
14-La Luna que Huía del Sol
Con la segunda ronda del Torneo Sun Wukong terminada, todos regresaron al hotel donde la gran mayoría de luchadores se hospedaban. En la cafetería, Shui Li comía en una larga mesa rectangular junto a su novio, sus hermanos, su equipo de porristas, Yasunari Oyama y Florentino Cantaclaro. Mientras comía, el venezolano era atendido por Raguel, quien usó sus poderes curativos para curarle los tímpanos.
—¡Listo! Con esto ya debería de poder oír como antes —avisó con jovialidad—. Podría también curarlo de su ceguera si desea.
—Oh, no, no, no. Desde que nací estoy ciego, curarme en esta etapa de la vida, solamente me hará más débil y además, puedo "ver" mejor que una persona promedio —se negó rodeándole la cintura con su brazo derecho— ¿Por qué no mejor me acompañas a beber cervezas alguna vez, mujercita? Si fuera por tí, subiría al Cielo en bicicleta y bajaría sin frenos.
—¡¿Eh?! —exclamó Raguel, roja como tomate.
—¡Oiga! Es mi hermana de la que está hablando —reclamó Leviatán.
—Entonces empezaré a llamarlo cuñao ¡Hahahahahaha! —respondió Florentino, feliz como una lombriz.
—Se ve muy contento a pesar de haber perdido su pelea, Florentino-dono —mencionó Oyama, mientras comía.
—Somos artistas marciales, panita, una vez que la pelea termina no hay lugar para los rencores —explicó el anciano con voz serena—. Peleas, te caes y te levantas y de vez en cuando también ligas con chamas bien buenas —finalizó guiñándole el ojo a Raguel.
—Sr. Cantaclaro, yo... no sé que decir ante esas palabras —dijo Raguel, aún algo roja. En terrenos de las citas, Raguel siempre ha sido una mujer muy inexperta y era fácil hacer que se ponga así.
—Siempre tan buena como mi Solera —murmuró con una ligera sonrisa.
—¡Eso es todo, voy a matar a este viejo verde! —gritó Leviatán, teniendo que ser retenido por Satán y Lucifer.
—Hola chicos —saludó Kirei mientras tomaba asiento.
—¿Y Akira y Yamiko? —preguntó Shui.
—No he visto a Akira, pero Yamiko está en la azotea practicando un poco.
Bajo los cielos nocturnos de Pekín, Yamiko estaba danzando en la azotea, escuchando atentamente los sonidos de la capital que fungían como instrumentos musicales para ella.
https://youtu.be/VFwmKL5OL-Q
Yamiko encontraba mucha paz en este ejercicio que parecía sumamente básico, ya que le permitía despejar la mente de muchas cosas y esa noche quería evitar tener otra pesadilla como la de ayer. Necesitaba estar sumamente tranquila y descansada para mañana, a diferencia de las otras dos peleas que tuvo en pasadas rondas, esta si supone un mayor desafío al tratarse de Akatsuki Akira.
Al oír la puerta de la azotea abrirse y cerrarse, detiene su danza y como si de Beetlejuice se tratase, Akira apareció.
—Lo siento, no quería interrumpir tu entrenamiento, solamente quería hablar contigo —dijo apoyándose contra una pared cercana.
—Uhm hmm... ¿Qué pasa? ¿Te acobardarás de pelear conmigo y saldrás huyendo con el rabo entre las patas? —preguntó en tono burlón.
—Nunca huiría de un combate y menos contra tí después de que insistas tanto en que peleemos —respondió con una ligera sonrisa—. Voy a ir en serio contigo, sin contenerme en lo más mínimo.
—Ah, ajaja, pero miren que tenemos aquí, al gatito miedosito le salieron garras —replicó Yamiko, agarrando a Akira del cuello de la camisa—. Bien, adelante, lucha con todo lo que tengas, yo también iré contigo, hasta usaré las técnicas más dolorosas del Estilo Tsukuyomi.
—Oh, entonces nos espera un duro combate —agregó también agarrando a Yamiko del cuello de su camisa—. Me sentiría decepcionado si este combate fuera sumamente sencillo.
Las auras de Energía Kundalini de ambos jóvenes emanó de ellos con intensidad. La de Yamiko era obscura y siniestra como la noche, mientras que la Akira era brillante y cálida como el sol mismo. Era un inmenso choque de egos, en el cual ambos estaban hostiles, parecía que una pelea de verdad iba a empezar en la azotea, pero ambos se soltaron.
—Te veré mañana, Akatsuki-kun —dijo Yamiko con una mirada maquiavélica mientras se retiraba.
—Dulces sueños, reina de la noche —dijo Akira, con una sonrisa.
—Soñaré con darte una paliza —remató Yamiko antes de irse.
Al día siguiente, justamente en el anochecer, las semifinales estaban a punto de empezar. El público estaba ansioso, tanto que daban zapatazos rítmicos en las gradas debido a que habían pasado siglos desde que un Akatsuki y un Kuroneko pelearon cara a cara.
Hace mucho tiempo, en 1715, ambos líderes de los Clanes Kuroneko y Akatsuki se enfrentaron en uno de los mayores duelos del mundo de la hechicería de la historia, en una pequeña isla cercana la Isla Ganryu y el resultado fue que toda la isla quedó destruida debido a su gran choque de poder. A partir de ese incidente, se creo una regla en la cual, los miembros de ambos clanes no pueden pelear entre sí, con algunas excepciones, como lo es ahora el Torneo Sun Wukong.
—¡¡¡Damas y caballeros, lo que está a punto de pasar es un enfrentamiento escrito por el destino!!! ¡¡El día contra la noche, la luz contra la oscuridad, el sol contra la luna!! ¡¡En la historia de Japón han habido un montón de duelos de espadachines!! ¡Por mencionar a algunos, está el legendario duelo en el puente que libraron Minamoto no Yoshitsune vs Musashibou Benkei!
¡¡¡Y el más famoso de entre todos, el gran duelo entre Miyamoto Musashi contra Kojiro Sasaki en la Isla Ganryu!!!
¡¡¡¿Acaso este gran duelo entre los primogénitos de los clanes más poderosos de Japón estará a la altura y se quedará para siempre en la historia del Torneo Sun Wukong?!!!
Kuroneko Yamiko y Akatsuki Akira entraron al mismo tiempo en la jaula, mirándose con una expresión fría y serena.
—¿Peleadores listos?... ¡Que empiece este combate!
Los dos jóvenes desenfundaron sus bokkens al mismo tiempo y estaban en guardia, al igual que en el combate de Shui y Oyama, ninguno decía una sola palabra y no se movían de sus sitio. El silencio se apoderó de todo el lugar, todo mundo estaba callado, intentando no parpadear lo que más puedan para no perderse ni un detalle de esta pelea. Nadie sabía quién haría el primer movimiento, hasta que Akira y Yamiko empezaron a caminar lentamente hacia el centro de la jaula, sus pasos eran como los de un gato, estaban siendo en extremo precavidos porque sabían que confiarse en esta pelea significaría una derrota humillante que ninguno se podía permitir debido a lo enorme de sus orgullos.
Al estar ambos en el rango del otro, empezó el primer intercambio de golpes. Sus bokkens chocaban una y otra y otra vez, ninguno se dejaba golpear por el otro, parecían sumamente igualados en el arte del kenjutsu. Entre sus incesantes golpes, empezaron a moverse por toda la jaula, paso tras paso y ataque tras ataque, estaban totalmente sincronizados en sus movimientos pese a que sus estilos eran muy distintos, pero esto se estaba convirtiendo en un espectáculo visual para todos los presentes, nadie sabía quién podría ganar en este encuentro.
—Que bien bailas, Yamiko-chan —dijo Akira, con una emoción ardiente.
—¿Te puedes permitir el conversar en medio de este choque de espadas? —inquirió.
—¡Por supuesto! Esto es solo un sparring amistoso para mí, ¿acaso es todo lo que tienes? —respondió buscando provocarla.
—¡¿Ah?! ¡Haré que te tragues tus palabras y voy meterte tu bokken donde no te da el sol! —le gritó de regreso.
https://youtu.be/zMLN01v9U7k
El ritmo del combate fue aumentando, los golpes se volvieron más rápidos y el sonido de la madera chocando entre sí lleno todo el lugar. Tras un último golpe, ambos tomaron distancias uno del otro.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 1: Corte de Media Luna!
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 3: Amanecer!
Ambos lanzaron sus dos técnicas al mismo tiempo, abalanzándose contra el otro con una velocidad prodigiosa, terminando uno de espaldas al otro y cayendo de rodillas por el gran golpe que se habían dado en un costado.
—Diablos... ¿Cómo lograste predecir mi técnica? —preguntó Akira, levantándose con algo de dolor.
—Fácil: a pesar de que seas muy rápido y te pierdas de vista, solo tienes tres puntos ciegos por los cuales atacar. Por los lados y por detrás —explicó Yamiko, levantándose también para ponerse en guardia.
—Además de guapa eres muy observadora —comentó con una ligera sonrisa.
—Ahórrate tus piropos para alguien más, preferiría arrancarme uno de mis senos con un tenedor oxidado antes que salir contigo —replicó con una pequeña mueca.
—No era lo que buscaba, pero gracias, ahora tengo más formas de fastidiarte.
Nuevamente los dos rivales cortaron distancias, sus dos espadas chocaron con fuerza, ninguno retrocedía. Yamiko golpeó con su rodilla a la de Akira, haciendo que pierda el equilibrio y con eso, pudo golpearlo en las manos, consiguiendo desarmarlo, pero justo cuando iba a dar un gran golpe, el joven Akatsuki la agarró de ambas manos antes de que logre golpearlo y con un barrido al pie la derribó.
Yamiko desde esa posición trató de hacerle una estrangulación triangular, pero Akira puso su brazo izquierdo para evitarlo y se suelta, alejándose para tomar de regreso su arma.
—Esa fue una técnica de judo, una hiza-guruma —dijo Yamiko, con una sonrisa maliciosa—. Veo que tienes trucos ocultos.
—Mi prima Gudako me enseñó un par de técnicas, ella es cinta negra —explicó mientras hacía tronar su cuello.
—Oh, ¡Fantástico! ¡Este duelo acaba de volverse mejor! —declaró llena de sed de sangre—. También quiero mostrarte mis trucos bajo la manga. No puedo esperar por segar tu espíritu de combate.
—Inténtalo si puedes —le retó cambiando su postura— ¡Técnica del Estilo Amaterasu № 9: Ráfaga Solar!
Akira utilizó su gran velocidad, moviéndose desde varias ángulos para poder despistar a Yamiko, quien adoptó una postura extraña, agarrando su bokken con una sola mano y apuntando su hoja hacia abajo. Finalmente, el samurái pelirrojo atacó, golpeando a Yamiko varias veces en brazos y piernas y cuando iba a dar un fuerte golpe en su sien. Yamiko lo golpeó con el mango de su arma en el vientre en plena carrera y este salió disparado hasta chocar contras las rejas de la jaula.
—Técnica del Estilo Tsukuyomi № 44: Gravedad Lunar —reveló relamiéndose los labios.
—¡¡¡¿Naniiiiii?!!! ¡¿Cómo es que Kuroneko Yamiko puede tener tanta fuerza como para haber mandado a volar a Akatsuki Akira con tal violencia?!
—Aún necesita ser pulida —musitó Tsukuyomi, viendo con atención el combate junto a Kirei y Amaterasu.
—¿A qué se refiere, Tsukuyomi-sama? —preguntó Kirei, arqueando una ceja.
—Gravedad Lunar es una técnica que Yamiko comenzó a practicar después de enfrentarse a los Gashadokuros en Hiroshima —explicó con algunos ademanes de manos—. Consiste en usar la fuerza de un enemigo en su contra para atacarlo, un principio similar al del aikido, pero mucho más violento. Cuando Yamiko golpeó a Akira con el mango de la Bokken, no solo lo golpeó con su peso, sino que usó el flujo de poder del chico, redireccionándolo para lanzarlo.
—Sin embargo, al ser una nueva técnica realmente aún no puede usarla a la perfección —agregó Amaterasu, cruzada de brazos—. Tuvo que esperar a que Akira la atacara de frente para poder ejecutarlo. Esa chica lo hizo más que todo para presumir, quiere mostrarle a Akira quien es el más fuerte de los dos.
El samurái pelirrojo se puso de pie, ahora tenía que ser aún más cauteloso con Yamiko al haber mostrado esa técnica, lo que no sabía Akira era el detalle anteriormente explicado, la técnica aún estaba incompleta.
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 10: Erupción Volcánica!
Bajando su centro de gravedad, Akira se lanzó contra Yamiko, realizando un corte ascendente que la chica esquivó, pero esto era una finta. Akira soltó su espada en el aire y en el último segundo la tomó de regreso con una sola mano para realizar un golpe curvo descendente que golpeó a Yamiko en la clavícula izquierda, fracturándola. Esto solo provocó que la oscuridad e Yamiko saliera a flote.
—¡Hell to you! —exclamó sin ya no poder contener tu sadismo.
—¡¡¡Nooooo!!! ¡¡¡Aquí viene la cruel técnica de Kuroneko Yamiko, prepárense para los gritos!!!
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 4: Luna Sangrienta del Avīci! —gritó con un tono desalmado.
Akira empezó a recibir todos los azotes al estar atrapado en esta cruel danza, gracias a su agilidad y velocidad de reacción podía bloquear algunos e intentaba contraatacar, pero el control corporal de Yamiko era casi sobrehumano, pudiendo doblar su espalda y mantener el equilibrio mejor que acróbatas y contorsionistas profesionales.
El joven Akatsuki estaba en aprietos, pese a su buena defensa, necesitaba salir de esa agobiante desesperación.
—¡Grita para mí, ahora estás en el Avīci! —exclamó Yamiko, impía— ¡Esto es lo que soy, Akatsuki Akira! ¡No soy más que un demonio, desde que nací en mi corazón solamente había crueldad hacia los humanos!
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 16: Mariposas de Fuego!
Cuando Yamiko iba a lanzar otro azote, Akira había escapado; Mariposas de Fuego era una técnica que le permitía al usuario una mejor capacidad de salto, simplemente evitando que los talones tocaran el piso, lo que disminuía el cansancio del usuario considerablemente. Una vez fuera de su técnica, miró de frente a Yamiko.
—¡No eres un demonio, Yamiko-chan! Eres una persona sumamente grandiosa y talentosa, eres mi amiga —declaró, firme y abriendo su corazón lo que más podía.
Yamiko se quedó sin palabras, bajó la cabeza al recordar las palabras que una persona muy especial para ella le había dicho hace mucho tiempo "tú no eres un demonio, Yamiko-chan, eres mi amiga". Eran exactamente las mismas y eso solo provocó que un montón de recuerdos dolorosos salieran a flote, recuerdos que ella se esforzó en reprimir.
—¿Yamiko-chan? ¿Estás bien? —preguntó Akira, al ver como estaba temblando— ¿Qué te ocurre? ¡Háblame!
Ella alzó la mirada, mostrando que estaba llorando.
—De tí... de tí no siento odio alguno, solo siento calidez —dijo con un remolino de emociones en su cabeza— ¿Por qué no me odias como todas las personas? Solo... solo soy una demonio.
—¡Yamiko-chan, mírame, concéntrate en mí! —gritó, haciendo que ella reaccione—. Los dos hemos nacido y nos hemos encontrado por una razón, ¡Debemos pelear hasta que nuestros corazones estén satisfechos! ¡¿No ibas a demostrar que eres mejor que yo?!
Los ojos de Yamiko brillaron ante Akira, una sonrisa infantil, juguetona y risueña se formó en su rostro. Para ella, Akira ahora era como una luz que había perdido hace dos años, por lo que se secó las lágrimas y se puso en guardia nuevamente.
—¡Tienes razón! Luchemos hasta quedar satisfechos —declaró con todas sus energías renovadas—. Continuemos de una vez con nuestro gran duelo, ¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 42: Emboscada de Lobos Diabólicos!
Yamiko embistió a gran velocidad hacia Akira, este decidió utilizar la primera técnica del Estilo Amaterasu para contraatacar, pero Kuroneko Yamiko usó la flexibilidad natural de su cuerpo junto a su gran velocidad de reacción para esquivar y posicionarse detrás de Akira y atacarlo de tal forma que simulaba el ataque lobos salvajes. A diferencia de la vigésima octava técnica del Estilo Tsukuyomi, esta danza era mucho más agresiva, al atacar, el objetivo se movía hasta otro punto ciego del oponente, siempre manteniendo un postura baja.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 7: Resplandor de Lunas nuevas!
Akira se paró de frente y bloqueó velozmente ambos cortes curvos que le fueron lanzados.
—¡¿Lo recibiste de frente?! ¡Muy, muy bien! —exclamó Yamiko, sintiéndose cada vez más emocionada. Se sentía como una niña otra vez en este combate.
—¡Tecnica del Estilo Amaterasu № 18: Garras Llameantes!
Yamiko sabía que le sería imposible bloquear todos los golpes a la velocidad que utilizaba Akira, por lo que solamente se limitó a bloquear el más perjudicial que sería el del hombro izquierdo, aún así el dolor de los otros dos golpes era algo tortuoso.
—¡Zehahahahaha! ¡Más Yamiko-chan, juguemos más! —exclamó Akira, igual de eufórico.
En este punto del duelo, ambos estaban conectados, se sentían unidos por una fuerza misteriosa. Solamente disfrutaban del momento y parecía que habían olvidado por completo el Torneo Sun Wukong.
https://youtu.be/9h1FptsK3Os
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 28: Danza de los Lirios Violetas en Honor a la Luna!
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 4: Danza Alegre de la Diosa!
Dentro de la jaula, una violenta y enérgica danza comenzó nuevamente, ambos no dejaban ningún hueco en sus defensas y movimientos. En medio de su choque de espadas, Yamiko pateó a Akira en un costado de torso, justo en el lugar donde previamente Suni Kim le había roto un par de costillas, que ahora se habían multiplicado gracias a ese último golpe.
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 41: Flamas Abrazadoras!
Akira hizo girar su bokken lo más rápido que pudo desde múltiples direcciones, esta era una técnica tanto ofensiva como defensiva ya que con esta logró alejar a Yamiko.
—¡Técnica del Estilo Amaterasu № 30: Estoque Purificador de Suzaku!
Aquel poderoso ataque, pese a ser bloqueado de milagro por Yamiko, la estrelló contra las rejas de la jaula y a la velocidad a la que fue empujada, había sido un gran golpe. Para alejar a Akira, Yamiko le dio un gran cabezazo con todas sus fuerzas que les dolió a ambos, ya que sus frentes sangraban.
—¡Técnica del Estilo Tsukuyomi № 6: Luna Menguante!
Yamiko lo golpeó en la rodilla derecha, tumbándolo al suelo y casi le da un golpe definitivo en el cráneo de no ser porque Akira rodó en el piso para poder evitarlo, pero Yamiko no le daba ningún respiro, inmediatamente se lanzó hacia él con un corte curvo diagonal el cual fue bloqueado y el samurái pelirrojo realizó un barrido para tumbarla también.
—Técnica del Estilo Tsukuyomi № 8: Brillo Lunar en la Cascada.
En medio de su caída, Yamiko giró en el aire para volver a intentar golpear a Akira, pero nuevamente fue bloqueada, terminando esta encima de la cadera del chico, ninguno cedía su arma por nada del mundo.
Akira usa las fuerzas de sus caderas para girar y ponerse él encima de Yamiko, pero casi en un parpadeo tuvo que alejarse.
—Intentaste patearme los testículos, eso es bajo, Yamiko-chan —bromeó jadeando un poco por el cansancio.
—Jajaja... los golpes bajos no están prohibidos aquí en el Torneo Sun Wukong y tenía que aprovechar la posición en la que nos encontrábamos —respondió Yamiko, notándose igual de cansada.
—Ambos han estado usando sus estilos con demasiada intensidad, pronto el cansancio les pasará factura —comentó Kirei, preocupada.
Lo que sería el último choque de espadas entre estos comenzaría, los movimientos de ambos ya no son tan elegantes y técnicos, sino más bien mucho más salvajes y violentos. En un momento de este intercambio, Yamiko salta a los bordes superiores de la jaula y Akira no tarda en seguirla, empezando a pelear ambos desde las alturas manteniendo un equilibrio perfecto. Sus movimientos de pies mientras se movían en esos delgados bordes eran espectaculares. Al esquivar uno de los golpes de Akira, Yamiko hace que su coleta del cabello se sacuda y le de en los ojos a su rival, desbalanceándolo un poco y rematándolo con la primera técnica del Estilo Tsukuyomi que lo tumba desde aquella altura de diez metros, siendo un duro golpe al caer y más aún cuando ella lo volvió a golpear al descender desde allí en el pecho, fracturándole el esternón.
El siguiente golpe lo decidirá todo. Los gritos de guerra de ambos jóvenes se escucharon por todo el lugar. Akira atacó usando la primera técnica del Estilo Amaterasu, pero Yamiko la contrarrestó con la segunda técnica del Estilo Tsukuyomi y antes de que pudiera levantar su bokken, la sombría samurái la piso con todas su fuerzas y golpeó a Akira en todo el rostro con un golpe horizontal, acabando noqueado por completo y ella cayó de rodillas al suelo mientras miraba el techo, casi sin fuerzas.
—¡Akatsuki Akira ya no puede continuar! ¡La ganadora que avanzará a la final es Kuroneko Yamiko!
El público enloqueció y Kirei saltó de su asiento, aplaudiendo y gritando el nombre de su amiga a todo pulmón.
—Vaya, vaya, vaya... parece que a Akiracchi aún le falta por mejorar —dijo Amaterasu, con una ligera sonrisa.
—Sin embargo, fue un duelo espléndido —agregó Tsukiyomi, mirando con atención a Yamiko y notando que aún mantenía una sonrisa—. Esta pelea, ha ayudado a Yamiko a sanar, le debo las gracias a Akira por eso.
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