, Florentino y Kirei en la B-2 y Yamiko y Shui en la C-1. Los seis dejaron sus cosas en sus habitaciones y dieron un pequeño recorrido por el lugar, buscando cualquier actividad sospechosa.
—La recepcionista también se veía normal, no sentí ningún rastro de Miasma en ella —comentó Shui, mirando por los alrededores— ¿Qué piensas Yamiko?
—Nada que pueda resultar importante —respondió alzándose de hombros—. Lo que me preocupa es al tipo de Yokai al que nos enfrentemos, tras devorar a tantos humanos de seguro se ha vuelto más fuerte.
—Tú y Akira también se han vuelto más fuertes desde el torneo y estando más gente de seguro que nos irá mejor —aseguró la Jiang Shi, con una pequeña palmada en el hombro—. Hablemos de otro tema para conocernos, ¿Qué te gusta hacer?
—Darles palizas a mi hermano menor, leer manga, jugar videojuegos, darles palizas a Akira y dormir siestas varias veces al día —respondió con simpleza, aún le resultaba incómodo socializar con las demás personas—, pero quisiera que me responda una pregunta, Li-dono, ¿Cómo diablos terminó siendo novia del ángel caído más poderoso de este universo?
—Fufufu, las vueltas que dan la vida, supongo —confesó en tono juguetón—. Aunque no lo creas, en un principio yo lo odiaba y al resto de los Siete Pecados Capitales. Los odiaba por el monstruo en el que me había convertido.
—¿Qué cambió? —preguntó curiosa.
—Simplemente los conocí como realmente son —respondió poniendo ambas manos detrás de su nuca de forma relajada—. Lucifer es... una persona que quiere cambiar las cosas, busca el perdón de todos sus pecados él mismo, busca que sus hermanos puedan hallar la redención y quiere un mundo mejor para sus amigos y los seres sobrenaturales. Sus valores, sinceridad y sentido del humor hicieron que cayera enamorada de él y ni hablar de cómo es la cama —bromeó logrando sacarle una pequeña risa a Yamiko— ¿Y qué me dices tú? ¿Te gusta Akira?
Al terminar su pregunta, Yamiko se agarra el vientre y tapa su boca con una mano.
—Creo que voy a vomitar, no vuelva preguntar eso —pidió con exageración y dramatismo—. Akira-kun es... demasiado parecido Yuko, jamás podría verlo de una manera romántica. Además, ni siquiera es de mi tipo.
—¿Y ese es...?
—¡Ajajajajaja! Me enamoraría de cualquiera que pueda patear mi trasero —respondió con diversión—. Mi abuelita siempre dice que los Kuroneko debemos enamorarnos de las personas más fuertes.
En el pasillo apareció una mujer que llevaba un vestido negro ajustado, que marcaba su figura curvilínea y notablemente atlética, le llegaba hasta los muslos, con un escote largo hasta el vientre, que mostraba su sensual escote y con dos lazos en equis encima del busto. Su peculiar cabello era blanco y largo, sus ojos eran amarillos, sus uñas negras y llevaba botas con tacón y plataforma.
Dicha mujer pasó de largo a Yamiko y Shui, no sin antes guiñarle el ojo a la joven, cuya única reacción fue sentir un escalofrío.
—¿Estás bien, Yamiko? —preguntó la Jiang Shi, al notar la mueca de incomodidad que tenía su compañera.
—Creo que sí, es que sentí... que me desnudaban con la mirada —respondió sacudiéndose un poco para quitarse la sensación que la invadió recién.
Al ya no encontrar pistas alguna y al ya anocher, el equipo Eiyū no Tabi se reunió a un restaurante de ramen cercano para comer algo y luego a pasar la noche en el hotel para así atraer al Yokai responsable de las desapariciones.
Los seis estaban en sus respectivas habitaciones, haciéndose los dormidos, menos Yamiko quien estaba metida entre las sábanas con una linterna para leer el manga que había comprado.
https://youtu.be/J3yhuK2SKMo
Unas presencias son sentidas por Shui y Florentino, presencias que antes no estaban allí. En la habitación de Shui y Yamiko, unas escotillas secretas en las paredes se abren y de ellas salen dos Tsuchigumos, temibles arañas gigantes Yokais.
Se acercaron lentamente a las camas de ambas chicas, pero una de ellas fue atravesada con un estoque directo la tachi de Yamiko y el otro fue empalado por unas raíces que salieron de las mangas de la camisa de Shui.
—No me gusta cuando interrumpen mi lectura de manga —dijo Yamiko, mientras el Yokai desaparecía al convertirse en polvo.
—Ahora sabemos quienes son los responsables de las desapariciones —dijo Shui con un poco más de seriedad mientras iba hacia las escotillas de donde salieron los Tsuchigumo—. Esto parece una red de túneles por todo el hotel, hay que ver hacia dónde nos llevan. Espero que los demás estén bien.
—Ja, no deberías ni preocuparte por ellos, ni que fueran unos debiluchos —replicó Yamiko, antes de introducirse a los túneles junto a Shui.
Al mismo tiempo, Florentino y Kirei ya habían exterminado a las Tsuchigumo que vinieron por ellos.
—Florentino-dono, investiguemos estos túneles, lo más probables es que los demás ya estén dentro también —informó Kirei.
—Damas primero —dijo con picardía.
Por su parte, Akira no pudo evitar poner una mueca de incomodidad y tener la piel de gallina ahora que sabía que sus enemigos eran Tsuchigumo.
—Oye Kohai, sé que tienes aracnofobia, pero al menos trata de verte intimidante para nuestros enemigos —criticó Oyama, al terminar de aplastar a uno de esos Yokais con sus puños.
—Lo siento Yasunari-senpai, haré el intento aunque no prometo nada —dijo Akira, sintiendo escalofríos en todo su cuerpo—. De todo los Yokais que existen en Japón, ¿por qué justamente nos tocan Tsuchigumos?
Los seis hechiceros se adentraron por los túneles que había entren el hotel, reuniéndose todos en el sótano tras salir de varias ventanillas de ventilación.
—¡Agh! ¡Maldigo a este hotel por cien años! ¡Mi cabello está lleno de telarañas! —gritó Yamiko, tratando de quitárselas.
—Te ayudaría, pero me da un poco de repelús —comentó Akira, manteniendo un poco las distancias de Yamiko.
Yamiko lo miró con un puchero e hizo que su cabello se sacuda para pegarle las telarañas a Akira, quien lanzó un grito agudo al sentirlas pegarse a piel.
—¡¿Podrían tomarse esto más en serio, tontos Kohais?! —exclamó Oyama por el infantilismo de sus compañeros.
—Siento una brisa cercana —informó Florentino yendo hacia una gran caja de madera al fondo del sótano y destrozándola con un solo golpe de su garrote, revelando un gran agujero que llevaba las profundidades de la ciudad de Nara—. Por aquí es por donde vienen las Tsuchigumo, a lo mejor tenemos suerte y encontramos algunos supervivientes.
—Es posible, las Tsuchigumo no suelen comerse sus presas enseguida, sino que los suelen guardar durante varios días —agregó Kirei.
Akira desenfundó su nodachi y la usó a modo de antorcha para iluminar el camino, sin saberlo, los seis habían pisado delgados hilos esparcidos por todo el tunel y las vibraciones de dichos hilos casi imperceptibles para cualquier persona (inclusive Florentino) alertaron a su verdadera enemiga y objetivo.
De la cintura para arriba parecía una hermosa mujer, vistiendo un kimono negro con patrones amarillos, su cabello estaba acomodado en un moño, su rostro tenía facciones simplemente perfectas y sus ojos parecían topacios, pero de la cintura para abajo, tenía el cuerpo de una araña de seda dorada de gran tamaño, superando los dos metros, esta una Yokai conocida como Jorōgumo, "la esposa tejedora".
—Vaya, parece que finalmente han descubierto mi escondite —musitó extendiendo sus manos, en las cuales un líquido de color morado se escurría por la punta de sus dedos—. Jujutsu: Doku Ningyō-jutsu (Técnica Maldita: Marionetismo Venenoso).
Durante su exploración de la cueva, el equipo Eiyū no Tabi empezó a encontrar cadáveres secos tirados en medio del lugar, parecía que les habían quitado toda la sangre del cuerpo y en varios lugares, tenían marcas similares a agujas. Esto era señal de que se estaban acercando a su objetivo y de pronto, Florentino siente la presencia de enemigos por lo que todos se ponen en guardia, pero grande era su desconcierto al ver que se trataban de humanos, los cuales tenían la ropa desgarrada, echaban espuma por la boca y tenían las venas marcadas y de color morado.
—El olor que emanan no es para nada bueno —declaró Florentino, frunciendo el ceño—. Tengan cuidado, estos humanos parecen estar drogados por una especie de veneno, no hay que lastimarlos severamente.
—Ah, que lástima —murmuró Yamiko, guardando su arma en su funda.
—¡Gokushin-kai Karate Burizādofōmu: Suzushī Natsu no Kaze! (Forma de Ventisca del Karate: Brisas Frescas de Verano) —exclamó Oyama.
El joven karateca se movió con una gran velocidad entre estos salvajes atacantes, logrando conectar con los dorsos de sus manos varios golpes en sus mandíbulas y haciendo que caigan inconscientes. Por su parte, Yamiko empleó la técnica Gravedad Lunar para usar el flujo de poder de sus agresores en su contra y estrellarlos contra la pared; Akira usaba Rotación del Sol para derribarlos sin heridas serias y Florentino y Shui usaban estrangulaciones y sumisiones para que caigan desmayados. Parecía que la pelea había terminado, pero aquellos humanos vuelven a levantarse como si nada.
—La droga que les administraron parecer ser similar al LSD —informó Yamiko, volviendo a repelar a varios con Gravedad Lunar—. Los volvió más agresivos, resistentes e inmunes al dolor, pero no logro ver ninguna marca de aguja en ellos, es extraño.
Florentino se concentró más y golpeó el suelo con la punta de una de sus botas, logrando notar algo raro.
—Con razón no lo pude notar antes, están siendo controlados por hilos sumamente delgados como si fueran títeres —reveló el anciano—. Estos hilos les están inyectando la droga a través de su piel.
—¡De ser ese el caso, nada mejor que una tijera para cortar hilos! —exclamó Kirei, con gran energía— ¡Jujutsu: Hasami no Ame! (Técnica Maldita: Lluvia de Tijeras).
Con su Técnica Maldita Kirei disparó múltiples tijeras sobre los humanos controlados, intuyendo dónde deberían estar los hilos y como resultado, todos los humanos cayeron al suelo desmayados al habérsele cortado el suministro de la droga.
—¡Choca esos cinco! —celebraron ambas amigas.
Sin embargo, no tenían ningún respiro, ya que varios Tsuchigumo aparecieron de la oscuridad de la cueva. Parecía que se acercaba una pelea difícil.
—¡Kyaaaa! —se escuchó un grito agudo.
—Akatsuki-kohai, contrólate, ¿qué, no eres hombrecito? —recriminó Oyama mientras se ponía en guardia.
—¡¿Qué?! ¡Ese no fuí yo, bobo, fue Yamiko-chan! —corrigió sintiéndose ofendido de tal acusación.
—Lo siento, es que alguien me tocó el trasero —dijo Yamiko, algo ruborizada.
—Tranquila, Kuroneko-chan, solo soy tu amiga y vecina, Senju Kyoko —se presentó la misteriosa intrusa.
—Eres la mujer de esta tarde —reconoció Yamiko, frunciendo el ceño— ¿Quién diablos eres?
—Ya te lo dije, soy Senju Kyoko y parece que necesitan un poco de ayuda —declaró con una sonrisa pícara— ¡Héliú Zhī Liú: Gòng Gōng de Kuángbào Xuánwō! (El Flujo del Río: Remolino Salvaje de Gong Gong)
Todos se sorprendieron cuando la misteriosa mujer logró duplicar casi a la perfección una de las técnicas más poderosas de Shui, cuando ella golpeó a una de las arañas está salió disparada y golpeó a las otras como si fuera una bola billar en una mesa. No hubo tiempo de preguntas, ya que los Tsuchigumo eran bastantes, por lo que había que seguir con la acción.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 40: Tragedia en la Noche Plutónica del Avīci!
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 37: Dragón Celestial Escarlata!
Yamiko atacó a las arañas con incesantes cortes ondulantes y curvos, mientras que Akira las cortaba moviéndose de forma serpentina a su alrededor, pudiendo acabar con un gran número de ellas.
—¡Hokuto no Ken: Oda Nobunaga no Debirushotto! (Puño de la Estrella del Norte: Disparo Diabólico de Oda Nobunaga).
Oyama moldeó su aura de Energía Kundalini para formar al Rey Demonio del Sexto Cielo y atacó a distancia a las Tsuchigumo, logrando acertarles varios tiros a la cabeza.
—En el Valle de la Sombra de la Muerte: Mundo de Piedra.
Con una gran técnica, Florentino destrozaba con golpes certeros a los Yokais al golpearlas en los ojos y llegando hasta sus cerebros.
—¡Forestación: Serpientes Ponzoñosas!
Mediante su magia natural, Shui transformó las raíces que se encontraban entre las paredes, techos y suelos de la cueva en serpientes que les arrancaban a las Tsuchigumo trozos enteros de su carne hasta comérselas enteras.
—¡Jujutsu: Hasami no Ame! (Técnica Maldita: Lluvia de Tijeras).
Fue Kirei quien se encargó de las últimas al acribillarlas completamente con sus tijeras. Gracias a esfuerzo combinado de todos, el lugar quedó limpio de entes oscuros, por lo que era la hora de las preguntas.
Sin perder el tiempo, Yamiko y Akira colocaron el filo de sus armas en su cuello y sus rostros reflejaban una seriedad tremenda.
—Gracias por tu ayuda, pero tenemos un montón de preguntas que hacerte —dijo Akira frunciendo el ceño.
—Será mejor que no intentes nada si no quieres un viaje directo al Avīci —declaró Yamiko aún molesta con esta mujer por haberla tocado— ¿Quién diablos eres? ¿Y cómo es posible que puedas usar El Flujo del Río de Li-dono?
—Elegante y asesina a la vez, por eso me pareces tan erótica Kuroneko-chan —comentó volviéndole a provocar escalofríos a la joven. La misteriosa mujer metió la mano dentro de su busto y sacó una tarjeta plastificada para entregársela a Akira—. Ahí tienen mi información, soy Senju Kyoko, Cazadora por Contrato, me conocen como Copycat ¡nyaaa!
—Dice la verdad —informó Akira tras leer la tarjeta.
—Respondiendo a tu segunda pregunta, Kuroneko-chan, es mi habilidad natural —agregó con una sonrisa maliciosa—. Copycat es el nombre de mi técnica, puedo copiar casi cualquier arte marcial que vea, claro que necesito de al menos tres horas para tomarla por completo y no siempre es una replica perfecta ya que a diferencia de Li-chan no puedo dislocarme las articulaciones. Vi sus peleas en el Torneo Sun Wukong gracias a un amigo en Corea, por lo que ahora tengo un mejor repertorio, thank you.
—Yo tengo otra pregunta —dijo Florentino, acercándose a ella— ¿Cómo es que no te haya oído venir? Tengo un oído bastante desarrollado, señorita.
Kyoko señaló a sus pies haciendo notar que estaba descalza.
—Tengo almohadillas implantadas en mis pies, por lo que soy bastante silencia incluso para alguien como usted, Florentino-dono.
—Si eres una Cazadora por contrato, ¿Quién te contrato? —preguntó Kirei.
—El Shinsengumi, dos de los desaparecidos eran miembros —respondió con total tranquilidad y dio como resulta que todos la miraran con gran hostilidad— ¡Oigan, oigan, oigan, tranquilos! Solo trabajo para ellos porque pagan bien.
—¿Y matarías a cualquiera con tal de que te paguen bien? —interrogó Oyama cono tono amenazante.
—Claro que no, yo tengo reglas, jamás mataría a mujeres y a niños—respondió en tono pasivo/agresivo—. Solo estoy aquí para confirmar las muertes de los miembros y matar al responsable, créanme que si hubiera querido matarlos podría haberlo hecho, pero en cambio los ayudé, ¿no?
Los dos espadachines la vieron fijamente unos cuantos segundos antes de enfundar sus armas.
—Dice la verdad —declaró Yamiko alzándose de hombros—. De cualquier forma, si nos da problemas o si vuelve a tocarme puedo matarla.
—Nos vendría bien tu ayuda, Senju-san —dijo Akira con una ligera sonrisa.
Kyoko levantó su pulgar con una sonrisa de oreja a oreja. Con una nueva acompañante, el equipo Eiyū no Tabi siguió la exploración de la cueva subterránea, siendo guiados por Florentino y su habilidad de Radar para guiarlos, llegando hasta un área bastante extensa de las alcantarillas de la ciudad, completamente llena de telarañas que no hicieron otra cosa que aumentar la tembladera en Akira, al anciano pudo escuchar los latidos de los corazones de varios humanos secuestrados y envueltos en las telarañas y el grupo logró divisar a una niña como de siete años, con la cabeza fuera e inconsciente, a diferencia de otros humanos que seguían despiertos y llenos de terror.
—Parece que mis marionetas y mis mascotas no fueron suficientes para matarlos, los humanos son peores que las cucarachas —dijo la Jorōgumo, haciendo acto de presencia ante ellos—. Aunque lamentablemente entraron a la boca del lobo.
—Que frase más cliché —mencionó Shui mientras se rascaba la nuca.
—Oigan, ¿sabían que "Jorōgumo" también significa "araña puta"? —comentó Yamiko a forma de broma.
—¿De verdad? De pronto como que le perdí algo de miedo —dijo Akira, a pesar de su piel de gallina.
La mujer araña apretó los dientes con furia y varias venas se le marcaron en la frente.
—¡Ahora sí que están muertos, humanos de mierda! —gritó haciendo que resuene en todo el lugar a causa del eco— ¡Jujutsu: Honō no U~ebu! (Técnica Maldita: Telaraña Flameante).
Desde su boca, la mujer araña disparó una red hecha de llamas directamente hacia ellos, Akira dio un paso al frente y calmó su mente para poder ejecutar su técnica.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 28: El Sol Divino que Protege a los Justos!
Con un corte ascendente Akira edifica un campo de fuerza ígneo alrededor de sus amigos, las llamas doradas de este escudo absorbieron por completo el ataque de la Yokai.
—¡It s Party time! —exclamó Yamiko, lista para iniciar un feroz combate.
https://youtu.be/Hpg1YBeSz-E
—¡Jujutsu: Akuma no feromon! (Técnica Maldita: Feromonas Demoníacas)—exclamó la mujer araña, dispersando una neblina rosada por el lugar.
Estas eran sus feromonas por las cuales podía controlar a las demás Tsuchigumo quienes aparecieron en enjambre.
—Oyama, Kirei, Kyoko y yo nos encargaremos de las Tsuchigumos, ustedes encárguense de la araña puta —ordenó Florentino, diciendo la última frase en español.
—¡Ajajajaja! No se preocupe Florentino-dono, no dejaré nada de esa puta —aseguró Yamiko, dejando que su sed de sangre se apodere de ella, aunque esta vez, parecía mucho más centrada.
—¡¿Quieren dejar de llamarme así, malditos humanos?! —gritó totalmente molesta.
—¡No se me da la maldita gana! —le gritó de regreso la espadachín— ¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 34: El Cuervo de los Santos Días Idos!
De entre las tinieblas del lugar, un gran cuervo hecho de oscuridad salió disparado contra la Yokai como un misil, a ella se le veía tranquila y de una forma asquerosa separa su mandíbula inferior para disparar una telaraña directo hacia el cuervo y evitando su impacto al este caer unos cuantos metros detrás de ella.
—No debes de haber tenido muchos novios con esa boquita —bromeó Akira, posicionándose a un lado suyo gracias a su gran velocidad— ¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 16: Chakrams Igneos del Gran Ashuatama!
Desde esa corta distancia, Akira disparó desde el filo ardiente de su nodachi varios discos en forma de chakrams contra su enemiga, pero ella con una velocidad casi igual a la suya logra evitar graves daños en su cuerpo al saltar y pegarse a los techos, quedando con quemaduras leves.
—No puedo descuidarme con ninguno —murmuró molesta.
—¡Puedes apostarlo! —exclamó Shui, logrando atinarle varios golpes en el vientre tras habérsele acercado silenciosamente, haciendo que cayera al suelo nuevamente—. Los Jiang Shui poseen la capacidad de caminar por las paredes y techos, por lo que te podré golpear incluso en las alturas.
—¡Jujutsu: Fushoku no Ame! (Técnica Maldita: Lluvia Corrosiva).
Al volver a separar su mandíbula inferior la Jorōgumo disparó hacia sus atacantes varias gotas de ácido corrosivo como si su boca fuera una metralleta, aquel líquido de color blanquecino derretía todo lo que entraba en contacto. Yamiko evitó el ataque al sumergirse en las sombras, Akira tuvo que usar nuevamente la vigésima octava técnica del Estilo Amaterasu y Shui convocó un doble muro de raíces.
—¡Jujutsu: Tetsu no Ito! (Técnica Maldita: Hilos de Hierro).
Mediante las puntas de sus dedos, expulsó unos hilos grisáceos contra Akira y Shui los cuales arrasaban con todo lo que tenían en su camino.
—¡Forestación: Doble Protección de Gea! —exclamó Shui, haciendo una seña con ambas manos al usar su hechizo.
Dos mujeres de gran tamaño aparecieron para tratar de frenar los hilos, pero fueron partidas en pedazos por estos mismos.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 30: Cortes Malditos de la Tragedia de Genji Monogatari! —exclamó Yamiko al emerger de las sombras y potenciando el filo de su arma con la oscuridad cercana.
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 21: Amor Apasionado por una Corsaria! —exclamó Akira, haciendo que su espada se encienda en llamas de color escarlata.
Con sus armas potenciadas gracias a sus hechicerías lograron cortar los poderosos hilos de la Jorōgumo y al verse acorralada, decidió aplicar un juego sucio. Escapo de sus oponentes con ágiles y grandes saltos y agarró a la pequeña que tenía secuestrada en brazos, apuntando sus filosas garras a su cuello.
—¡Se los advierto, acérquense y la mato con mi veneno! —amenazó retrocediendo lentamente—. Me iré ahora mismo, si descubro que me están siguiendo los órganos internos de esta niña se volverán una sopa.
Akira y Shui mantuvieron sus distancias, pero estaban tranquilos, ya que alguien ya había pensado rápido. La Jorōgumo pensaba que ya tenía su huída asegurada, por lo que no previó a Yamiko quien emergió de una sombra que estaba detrás suya y la atravesó con el Juicio del Avīci justo en el plexo solar.
—Técnica del Estilo Tsukuyomi № 43: La Muerte sin Compasión de Mary Jane Kelly —musitó con una sonrisa sádica.
Lentamente Yamiko cortó el cuerpo de la Jorōgumo en un corte ascendente diagonal hasta llegar al hombro y desatar un baño de sangre que provocó carcajadas a la joven Kuroneko, pero se aclara la garganta para calmarse y atender a la niña una vez que la Yokai desapareció.
—Aún respira y no parece tener heridas graves —informó poniendo un rostro inexpresivo a pesar de estar bañada en sangre.
—Tienes un poco de sangre por aquí, y por aquí, y por aquí, y por aquí —mencionó Akira en tono de broma.
—¡Si, ya sé como estoy idiota! —exclamó Yamiko—. Luego me daré un baño, por ahora tenemos que atender a esta niña ¡Oigan chicos, ¿ya terminaron con esas cosas?!
—¡Afirmativo! —respondió Oyama mientras aplastaba a la última Tsuchigumo.
Mientras el grupo regresaba por el túnel, Yamiko llamaba a la Organización Lovecraft para que envíen un equipo de limpieza para tratar a las personas secuestras y borrarles la memoria de lo ocurrido y Kyoko llevaba en sus hombros los cadáveres de los miembros del Shinsengumi para cobrar la recompensa, claro que omitiría la parte en la que se alió por puro capricho con hechiceros. Al volver al sótano del hotel se encontraron con la recepcionista del hotel quien estaba pálida y llena de lágrimas, arrebatando rápidamente a la niña de los brazos de Kirei.
—Señorita, ¿esa es su hija? —preguntó Oyama, acercándose un poco a ella.
—E-e-ese monstruo me obligó —confesó mortificada—. Me obligó a informarle de nuevos turistas en el hotel o... mataría a mi hija... n-no quise hacerlo, solo no quería que algo malo le pasara.
El primer pensamiento de Yamiko fue querer matar a esa mujer por permitir tantas muertes, pero se calmó, entendía que cualquier persona en su situación haría lo mismo por lo que lo único que le quedaba por hacer será borrarle la memoria para que la culpa ya no la atormente.
Por la mañana siguiente, el equipo Eiyū no Tabi se encontraba en la estación de metro que los llevaría de regreso a Tokio, despidiéndose de Senju Kyoko.
—Estoy segura de que no será la última vez que nos veamos, por lo que pueden quedarse con mi tarjeta —dijo con una sonrisa—. Kuroneko-chan, tengamos un duelo alguna vez. Perdón, pero soy una mujer avariciosa y quisiera poder copiar todas las técnicas de tu estilo que sean posibles.
—¿Oh? Me parece bien —aceptó con sus ojos brillando de la emoción—. Sin embargo, el Estilo Tsukuyomi no es para copionas como tú, así que no tendré piedad si algún día nos encontramos.
—¡Que erótica! —exclamó con jovialidad—. Las mujeres del Clan Kuroneko siempre son... aterradoramente sensuales. Si algún día necesitan algo de mí no olviden llamar.
Senju Kyoko desapareció entre la multitud de la estación no sin antes lanzarle un beso al aire dirigido a Yamiko que la hizo tener escalofríos.
—Genial, mi primera misión en este grupo de locos y ya tengo una acosadora —mencionó con una mueca en el rostro—. Creo que mi suerte va ir en picada.
Notas del Dr. Alto Clef.
Les voy a confesar algo: también tengo aracnofobia al igual que Akira.
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